viernes, agosto 12, 2022

RETORNÓ JAVIER CAMARENA, ESTA VEZ CON ALYSON ROSALES

               Javier Camarena es uno de los mejores tenores de la actualidad, y el público no olvida su concierto en el Colón de hace 5 años. Este año está anunciado para la reposición de "L´elisir d´amore" de Donizetti a partir del martes 2 de agosto, dos meses (demasiado) después de la primera función de "Nabucco". Habrá 4 funciones para los abonos con Camarena, Sierra y Ambrogio Maestri y 3 con elenco argentino, todo desde el 2 al 10 de agosto. Será la cuarta ópera del año. Se agregó el concierto de Camarena fuera del abono denominado Grandes intérpretes, donde ya vimos a Plácido Domingo, Nancy Fabiola Herrera, Roberto Alagna, Sondra Radvanovsky y Nadine Sierra. Y ya está anunciado el contratenor Jakub Jozef Orlinski para el lunes 8 de agosto. A ello se añadió otro gran tenor pero iniciando el abono del Mozarteum el lunes 9 de mayo: Piotr Beczala. O sea, 4 tenores de gran categoría entre mayo y el fin de julio (aunque Domingo ahora es barítono). El concierto del sábado 30 de julio fue agregado, y el hecho de que el Colón me envió hoy 31 una larga explicación de una cena armada por el Director General Jorge Telerman

que se realizó después del concierto con la presencia de Camarena, Rosales y el pianista Ángel Rodríguez pero también del Jefe de Gabinete Felipe Miguel, del Ministro de Cultura Enrique Avogadro, del Secretario General de Relaciones Internacionales Fernando Straface. Y el menú fue preparado por Germán Martinegui. Que una cena en la zona del Primer Piso pudiera ser peligrosa (incendio) no pareció afectar a nadie. De paso, tanto Telerman como Miguel quisieron dar a entender que buscaban apoyo para enviar a artistas del Colón a las provincias.

               Camarena fue presentado por arreglo con Elisa Wagner/ICP. El pianista Ángel Rodríguez ha trabajado muchas veces con Camarena. Fue idea del tenor traer al Colón a una joven soprano chilena, Alyson Rosales, que resultó ser una revelación muy positiva. La Parte I se inició con dos fragmentos de "I Capuleti e i Montecchi", la ópera de Vincenzo Bellini que cuenta el drama de Romeo y Julieta no según Shakespeare sino sobre un autor italiano; la obra se presentó en 1830 en el Teatro La Fenice de Venecia con libreto del famoso Felice Romani. Buenos Aires la vio por primera vez en el Teatro de la Victoria en 1852; el Colón sólo la presentó en julio de 1971 con Renata Scotto (tuve el honor de tener una entrevista con ella), Renzo Casellato (Romeo) y Umberto Grilli (Tebaldo). Y es precisamente con la bella cavatina de Tebaldo que se presentó Camarena, tras mencionar su alegría de estar dando un recital en el Colón y de presentar a la notable soprano Alyson Rosales. Tebaldo (Primer Acto) está enamorado de Giulietta y lo confiesa ante Capello con una bella cavatina, "È serbato a questo acciaro" ("Está reservado a este acero"), con un texto que si bien se promete vencer con la espada a Romeo pronto piensa en Giulietta. El tenor hace un gran trabajo ya desde la primer aria del programa; tiene 46 años y su voz y estilo están en pleno: un refinado belcantista. A su vez Alyson Rosales impresionó muy bien en su dramática combinación de recitativo, "Eccomi in lieta vesta" ("Heme aquí en alegre vestido") y aria "Oh! quante volte" ("¡Oh! ¡Cuántas veces!"). Comenta Rodolfo Biscia en el programa de mano: "Cuya triste melodía reproduce la de un aria de ´Adelson e Salvini´, primera ópera del compositor". Antes del recitativo hay varios minutos orquestales muy atrayentes; algo se pierde en piano pero Rodríguez supo darle fineza y exacto tempo al tenor y la soprano. Ella se cree condenada ya que cree muerto a Romeo y no acepta casarse con Paris. Toda esa música es de principios de la Escena IV y llega a los 13 minutos (es lenta y expresiva).  Buena idea la de Camarena al combinar dos pasajes fundamentales de un Bellini de categoría. Tengo la espléndida grabación dirigida por Giuseppe Patanè con Beverly Sills (Giulietta), Janet Baker (Romeo) y Nicolai Gedda (Tebaldo).

               Como se recordará, "Spirto gentil", aria de "La Favorita" de Donizetti, tuvo inmenso éxito con Alfredo Kraus cuando se presentó la ópera en 1967 (gran versión con Cossotto, Bruscantini y el director Bartoletti). La última reposición fue en 1995 con Ramón Vargas, Gloria Scalchi y Hvorostovsky. La de Camarena fue superior a Vargas pero no llegó a los niveles memorables de Kraus.

               Pasamos a Verdi con el famoso dúo del Cuarto Acto de "La Traviata", "Parigi, o cara, noi lasceremo", donde ambos quieren creer que ella se recuperará y podrá convivir con Alfredo. El perfecto ajuste de Camarena y Rosales fue un gran placer: no sólo sus voces son las adecuadas para esta obra sino que en los pasajes donde cantaron juntos la exactitud de la melodía (un Verdi genial) no pudo ser mejor. Sin duda no sólo el tenor fue de primer orden: ella también (su timbre es muy bello y su musicalidad, auténtica). La Primera Parte cerró con una grata melodía de "I Lombardi alla prima crociata": "La mia letizia infondere" ("Mi regocijo quiero infundir"). El Colón sólo la presentó en 2005, dirigida por Bonynge y con un reparto heterogéneo. El tenor es Oronte y está enamorado de Giselda, doncella cristiana que está confinada en un harén en el palacio de Acciano, tirano de Antioquía. Se lo cuenta a Sofía, esposa de Acciano que en secreto se convirtió al cristianismo. Estuvo muy bien cantado por Camarena, con noble timbre y mucha expresión.

               La Segunda Parte empezó con recitativo y aria de "Le roi d´Ys" de Édouard Lalo. Biscia lo resume así: "Es la alborada que canta el caballero Mylio el día de su boda con Rozenn, una de las hijas del rey, poco antes de que las aguas sumerjan la ciudad de Ys". Su obertura es muy interesante y se ha tocado con alguna frecuencia, pero la ópera no fue representada en el Colón. El aria sucede al principio del Acto Tercero, cuando Mylio está por casarse con Rozenn. En la ópera su canto está acompañado de Coro; aquí escuchamos por supuesto sólo al tenor y con piano, pero la melodía es atrayente; tras un breve recitativo, el aria "Vainement, ma bien aimée"("Vanamente, mi muy querida"), cuenta en 4 estrofas que se casará con Rozenn. Camarena lo cantó con suavidad y dulzura. Olvidaba mencionar que esta vez el público pudo ver la traducción de los textos con el sistema tradicional: una pequeña pantalla a considerable altura. También que para los recitales se cubre la zona de la orquesta y se instala allí el piano.

               Camarena tiene buen dominio del idioma francés, y ello se confirmó tanto en Lalo como en Massenet. Escuchamos de "Manon" el monólogo de Des Grieux: el caballero está instalado en un lugar sagrado donde se ha recluido; el recitativo "Je suis seul" ("Estoy solo") lleva a una famosa aria, "Ah! Fuyez, douce image" ("¡Ah! Escapad, dulce imagen" de Manon); es un aria intensa bien resuelta por Camarena, muy musical aunque su voz es algo liviana para este personaje. Tuvimos en el Colón al Des Grieux Ideal: Nicolai Gedda (1970).

               Volvimos a Julieta con el recitativo y aria del "Roméo et Juliette" de Charles Gounod: "Dieu! ¿Quel frisson court dans mes veines?" ("¡Dios! ¿Cuál estremecimiento corre en mis venas?"); "Amour, ranime mon courage" ("Amor, reanima mi coraje"). Se trata del primer cuadro del Cuarto Acto, cuando el Hermano Laurent le dio una poción después de haberla casado con Romeo; al tomarla parecerá muerta pero tras unas horas despertará. En el recitativo, sola, teme que la poción no funcione y no podrá evitar casarse con Paris; en la extensa aria se asusta, cree ver al fantasma de Tybalt pero finalmente toma la poción: "Romeo, es por ti que la tomo". El final será trágico porque el mensaje del Padre Laurent no llega a Romeo; él la cree muerta y toma un veneno; ella se apuñala y mueren juntos.  La música del recitativo y aria es muy intensa y se pudo comprobar que el talento de Alyson Rosales es auténtico.

               No me atrajo la "Habanera" de "Carmen" en un arreglo para piano solo de Rodríguez, porque si bien es virtuosístico también resulta ser excesivo; hubiera sido mejor que no lo hubiera tocado pero pienso que los minutos de descanso de Rosales le fueron necesarios porque la Parte II cerró con las célebres arias del Primer Acto de "La Bohème" pucciniana: "Che gélida manina" (Rodolfo), "Sì, mi chiamano Mimì" y a dúo, "O soave fanciulla" ("Oh suave muchacha"), con ambos cantando; los últimos segundos estarán fuera del escenario y cantarán el Do agudo como triunfo de su amor. Los dos cantaron con calidad y se complementaron; un grato fin para el concierto.

               Las piezas extras fueron 5 y las cantó sólo él, evitando las óperas. "A vucchella" de Tosti, canzonetta con texto de D´Annunzio cantada suavemente; la cantidad de grabaciones es enorme; menciono a Caruso, Pavarotti, Schipa, pero también Tebaldi. Siguió un bolero mejicano, "Franqueza" (no sé quién es el autor), donde naturalmente se sintió muy cómodo. Luego, como tributo a Buenos Aires, un tango famoso, "Volver" ("con la frente marchita"), muy bien expresado.  La cuarta pieza fue una canción mejicana célebre, "Muñequita linda", de María Grever (1894-1951); la grabó Domingo. Es muy agradable y Camarena estuvo en lo suyo. Y finalmente, "Malagueña" (creo que de Lecuona), en la que hizo una demostración asombrosa de hasta qué agudo puede llegar y cuántos segundos aguanta en una nota determinada. ¡Llegó al Fa sobreagudo!

               No voy a citar las "biografías" del programa de mano porque son muy débiles, sobre todo la de Camarena. Sólo quiero mencionar dos cosas: que Rosales estudió en Stuttgart y que Rodríguez acompañó a muchos brillantes artistas: Pavarotti, Domingo, Villazón, Sierra, entre otros.

Pablo Bardin


LA SINFÓNICA NACIONAL PRESENTÓ UN VARIADO PROGRAMA

               El viernes pasado la Sinfónica Nacional presentó un programa variado en la Ballena. El director fue Ezequiel Silberstein, bien conocido por la orquesta y artista de considerable tarea en el Colón. Tuve acceso a la programación del año de la Sinfónica y este concierto no aparecía.

Valió la pena, ya que hubo una obra de Alberto Williams que probablemente esta vez se volvió a interpretar desde cuando se estrenó en 1944: "La bendición de los anillos", que forma parte de "Aires de la pampa" (ignoro cuáles otros fragmentos forman parte de esa partitura). Teniendo en cuenta que no se dan programas a los que asisten a los conciertos de la Sinfónica, bienvenida la breve pero útil charla de Silberstein, no sólo sobre Williams sino también en cuanto a las otras dos creaciones que escuchamos: el Concierto Nº 1 para flauta de Mozart, y la Tercera sinfonía de Brahms. La música se inició a las 20,10 y terminó a las 21,35. Muy fuerte aplauso final, pero programa corto.

               La producción de Williams fue enorme y ya que este año la carencia de medios hace que la música europea del siglo XX brille por su ausencia, útil e interesante que escuchemos algunos de los abundantes inventos del compositor argentino más fecundo. En cierto modo, lástima que pudimos apreciar sólo una parte de una obra más larga, ya que "La bendición de los anillos" apenas duró 7 minutos y el programa total 65 minutos. Se inicia con una noble melodía cantada por las cuerdas (A); sigue una reacción intensa y bastante ruidosa (B); vuelve A con escasos cambios, y finaliza con B´ (B prima) agregando campanas y simbolizando la alegría de ese casamiento. Yo tuve una excelente ubicación central (creo que fila 15) pero los fortissimos me llegaban con demasiada garra (como también ocurrió con la Sinfonía Nº 2 hace unas semanas), y si bien creo que Williams era un compositor que apreciaba los grandes contrastes y orquestaba con amplitud, también pìenso que la acústica de la sala lleva a una exageración de los bronces y la percusión.   

               Con la segunda obra tuvimos un fuerte contraste: el Concierto Nº 1, en Sol mayor, para flauta y orquesta, K. 313, de Mozart. Si bien alguna vez dijo que la flauta no era un instrumento favorito la realidad es que sus dos conciertos reflejan un pleno conocimiento del instrumento (aunque él no lo tocaba) y la música es buen Mozart; ya se sabe lo que eso implica. Fue escrita en Mannheim a principios de 1778 (23 años) para el flautista de la orquesta que en esa época era considerada la mejor. De paso, el Concierto Nº 2, K.314, se basa en el Concierto para oboe también hecho para la orquesta de esa ciudad. Volviendo al Nº 1, está orquestado para 2 oboes, 2 trompas y cuerdas. No sé por qué había también 2 flautas en la versión. Amalia Pérez es la eximia primera flautista de la Sinfónica y naturalmente hizo una versión muy clara y límpida. Creo que las improvisaciones de la flauta a fines del primer y del segundo movimiento no son de Mozart, pero me parecieron de adecuado estilo. La escritura mozartiana para las trompas es bastante aguda y domina las partes orquestales. Pérez tocó fuera de programa una breve pieza para flauta sola de Claude Debussy: "Syrinx", de 1912, ejemplo de su música más experimental; muy buena la interpretación.

               Las cuatro sinfonías de Johannes Brahms son extraordinarias, pero la Tercera se toca menos que las otras, quizá porque los minutos finales no son rápidos. Silberstein hizo una inteligente referencia sobre sus valores. La Tercera está en Fa mayor; el compositor la terminó en 1883 y es su op. 90. Tenía 50 años, en plena madurez. Un primer movimiento con temas atrayentes e intensos, un segundo de suaves melodías casi schubertianas, un tercero con un expresivo tema principal expresado por los violoncelos, y un cuarto dramático y poderoso pero que en vez de terminar trágico se serena y termina lento. Me es imposible olvidar que Barenboim dirigió las 4 sinfonías en la Ballena y lo eligió dejando de lado al Colón; también, fueron grandes versiones y la distribución de la orquesta no era la habitual; con él no pasaba que la percusión dominara o que los violines quedaran en segundo plano. En esta versión hubo mucho de bueno, Silberstein conoce a fondo la sinfonía y la interpreta fielmente; si embargo en varios momentos los violines fueron tapados por los bronces y la percusión; ¿será que con la actual manera de colocarlos dominan en demasía?  

               Una queja mía: cuatro cosas me molestaron: el nutrido aplauso donde no corresponde (después de cada movimiento tanto en Mozart como en Brahms); llevar bebes o niños de 2 años; había una niña mal controlada por los padres justo detrás de mí; sacar fotos durante el concierto (los dos que estaban al lado mío, por ejemplo); entrar o salir de la sala durante la música. En suma, no se debería creer que ir gratis a un concierto permite cualquier absurdo.

Pablo Bardin    

lunes, julio 18, 2022

JOONAS AHONEN NOS TRAE A IVES Y SCHÓNBERG

                Joonas Ahonen es un pianista finlandés notable que se especializa en las músicas más arduas de los siglos XX y XXI, como quedó claro en este concierto en el Colón. La obra de fondo fue la fundamental Sonata Nº 2 de Charles Ives, pero antes se escucharon dos partituras: una de considerable importancia, la Suite para pìano op. 26 de Arnold Schönberg; la otra (en 1ª audición, aunque el programa de mano no lo aclara) de Bernhard Gander, nacido en 1969: "Peter Parker". Escuchando sus interpretaciones de lapidaria fuerza no deja de asombrarme que haya grabado con instrumentos de época Tríos de Fanny y Felix Mendelssohn. Grabó para BIS (sólida empresa sueca) las dos sonatas de Ives. También obras tan disímiles como las Variaciones Diabelli de Beethoven y el "Pierrot Lunaire" de Schönberg. Y el Concierto para piano de Ligeti. Aparte de las grabaciones, sus actividades de concierto también son disímiles: miembro del Klangforum Viena, que nos visitó hace varios años (no me consta si estaba Ahonen) pero también del Rödberg Trio, de repertorio clásico y romántico. Visitó como pianista la Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa y la importante Sinfónica de la BBC. Realizó conciertos con la violinista Patricia Kopatchinskaja en los Festivales de Lockenhaus y de Gstaad, el Festival Internacional de Edimburgo, la Scala de Milán y el Konzerthaus de Viena. Estrenó obras para piano y conciertos para el mismo instrumento. En suma, Ahonen lleva una carrera valiosa y es bienvenido aquí, como lo probó el entusiasmo del público en este concierto.

               Desconozco el origen del piano que tocó pero respondió a las grandes exigencias del pianista en todo momento. Creo útil e interesante el haber empezado por la Suite para piano op.25 de Schönberg, ya que se trata de su primera obra dodecafónica, elaborada durante varios años (1921-23) y paradójicamente evocando el Barroco bachiano: "Präludium; Gavotte; Musette; Intermezzo; Menuett; y Gigue". Sólo dura unos 15 minutos. Naturalmente tuvo fuerte influencia en sus discípulos Berg y Webern y tiene grabaciones abundantes: 2 de Gould, 1 de Helffer, 1 de Pollini y otras 5. Por mi parte, me impresionó en mi adolescencia, ya que la escuche en las manos de Orestes Castronuevo (28/10/54) y en mis 20 años, de nuevo Castronuovo (14/7/59). Si bien años más tarde Schönberg fue más flexible en cuanto a su invención del dodecafonismo, a propósito es estricto en su op. 25. Si se mira al piano, están las 7 notas blancas y las 5 negras; sobre esa base el compositor arma su docena en el Präludium; luego añade 3 variantes a la serie elegida: la inversión en espejo; la forma retrógrada (desde la 12 a la 1) y la inversión de la retrógrada. No es fácil entender cabalmente todo esto, pero si lo pensamos captar totalmente a Bach en "El arte de la fuga" o en "El clave bien temperado" (donde por primera vez se utilizan las 24 opciones) también es difícil. Ahonen es muy preciso en todo lo que toca pero con una tendencia al fff en ciertos momentos que me resultan innecesarios.

               Aparentemente a Bernhard Gander le gusta el cine. Su "Peter Parker" se refiere "al alter ego de El Hombre Araña y retrata sus metamorfosis mediante endiabladas figuraciones del teclado", según Rodolfo Biscia en el programa. Cita lo que dice Gander: "La obra es como un libro de comics con diversas aventuras". "También aludió al virtuosismo lisztiano que la pieza demanda". En efecto, la obra es muy exigente y Ahonen la tocó brillantemente; a mí me resultó vacía en cuanto al contenido musical. La breve biografía dice: es "discípulo de Beat Furrer" y "ha compuesto obras por encargo de prestigiosas agrupaciones como Klangforum Wien", y es obvio que allí la conoció Ahonen. En la actualidad músicas violentas como ésta se escuchan en numerosas asociaciones de música contemporánea como Ensemble Modern, Ensemble Intercontemporain, Arditti Quartet, todos conocidos aquí) u orquestas interesadas en la vanguardia o salas con esa apertura por ser especialistas desde hace muchas décadas como Donaueschinger Musiktage o Biennale München.

               Y pasamos a la obra de mayor interés: la extraordinaria Sonata Nº 2,"Concord, Mass. (Massachussetts), 1840-60", o sea que es un homenaje a grandes figuras de esa época que vivieron en Concord.. Son 4 movimientos sui generis; la obra fue terminada en 1919 tras varios años elucubrándola, la revisó ya viejo en 1947 y allí le hizo dos agregados a mi juicio discutibles: unos 20 segundos (¡) de una viola; y un minuto y medio de una flauta sobre el final sereno, grato pero más una variante que una obligación. El catálogo R.E.D. 2000 lista nada menos que 10 grabaciones por artistas poco conocidos y no hay esos agregados en ninguno. Aquí se escucharon desde un palco bajo: Diana Gasparini en viola y Patricia Da Dalt en flauta. Al final, siguiendo una manía de este año (antes no ocurría) los 3 recibieron un ramo de flores; ¿por 20 segundos en el caso de Gasparini? No tiene lógica, pero sí corresponde decir que ambas tocaron bien esa música extra.  

               Concord es un pueblo. La presentación sin firma sobre Ives  hace un ñlstado de recursos que vale la pena reproducirlo aquí: "La politonalidad, clusters y disonancias libremente empleadas, microtonalidad, estructuras polimétricas, e incluso introduce un elemento de aleatoriedad". También Biscia da informaciones útiles con respecto a la Sonata "Concord": "En 1921 financió la impresión de una vasta sonata para piano y repartió copias a unos 200 músicos y críticos. Acompañaban al envío sus ´Ensayos ante una Sonata´. Hubo que esperar hasta 1938 para la primera impresión pública de esta sonata maximalista. En la Argentina fue Margarita Fernández quien la estrenó en 1968 en el Club Americano. A partir de 1984 Susana Kasakoff la incorporó a su repertorio." Se trata "de una obra cíclica, donde un tema recurrente- llamado ´de la Fe Humana´- enlaza los 4 movimientos. Además el compositor se apropia del motivo inicial de la Quinta Sinfonía de Beethoven, que retorna velado" varias veces.

               "Dedicado a Ralph Waldo Emerson, el movimiento es un atípico allegro de sonata que presenta al menos 7 temas y 8 episodios de desarrollo"; es aquí donde aparecen innecesariamente los 20 segundos de viola. La cantidad de temas es abrumadora y cuesta seguirlas. Era Emerson un poeta, ensayista y filósofo que, aunque nació en Boston y estudió en la racionalista Harvard, se instaló en Concord con ideas románticas que defendieron el derecho a ser uno mismo; Thoreau lo apoyó, Carlyle en Inglaterra y varios en Francia. Dice Mosco Carner en "The Modern Age", de The New Oxford History of Music: "Ives escribió programas para cada movimiento. Su música es intensamente fuerte, con una estructura que obedece sus propias leyes orgánicas; no hay nada que se le parezca en la literatura del piano. Poderosas disonancias alternan con tranquilos himnos. Es la impresión de todo lo que sabía de Nueva Inglaterra en pensamiento y en sonido". Su música no se conoció hasta 1930. Y en Buenos Aires se fueron conociendo gradualmente sus obras sinfónicas en manos de Maazel (Orquesta de Cleveland) y Rostropovich (la de Washington). La Segunda Sinfonía se escuchó una sola vez y la ardua Cuarta hace pocos años (necesita dos directores simultáneamente). Volviendo a la Segunda Sonata, la segunda parte nos lleva a Nathaniel Hawthorne, un escritor de gran trascendencia (baste mencionar "The house of the seven gables" -La casa de las siete paredes laterales"- publicada en 1851, y "The scarlet letter" –"La carta escarlata"-, de 1850, dos libros de profunda intensidad que leí en inglés en mis años jóvenes). Él también vivió en Concord. Dice Biscia: "un scherzo que conjuga síncopas de ragtime con delicados clusters pentatónicos" (lamentablemente hubo gente que interrumpió aplaudiendo); música notable pero que a mí no me sugiere al escritor. La tercera parte, "The Alcotts", "ofrece un cálido retrato del filósofo Bronson y su hija Louisa May, la creadora de ´Mujercitas´. Si bien leí en castellano esta obra, no perdí las varias películas que hubo sobre este tema y que tuvieron mucho éxito. La música es muy atrayente y variada. Por último, "Thoreau" (Henry David Thoreau), famoso por su libro "Walden, o La vida en los bosques", es muy serena y bella incluso sin el agregado de la flauta, que queda bien y ayuda la imagen pastoral, pero igual esa sensación se siente sin la flauta (muy bien tocada por Da Dalt, siempre refinada).  Hace ya bastantes años que no escuchábamos esta obra esencial de Ives y Ahonen es un pianista de primer orden. El público apreció obra e intérprete.

Pablo Bardin 

               

miércoles, julio 13, 2022

NOTABLE PRESENTACIÓN EN LA FILARMÓNICA DE HERNÁNDEZ SILVA


               En el libro Teatro Colón 2022 figura como director del concierto Nº 10 Alpesh Chauhan, al que no conozco. También es nuevo para mí quien lo reemplazó, el venezolano Manuel Hernández Silva. Quedó la pianista letona Arta Arnicane. Se mantuvo el programa sin cambios: dos obras de Beethoven y una de Schubert, con una característica: están cerca en el tiempo.

               "Las criaturas de Prometeo" es algo raro en la vida de Beethoven: un ballet (op.43) sobre argumento del coreógrafo Salvatore Viganó, que estaba a cargo del Ballet de Corte en Viena. La obra completa es bastante extensa, 1 hora y 10 minutos. Recuerdo que Yehudi Menuhin trajo una síntesis cuando vino a dirigir una orquesta en Buenos Aires; también que con una versión grabada presencié una visita de un ballet alemán. Tengo una versión completa en vinilos de los años 50 (Walter Goehr) y me resulta una obra simpática aunque con pasajes de mero enlace. Pero la Obertura tuvo éxito y aquí se ha tocado con frecuencia en conciertos sinfónicos. Recuerdo con placer las de Van Otterloo en Buenos Aires y Kempe en Praga. La interpretación que logró Hernández Silva fue cálida y bien controlada, con gestos muy comprensibles, y la Filarmónica respondió con mucha atención tanto en el comienzo lento como en la brillante música rápida. La obra es de 1801, la época del Tercer concierto para piano y de la Segunda Sinfonía. El Burgtheater dio 15 funciones en 1801 y 13 en 1802; más tarde en la vida del compositor, silencio.

Si bien el director es caraqueño, se graduó en el Conservatorio Superior de Viena. Ganó el Concurso Forum Junger Künstler (Foro de Jóvenes Artistas) de la Orquesta de Cámara de Viena (que vimos varias veces en Buenos Aires, traída por el Mozarteum), dirigiéndola en la Konzerthaus de Viena y la Brucknerhaus de Linz. Actualmente es director titular y artístico de dos orquestas españolas: la Filarmónica de Málaga y la Sinfónica de Navarra. También lo fue de la Orquesta de Córdoba y la llevó a Viena. Como venezolano fue invitado a dirigir a la Sinfónica Simón Bolívar durante 5 temporadas (la conocimos bien). Además de la Sinfónica de Viena, dirigió 3 orquestas alemanas, 5 checas y viajó abundantemente: Armenia, Israel, Seúl, Hartford (USA), Puerto Rico, Bogotá, Chile, México. Además desarrolla una intensa actividad docente. Su visita a nuestra ciudad reveló ser muy convincente.

               Confieso no saber que Arta Arnicane es una muy buena pianista letona hasta que la escuché y leí su breve currículum. Nació en Riga en una familia de músicos. Si bien Letonia es un país que produce talentos y ella estudió en la Academia Letona de Música, se perfeccionó en el Conservatorio Real de Escocia y en la Universidad de las Artes de Zürich. Uno de sus profesores fue  Homero Francesch que hemos visto en años recientes.  Tuvo un galardón en la Primavera de Praga (que conocí bien décadas atrás) pero también en la competencia Vianna da Motta (2001), portuguesa, y el Premio Iturbi (2010), que supongo español. Toca en dúo con su marido, el violoncelista Florian Arnicans; grabaron sonatas de Chopin y Ernö von Dohnanyi. Se presenta como Arnicane, pero no se aclara su apellido pre casamiento.

               Nos ofreció el Concierto Nº 2 de Beethoven, en Si bemol mayor, op. 19, que en realidad es anterior al Nº 1. Beethoven lo compuso entre 1794 y 1795. Santiago Giordano cuenta algo interesante: "tres veladas consecutivas en el Burgtheater en las que el joven Beethoven se presentaba como compositor en una gran ´academia´ organizada por Haydn en beneficio de las viudas de los muertos en alguna de las tantas guerras a las que por entonces hacía frente el imperio tambaleante". El 29 de marzo de 1795 tocó el Concierto K. 466 de Mozart y su propio Concierto op. 19. Es una obra de gran atractivo en la que se siente la influencia de Haydn: un Allegro con brio que es en efecto lleno de vida y muy grato; un Adagio extenso y refinado; y un "Rondó. Allegro molto", fresco y rápido. Pocos días antes de este concierto escuché al siempre joven Wilhelm Backhaus grabándolo septuagenario y admirablemente. Arnicane y Hernández Silva hicieron un bello trabajo, muy bien controlado y fino; sólo creo que el Rondó final fue un poco demasiado rápido aunque siempre fresco y alegre. Lamento decir que no identifiqué la obra fuera de programa que nos ofreció la pianista; sólo puedo decir que me pareció una pieza lenta beethoveniana muy serena y tocada con evidente buen gusto.

               La Sinfonía Nº 6, en Do mayor, D. 589, de Franz Schubert, no es de las más conocidas; de las primeras 6, salvo la Nº 1, menos lograda, el ranking de las mejores es la Nº 5, la Nº 4 (llamada "Trágica"), y las Nos. 2 y 3 sin duda interesantes; sin embargo la 6ª tiene valores considerables. Tengo la grabación vienesa de Münchinger y la Filarmónica de Viena; me ha dado mucho placer desde hace medio siglo. Lo asombroso es que esas primeras 5 son de un   adolescente, desde los 14 a los 19 años; lejos está la Inconclusa y no se sabe cuál es la 7ª que se perdió. Schubert no fue un niño prodigio pero sí un adolescente que merece considerarse así. Baste considerar que algunos de sus mejores Lieder son de entonces. Inició la Nº 6 a 20 años (octubre de 1817) y la terminó a los 21 (febrero de 1818; nació el 31 de enero de 1797). No es una obra "muy inferior", como injustamente la denomina Maurice Brown en su artículo del Grove sobre Schubert. Es verdad que está atraído por Rossini en esa etapa, cuando también creó las Oberturas en Estilo Italiano, pero también está la base de Haydn y Mozart. En el primer movimiento una breve introducción Adagio lleva a un allegro en forma sonata con dos temas,  siendo el primero dedicado a las maderas. Sigue un Andante bastante extenso; coincido con Giordano, que menciona "el clima sereno y optimista". El tercer movimiento, a diferencia de los anteriores, es un Scherzo de influencia beethoveniana marcado Presto, pero el Trio "più lento" hace un contraste bastante firme antes del regreso del Scherzo. El Allegro moderato final es muy vital aunque algo repetitivo. Tuve la suerte de ver dos espléndidas versiones en mi época formativa: Hans Rosbaud con la Orquesta de Amigos de la Música (septiembre 1952) y en una visita a Londres (febrero 1957) Beecham con la National Symphony. Y ahora que soy octogenario me interesó esta muy buena versión de un director serio y hábil y la Filarmónica que respondió muy bien (escuché a la Filarmónica con Kinsky en octubre 1968). Los movimientos del director siempre fueron claros y expresivos. Más allá de la gente que aplaudió entre movimientos, hubo entusiasmo del público, con razón.

Pablo Bardinb 

martes, julio 12, 2022

VALIOSO CONCIERTO DIRIGIDO POR MANFRED KRAEMER EN LA BALLENA

               El muy interesante concierto de la Sinfónica Nacional dirigido por Manfred Kraemer en

la Ballena se había programado hace algo más de un mes, pero debió pasar a otra fecha debido a la lamentable muerte de un veterano ejecutante de corno muy querido por sus colegas, ya que falleció ante la orquesta. Se entiende, entonces, que la nueva fecha tuvo el preludio hablado de una artista de la Orquesta Sinfónica Nacional, que se refirió con gran afecto al talento y bondad del cornista, muy aplaudido por la audiencia. Me disculpo de no dar nombre y apellido del difunto, ya que no hay programa de mano en estos conciertos.

               Manfred Kraemer es un gran violinista y director argentino, que previo a la pandemia dividía su tiempo entre su Córdoba natal y especialistas europeos del Barroco.  Su programa estuvo dedicado a Johann Sebastian Bach, su hijo Carl Philipp Emanuel Bach y Franz Joseph Haydn. Johann Sebastian Bach escribió entre 1717 y 1723 las 4 Suites para orquesta BWV 1066 a 1069, escritas en Weimar, ciudad no protestante; de allí que sean años en los que Bach se dedicó a obras sinfónicas y de cámara que no fuesen religiosas. Las Suites tienen fuerte influencia francesa en sus fragmentos. La Nº 3, en Re mayor, tiene el número de catálogo BWV 1068 (de 1066 al 1069). Está instrumentada para 2 oboes, 3 trompetas, cuerdas y timbales. La influencia francesa es evidente: "Ouverture" (lento y solemne, rápido y retorno del lento, más breve); "Air" (Aria sobre la cuerda de sol), "Gavotte", "Bourrée" y "Gigue". Las trompetas barrocas tienen escritura muy aguda y brillante; el Aria es muy melódica y la toca el concertino (Kraemer). Las restantes son danzas eficaces y muy gratas. Es impresionante la cantidad de grabaciones de esta suite, y recuerdo en concierto la de Karl Richter y Maurice André con la Orquesta de Amigos de la Música (1964). La que ví en la Ballena tuvo el privilegio de tener a Kraemer como director y concertino.

               Carl Philipp Emanuel Bach es el más importante de los hijos de Johann Sebastian. De inmensa productividad (unas 700 obras), nació en 1714 y murió en 1788. Escuchamos una de sus obras más conocidas: la Sinfonía Nº 1 en Re mayor, Wq (Wotquenne) 183-1. Fue Wotquenne el primero en realizar un intento de catálogo a principios del siglo XX. En el diccionario Grove se mencionan 49 sinfonías. Un Mozart de 8 años tocó con Carl Philipp en Londres y le tuvo gran admiración (mutua) y arregló 3 conciertos de los 37 compuestos por el hijo de Johann Sebastian.  Las 4 sinfonías escritas en 1775-76 son de un hombre maduro (61-62 años) en la plenitud de su estilo tardío. Escuchamos la primera de esas 4 (por eso Nº 1 no significa la primera de todas sus sinfonías). Escuché una Sinfonía en Re mayor en 1963 por Lamberto Baldi dirigiendo la Orquesta d la Asociación Wagneriana pero no me consta que haya sido la Wq 183-1. Mirando las grabaciones en CD del catálogo R.E.D. 2000 me encontré con varias grabaciones de esta sinfonía: Orquesta Bach de Munich, dir. Karl Richter (1961); Orquesta C. P. E. Bach, dir. Hans Haenchen; Orq. de Cámara de Salzburgo, Y.K. Lee; y OAE, dir. S. Kuijken. O sea que es música apreciada y conocida, con razón porque resulta en efecto atrayente. Los 3 movimientos sólo duran un cuarto de hora, rápido- lento- rápido, que se escuchan con verdadero placer. La Sinfónica Nacional tocó muy bien bajo la hábil dirección de Kraemer.

               El concierto terminó con la penúltima sinfonía de Franz Joseph Haydn: la Nº 103, "Redoble de Timbal", en Mi bemol mayor, que se inicia de manera muy original con, en efecto, un poderoso redoble de timbal que lleva a una parte inicial Adagio; sigue el Allegro con spirito con dos melodías: una popular croata y otra similar a un vals, para entonces en formación (Johann Strauss Padre aparecerá  décadas más tarde); pero el final es muy curioso porque vuelve el redoble de timbal y el Adagio antes de un final breve y rápido. El segundo movimiento es un extenso Andante; hay un tema doble variado 2 veces y en la coda aparece un período dramático, pero al final la música se tranquiliza. El Minué tiene influencia escocesa (Haydn arregló muchas canciones de ese origen) y el Trío es sereno y cortés. El Finale: Allegro es típico del buen humor haydniano: numerosos incidentes engendrados por un motivo del fagot al inicio. Me resultó muy lograda la interpretación de Kraemer y la orquesta le respondió  con cuidado, entendiendo el espíritu haydniano.

Pablo Bardin

DOS CLÁSICOS Y UNA SINFONÍA DE WILLIAMS POR LA SINFÓNICA NACIONAL

               Un concierto poco habitual ocurrió el viernes pasado en la Ballena. La Sinfónica Nacional dirigida por Valeria Martinelli combinó a dos clásicos (Michael Haydn y Mozart) con una notable y curiosa Sinfonía Nº 2 de Alberto Williams. La directora hizo una buena tarea en los clásicos. Como se sabe, el público de estos conciertos no es informado de cuál es el programa. Nos llega un porcentaje escaso de la inmensa producción de Joseph Haydn, pero de su hermano Michael es un acontecimiento que podamos escuchar en vivo y en concierto una obra suya. Agradecido entonces por poder gustar una partitura para coro y orquesta: "Laudate pueri". Michael Haydn vivió entre 1737 y 1806 y según Mozart (gran amigo) "era un "excelente maestro de contrapunto". La música de iglesia de Salzburgo llegó a su pico en las obras de Michael Haydn, quien entró al servició del Arzobispo en 1763 y allí quedó por el resto de su vida. Según el diccionario Grove su producción religiosa es fenomenal: "28 misas, 2 Requiems, 114 graduales, 67 ofertorios, 11 Vísperas, 1 Salve Regina, 8 Responsorios, 3 Tenebrae, 1 Regina Coeli, varios oratorios y cantatas". Poco de todo esto fue publicado durante su vida. En el catálogo R.E.D. 2000 figuran 115 obras suyas pero no el "Laudate pueri" que escuchamos en el concierto que comento. Y me queda una duda: según el programa confidencial que me llegó también iban a cantar un Requiem pero no fue así; sería útil enterarme del porqué. Sea como fuese, los 12 minutos que se escucharon fueron realmente gratos; orquesta pequeña pero amplio Coro de niños leyendo partituras de modo muy límpido y seguro. Me indigna la carencia de datos; ¿Tanto les molestaría poner un cartel muy simple en el foyer anunciando dirección y exacta denominación del Coro?

               Pasamos a la magnífica Sinfonía Nº 35, "Haffner", en Re mayor, K 385 (1782). Siempre es un placer escucharla, pero se me ocurrió: ya que interpretaron una obra de Michael Haydn ¿no hubiera sido divertido escuchar la Sinfonía Nº 37, en sol mayor, K. 444? Sucede que sólo la introducción lenta del primer movimiento es de Mozart; casi toda la sinfonía es de Michael Haydn…Hay grabaciones de Marriner y Hogwood. Y la música es atrayente. La Nº 35 es por supuesto admirable y no hay melómano que no la tenga en su colección; las mías son de Toscanini, Karajan y Hogwood, y en vivo escuché muchas versiones. Baste señalar algunas de las 12 que presencié entre 1952 y 1967: Markewitch, Monteux, Beecham y Böhm. Grandes intérpretes con orquestas de esta ciudad y la Filarmónica de Viena visitándonos (Böhm).  En este caso, una buena orquesta y una directora muy correcta.

               La única sinfonía de Alberto Williams que pude apreciar en concierto fue la Nº 1; la dirigió Calderón en 1968 con la Filarmónica de Buenos Aires. Si se escuchó alguna más desde entonces creo que no fue en Buenos Aires Ciudad. Se escucharon de tanto en tanto las dos Oberturas de concierto, op. 15 y op. 17, con la fuerte influencia de César Franck. Ya "argentinizado" el compositor, presencié la Segunda suite argentina y "Las milongas de la orquesta" (obra muy simpática). Esto hasta 1970. Luego me casé y dejé de anotar lo que escuché…Pero juro que no escuché ninguna otra sinfonía. Compuso nada menos que 9 y su sentido del humor nunca estuvo más en evidencia que en su Novena; ¿cómo se llama? Los batracios…En cuanto a la Nº 2, Martinelli, sabiendo que no había programas, tras alegrarse por haber tenido ese lindo coro de niños para la obra de Michael Haydn, explicó los grandes rasgos de la Sinfonía Nº 2, "La bruja de la montaña", de 1910, cuando Williams ya tenía 48 años. En el catálogo R.E.D. 2000 sólo figura de él la Sinfonía Nº 7, "Eterno reposo", op. 103 (1937) por Leaper dirigiendo la Orquesta de Gran Canaria (me consta que son muy buenos, los escuché con otro programa en Madrid). Sucede que la directora es cordobesa y la bruja de la montaña también. El mal tiempo acompaña a la bruja y ésta pretende raptar a un niño, pero se encuentra con rivales muy fuertes: las monjas que cuidan a ese niño. La música tiene dos estilos de total diferencia: violenta con mucha percusión y bronces en fff o suaves melodías de cuerdas acompañadas por campanas (muy frecuentes), obviamente las monjas. En 4 movimientos quizá demasiado largos, da a entender que la furia de la bruja es vencida por la del mal tiempo al extremo de (creí entenderlo) ser atacada por rayos y granizo (este último es muy abundante en Córdoba, lo sufrí en mi último viaje a Alta Gracia hace 8 años). La orquesta rindió muy bien salvo algún momento falseado de la primera trompa fuertemente exigida, y la directora fue  convincente en su interpretación. Fuerte aplauso al final. Ya en 1910 Williams tenía notable dominio orquestal. Me dio ganas de presenciar otras sinfonías suyas.

Pablo Bardin

               

lunes, julio 11, 2022

SONDRA RADVANOVSKY EN EL COLÓN, ACONTECIMIENTO VALIOSO

               Sondra Radvanovsky es una gran soprano del Met y tiempo atrás comenté su presencia en la gran trilogía de Donizetti abarcando a las reinas célebres de Inglaterra y Escocia. El libro del Colón sobre este año dice: "La prima donna del bel canto protagonizará un fascinante recital en el que encarnará a 3 grandes reinas del siglo XVI: la orgullosa María, Reina de Escocia, la apasionada Anna Bolena y la poderosa Elizabeth I, abordando extractos de la Trilogía Tudor de Donizetti". Lamentablemente esto no ocurrió: presenciamos en cambio un programa de canciones y fragmentos de ópera en italiano, sin duda interesante pero dejó al Colón sin un plan importante, ya que el Teatro sólo presentó "Anna Bolena" hace muchos años con Elena Suliotis: 1970. Quien se animó a presentarlas fue Adelaida Negri fuera del Colón. Al parecer, según me contó un amigo, ella quería una orquesta para las reinas; por supuesto es deseable pero lo mismo puede decirse con respecto a todas las arias de ópera que cantó. Tuvo un buen pianista, Anthony Manoli, aunque no siempre el arreglo pianístico me convenció.

               No me pareció una buena idea iniciar el programa con (como escribió Margarita Pollini en Clarín) "3 de las canciones y arias antiguas de Alessandro Parisotti" (elegidas por él, fueron muy cantadas por los estudiantes en Buenos Aires): "Amarilli, mia bella", de Giulio Caccini" (madrigal de hombre, aquí cantada por Deller, contratenor, 1957, y una mezzo, Merriman, 1958), grabada por Schipa, Hvorostovsky y Jacobs, pero también por Baker y Bartoli; "O del mio dolce ardor", de la ópera "Paride ed Elena" de Gluck, grabada abundantemente por hombres (es Paride el que canta): Bruson, Gigli, Battistini, Carreras, Hvorostovsky, pero también Tebaldi, Berganza, Klose, Jo, Berger; y claramente de hombre, "Danza, danza, fanciulla gentile", de Francesco Durante; aquí la cantó Souzay; la grabaron Pavarotti, Carreras, Hvorostovsky y  Bergonzi, aunque también Baker; es una pieza alegre y breve. Antes de cantarlas Radvanovsky se dirigió al público en inglés (lo hará repetidas veces durante el concierto) para quejarse (como cuenta Pablo Kohan en La Nación): "ingresó con una tablet en la mano, y explicando sus temores sobre el funcionamiento de ese adminículo, que toqueteó hasta que arrancó y que colocó sobre un atril". Lo siguiente fue importante: nada menos que "Piangerò la sorte mia", el aria de Cleopatra de "Giulio Cesare in Egitto" de Händel; aunque expresiva, la coloratura de Radvanovsky no tuvo la pureza de las cantantes barrocas.

               Pero con Bellini entró a lo que mejor hace. Dos canciones: "Per pietà, bell´idol mio", y "La ricordanza", ambas muy bellas. La primera es definida "aria de cámara" y tiene texto del famoso Metastasio; la han grabado hombres y mujeres; la segunda tiene texto de Pepoli, el libretista de "I Puritani". Y luego, una atrayente interpretación del aria más famosa belliniana: "Casta diva" de "Norma". Mi Norma es y siempre será la Callas, pero esta versión fue de primer orden (aunque extraño el coro acompañante).

               La Primera Parte terminó con dos Verdi estupendos en los que la cantante se lució profundamente: el aria "Tacea la notte placida" seguida de la cabaletta "Di tale amor", de "Il Trovatore"; y el impresionante "Pace, pace, mio Dio", Leonora en "La forza del Destino", que termina con esas trágicas "Maledizione". Aquí Radvanovsky confirmó ser una de las grandes voces de soprano de la actualidad: poderosa, con la habilidad de tomar una nota y llevarla de pianissimo a fortissimo y volver al pianissimo (lo hizo varias veces durante el resto del recital).

               Se había ataviado en un magnífico vestido blanco que llegaba hasta los pies; en la Segunda Parte se cambió a un traje negro con escote. Pasó al otro grande, Puccini: 2 canciones y un aria fundamental. Curiosamente, "Sole e amore" es un calco de "La Bohème", cantado con calidez. "E l´uccellino" ("Y el pajarito") es una canción liviana y alegre, muy bien interpretada por una artista que cambia de la comedia al drama en un minuto: no hay duda de que "Sola, perduta, abbandonata" es trágica al máximo en "Manon Lescaut" y ella le dio una intensidad tremenda (como la Callas en su grabación).

               Volvió a Verdi pero con canciones; de las 6 Romanzas, publicadas en 1838; tenía 25 años. Radvanovsky eligió la tercera, In solitaria stanza", texto de Vittorelli; y la quinta, "Perduta ho la pace" de "Faustp" de Goethe en traducción de Luigi Balestra. Un año más tarde presentó su primera ópera: "Oberto, Conte di San Bonifacio". Ambas canciones son muy expresivas y ya demuestran su talento; estuvieron muy bien cantadas y no está de más hacer notar que en las canciones el pianista se lució.

               Las dos arias finales fueron famosas y bien elegidas: "Io son l´umile ancella" de "Adriana Lecouvreur" de "Francesco Cilea, tierna imagen que Adriana hace de interpretar las magníficas obras teatrales de su época (siglos XVII y XVIII); aquí la cantante supo dar belleza y refinamiento a la música. En cambio terminó el programa con una versión ideal de "La mamma morta" de "Andrea Chénier" de Umberto Giordano; fuerte, poderosa, trágica, dio ganas de verla en la ópera completa.

               Cantó cuatro piezas fuera de programa. En la primera salió del italiano y escuchamos una bella versión de la gran aria de "Rusalka" de Dvorák, la Canción de la Luna, grabada en checo por tantas grandes artistas como Renée Fleming. Luego volvió a Puccini con dos arias bien distintas: "Vissi d´arte" de "Tosca" y "O mio babbino caro" de "Gianni Schicchi". Y finalmente, en inglés "americano", una célebre canción de Harold Arlen, "Over the rainbow", de la película "The Wizard of Oz" ("El mago de Oz"), que hizo famosa a Judy Garland. Un agradable final de un concierto que fue afirmándose hasta ser muy bueno.

Pablo Bardin

domingo, julio 03, 2022

ORCHESTRE PHILHARMONIQUE ROYAL DE LIÈGE, GRAN PRINCIPIO DEL MOZARTEUM

               No se conocía aquí a la Orchestre Phlharmonique Royal de Liège (Bélgica). Ni a su director, el húngaro Gergely Madaras. Además se presentó el gran pianista ruso Nikolay Lugansky. Resultado: un impresionante concierto de muy alto rango nos trajo una magnífica orquesta después de 2 años en los que el Covid impidió cualquier visita. Bien se sabe que le debemos al Mozarteum una cantidad de orquestas extranjeras de extraordinaria calidad; baste citar las Orquestas de Chicago, Cleveland, Philadelphia, Boston, y Montreal y la de la Filarmónica de Viena, la de Unter den Linden de Berlín, la Concertgebouw de Amsterdam. No faltaron de Oslo, Dresden y París. Y muy cerca de la de Liège, la de Luxemburgo. Además de otros países europeos y alguno brasileño o japonés.

               Pero el programa de mano da mucha información y la sintetizaré aquí porque no todos los que van leen el programa y están los que no van. La Orquesta que vino es grande: para el programa que trajeron hubo 94 artistas no sólo belgas sino de 22 de otros países. Son los necesarios para los compositores que escuchamos: Lekeu, Chopin y Brahms. "Creada en 1960, es la única agrupación sinfónica profesional de la Bélgica francófona" (pero hay ópera en Liège y tiene su propia orquesta). Utilizan la "Sala Filarmónica, que data de 1887. Sus directores musicales: Manuel Rosenthal, Paul Strauss, Pierre Bratholomée, Louis Langrée, Pascal Rophé, François Xavier Roth y Chrisrtian Arming". Ha combinado "tradiciones germanas y francesas", "ha dado a conocer más de 100 grabaciones a través de sus algo más de 5 décadas de existencia; álbumes completos dedicados a obras de Respighi (Bis), César Franck y las sinfonías de Saint-Saëns. Este año celebra el bicentenario del natalicio de César Franck, quien naciera en Liège".

               En cuanto al director Gergely Madaras, me sorprendió la amplitud de sus visitas a importantes orquestas. "Nació en 1984 en Budapest". En la entrevista que le hizo Cecilia Scalisi en La Nación, cuenta que fue de niño un entusiasta de la música gitana. Estudió el violoncelo y el violín para tocar con los gitanos. Luego asistió a los ensayos de Georg Solti, que fue un modelo a seguir. "Una de las bases de la formación de un director según la escuela musical europea consiste en tocar el piano. El entrenamiento intensivo que me dio el gitano desarrolló una fuerte capacidad de aprender, de oír al detalle y de memorizar a gran velocidad. La dirección es la pasión de mi vida". Se graduó en la célebre Academia Liszt de Budapest y en la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena. Menciona así a su orquesta: "es la calidad de su melos, el sonido rico y exuberante que la distingue". Paso a su biografía en el programa de mano. "2014-2020: Director titular de la Sinfónica de Savaria (Hungría). 2013-2019: Director musical de la Orquesta de Dijon-Bourgogne. Director invitado: Sinfónica y Filarmónica de la BBC, Philharmonia Orchestra, Orq. Hallé de Manchester, Barbican Centre y Royal Festival Hall en Londres;  Philharmonique de Radio France, Philharmonie de París; Filarmonica della Scala di Milano, Orq. del Maggio Musicale Fiorentino; Filarmónicas de Oslo y Copenhague; Sinfónicas de Melbourne y Queensland (Australia); Sinfónicas de Houston y Texas; Suntory Hall de Tokyo. En cuanto a la ópera, 8 están mencionadas de diversos compositores en la English National Opera, la Ópera Nacional de Amsterdam, el Gran Teatro de Ginebra y la Ópera Estatal de Hungría. En cuanto a la música contemporánea, fue asistente de Boulez en la Academia del Festival de Lucerna (2010-2013) y colaboró con compositores como George Benjamin, György Kurtag y Peter Eötvös, interpretando, dirigiendo y grabando más de 100 compositores escritas después de 1970" (¡). En suma, una asombrosa carrera antes de los 40 años, pero novedad total para Argentina.

 Hay un belga que tuvo éxito en París durante la era clásica: Grétry; pero aquí nos importan dos grandes figuras de fines del siglo XIX: César Franck y Eugène Ysaÿe; ambos tuvieron fuerte influencia en Guillaume Lekeu, que tuvo la desgracia de una vida corta (1870-94). Obras inconclusas fueron terminadas por el gran francés Vincent D´Indy. Me sorprendió un hecho: el artículo de Maurice Kufferath en el Diccionario Grove da una lista de obras: fragmentos de una ópera; 3 obras corales; 9 orquestales; 1 suite para violoncelo y orquesta; 10 obras de música de cámara (2 terminadas por D´Indy); 6 piezas para piano; y 3 canciones (poemas). 33 obras. Y comparando con el Catálogo de CDs R.E.D. 2000 Clásico, ¡45 obras están grabadas!; o sea que desde el Grove de 1952 y el R.E.D. 2000 se descubrieron más obras y se intentó grabar todo. Curiosamente la obra que escuchamos está en Cámara en el Grove pero en orquesta en el R.E.D.: Adagio para cuarteto de cuerdas y orquesta de cuerdas op. 3 (1891), y tiene 5 grabaciones, siendo la más interesante la de la Orquesta de Liège dirigida por P. Bartholomée (1891) en un inmenso álbum de 9 CDs de obras de todo tipo. Si se quiere 1 solo CD, la versión de Harmonia Mundi con Musique Oblique Ensemble parece adecuada.

Tal como está en el programa, se agrega "Las flores pálidas de la memoria". Nos cuenta Claudia Guzmán: "Se trataba de la última de 3 obras altamente significativas en las cuales revelaba ya, a sus 21 años, una escritura afianzada. En enero había culminado su Trío para piano y cuerdas, mientras que en marzo había dado a conocer su Sonata para piano. El 28 de abril daba por terminada la creación" del Adagio. "Pocos meses antes había recibido con inmensa angustia la noticia del fallecimiento se du maestro, César Franck." Esa referencia a las flores en el Adagio proviene "del poema ´Nunca más´ que su contemporáneo, el poeta simbolista Georges Vanor, había publicado en el libro ´Les Paradis´ (1888)". La obra puede entenderse como "dedicada a la memoria de su maestro". Meses antes había creado el estudio sinfónico "Hamlet". Cuando D´Indy supo del fallecimiento de Lekeu "debido a la fiebre tifoidea en la casa de sus padres en Angers" "el 21 de enero de 1894"., "en marzo " de ese año "estrenó en París este Adagio en un concierto que organizó en memoria de su joven discípulo". La creación, sumamente lograda en lo formal, que da cuenta del gran oficio de Lekeu, sería publicada en 1908 siendo una de sus obras más interpretadas". Los "solos de violín, viola y violoncelo" están "magníficamente imbricados en una trama de embriagante lirismo". La partitura seguramente fue estreno en Buenos Aires y no deja de ser una audacia iniciar la primera presencia de esta orquesta con algo tan triste, pero el público reaccionó muy positivamente ante esta música profunda y bella magníficamente interpretada por el director, los solistas y las cuerdas.

               El Concierto para piano Nº 1, en mi menor, op. 11, de Frédéric Chopin, es en realidad Nº 2, ambos de su etapa muy joven; el llamado Nº 1 fue estrenado en el Teatro Nacional de Varsovia el 11 de octubre de 1830; tenía 20 años, y meses antes, a 19 años, había estrenado el mal llamado Nº 2. Tocó su op. 11 en Viena, y luego en Breslau, Munich y finalmente en la Salle Pleyel de París. Chopin dedicó este concierto al entonces famoso Kalkbrenner, un modelo para Chopin así como le fue Hummel. Con el tiempo fue mal vista la relación de la orquesta con el piano, ya que la orquesta suena resonante y al presentar al principio los temas principales del primer movimiento lo hace bien, pero cuando el piano entra la orquesta casi desaparece; y esto vuelve a suceder en otras dos apariciones de la orquesta sin el piano; es como si fueran rivales. Esto molesta menos en el movimiento lento, muy expresivo y que termina con una serie de curiosos acordes. Y el final es un brillante Krakowiak, rondó vivace, donde la orquesta está relegada y el virtuosismo pianístico llega a su máximo: Honestamente no me parece una buena elección para una orquesta que viene por primera vez, aunque lo hayan tocado muy bien, pero hay que reconocer que el pianista es para entusiasmar a cualquier melómano. Ignoro si Nikolai Lugansky ha venido antes aquí pero es un gran pianista y su interpretación fue memorable. "Nació en 1972 en Moscú", donde estudió especialmente con la gran Tatiana Nikolayeva. Empezó a presentarse en concursos a los 16 años y brilló premiado en el Concurso Tchaikovsky en Moscú. Da anualmente un centenar de conciertos, con frecuencia acompañado por directores de gran renombre (incluso aquellos fundamentales que ya no están: Masur, Svetlanov; pero también Dutoit, Temirkanov, Nagano, Pletnev, Vladimir Jurovsky, Gianandrea Noseda, Kirill Petrenko, Valery Gergiev, Leonard Slatkin y Marek Janowski. Colaboró con la pianista Yuja Wang Y los violinistas Vadim Repin y Leonidas Kavakos, con el violoncelista Mischa Maisky y la soprano Anna Netrebko. Tiene en repertorio 50 conciertos para piano; lo aclamaron en las mejores salas del mundo. Su vasta discografía abarca 6 sellos y ganó abundantes galardones. Bien acompañado, Lugansky tocó con una seguridad y belleza de timbre ideales en los 3 movimientos; el Krakowiak fue deslumbrante, así como el movimiento lento fue poético. La pieza fuera de programa, el terriblemente difícil Preludio op. 23 Nº 7 de Rachmaninoff, fue tocado a la perfección.

En la entrevista mencionada antes, el director confirma su entusiasmo por Brahms; no me extrañó que su versión de la Sinfonía Nº 2, en Re mayor, op. 73, fuese admirable. La Filarmónica reveló ser de primer orden (ni un Lekeu de orquesta de cuerdas ni el concierto de Chopin eran obras que permitiesen juzgar plenamente su capacidad). Con tempi perfectos en cada movimiento, claro sentido del estilo brahmsiano y un control cálido de la orquesta, Madaras confirmó ser un director valioso y la Orquesta de Liège un conjunto de asombrosa calidad. Escrita en el verano de 1877 en Pörtschach junto al Wörthersee (Lago de Wörther), "custodiado por los Alpes de Carintia", Brahms compuso con celeridad y perfección esta magnífica sinfonía que va desde la seriedad del primer movimiento a la plena alegría del Finale. En diciembre el gran Hans Richter la estrenó con la Filarmónica de Viena. Esta versión de Liège tuvo la calidad de la que presentó Barenboim con su orquesta berlinesa en la Ballena. Me despertó la reminiscencia de grandes versiones que presencié entre 1951 y 1970; de las 12, las mejores fueron las de Van Beinum (con la Sinf. Nacional, 1953); en Washington, Karajan con la Fil. de Berlín (1956); en Buenos Aires, Barbirolli con la Orq. Philharmonia de Londres (1963); y nuevamente Karajan con la Fil. de Berlín pero en Praga (Primavera de 1969). Seguramente si tengo la suerte de vivir unos años más la versión que comento estará en mis pensamientos. No es de extrañar que la pieza agregada al final tuviera el color ideal: la Danza Húngara Nº 5 de Brahms.

Pablo Bardin

sábado, junio 25, 2022

ESTRENOS INTERESANTES EN LA SINFÓNICA DIRIGIDA POR SIFFERT


               Desde hace varios años el suizo Emmanuel Siffert ha sido director de orquesta en Buenos Aires Ciudad y en Cuyo. En el Colón fue el director del Ballet durante un tiempo considerable. Luego pasó a preparar conciertos sinfónicos con estrenos argentinos e ingleses; y así fue el concierto que comento de la Sinfónica Nacional del miércoles 22 de junio (como en años anteriores). Poseedor de una técnica muy clara, sus versiones son siempre de sólida musicalidad.

Al final de este artículo daré datos sobre él para que se aprecie el intenso trabajo que ha realizado.  

               Un interesante compositor mal conocido aquí es Granville Bantock, londinense, 1868-1946. Estuve leyendo (me tomó un largo rato) las muchas páginas sobre él y su enorme producción. Tengo dos atrayentes obras suyas que tanto a mí como a amigos interesados en músicas que aquí no se oyen nos gustan mucho: la Sinfonía de las Hébridas y la Sinfonía Pagana.

Como se sabe, los conciertos de la Sinfónica Nacional tienen el grave error de no avisar qué obras se escuchan y además no hay programa. Yo lo sé porque tuve acceso a la programación debido a ser crítico musical. ¿Pero el público lo sabe? En ese caso, ¿cómo? En suma, no sé si supieron que escucharon a Bantock.

               El diccionario Grove es inglés y resulta lógico que le dé espacio detallado a los compositores de esa nacionalidad. Y bien, hay 2 páginas con respecto a su vida pero nada menos que 9 páginas detallando las obras que escribió. En lo que concierne al concierto que comento escuchamos una de sus 40 obras orquestales: el poema sinfónico Nº 5 "La bruja de Atlas", basado en una obra del gran poeta Percy Bysshe Shelley (1792-1822), marido de Mary Wollstonecraft Shelley, la autora de "Frankenstein". Esta pareja cambió con frecuencia su estadía en Italia y tuvo gran amistad con Lord Byron. "The witch of Atlas" data de 1820 y es una narración mitológica; la encantadora parece ser una representación simbólica del poder divino. La música es intensa, muy bien orquestada, escrita en 1902 (34 años); varía entre pasajes serenos y otros violentos, de poderosa orquestación, como si la bruja intentase que Atlas deje de sostener a la Tierra. Si embargo, el último minuto vuelve a la serenidad. La orquesta tocó bien y la gente aplaudió con entusiasmo. Hay una grabación de Vernon Handley dirigiendo la Filarmónica Real de Londres en CD Hyperion (contiene otras obras).

               Como también sucedió en parte con Holst, más famoso, a Bantock le atrajeron no sólo los mitos griegos sino también los persas, hindúes, chinos, musulmanes, y en lo que concierne a las Islas Británicas, los celtas. Escribió 3 óperas, 5 ballets, 8 músicas incidentales, 39 obras corales, 11 para banda, 9 para voz y orquesta, 5 para violoncelo y orquesta, 3 sonatas para violín y piano, 2 para violoncelo y piano y una para viola y piano, 12 obras para piano y una enorme cantidad de canciones variadísimas (95 entre series y sueltas, seguramente cerca de 300). Confieso mi curiosidad, ya que muy poco está grabado pero lo que conozco me resulta personal y válido.

               Pasamos del siglo XX a Mozart: su Concierto Nº 5, llamado "Turco", op. 219, fue estrenado el 20 de diciembre 1775, y los otros 4 son del mismo año a partir de abril, todos escritos para Salzburgo. ¿Porqué "turco"? Debido al tercer movimiento, cuyo tema principal no es turco pero sí lo son los pasajes contrastantes B (ABABA es la forma). Años más tarde va a crear una de sus obras maestras, "El Rapto en el Serrallo"; y una ópera inconclusa, "Zaide", también tiene temas que suenan turcos. Los conciertos Nos. 6 y 7 son apócrifos. No se sabe si fue Mozart el que los estrenó o el notable Brunetti. La orquestación de los 5 conciertos es la misma: cuerdas, 2 oboes y 2 trompas (sin percusión). El solista fue Manuel Quiroga; no lo conozco, no sé si es argentino, pero se vistió de una manera poco habitual aquí, más bien venezolana o colombiana (mi impresión). Tras el comienzo orquestal, bastante extenso, entró con sonido puro aunque algo liviano pero gradualmente puso más volumen. Su sonido es grato y tiene buena técnica. El solo al final del primer movimiento fue el habitual; en cambio hubo un solo extenso al terminar el movimiento lento y no lo reconocí. Y me pareció que no le dio suficiente color turco a los B del tercer movimiento. De todos modos es un artista meritorio. La parte orquestal estuvo bien salvo algunos momentos ingratos de las trompas.

               Tras un tiempo considerable (más de 10 minutos) finalmente tuvimos la orquesta a pleno (y con mucha percusión) y el Coro Polifónico Nacional, también a pleno (lamentablemente no tengo el dato de su director). En años anteriores escuché obras de Eduardo Crespo de considerable seguridad técnica; escuchamos (supongo en primera audición en Buenos Aires Ciudad pero probablemente ejecutada en la zona cuyana) su Sinfonía Nº 6, Coral. Lamento que mi vista está afectada para leer a distancia porque hubo un cartel con el texto, y como nada nos llega de información no sé cuál es el autor. El Coro cantó con firmeza y afinación y les entendí algunas palabras en buen "argentino". En cuanto a la orquesta, es grande y con mucha percusión que se escuchó fff en varios momentos de la obra; bastante bombo y platillos y algunos sonidos norteños. La versión (no me cabe duda) fue notable, con férreo control por parte del director.

               Creo útil dar datos sobre la abundante carrera de Siffert. Suiza: Orquesta de cámara suiza; Orquesta de la Suiza italiana en Lugano; la Sinfónica de Berna; la Sinfónica de St. Gallen; asistente de Armin Jordan en la Ópera de Ginebra; Orquesta de la Escuela de Lausanne; la Orquesta de cámara de Fribourg. Estudió dirección de orquesta con Stein, Weikert, Panula y Giulini; y violín con Sandor Vegh; fue violinista en Salzburgo entre 1989 y 1994. Argentina: actual Director titular de la Sinfónica de San Juan; profesor en el Instituto Superior de Arte del Colón, 2015-16; director de la Filarmónica de Buenos Aires, de la Orquesta Estable del Colón; Sinfónica de Bahía Blanca, de Río Negro, de Santa Fe, de Salta, Director del Ballet del Colón durante 2013-17. Masterclasses en la Universidad Católica Argentina y en la Universidad Nacional de San Juan. Gran Bretaña: Director de la European Chamber Opera de Londres; de la Orquesta Philharmonia, de la Royal Philharmonic, los London Mozart Players; en el Covent Garden 4 producciones de ballet; en el Ballet Nacional Inglés, 2003-5; director en la Ópera de Gales (Welsh). Alemania: dirigió en Nuremberg, Constanza, Saarbrücken. Italia: Sinf. de Aosta. Recorrió Europa dirigiendo: Bucarest; Austria: Mozarteum de Salzburgo; Chequia: Ópera de Pilsen; Polonia: Filarmónica de Lodz, Filarmónica Lutoslawski en Wroclaw; España: Filarmónica de Gran Canaria: Rusia: Filarmónica de Volgograd; Filarmónica de Armenia; Filarmónica de Eslovenia; Orquesta de Chisiman en Moldavia. China: Orquesta Sinfónica Nacional en Beijing. Vietnam; Ballet y Ópera Ho Chi Minh. Egipto: Sinfónica de El Cairo. África del Sur: Filarmónica de Johannesburg; Filarmónica de KwaZuluNatal. Méjico: Filarmónica de la Ciudad de Méjico; y las Sinfónicas de Aguas Calientes, Jalapa y Michoacán. Sinfónica Nacional de Ecuador; Teatro Sucre en Quito; Sinfónica de Venezuela; Sinfónica de Perú, de Arequipa; Sinfónica Nacional de Cuba; Sinfónica Nacional de Paraguay; Uruguay: Filarmónica de Montevideo; Brasil: Filarmónica de Minas Gerais; Chile: Filarmónica de Concepción; Filarmónica de Chile; de Cámara de Chile.

               Además grabó algunos discos, escribió un libro sobre dirección orquestal, dio Masterclasses de dirección en Beijing, grabó partituras de compositores suizos. En suma, un artista múltiple.

Pablo Bardin

                

 

jueves, junio 23, 2022

BUENAS NOTICIAS PARA LA SINFÓNICA Y OTROS CONJUNTOS NACIONALES

               Tras muchos años de insistencia por parte de los artistas afectados ante peronistas o macristas, finalmente se logró una mejora sustancial en sus sueldos. El 13 de junio se firmó un Convenio Colectivo de Trabajo rubricado en la Sala Argentina del CCK. Entre otros, estaban presentes Tristán Bauer, Ministro de Cultura; Ana Castellani, Secretaria de Gestión y Empleo Público; y Mariela Bolatti, Directora Nacional de Organismos Estables. Fue Bolatti la que se refirió a los detalles del Convenio. Ésta es una síntesis de sus palabras.

               "El decreto 973 de 2008 venía regulando toda la actividad de los elencos estables del Ministerio de Cultura de la Nación (coros, orquestas y ballets): pero el tiempo pasa" (sobre todo en un país inflacionario al máximo). "Se habían ido retrasando con total injusticia los sueldos que recibían estos artistas por su trabajo. Con la idea de actualizar y mejorar "sus condiciones "nos dimos a la tarea de reformular ese pasado. Fueron muchas horas de discusiones arduas y a veces ásperas, avances y retrocesos, negociaciones, aportes de los integrantes de comisiones paritarias y del Estado, pero también de especialistas de los integrantes de cada uno de los elencos. Tampoco fue sencillo ni se resolvió rápidamente, porque hay intereses en juego y porque cuesta pulir las discrepancias. Pero podemos celebrar que primaron la cordura, las buenas intenciones y la voluntad de acuerdo. Trabajamos todos juntos en equipo".

               "Es motivo de gran festejo porque los artistas recibirán una paga muchísimo más acorde a su destacada tarea profesional; el trabajo tendrá una serie de nuevas garantías para que se desempeñen libres de otras presiones; nos permitirá llegar a los públicos de todo el país y del exterior. Habrá significativa inversión a través de los recursos audiovisuales a audiencias más numerosas.  Puntos salientes:

               ".) Se dividen las funciones en 3 agrupamientos: 1) Músico instrumentista posee 4 roles de acuerdo al organismo de cada elenco. 2) Músico cantante posee 2 roles en cantante rol 4 y pianista acompañante rol 2" (me parece muy pobre la sintaxis). "3) Bailarín: todos encasillados en rol 2 pero se suma la novedad del ´Promotor de la danza´. La danza es un gran problema que atraviesan todos los ballets de nuestro país". No me parece claro.

               .) En el nuevo convenio se agregan la Compañía Nacional de Danza Contemporánea y el renominado y reformulado Coro Nacional de Música Argentina, creado a partir de lo que fuera el anterior Coro Nacional de Jóvenes". Me parece un gran error provocado para defender a aquellos del coro que ya no son jóvenes pero que elimina la idea esencial de cantar la mejor música del mundo como lo hicieron durante tantos años.

               .) "Si bien los elencos estables no tienen una carrera vertical y que el desarrollo de su carrera y su crecimiento es horizontal, además de los grados se incorporarán, a través de capacitaciones específicas, los tramos general, intermedio y avanzado para ascender en dichos niveles". Me parece una manera particular de expresarse que podría escribirse de otra manera más evidente.

               .) "El presente convenio implica el mayor reconocimiento a la inversión adicional inherente a la profesión artística por el cuidado y mantenimiento de los instrumentos y el cuidado del cuerpo y de la voz. Cobrarán el mismo concepto por la misma remuneración". Como si un Stradivarius fuera lo mismo que un violín del montón…

               .) "Se elimina la última categoría, jerarquizando a todos los elencos". No es lo mismo un coro que una orquesta…

               .) "Se agrega el criterio de ´actuación extraordinaria´, suplemento que recibirán todos los artistas que sean convocados a participar de actividades que no están dentro de los roles habituales dentro de sus respectivos elencos". Ojalá sea algo razonable, no de política barata. O mezclarlos con música popular.

               .) "Se incorporan todas las normativas emanadas del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad". Esto podría ser disparatado por completo.

               Éstas son las instituciones abundantes que existen en su mayoría desde muchas décadas atrás: Ballet Folklórico Argentino, Compañía Nacional de Danza Contemporánea, Coro Polifónico Nacional de Argentina, Coro Polifónico Nacional de Ciegos, Banda Sinfónica Nacional de Ciegos, Coro Nacional de Música Argentina (ya me referí), Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, y Orquesta Sinfónica Nacional de Argentina. A las orquestas les dan el mismo valor si tocan un tango o una sinfonía de Mahler…

               Como se observa, no todas son buenas noticias, pero algunas lo son y ya eso es muy raro en este país.

               Aparte de estas resoluciones, hay otras dignas de mencionarse y son positivas. En especial ésta: se consolida el estatus de la Sinfónica Nacional como orquesta residente en el CCK. Por supuesto que es lo único justo pero hace años que está en injusta duda, aunque el escenario fue realizado por algunos de ellos. Otra orquesta de menor calibre recibirá el mismo trato: la Filiberto. Y en cambio correctamente: el Coro Polifónico Nacional.  En cuanto a la Sinfónica: deben descongelarse los cargos vacantes, lo cual tomará bastantes meses; llenarlos mediante concursos: las nuevas condiciones pueden atraer buenos músicos. Queda mucho por reglamentar, pero hay gente seria en la Sinfónica y es de desear que puedan trabajar más a su gusto.

Pablo Bardin

NOTABLE CONCIERTO DE LA FILARMÓNICA CON POLICANO Y TALI

               Un grato compromiso de amistad me impidió estar presente en un valioso concierto de la Filarmónica dirigida por Baldur Brönimann: el Concierto Nº 2 para violín de Bartók con Xavier Inchausti y la Sinfonía Nº 14 de Shostakovich para 2 cantantes y orquesta de cuerdas dedicada a textos relacionados con la muerte (cantaron Tabernig y Spies). El concierto Nº 8 de la serie de la Filarmónica tuvo como directora a la finlandesa Anu Tali, que debutó en el Colón, y a un muy joven talento argentino, la violinista Pilar Policano (que reemplazó al pianista David Fray en el Primer concierto de Mendelssohn) que tocó el Concierto Nº 2, en re menor, op. 22, de Henryk Wieniawski. Sólo lamenté que en vez de la célebre obertura de "Coriolano", op. 62, de Beethoven, no dirigiese Tali alguno de los poemas sinfónicos de Sibelius, como "La hija de Pohjola", muy interesante y raramente escuchada aquí.

               Nos llega muy escasa información sobre artistas europeos jóvenes y confieso no haber tenido datos sobre Tali hasta leerlos en el programa de mano. Ex directora musical de la Orquesta de Sarasota en Florida, aparece regularmente con orquestas de todo el mundo, incluídas New Japan y Tokyo Philharmonic, la Nacional de Francia, la Sinfónica de Houston, la del Mozarteum de Salzburgo, la de la Radio Sueca. En Alemania con la Sinfónica Alemana de Berlín, en la misma ciudad la Orquesta Konzerthaus (Sala de Concierto), la Filarmónica de Cámara Alemana de Bremen y el Ensemble Modern. Con la Orquesta Barroca de Freiburg  "Telemaco" de Gluck en el festival de Schwetzingen. El año pasado fue la primera mujer en dirigir en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Participó en documentales de emisoras internacionales.

Comenzó su carrera como pianista y se graduó en el Conservatorio de Tallinn (Estonia). De 1998 a 2000 estudió en el Conservatorio estatal de San Petersburgo; entre sus maestros, el finlandés Jorma Panula. Su versión de "Coriolano" fue clara y con fuerza; la Orquesta respondió bien, salvo un par de ataques mal coordinados cerca del final. Los gestos de la directora fueron comprensibles y tradicionales.

               Hasta hace muy poco no sabía nada sobre Pilar Policano, sólo que había intervenido en un concierto de la Sinfónica Nacional al cual no pude asistir hace unas semanas. Fue el 13 de mayo y tocó el Concierto para violín de Mendelssohn. Nació en Buenos Aires en 2007. Empezó a estudiar el violín a 6 años, y a los 11 la guió Rafael Gintoli. Becaria del Mozarteum Argentino y del Fondo Nacional de las Artes, fue solista en la Orquesta Uniart París, Filarmónica de Pitesti (Rumania) y en varias orquestas argentinas (Salta, Bahía Blanca, Avellaneda y Nacional Juvenil San Martín). Intervino en Festivales en Villa Angostura, Moscú y Waterloo (Bélgica). Tomó masterclases con artistas como Pavel Berman y Xavier Inchausti. Ganó premios en Pitesti (Rumania), San Petersburgo y Nouvelles Étoiles de París. Está invitada para competiciones en Omsk (Rusia) y Boston. Desde este año toca un violín del luthier Horacio Piñeiro en préstamo del Maestro Pablo Saraví con cuerdas Warchal Timbre. En suma, una trayectoria extraordinaria para sus 15 años.

               La mera elección del Concierto Nº 2 en re menor, op. 22, de Henryk Wieniawski, revela el virtuosismo de la artista. Gran violinista polaco, Wieniawski produjo con este Concierto una obra valiosa y muy bien escrita no sólo para el violín, también para la orquesta. Por algo ha sido grabada por artistas de la talla de Heifetz, Perlman, Stern, Igor Oistrakh, Shaham, Huberman y Joshua Bell. Su vida fue breve (1835-80) y este concierto fue escrito a los 27 años, cuando era muy famoso, y dedicado a otro grande, Pablo de Sarasate. No sólo hay una escritura de gran variedad para el instrumento solista sino también una introducción orquestal amplia y atrayente muy bien presentada por la Filarmónica. Ya desde el primer minuto de la ejecución de Pilar Policano quedó en evidencia su calidad. Y a medida que fueron pasando los minutos fue irreversible: tenemos en ella a una importante violinista de calidad internacional. Toca con  asombrosa seguridad en todo momento, con bello y expresivo sonido. Ya sea en los virtuosismos o en las melodías (especialmente en el movimiento lento) fue un placer intenso escucharla. Y no me extrañó la pieza extra que eligió: el Capricho Nº 24 (tema y variaciones) de Paganini, tantas veces ejecutada aquí y en el mundo por ser un catálogo exhaustivo de distintas maneras de usar al violín: quien lo toca bien es indudablemente un (una) violinista de primer orden. Y es lo que tenemos en esta magnífica adolescente.

               La Tercera sinfonía en Mi bemol mayor, op. 97, "Renana", es en realidad la Cuarta, porque la que figura con ese número es la Tercera modificada. Compuso la llamada Tercera entre noviembre y diciembre de 1850 en Düsseldorf, donde era desde hacía unos meses el director musical de la ciudad. Se estrenó el 6 de febrero de 1851, dirigida por el autor. No es nada habitual que tenga 5 movimientos en vez de 4; tanto el 1º como el 5º son rápidos y alegres. El 2º, si bien está denominado Scherzo, es "muy moderado" ("Sehr mässig"). El 3º, "Nicht schnell" ("No rápido") parece un Ländler en ¾. El 4º movimiento es el que está inspirado en Köln (Colonia), sobre el Río Rin, y está marcado "Feierlich" ("Solemne"), como será luego tan habitual en las sinfonías de Bruckner. Más exactamente, lo que intenta Schumann es dar una imaginación musical sobre la magnífica catedral de Köln, que le había impresionado fuertemente. Es muy notable el impacto de las trompas agudas y de las trompetas y los trombones. La versión fue muy buena; lástima que bastante gente aplaudió después de los dos primeros movimientos; a partir del 3º la directora logró una continuidad que evitó aplausos. La dirección firme e intensa de Anu Tali se reflejó en una orquesta muy bien trabajada donde por ejemplo sorprendió el sonido de las trompas, siempre firmes y expresivas.  Mucho entusiasmo del público al final.

Pablo Bardin

 

               

TRES SCHEHERAZADES POR LA SINFÓNICA JUVENIL SAN MARTÍN

               Pasaron 3 años sin que yo haya visitado la sala principal de la Facultad de Derecho. La última vez que fui las butacas estaban muy destartaladas. Por supuesto, el Covid afectó la actividad musical que año tras año permitía escuchar música en vivo tanto en la sala de cámara como en la principal. Y bien, la idea de poder escuchar 3 Scheherazades en el mismo concierto me resultó irresistible y muy típica de Mario Benzecry, que tantas veces ha imaginado conciertos de especial interés y novedad, además de ser difíciles.  Título completo: Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional "José de San Martín". Benzecry la fundó en 1994 siguiendo la base venezolana de conciertos juveniles, y nunca la abandonó pese a serios problemas de dinero para mantenerla. Por suerte "fue relanzada en 2013 bajo el auspicio del actual Ministerio de Cultura". Y pese a los cambios de partido, se ha mantenido. La Orquesta tiene nada menos que 90 integrantes y una característica muy particular: un Cuerpo de Profesores de gran calidad enseña a los jóvenes; son 13 y tienen figuras de la categoría de Araujo en violoncelo, Natalia Silipo en Maderas, Fernando Ciancio en Metales y Daniel Robuschi en violín. Y el arreglo en años recientes (salvo el Covid que paralizó todo durante casi 2 años) fue y es que la Orquesta toca los sábados a las 18 en la Facultad y al día siguiente en la Sala grande del CCK. Tuve la grata sorpresa de encontrarme con butacas nuevas en perfecto estado. Los conciertos son gratis en ambas salas y meramente se hace cola; hay intervalo.

               Benzecry, octogenario, se mantiene físicamente muy bien y parece 20 años menos. La Primera Parte fue dedicada a Maurice Ravel: fue primera audición dirigida por Benzecry en 2017 en la Ciudad de Buenos Aires "Scheherazade", Obertura feérica, que data de 1898 (Ravel tenía 23 años). Benzecry explicó las 3 Scheherazades" con su habitual claridad y síntesis. Esta Obertura no fue aceptada cuando se estrenó (injustamente) y quedó fuera de toda ejecución hasta 1975. En el Grove de los años 50 figura "Unpublished" ("Sin publicar"). Vale la pena mencionar que Ravel fue rechazado 3 veces para el "Premio de Roma" con estas cantatas, también "Unpublished" según Grove: "Myrrha" (1901), "Alcyone" (1902) y "Alyssa" (1903). Salvo un aria de "Alcyone", no encontré nada más en el catálogo R.E.D. 2000. En cambio, hay nada menos que 5 grabaciones de "Shéhérazade" (como se escribe en francés), aunque en grabaciones de más de un CD: Ulster Orch, Y. P. Tortelier; Chandos (4). Orq. de París, Martinon, 1970; EMI (2). Orq. Fil. de New York, Boulez; Sony (3). Orq. de Minnesota, Oue; 1996; Reference Recordings (Oue nos visitó 2 veces). Orq. Sinf. de Londres, Abbado; Deutsche Grammophon (2). En suma, es novedad aquí pero no en Europa ni Estados Unidos. No la conocía y me resultó extensa y atrayente (unos 16 minutos), con ideas muy personales ya presentadas con aspectos impresionistas (pese a que no fueron amigos, se admiraron mutuamente con Debussy; Ravel dijo en 1923 respecto a la segunda Shéhérazade: "la influencia, al menos espiritual, de Debussy es bastante visible").

               La segunda "Shéhérazade" es de 5 años más tarde, 1903, y tiene textos de alguien que usaba un curioso pseudónimo wagneriano: Tristan Klingsor. Pese al título, no hay nada de "Las mil y una noches" aunque sí de un ambiente musulmán; se inicia con "Asie", donde la que canta se imagina un mundo de la India; da toda una serie de "yo quisiera" esto o aquello, hasta que pasa a cantar sobre los asesinos en un fragmento bastante tétrico; luego se calma. Es más extensa que las otras dos canciones juntas. "La flauta encantada" en efecto le da valor especial  más hindú que musulmán, breve y de mucho encanto. Y finaliza con "El indiferente", donde ella trata de atraer a un muchacho pero éste es en efecto indiferente y ella lo admite en un suave cierre. Negativo: no hay manera en la Facultad de Derecho de traducir en lugar visible una música con texto de otro idioma; no creo que haya habido en el público mucha gente que conozca lo que se va contando, y además son muchos los que aplauden donde no se debe, al final de las dos primeras canciones, y luego en Rimsky-Korsakov. Pero tuvimos a una talentosa artista de gran carrera: la soprano Jaquelina Livieri, de buen francés y muy segura musicalmente.

Bien acompañada por la orquesta, fue una grata experiencia. No dejé de recordar a Régine Crespin, sin embargo, en 1969, con Calderón acompañándola con la Sinfónica Nacional.

               Por supuesto, "Shéhérazade" es la obra máxima de Nikolai Risky-Korsakov. Su op. 35 fue escrito en 1888 cuando ya había estudiado el tratado de orquestación de Berlioz, que había visitado Rusia; le dio una sólida base para imaginar un tipo propio de orquestación; pronto fue considerado el más importante del llamado Grupo de los Cinco, tanto con sus obras sinfónicas como con sus óperas. Su único rival, de gran talento pero diferente, fue Tchaikovsky. En 1973 yo trabajaba en el Colón y le pedí al muy admirado Smetácek que dirigiera "Shéhérazade" y lo hizo con notable calidad. La obra dura 45 minutos (p.ej., en la extraordinaria grabación de Stokowski).

En el mismo año escribió el Capricho Español y "La gran Pascua rusa". Tenía 44 años y estaba en su plenitud. La obra tiene 4 partes y cada una cierra. La primera: "El mar y el barco de Simbad: Largo e maestoso-Allegro non troppo". Este primer movimiento se inicia con un ataque violento del visir que, según "Las mil y una noches", obligaba a las mujeres a contarle cuentos y si no estaba satisfecho ordenaba matarla…Pero pronto escuchamos la música de Simbad, personaje que el cine aprovechó en célebres obras. Tanto aquí como en las siguientes partes hay arduos solos del primer violín, correctamente tocados más que brillantemente. La segunda parte es mucho más serena: "La historia del príncipe Kalendar: Lento-Andantino-Allegro molto-Con moto". Impresiona el uso del compositor de distintos instrumentos y combinaciones de gran belleza. Tercera parte: "El joven príncipe y la joven princesa: Andantino quasi allegretto-Pochissimo più mosso", también es música dulce y fina. Pero la Cuarta parte es muy distinta. Se inicia con un "Festival en Baghdad" virtuosístico y brillante, muy rápido. Pero se combina de manera asombrosa con el fff siguiente: "El mar. El barco se estrella contra un acantilado coronado por un guerrero de bronce: Allegro molto-Vivo-Allegro non troppo maestoso". La densidad dramática es tremenda, pero eventualmente amaina y la obra termina aliviada, como si los tripulantes estuvieran serenándose tras el grave peligro. El compositor en sus óperas también demuestra su facilidad para evocar la naturaleza. Yendo a esta versión, me pareció muy meritoria: con muy buena dirección, los jóvenes respondieron con notable firmeza, con sólo mínimos detalles mejorables en lo que fue en general una ejecución de calidad y fuerza.

Pablo Bardin