lunes, octubre 26, 2020

Der Freischützde Weber, primera ópera romántica

                Como Felix Mendelssohn, Carl Maria Von Weber fue un compositor y director de orquesta exitoso que murió joven. Si Mendelssohn como compositor se distinguió por su música pianística, sus sinfonías y oratorios, el fuerte de Weber fue la ópera, aunque resultó valioso su contribución a los conciertos de clarinete y de piano. La familia Weber tuvo varios músicos y algunos conviene recordarlos: Fridolin Weber (1733-79 se casó con Marie Stamm; tuvieron 4 hijas y 3 de ellas se conectaron con Mozart en Viena: Josepha tenía una voz muy aguda y para ella ideó el compositor la Reina de la Noche de "La flauta mágica" además de un aria de concierto. Aloysia fue el primer amor de Mozart cuando visitó Mannheim pero se casó con otro; sin embargo él escribió para ella 6 arias de concierto y un rondó. Constanze en cambio se casó con Mozart. El hermano de Fridolin, Franz Anton Von Weber (1725-1812), apasionado por la música, tuvo varios hijos interesados en ella, entre ellos Carl Maria (Friedrich Ernst) von Weber, nacido en Eutin cerca de Lübeck (la famosa ciudad de la Hansa comercial del Mar Báltico) en noviembre 1786; murió en Londres el 5 de junio 1826. Su padre formó una compañía con sus propios hijos y algunos otros músicos; estuvieron en ciudades como Viena, Nuremberg, Augsburg; en 1796 estuvieron en una pequeña ciudad, Hildburghausen, y allí Carl Maria tuvo su primer profesor, Heuschkel, muy severo pero capaz; Carl Maria no re3accionó positivamente. Pero luego fueron a la ciudad de Mozart, Salzburg; allí fue Michael Haydn (el notable hermano de Josef), buen compositor, amigo de Mozart, quien le enseñó composición gratuitamente; Weber compuso 6 fughettas y Haydn las hizo imprimir: 1º de septiembre 1798, 11 años. Lamentablemente su madre había muerto de tuberculosis en mayo. Padre e hijo fueron a Munich y allí Carl Maria tuvo nuevo profesor, Franz Kalcher; Carl Maria escribió varias obras, incluso su primera ópera, pero todas se perdieron salvo unas Variaciones para piano. El compositor conoció al inventor de la litografía, Aloys Senefelder, y tanto le interesó al compositor y a su padre que quisieron ir a Freiberg en Sajonia, donde los materiales para litografiar se conseguían sin problema. Carl Maria había logrado perfeccionar su talento de pianista al punto de poder dar recitales en ciudades como Leipzig; había cumplido 13 años. En Freiberg Carl Maria se encontró con la compañía teatral de Ritter von Steinsberg, quien le dio su libreto  para la primera ópera (en realidad segunda pero la anterior, como ya lo expresé, se perdió): "Das Waldmädchen" ("La muchacha del bosque"); el 24 de noviembre 1800 se estrenó en Freiberg; luego se dio en Chemnitz, Viena (bien recibida, 8 representaciones) , Praga y San Petersburgo; qué rápido maduraban en esa época, aunque en sus bocetos autobiográficos admitió que la ópera, justamente, era "inmadura, aunque con algunos momentos de buena inventiva".  Sólo han quedado fragmentos; la obra no se publicó. Noviembre 1801: padre e hijo vuelven a Salzburg; allí Carl Maria compone su primera ópera cuya música nos llegó entera: con libreto de Joseph Türk sobre una novela de Carl Kramer, fue estrenada en Augsburg en marzo 1803 y fracasó; sin embargo su obertura es muy grata y se ha grabado muchas veces (la tengo en un viejo vinilo dirigida por Böhm). Se trata de "Peter Schmoll und seine Nachbarn" ("Peter Schmoll y sus vecinos"); Scherchen y Karajan también grabaron la obertura, y hay versión completa en Marco Polo. Se perdió el libreto de Türk; en 1926 K. Eggert realizó un nuevo texto  de la parte hablada (es un Singspiel; el texto de lo cantado figura en la partitura, que se editó en 1926); en Diciembre 1927 se la "revivió" en Lübeck; ignoro si hubo más versiones a partir de ese año. Philip Spitta, autor del artículo sobre Weber en el Grove´s editado por Eric Blom, considera que ya hay música fresca y grata, con sentido dramático, buen trabajo armónico y orquestación colorida e innovadora.   Aunque se estrenó en marzo 1803 compuso la mayor parte ya en 1801 y en el ínterin tuvo notables contactos y se interesó en múltiples temas: libros sobre teoría musical de C. Ph. E. Bach, Agricola y Kirnberger; crítica musical; planeó hacer un diccionario musical. A principios de 1803 conoció en Viena al Abbé Vogler, que le dio clases y le encomendó que preparase la partitura vocal de la ópera "Samori" del propio Vogler; pero además lo recomendó para tomar el cargo de Kapellmeister en Breslau (ahora Wroclaw en Polonia) y en efecto el administrador le tuvo confianza y lo nombró a apenas 17 y medio años. Antes en Viena Weber había vuelto a ver a Joseph Haydn y conoció a Hummel. Llegó a Breslau en junio 1804 y demostró talento para dirigir la orquesta y administrar. El director general J. G. Rhode le entregó su libreto para una ópera, "Rübezahl", basado en una vieja leyenda con aspectos sobrenaturales; Weber la inició pero sólo terminó la obertura y tres números vocales; esa obertura, revisada, se grabó algunas veces y se llama "Beherrscher der Geister" ("Soberano de los Espíritus"). Desavenencias en su trabajo de Breslau y alguna interferencia poco feliz de su padre lo impulsaron a dejar su tarea y depender de dar clases musicales en la primavera de 1806; pero antes le ocurrió un grave accidente: por error tomó un vaso de ácido nítrico en vez de vino, y arruinó su grata voz cantante de modo indeleble; años después incluso hablar a plena voz le era imposible. Pese a esta circunstancia, una discípula que era azafata de la esposa del Duque de Württemberg lo conectó con el Duque, que invitó no sólo a Carl Maria, también al padre, al Castillo Carlsruhe en Silesia; dato de Spitta que me desconcertó: por qué en Silesia si es Duque de Württemberg y por qué con C en vez de K;  Silesia (Schlesien) está bien lejos de Karlsruhe: ¿algún arreglo con el Duque de esa zona?; sea como fuere, allí se quedaron, apartados de la guerra napoleónica. Fue un período tranquilo durante el cual escribió sus dos sinfonías, breves y clásicas, muy agradables aunque no importantes (tengo una buena grabación). Pero en febrero 1807 tuvo lugar una gran victoria de Napoleón contra los Prusianos y el Duque volvió a ayudar a Weber; lo envió a Stuttgart para ser secretario privado de su hermano el Duque Ludwig, que también lo era del Rey Frederic de Württemberg. Pero como su puesto empezaba en agosto logró realizar una serie de conciertos de piano pese a la guerra, incluyendo a Nuremberg y Bayreuth. El Duque era un hombre inmoral que gastaba demasiado y ser su secretario fue problemático para Weber, ya que no tenía experiencia en ese tipo de trabajo y debía afrontar el control de gastos excesivos.  Tuvo la suerte que el Kapellmeister de la Ópera fuera el talentoso Franz Danzi, que lo apoyó, pero el Rey Frederic se enojó con Weber por un oscuro asunto de su hermano Eugene y lo arrestó; al probarse que no hubo culpa lo liberó aunque fue desterrado de Württemberg. Durante esa etapa había terminado la ópera "Silvana", de ambiente medieval, con libreto de Franz Hiemer, con algunos elementos provenientes de "Das Waldmädchen"; la pudo estrenar con buen éxito en Frankfurt el 16 de septiembre de 1810 (Danzi quiso estrenarla en Stuttgart pero el incidente con el Rey lo impidió). Es útil que F. W. Jahn haya compilado el catálogo de las obras de Weber; esta ópera es J87 y está grabada en Marco Polo por la Ópera de Hagen, pequeña ciudad cerca de Dortmund y Wuppertal. Loewenberg informa que esta ópera en 3 actos tuvo considerable ´éxito en Alemania y fue traducida a varios idiomas; pero en 1880 dejó de representarse; colijo que en décadas recientes se ha ofrecido en algunas ciudades alemanas aunque sólo me baso en el hecho de haber sido grabada. Spitta considera que con su romanticismo medieval es la precursora de "Euryanthe" y ya tiene considerable calidad musical.

               Weber en Darmstadt, con Vogler y un joven Meyerbeer, entre otros, fundaron una revista de crítica musical con seudónimos (hace pensar en Schumann, también crítico, y sus "Danzas de la Liga de David"). En esos meses a Weber se le ocurren ideas musicales que aplicará en "Der Freischütz" (primera aparición de la ópera que me ocupa en este artículo) y "Oberon", e incluso la melodía central de "Invitación a la danza"; también su espíritu inquieto y su calidad de pianista lo llevan a dar recitales en numerosas ciudades (empezaba el movimiento de los pianistas virtuosos que llegará luego a su culminación con Chopin, Liszt y Thalberg). También compone seis breves sonatas para violín y piano, que me gustaron mucho en la grabación de Ruggiero Ricci; no profundas, pero tan escuchables. Entretanto, el 12 de enero 1811 había completado un Singspiel con libreto de Hiemer en un acto, "Abu Hassan", que está muy logrado, y no sólo por la pegadiza y vertiginosa Obertura; hacia 1960 conseguí una grabación Urania con nada menos que Michael Bohnen y una muy joven Schwarzkopf. Antonio Pini consideró en 1973 programar su estreno en el Colón en un programa doble con alguna otra ópera corta y el protagonista iba a ser Kurt Moll, pero no se concretó y la ópera sigue sin conocerse aquí. Si bien no se da muy seguido, nunca se cortó ni en alemán ni en otros idiomas. El año 1811 tuvo para Weber varios meses en Munich, donde conoció a Heinrich Bärmann, considerado el mejor clarinetista del momento; y Weber escribió para él dos Conciertos y un Concertino que han quedado como fundamentales en el repertorio no muy numeroso de conciertos para ese instrumento. Estos años también fueron los de sus dos muy gratos conciertos para piano (hace 2 años logré convencer a mi buen amigo Antonio Formaro que estrenara aquí el Nº 1), de un proyecto que no cuajó (¡una ópera sobre Tannhäuser!), de la entusiasta cantata "Kampf und Sieg" ("Guerra y Paz"; tengo una buena grabación) cuando se supo en Berlín la derrota de Napoleón en Waterloo mientras Weber visitaba Berlín. Pero sobre todo, sus 3 años en Praga como director de la Ópera Alemana de Praga, que había decaído y bajo su mando volvió a un notable nivel (desde septiembre 1813 hasta el mismo mes de 1816). Y en lo personal, la muerte de su padre y su casamiento con la soprano Caroline Brandt. Pero el acontecimiento que marcará su vida durante los 9 años que le quedaban de vida fue convertirlo en Kapellmeister de la Ópera de Dresden, nombrado por el Rey de Sajonia Frederick Augustus. Hubo unos meses incómodos porque el cargo lo ocupaba Francesco Morlacchi y casi exclusivamente se hacía ópera italiana; el Rey pedía a Weber que presentara ópera alemana y esto era una necesidad y un problema, ya que excepto dos óperas mozartianas admirables y la incipiente presencia de Beethoven (con cuya música Weber no tenía afinidad y además tuvo dos versiones, "Leonora" y "Fidelio"), la gran mayoría de los Singspiele tenían un exceso de parte hablada y las cantaban actores con alguna facilidad musical; además eran música liviana que no competía con la calidad de la ópera italiana o francesa. Al llegar Weber a Dresden se encontró con que le daban el título de "Musikdirektor", subordinado a Morlacchi; no lo aceptó y en febrero 1817 el Rey lo confirmó Kapellmeister. Weber se dio cuenta de que, ante la escasez de ópera alemana de calidad, debía presentar en alemán obras italianas y francesas; así la primera ópera de la temporada fue "Joseph" de Méhul. Esas limitaciones hicieron que Weber dudase de quedarse en Dresden porque el Conde Brühl insistía en ofrecerle la dirección de la Ópera de Berlín, pero pasó algo desgraciadamente frecuente en la historia de los teatros líricos: se quemó en un incendio; ergo, Weber se quedó en Dresden. La tarea fue ardua y su salud sufrió por ello. Un encuentro con un literato cambió su vida: Friedrich Kind, escritor, fue llamado por Weber para que le escriba un libreto, y los dos estuvieron de acuerdo en lo que sería "Der Freischütz", basado en el "Gespenster Buch" ("Libro de los Espectros") de J. August Apel y Friedrich Laun, que había salido en 1810 y había atraído la atención del compositor. En sólo 7 días Kind escribió el libreto; en cambio, Weber progresó muy lentamente en su composición. Dos obras iban a preceder a su más famosa: no una ópera, pero sí una amplia música incidental para "Preciosa", texto de Pius Alexander Wolff basado sobre el cuento de Cervantes "La gitanilla"; sólo conozco la linda obertura, muy grabada: en el catálogo R.E.R. de CDs 2020 no figura más nada, pese a que Weber asegura que la música fue abundante, equivalente a la mitad de una ópera (realizó muchas otras músicas incidentales); se estrenó en Marzo de 1821 en la Ópera de Berlín, lo cual indica  que era una semi-ópera. A partir del 25 de julio inició con su mujer una tournée como gran pianista; el 31 de julio en Halle dio un concierto organizado por Loewe, importante Liederista; pasó por Hanover, Bremen y Hamburgo, donde quedó su mujer; fue a Eutin (donde nació) y Lübeck, y luego vía Kiel, a Copenhague, donde la Corte lo recibió con calidez; volvió a Hamburg, y ya con su esposa llegó a Dresden el 4 de noviembre. Weber había estrenado una ópera de Heinrich Marschner, "Heinrich IV und d´Aubigné", en Julio 1820; fue nombrado Musikdirektor de la Ópera y mantuvo ese cargo hasta el fallecimiento de Weber. La música de Marschner fue influenciada por la de Weber, y a su vez ambos influenciaron a Wagner; tengo grabaciones de "Hans Heiling" (en Radio Colonia, dirigida por Keilberth, con notables artistas: Prey, Kirschstein, Synek, Hering: 1967) y en el mismo álbum, "Vampyr", en versión de Radio Bern con Ernst Gutstein, 1963. Ambas obras tienen que ver con el más allá y el Diablo.

               Finalmente el nuevo teatro lírico berlinés, la Schauspielhaus, quedó terminado y "Der Freischütz" pudo estrenarse el 18 de junio 1821, con impresionante éxito, quizás ayudado porque Gaspare Spontini, que había sido instalado Kapellmeister por el Rey, que lo admiraba, tenía en su contra que era un franco-Italiano y las guerras napoleónicas produjeron un movimiento patriótico germano; por ello Spontini era resistido. Weber preparó y dirigió su ópera. El 18 de junio era el día de Waterloo y para Weber un día positivo; por cierto lo fue. Días después el compositor presentó su espléndido "Konzertstück" para piano y orquesta. En Dresden se estrenó el 26 de enero 1822, también con señalado éxito. Weber tenía una buena amistad con Spohr, pero éste, siendo muy tradicional, no entendió la obra; Weber le ofreció ser Kapellmeister en Cassel (él no había aceptado); Spohr tomó el puesto hasta su muerte. Weber también fue amigo de escritores como Jean-Paul, Achim Von Arnim y Wilhelm Müller, el autor de los dos grandes ciclos schubertianos; y de Ludwig Tieck, que tenía ideas diferentes pero respetadas por el compositor. Siendo gran intérprete de las sonatas de Beethoven, tuvo un cálido epistolario con él, y presentó "Fidelio" en Dresden. Volviendo a "Der Freischütz", se estrenó en gran cantidad de Óperas alemanas; fue la primera ópera famosa llamada "Romántica", y años después Wagner consideró a "Tannhäuser" y "Lohengrin" de la misma manera (técnicamente "Silvana" también lo era pero su repercusión fue nula en comparación. Ninguna ópera alemana tuvo tanto éxito en tan poco tiempo como "Der Freischütz". Se ofreció en una cantidad enorme de ciudades, en alemán y en múltiples traducciones según el país; p.ej., la de Berlioz en francés con sus recitativos en vez de las partes habladas; la italiana de Arrigo Boito ccn recitativos de Franco Faccio; o la de Washington Irving en inglés. En Buenos Aires se dio por primera vez el 14 de septiembre 1864 en Italiano, con los recitativos de Berlioz traducidos, en el Teatro Antiguo Colón. Rn 1887 se ofreció en el Politeama y años más tarde en el Teatro de la Ópera, dir. Toscanini, con Borgatti y Didur.  El Colón la dio sólo 3 veces, en alemán, con buen nivel: 1926, 2 funciones: dir., Reiner; con Schorr, Seinemeyer y Kipnis; 1948: de abono; dir, E. Kleiber, régie Erhardt; con Dermota, Bampton, Hotter y L. Weber; y la única que ví: 1969: dir Maag; régie, Reinhardt; con Hering, Bjoner, Nienstedt y De Narké. Nada desde entonces, más de medio siglo; menos mal que en el Avenida se dio dos veces la obra, importante aporte, con razonable nivel.

               Tengo dos grabaciones muy buenas. La primera, en vinilo, con Joseph Keilberth dirigiendo a la Filarmónica de Berlín y varias grandes figuras: Elisabeth Grümmer (Agathe, A), Rudolf Schock (Max, M), Gottlob Frick (Ermitaño, E), Hermann Prey (Príncipe Ottokar, O), Lisa Otto (Ännchen, Än) y Karl Kohn (Kaspar, K); Angel, 1958. La segunda, en CD, con la misma orquesta, dirigida por Nikolaus Harnoncourt; aquí los famosos son los bajos: Matti Salminen (K) y Kurt Moll (E); Luba Orgonasova (A), Endrik Wottrich (M), Christine Schäfer (Än), Wolfgang Holzmair (O); 1995, grabado en vivo en la Philharmonie de Berlin, septiembre 1995. En el catálogo R.E.R. 2000 hay una sola versión en DVD y en una marca poco conocida: Castle Vision; Dennis Russell Davies dirige la Orq. de la Ópera de Württemberg (o sea, de Stuttgart), C. Ligendza (A), Krämer (M), Viljakainen (Än) y Probst (K). Las versiones en CD son abundantes: contando las dos que tengo, 11; 2 provienen de discos de pasta: en la primera, Elmendorff dirige en Dresden la Orq. del Estado de Sajonia; Teschemacher (A), Fehenberger (M), Trötschel (Än), Böhme (K); Preiser, 1944; la segunda: Kempe dirige la Orq. de la Ópera de Dresden: Trötschel (A), Beilke (Än), Böhme (K); no aclara quién canta M; Dante, 1949. De las restantes omito una por bajo nivel. Si son de primer rango no doy cuatro cantantes solamente. Janowitz (A), Schreier (M), Mathis (Än), Adam (K), Weikl (O), Crass (E); C. Kleiber dir, Staatskapelle Dresden; 1986 (sin conocerla me parece muy recomendable). Mattila (A), Araiza (M), Lind (Än), Wlaschiha (K), Moll (E); C. Davis, Staatskapelle Dresden; Philips, 1990. Sweet (A), Seiffert (M), Ziesak (Än), Rydl (K); Janowski, dir; Orq. Radio Berlin; RCA, 1995. Watson (A), Schock (M), Schädle (Än), Frick (K), Böhme (E); Von Matacic, dir; Orq. Deutsche Oper Berlín; RCA, 1995 (qué sorprendente dos grabaciones RCA en el mismo año). Behrens (A), Kollo (M), Donath (Än), Meven (K), W. Brendel (O), Moll (E); Kubelik, dir; Orq. Sinf. Radio Baviera; Decca, 1979. Y Nilsson (A), Gedda (M), Köth (Än), Berry (K), Crass (E); Orq. Ópera de Baviera, Heger; EMI, 1996. También sorprende que wagnerianas como Behrens y Nilsson canten A, pero eran muy musicales y sabían apianar (Nilsson cantó Donna Anna en Buenos Aires). Un amigo sigue dándome datos sobre el período 2000-2020, y la cantidad es abrumadora, confirmando la popularidad de la obra en Alemania. Cuatro en DVD incluyendo la que comento; de las otras 3 hay dudas sobre la dirigida por Daniel Harding de si es o no en DVD, si se hizo en estudio o se tomó en vivo en versión de concierto y no aclara el sello; habría sido grabada en Londres (la Orq. es la London Symphony); siempre en orden A, M, Ä, K: J. Banse, M. König, R. Mühlemann, M. Volle, R. Pape (E); 2010. DVD: en Baden-Baden; dir, T. Hengelbrock, Mahler Chamber Orch.; Banse, S. Davislim, J. Kleiter, D. Ivashenko, P. Burchuladze (E); 2009 (dudoso, hay reportes de 2006), Encore. DVD en La Scala: dir., Myung-Whun-Chung; Kleiter, König, E. Liebau, F. Van Hove, S. Milling (E); Naxos 2017. Los restantes son CDs. Estudio: P. M. Schnitzer, C. Prégardien, J. Stojkovic, G. Zeppenfeld; dir Bruno Weil, Cappella Coloniensis; 2001, DHM; la orq. es historicista. Concierto Usher Hall: H. Martinpelto, J. Kaufmann, A. Tynan, J. Relyea; dir. Mackerras, Scottish Chamber Orch; Opera Lovers/Celestial Audio, 2004. Salzburg Haus für Mozart: P. M. Schnitzer, P. Seiffert, A. Kurzak, Relyea; dir Markus Stenz, Orq. Fil. de Viena; 2007 (dudoso: reseñas de 1997). Estudio: L. Davidsen, A. Schager, S. Fomina, A. Held, F-J. Selig (E); Dir, M. Janowski, Orq. Sinf. Radio Frankfurt; Pentstone Classics, 2018. No incluyo (no me convence el nivel) grabaciones en Essen y Wiesbaden.

               La versión que comento es de la Semper Oper en Dresden, justamente la ciudad en la que trabajó el compositor durante largos años, aunque el edificio de entonces no se compara con el magnífico de ahora; mi experiencia allí es muy escasa, sólo pude ver un buen "Trovatore" hace 11 años, pero tiene una historia importante, sobre todo como la sala que más estrenó óperas de Richard Strauss. El director de orquesta en este caso es nada menos que Christian Thielemann, un especialista de la ópera alemana. La figura dominante fue un bajo de gran talento:  Georg Zeppenfeld (K).  A, Sara Jakubiak; M: Michael König; Än: Christina Landshammer; O, Adrian Eröd; E: Andreas Bauer; Kuno (Ku): Albert Dohmen; Kilian (Ki): Sebastian Wartig. Régie: Axel Köhler; escenografía: Arne Walther; trajes: Katharina Weissenborn; luces: Fabio Antoci. Coro de la Ópera del Estado Sajón. Video: Tiziano Mancini.

               La Obertura es extraordinaria y se la ejecuta con frecuencia en Buenos Aires; en esa etapa alemana hay una sola comparable: la "Leonora III" de Beethoven. En ambas aparecen temas significativos que serán escuchados durante la ópera en circunstancias negativas o positivas, y en ambas la orquestación es muy personal y refleja las situaciones que luego veremos. Hay algo muy interesante en el folleto de la grabación de Harnoncourt: una larga entrevista que le hace de modo muy perspicaz Monika Mertl; vale la pena citarla en este artículo. Harnoncourt (H) comenta así la Obertura: "Es como una cantera; una gran mina de material desde la cual salen las venas de música que se extienden hasta el fin. Se inicia con un crescendo que abarca los 2 primeros compases, anunciando una amenaza. Luego las trompas representan a la Naturaleza; estamos al aire libre y de noche. Pero los violoncelos añaden un sforzando que quiebra la melodía de las trompas: en este bosque hay algo siniestro. Aparece el motivo de Samiel en timpani y pizzicati de contrabajos y enseguida la melodía del aria de M ¡Pero las fuerzas oscuras me están rodeando!". Hasta allí lo expresado por H; la música continúa con dos grandes acordes en mayor separados por amplios silencios, y luego vienen una vibrante y alegre melodía de A y unas últimas páginas brillantes. La versión fue magnífica: es una muy buena orquesta y Thielemann conoce el estilo a la perfección. H consultó la partitura manuscrita de Weber y se asombró: ¡No tiene ningún error! Y se percató de que la intensidad del sonido tiene 5 alternativas: bb, b, mf, f y ff; a mí no me extraña, eso también está en Beethoven; pero H como intérprete suele exagerar a la Tchaikovsky y su gama va desde bbbb a ffff.

               De 1487 data "Malleus Maleficarum" ("Hexenhammer": "El martillo de las brujas"); ya contiene referencias a rituales y fórmulas para preparar flechas o balas que sean infalibles (Carlos Pemberton escribió una obra con ese título que fue estrenada por la Filarmónica). Además el mito del Cazador Salvaje o Negro aparece en las "Deutsche Sagen" ("Leyendas alemanas") de los Hermanos Grimm en 1810. Sí, el "Cacciatore Nero" que asusta al Falstaff verdiano. El libreto tiene un origen más antiguo que Apel y Laun: un relato escrito por Otto Graben zum Stein, de 1730, se basa en constancias de la corte de justicia de una ciudad bohemia, Taus (actualmente Domazlice): un empleado de oficina y un cazador usaron balas mágicas de noche en un bosque y las consecuencias los dejaron aterrorizados; el empleado fue juzgado y condenado a 6 años de trabajos forzados. En el libro de Apel y Laun aparece el cazador negro a caballo y le dice a Wilhelm (el equivalente a Max): "60 para ti, 3 para mí, todas dan en el blanco, éstas son balas tramposas, que la pases bien, ya comprenderás"; al día siguiente Wilhelm apunta a una paloma pero Käthe, su novia, cae muerta; Wilhelm termina sus días en un loquero.

               La ópera sucede en un pueblo bohemio a poco tiempo de haber terminado la terrible Guerra de Treinta Años. Y recordémoslo, Bohemia estaba en manos de los Habsburgo; sin embargo no se menciona la tensión entre checos y alemanes; en realidad, los checos ni son mencionados, aunque nombres como Kilian y Kuno suenan más checos que alemanes. Sí era tradicional que los paisanos estuviesen en malos términos con los cazadores, probablemente porque muchos eran cazadores furtivos. Se suele traducir "Freischütz" como "cazador furtivo", pero es más correcto "cazador mágico", implícito "magia negra". Interesante: fue Brühl quien pidió al compositor que el título fuera "Der Freischütz"; Weber le había puesto "Die Jägersbraut" ("La novia del cazador").  En el estreno estuvieron E. T. A. Hoffmann, Heine y Mendelssohn. Es una paradoja que una ópera tan esencialmente alemana sea ubicada en Bohemia, zona ocupada por alemanes. Una ópera que no llegó a estrenarse se llamó "Der Freischütze", texto del dramaturgo Franz Xaver von Caspar, música de Carl Neuner (1812); lo curioso es que fue Caspar quien inventó al Ermita y a Samiel; ¿cómo les llegó a Kind si la ópera no se estrenó? Si bien el amigo de Weber Alexander von Dutsch ya había empezado un libreto, esto fue en 1810; a Weber le interesó pero distintas cuestiones hicieron que el proyecto no avanzara.

               K está definido como "Primer cazador" y M como "Segundo cazador".  A es hija de Ku, guarda forestal hereditario. Ki es un paisano rico. El Primer Acto transcurre en un claro del bosque, delante de una taberna. Hacia el fondo el pueblo se coloca cerca de un palo con un blanco. Se escucha música Bohemia de montaña. Escena I. M está sentado ante una mesa (fuera de la taberna) con un vaso de cerveza. Pronto se escucha un tiro del rifle de Ki y la última pieza del blanco en forma de estrella cae al suelo. Coro del pueblo: "¡Victoria! ¡Larga vida al campeón! ¡Ningún tirador, cerca o lejos, es su igual!" M: "¡Sigan, griten!" Se forma una procesión; los músicos al frente tocando la marcha, los muchachos llevando el último pedazo del blanco sobre una vieja espada y varios nuevos trofeos de peltre como premio. Ki, como rey de los tiradores, tiene un enorme ramo de flores y un cinturón de honor que lleva fijadas las estrellas que recibieron su tiro. Siguen tiradores con rifles, varios con estrellas en sus gorros. Siguen mujeres de distinta edad. La procesión rodea la mesa de M varias veces, burlándose de él, hasta que paran y Ki le espeta una canción estrófica de melodía muy directa: "¡Míreme, señor, soy el rey! ¡Sáquese el gorro ante mí, he he he!" Chicas: "¡He he he!" Hombres: repiten la segunda frase de Ki. Éste termina la segunda estrofa así, y el Coro la repìte: "¿Tiene ojos el señor? ¿Qué acertó? ¡Hee hee hee!" Tercera estrofa: "¿Puedo invitar a Vuestra Gracia al próximo concurso de tiro? ¡Se los debe a los otros, señor! ¿Vendrá? ¡He he he!" El Coro repite las dos líneas finales. M: "¡Déjenme en paz!" pero Ki no lo deja y se agarran a golpes, mientras otros bailan. Si bien el libreto no lo menciona, la reacción es lógica, como se verá en Escena II. Entran Ku, K y otros cazadores. Ku: "¿Quién ataca a uno de los míos?" Ki: "Andan mal las cosas si un paisano le gana a un cazador". M: "No lo niego, no logré ni una vez dar en el blanco". K: "¡Gracias a Samiel! Alguien te embrujó y tendrás que quebrarlo o siempre volverás con el morral vacío". Ku: "¡Tonterías! ¡Muchacho petulante! ¡Eres un falso jugador de dados! Pero, M, si mañana fracasas en el concurso perderás la muchacha y tu trabajo". Ki: "¿Cuál es el sentido del tiro de prueba?" Ku: "Mi ancestro se llamaba Ku, como yo, y era el guardabosque del príncipe. Un día los perros corrían en pos de un ciervo sobre el que un hombre estaba encadenado como castigo. El príncipe le tuvo lástima: aquel que pudiese abatir al ciervo sin herir al malhechor sería nombrado guarda forestal hereditario. El valiente cazador apuntó, el ciervo cayó y el cazador furtivo no fue lastimado". Ki: "Ahora sabemos la verdad". Ku: "Pero los envidiosos expandieron el rumor según el cual Ku no había realmente apuntado sino que usó una bala mágica". Ki: "Seis llegan a su blanco pero la séptima es del Maligno que la lleva donde él quiere". Ku: "El príncipe añadió una condición: cada sucesor de Ku debía someterse a un tiro de prueba si quiere ser un guardabosque hereditario. Pero, M, la proscripción del Bosque es para ti el amor". Este recitativo da claramente cuál es el dilema de M. El magistral Trío con coro que le sucede revela el carácter de cada uno con música que se adapta en segundos a cada psicología. M, abstraído: "¡Cuán amenazante es este sol que se eleva ante mí!" Ku: "¡En tu tiro estará el dolor o la alegría!" M: "¡No creo lograr un tiro exitoso!" Ku: "Entonces no debes intentarlo". K, con aire misterioso, a M: "¡Sólo se logra buena fortuna con audacia!" M: "¿Cómo podré tolerar renunciar a A? ¡Pero me persigue la mala suerte!" Coro: "¡Cuán sombrío es su aspecto! Parece dominado por un presentimiento". Los cazadores a M: "Déjate reanimar por la esperanza y ten fe en el destino!" M: "¡Me amenazan poderes invisibles, un amargo presentimiento llena mi pecho!" Ku: "Si los poderes celestiales así lo deciden, ¡ten la hombría de tolerarlo!" K: "Deja que cambie la rueda de la fortuna: ¡el que conoce poderes más altos desafía el cambio y la pérdida!" Ku, tomando la mano de M: "¡Coraje, hijo! ¡Quien tiene confianza en Dios construye bien!" A los cazadores: "¡Venid, en montañas y gargantas resonarán mañana las alegres batallas!" Cazadores: "¡La caza en praderas y campos, el águila en nubes y brisas, serán nuestros!" Paisanos: "¡Que suenen alegremente vuestras trompas!" Todo el coro: "Cuando caiga nuevamente el atardecer, resonará el eco: ¡Hurra para el novio y la novia!". Escena III: El Coro final que recién se escuchó prepara el retorno a la alegría pueblerina; Ku y sus seguidores se fueron y es Ki, el que lo había burlado, quien dice a M: "Venid a la taberna; ¡consígase una chica y baile!" M: "Sí, tengo ganas de bailar" (una manera de ser cordial con Ki pero no ocurrirá). Un vals bohemio simple y fresco nos retorna a la habilidad de Weber para crear música que parece popular, contrastando con la garra dramática de la mayor parte de la ópera. Ki baila con una muchacha y va saliendo de escena. Algunos entran en la taberna, otros van yendo hacia sus casas. Está oscureciendo.  Escena IV. Durante 8 minutos M cantará recitativo, aria, recitativo, aria; sin embargo el final se une a la siguiente escena con K. Aparece y desaparece Samiel varias veces, pero el libreto no aclara si M lo ve. Bien señala H que 80% de la música de M está en p; no es un tenor wagneriano, aunque lo canten Seiffert o Kollo. Recitativo: "¡No aguanto más este miedo que me roba toda esperanza! ¿Por cuál culpa debo pagar?" Aria muy bella y melódica: "Durch die Wälder": "Por los bosques, por las praderas, iba con el corazón sereno; mi fusil no erraba. Volvía a casa con un amplio morral y los ojos de A brillaban de alegría". Recitativo: "¿Me abandonó el Cielo?" Según el libreto Samiel (S) debe ser altísimo, vestirse de verde oscuro, oro y color de fuego; un gran sombrero ornado de una pluma de gallo casi oculta su rostro amarillento-negro. Al fondo de la escena sale de los matorrales y mira sin moverse. M: "¿Acaso caí en manos del azar?" Samiel desaparece.  Aria: inicialmente más bien triste, se vuelve desesperada en la dramática parte final: "Ahora debe estar abriendo la ventana, convencida de que M traerá buenas noticias; cuando escuche hojas crujiendo creerá que las estoy pisando pero su saludo enamorado será para las hojas". Samiel camina en largos pasos en el fondo. M: "¡Pero fuerzas obscuras me están rodeando! ¡Estoy desesperado, las burlas me torturan! ¿Acaso el Destino manda ciegamente? ¿No hay un Dios?" Samiel, al escuchar "Dios", hace un movimiento convulsivo y desaparece. Simultáneamente entra K y se sienta en la mesa de M (la ausencia de final neto hace que el público no aplauda). K: "¡Larga vida para el Guarda Forestal! ¿Supongo beberás a la salud de tu empleador?" M: "¡Si!" Canción de K, popular, directa e irónica: "En este valle de lágrimas no habría consuelo si no fuera por las uvas: ¡hasta mi último suspiro tengo fe en la barriga del divino Baco! ¡Viva la bella A! ¡Quien no bebe a la salud de su novia es un canalla!" M: "No tienes vergüenza"; pero chocan los vasos y beben. K: "Hay que agregar dos cosas: cartas y dados, y una chica con pecho redondo: ¡ayudan a llegar a la vida eterna! ¡Viva nuestro Príncipe!" M: "SÏ, pero no tomo después ni una sola gota más". M tiene calor; K repìte su trilogía; M canta una frase importante: "Miserable, A tenía razón siempre ponerme en guardia ante ti". K: "Toma mi rifle; ¿ves esa ave de presa? ¡Tira!" "¡Brillante, la más grande águila dorada!" M: "¿Qué tipo de bala era?" "¿Realmente no sabes que era una bala mágica?" M: "¿Tienes más balas como ésta?" K: "Ésta fue la última; esta noche se puede conseguir más". M: "Consígueme una bala como ésa". K: "Debes estar justo a medianoche en la Garganta de los Lobos; no se lo digas a nadie". M: "¡Allí estaré!", y sale. K, un aria terrible con la que termina el acto en soledad: "Mantente en silencio, ¡así nadie te pondrá en guardia! ¡El Infierno te tiene en su red! ¡Nada puede salvarte del profundo abismo! ¡Espíritus, rodeadlo con vuestras alas tenebrosas! ¡Ya gime con vuestras cadenas! ¡Triunfo, llegó mi venganza!"; la música refleja ese mundo de odio con penetrante garra. Telón.  Georg Zeppenfeld (K) es un artista de fuerte personalidad y muy buenos medios vocales; transmite la maldad del personaje y da interés a cada frase. Ya es la tercera vez que Michael König graba M; no lo conocía; su voz es de grato timbre; su canto, musical y bien articulado. El barítono Sebastian Wartig (Ki), joven y de sólida voz, cantó su burlona aria con humor y gestos divertidos. Albert Dohmen (Ku) es un veterano de importante carrera; si bien no tiene arias, lo que narra en el recitativo es crucial y se le entiende cada palabra; luego sabe en el trío comunicar compasión hacia M. Impecables el Coro y la Orquesta y la dirección de Thielemann. Un detalle de la puesta: cuando K baila manosea a la mujer, ésta le da una cachetada tal que lo tira al suelo…Samiel no es tan alto ni se viste como pide el libreto, pero se mueve bien.  

               Acto II, Escena I. Antecámara de la casa del guardia forestal. Hay colgadas cornamentas de ciervos; fue mansión de príncipe cazador. En el centro, una puerta cubierta con una cortina que va a un balcón. A un lado el torno de hilar de Ä, al otro lado una mesa grande que tiene encima una lámpara, un vestido blanco y una cinta verde. Dúo de A y Än. Än es parienta de A y vocalmente una soubrette tipo Despina. Parada en una escalera de mano está volviendo a colgar el retrato del primer Ku: "¡Infeliz, quédate allí! No necesitamos espectros en este nido de lechuza" (contradictorio, ¿para qué lo vuelve a colgar?). A, sacándose una banda de la frente: "¡Muestra algún respeto por el retrato de nuestro ancestro!" Än: "Respeto al viejo caballero, pero no lo tengo por quien pretende enseñarme buenas maneras de sirvienta". A: "¿Qué sirvienta?" Än: "El clavo, por supuesto; ¿por qué dejó caer a su patrón?"; se baja de la escalera. A: "Tomas todo en broma, ¡excusa para reír y hacer bromas! ¡Mi corazón siente de modo tan distinto!" Än: "¡La melancolía no es amiga mía! ¡La única manera de ganar es tomar la vida con ligereza!" A: "¿Quién puede controlar los batidos del corazón o las dulces penas del amor? Querido, este ansioso corazón siempre debe preocuparse por ti"; pero Än repite sus mismas frases. A: "¿Dónde estará M?" Än: "Es ciertamente desagradable estar sola el día anterior al casamiento; a mí me gustan jóvenes vivaces". Arietta de Än: 5 livianas estrofas de 4 líneas; sintetizando: "¡Valdría la pena mirar a un muchacho delgado de buen aspecto aunque disimulando; si se cruzan nuestras miradas ¿qué tiene de malo! Él suspira ´¡bella!´ , ella dice "¡´querido´!", y pronto son novios. La gente los observa y exclama, "¡´linda novia´!", "¡´joven buen mozo´!". Música fresca y pegadiza, se une a la revelación inmediata de A: "Hoy volví de verlo al Ermitaño: me avisó que vislumbra un gran peligro aunque no sabe cuál es" pero equivocadamente cree que el cuadro que se cayó podría haberla matado. Än: "Vayamos a dormir"; A: "No antes del retorno de M". Sale Än, A se queda sola. Weber llama Scena a lo que en realidad es un recitativo: "¡Amor y ansiedad siempre van juntos! ¿Acaso le sonríe la luna en su camino?" (abre la puerta del balcón revelando una noche estrellada). "¡Qué bella noche!"; pasa al balcón y canta un aria lenta y noble (H exagera la lentitud, Thielemann y Keilberth no). "Leise, leise" ("Suavemente, suavemente") "sube, piadosa canción mía, hasta el círculo de estrellas. ¡Lleva solemnemente mi plegaria hasta el firmamento! Lejos en las montañas parece incubarse una tempestad; en el bosque también hay nubes pesadas y espesas. ¡Tiendo mis manos a Ti, Señor, que no tienes comienzo ni fin! ¡Envía a tu hueste angélica a protegernos de todos los peligros!" El aria, muy extensa, inicia así la segunda de sus 3 partes: "Todos parecen descansar; ¿por qué te demoras? Sólo escucho al ruiseñor y al grillo. ¡Pero ahora creo escuchar pasos; es él!" (lo saluda con un pañuelo). Tercera parte: "Parece tener flores en el sombrero; ¡seguramente su tiro fue el mejor! ¡Oh dulce esperanza! Sí, mi amor vuelve a tener fortuna; ¡la sangre en mis venas pulsa y mi corazón se agita en dulce encanto!". Pero la Tercera escena trae a un M violento. "Sólo puedo quedarme unos momentos". "Abatí a la mayor ave de presa pero no pareces estar contenta. ¿Ese es tu amor?" A: "Esas aves siempre traen algo terrible". M: "Debo irme, maté a un ciervo y si no lo traigo me lo robarán; está cerca de la Garganta de los Lobos". Än entró y participa de un dramático Trío. A: "¿Cómo, en esa garganta terrible?" Än: "Es el dominio del Cazador Negro". A: "¡Es un pecado desafiar a Dios!" M: "Son los sustos de la medianoche en el bosque, los conozco bien". Las dos le piden que se quede. M: "El disco lunar todavía no se obscureció pero pronto perderá su brillo. Debo partir para cumplir mi deber y mi palabra". A: "¡Ten en cuenta mi advertencia!" M: "Debo cumplir mi destino". Än: "¡Recuerda las palabras de A!" M sale con violencia. ¿Necesitaba mencionar M la Garganta de los Lobos? ¿Acaso no fue en contra de lo que le pidió K? Ahora pensará A que eso fue lo que el E presintió, y quizá podría ir a verlo. Yo no conocía ni a Sara Jakubiak (A) ni a Christina Landshamer (Än). Ni vinieron por aquí ni compré CDs de ellas, pero ambas tienen una notable trayectoria y son jóvenes; Jakubiak se ha dedicado más a la ópera que al concierto y Landshammer, al revés, sobre todo como bachiana. Jakubiak nació en Bay City, Michigan, descendiente de polacos y alemanes, y estudió en Yale y Cleveland. Se inició en Minnesota con la notable ópera de Herrmann "Wuthering heights" ("Cumbres borrascosas"). Soprano lírica de amplia y bella voz, ágil y atrayente (ganó premios de softball), estuvo 5 años en la Ópera de Frankfurt (2014-18) con un repertorio muy variado: Ariadne, Alice, Lina de "Stiffelio" (Verdi), Polina en "El jugador" de Prokofiev, la Chica de los Gansos en "Königskinder" (Humperdinck). Grabó en Chandos "Erwartung" de Schönberg, cantó Fiora en "L´amore dei tre Re" de Montemezzi, estrenó en New York "Julietta" de Martinu, grabó "Il mondo della Luna" de Haydn. De 2017 al 2020 cantó Orford en "Peter Grimes" y Freia en Frankfurt, "Das Wunder der Heliane" de Korngold en la Deutsche Oper Berlin, la más conocida ópera de Korngold, "La Ciudad Muerta", en la Komische Oper de Berlín, y cantó Strauss (Chrysothemis en Valencia) y roles wagnerianos: Eva en Munich, Elsa en Bonn. En cuanto a Landshamer, nacida en 1977 en Munich, tiene una impresionante trayectoria bachiana, habiendo cantado o grabado todas las obras mayores con Schreier, Rilling, Suzuki, Blomstedt, zu Guttenberg; también obras religiosas de Vivaldi y Händel. Ha cantado óperas mozartianas (Pamina, Susanna, Cinna en "Lucio Silla"), Almiirena en "Rinaldo" de Händel, Marzelline y la Sophie de "El caballero de la r osa". Además da recitales de Lieder. Jakubiak tiene mucha presencia, actúa con intensidad; canta con admirable control y claridad hasta en los momentos más angustiosos con una voz amplia que va sin esfuerzo aparente del pp al ff. Landhamer, simpática, linda y natural, morena para contrastar con el aspecto rubio de Jakubiak, canta con evidente musicalidad y espíritu alegre.

               Acto II, Escena IV. La Garganta del Lobo. Enseguida daré el detalle descriptivo considerable del libreto, pero antes quiero expresar mi total convencimiento desde que vi la ópera en el Colón con Maag y compré los discos de Keilberth: es una escena extraordinaria sólo comparable con "La carrera al abismo" de "La condenación de Fausto" de Berlioz. El mundo de la ópera alemana cambió con ella; la imaginación, el impacto de la música, el libreto muy eficaz de Kind, son geniales y serán influencia básica para el Marschner de "Hans Heiling" y el Wagner de los Nibelungos. Dura 19 minutos y es llamado Finale por Weber; abarca las escenas IV, V y VI. Debería llamarse la Garganta del Diablo. El libreto da esta descripción: "Una garganta terrible en el bosque con pinares y rodeada de altas montañas; de una de ellas cae una cascada. Maduran tormentas desde dos direcciones". Menciona luego un árbol atacado por un rayo. Una lechuza con fieros ojos redondos, cuervos. En la escena IV estarán sólo K y Espíritus invisibles rodeándolo. K viene con cuchillo de caza y mochila; está haciendo un círculo de cantos rodados negros, en cuyo centro hay una calavera; a pocos pasos están el ala cortada de un águila, un caldero y un molde de balas. Espíritus invisibles (EI): "¡Leche de luna que cayó sobre la hierba! ¡Uhui!" (este grito va después de cada línea). "¡Telas de araña cubiertas de sangre! ¡Antes de que el crepúsculo vuelva, la dulce novia morirá! ¡Antes de que vuelva a hacerse de noche se hará el sacrificio!" Acto II, Escena V. El círculo de piedras está completado. Se oye a lo lejos la duodécima campanada. K clava el cuchillo en la calavera, da tres vueltas sobre sí mismo y llama: "¡Samiel" (Sa), "¡aparece en la calavera del mago!" Sa, saliendo de las rocas: "¿Por qué me llamas?" K, arrodillándose: "¡Sabes que mi plazo ha casi expirado!" Sa: "¡Mañana!" K: "¡Extiéndelo nuevamente!" Sa: "¡No!" K: "Le traigo un nuevo sacrificio". Sa: "¿Cuál?" K: "Mi compañero de caza, que está llegando". Sa: "¡Qué busca?" K: "Balas mágicas!" Sa: "Seis darán en el blanco, la séptima lo traiciona". K: "Guíela a su novia; esto los va a desesperar a él y al padre de ella". Sa: "¡Todavía no la controlo!" K, asustado: "¿Con él le basta?" Sa: "¡Se verá!" K: "¡Si me da otros 3 años se lo traeré como presa!" Sa: "Que así sea. ¡Por las puertas del Infierno, mañana serás tú o él!" Desaparece; trueno sordo. Este Sa susurró; quizá porque en la grabación de Keilberth su voz sale ff y además con poderoso carácter e impacto, no me atrajeron estos susurros. Acto II, Escena VI. La calavera y el cuchillo desaparecieron y en su lugar aparecen un fueguito y una gavilla de leña. K: "¡Servicio perfecto! ¡Gracias, Sa!", bebiendo. "¿Dónde está M? ¿No cumplirá su palabra? ¡Sa, ayuda!" Aparece M en una roca ante la cascada: "¡Da miedo este sombrío abismo! ¡Mis ojos parecen ver un pantano del infierno! ¡Las piedras se animan! ¡Aunque mi corazón se horroriza, los desafío!" K: "¡Has llegado finalmente! ¿Era correcto dejarme solo aquí?" M: "¡No puedo bajar, mira!" (una forma velada de blanco levanta la mano). "¡Es el espíritu de mi madre! "¡Me implora irme de aquí!" K: "¡Mira nuevamente los frutos de tu cobarde estupidez!" (ahora se ve la sombra de A con aspecto de loca y un gesto de ahogarse bajo la cascada, esto lo ve alarmado M). M: "¡Debo bajar!", lo hace, y dialoga con K: "¿Qué debo hacer?" K: "Mira lo que estoy tirando al caldero. Primero el plomo. Vidrio de vitrales de iglesia rotos. Algo de mercurio; 3 balas que ya llegaron a su blanco; el ojo derecho de una abubilla, el izquierdo de un lince. ¡Probatum est! ¡Y ahora, a bendecir las balas! ¡Protégenos, tú que nos miras desde la oscuridad! ¡Sa, oye! ¡Quédate conmigo durante la noche hasta que el sortilegio se complete! ¡Bendice las hierbas y el plomo, bendícelos por 3, 7 y 9, para que la bala sea eficiente! ¡Sa, aparece!" La mixtura del crisol comienza a fermentar y a emitir un humo blanco-verdoso. Un breve comentario sobre las apariciones de la madre y de A: la primera se aventura en el ámbito infernal que no es el suyo para intentar que su hijo se vaya; la de A es falsa y lo provocan los EI o Sa para que M baje desde la roca para "salvar" a A. Y ahora entramos en el más fascinante fragmento de toda la ópera: el efecto de dar forma a cada bala. K vierte una bala del molde y grita "¡Uno!" contestado por el Eco (coro); bajan pájaros y se colocan alrededor del círculo. K y Eco: "¡Dos!" Un jabalí negro surge de los matorrales, cruza la escena y huye. K y Eco: "¡Tres!" Una tempestad quiebra la copa de los árboles. En cada caso (apenas unos segundos) Weber encuentra la música exacta para lo que ocurre. K, cada vez más ansioso, y Eco: "¡Cuatro!"   Se escuchan sonidos rechinantes, latigazos y de cascos de caballo; cuatro ruedas emitiendo fuego cruzan la escena a tal velocidad que es imposible distinguir su verdadera forma. K y Eco: "¡Cinco!" Se escuchan en el cielo ladridos y relinchos. Las brumas se transforman en cazadores a pìe o a caballo, en ciervos y perros. Coro invisible: "Por montes y valles, por gargantas y precipicios, a través de rocío y nubes, tormenta y oscuridad, gruta, pantano y abismo, fuego, tierra, agua y aire, ¡yoho, wauwau, hoho!" (de aquí salió el "yohotoho" wagneriano). K: "¡La Caza Infernal! ¡Desgracia!" K y Eco: "¡Seis!" Todo el cielo se ennegrece; lluvia torrencial; nacen llamas azuladas desde la tierra; aparecen fuegos fatuos en los montes; caen árboles; la cascada echa espuma y ruge, la tierra parece estremecerse. "¡Sa!"; cae al suelo; "¡Ayuda!" "¡Siete!" M salta fuera del círculo, toma una rama del árbol podrido y grita "¡Sa!" Allí donde estaba el árbol aparece el Cazador Negro, haciendo el gesto de tomar la mano de M. Sa, con voz terrible: "¡Aquí estoy!" M hace la señal de la cruz y cae al suelo. La tempestad se calmó. Se escucha la campanada de la una. Sa desapareció. K sigue en el suelo con el rostro sobre la tierra; M se levanta convulsivamente. Décadas más tarde, la enorme cantata "Gurrelieder" de Schönberg tiene muchos aspectos similares a la ópera weberiana: el poema de Jacobsen de 1870 cuenta el amor del Rey Waldemar y Tove: él cabalga todas las noches al castillo de Gurre a estar con Tove; la Reina manda asesinarla; Waldemar acusa a Dios por permitirlo y es condenado por blasfemia a cabalgar después de su muerte junto con sus vasallos muertos a través de la comarca. Cantan los vasallos: "Sobre las copas de las hayas vuelan los caballos. ¡Cazamos como en la antigua leyenda, todas las noches hasta el juicio final. ¡Ea, sus! ¡Perros y caballos!" Waldemar a Dios: "No quieras separar nuestras almas: si ella va al cielo y yo al infierno, destruiré tu ejército de ángeles y con mi salvaje cacería invadiré el reino celestial". Recitante: "Comienza la caza salvaje del viento estival". El paralelo es evidente. Y hay alguna relación con el magnífico poema sinfónico de Franck "El cazador maldito", sobre una balada del alemán Bürger (1747-94): el Conde del Rhin desatiende la prohibición religiosa y caza en domingo a la mañana; una voz terrible lo condena a huir sin tregua, perseguido por una horda de demonios; no hay amor de por medio pero sí de lucha entre el Bien y el Mal. No es nada fácil mostrar en escena lo que especifica el libreto; la tapa de Keilberth es muy buena pero se trata de una pintura fotografiada: ya en época de Weber había pintores capaces de presentar montañas, cascadas, nubes oscuras, pinos y un puente; el problema mayor era poner a M en un montículo  y que bajase de modo verosímil hasta donde está K; seguramente ese  montículo era parte del sendero; no podía ser alto ya que en segundos está delante de K, ni lejano a la cascada. No quita que es muy arduo dar una imagen de lo que sucede después de cada número todavía hoy, y que bien puede compararse con ciertas exigencias wagnerianas (p. ej., en "El oro del Rhin"). Pero para que se haya dado en tantos lugares alemanes en pocos años indica que sabían cómo sugerir hasta en casas de ópera de segunda línea. Aquí fue bastante aceptable la puesta del Colón dirigida por Maag y en cambio muy pobre la del Avenida. La que comento dejó que desear visualmente, aunque fue bien actuada y tuvo algo del clima aterrador, pero creo que hay recursos fílmicos que fueron dejados de lado y si hay escenas donde hay que gastar, son éstas.

               Acto III. Un Entrácte orquestal muy breve. Escena I. En el bosque, de día. M: "¿Te quedan balas mágicas? ¡Dámelas! El Príncipe me estuvo mirando; logré 3 tiros asombrosos". K: "No te las doy aunque estés a mis pies". M: "¡Sinvergüenza!" K: "Ahora usa la sexta" (poco claro: ¿le dio la sexta y retuvo la cuarta y quinta?). "La séptima, la del Diablo, me es reservada para el tiro de prueba. Allí corre un zorro: que la sexta entre a su piel". Se oye un tiro pero no se aclara si el zorro murió. Se colige que los tiradores hicieron pruebas ante el Príncipe y que hubo otros testigos que recordaban el fracaso reciente de M.  Escena II: Según el libreto, habitación de A, pero el régisseur decidió que sea al pie de la escalera de la habitación. Absurdo, porque la Cavatina de A es cantada después de arrodillarse en un pequeño altar; está vestida del blanco nupcial y canta con melancólica devoción; esto requiere privacidad. Son dos estrofas lentas de noble melodía. "Aunque las nubes pueden ocultarlo el sol sigue estando en el firmamento; allí reina una santa voluntad: ¡el mundo no depende de un ciego azar! Ese ojo, siempre puro y claro, protege con amor toda la creación. El Padre también me protegerá, le confío mi corazón y mi mente, aunque sea mi último día Él llamará a una esposa". Escena III. Recitativo: A: "M estuvo en el bosque durante esa terrible tempestad" (nos enteramos de que no fue un invento demoníaco reservado a la Garganta del Lobo sino que abarcó la ciudad). Soñé que me había convertido en paloma blanca, M apuntó hacia mí y caí pero como A, y una gran ave de presa negra se debatía en su sangre". Esto se lo cuenta a Än, vestida para la fiesta, que dice: "¿Qué puedo contarte par disipar un mal sueño? ¡Sí, conozco uno para asustar!" Lo que sigue fue compuesto a pedido de la cantante de Än en el estreno, para equilibrar su lucimiento con la soprano que interpretaba a A; consta de Romanza, Recitativo y Aria. Romanza: "Una vez mi prima soñó que la puerta de su habitación se abría y cerca de ella avanzaba un monstruo con ojos de fuego y rechinar de cadenas y gemía. Ella se persignó, rezó y llamó a Susana y Margarita, que vinieron con luces: ¡el espíritu era Nerón el perro de guardia!" Pero no le gustó a A. Recitativo: tiernamente: "¿Te enojas? ¿Crees que no participo de lo que sientes? Pero no es bueno que una novia llore". Aria: "¡Una bella novia debería deleitar y encantar, es su mayor obligación! Deja que las penitentes se lamenten, ¡te llama la luz de la esperanza! ¡Querida amiga, no tengas miedo!" Y añade, ya en recitativo: "¡Ahora debo apurarme a buscar la corona!" Tanto Jakubiak como Landshamer cantaron muy bien; la primera con notable control de la respiración y fina musicalidad; la segunda con espontánea gracia. Escena IV, con las 4 madrinas de boda, cantando juntas o por separado: "Volkslied" ("Canción popular"), otra instancia de la facilidad weberiana para reflejar los sentimientos simples con música natural y comunicativa. Primera: "Tejemos la corona de casamiento con seda violeta-azulada; te llevamos al juego y la danza, a la felicidad y la alegría de amar". Todas, bailando alrededor de A: "¡Corona de un lindo verde!" Segunda: "Lavanda, mirto y tomillo crecen en mi jardín; ¿cuánto tardará el novio en venir?" Todas repiten lo de antes. Tercera: "Durante 7 años ha hilado el lino dorado en su rueca; su camisa es fina como tela de araña y verde la corona en su cabello". Todas: Repiten lo anterior. Cuarta: "Cuando su hermoso novio vino habían pasado 7 años, y como él la aceptó ella ganó la corona". Todas: Repiten lo anterior. Cuatro muchachas jóvenes de muy agradable aspecto y buena voz, probables solistas del coro, dieron un toque liviano al drama. Escena V. Än entra con una caja redonda: "El cuadro del viejo Kuno volvió a caerse anoche. ¡Canten el final una última vez!" Y lo hacen. Pero al abrir la caja aparece una corona negra funeraria. A: "¡Quizá sea una señal desde arriba! El ermitaño me dio estas rosas blancas: téjeme con ellas una corona de novia!" Än y las cuatro muchachas vuelven a cantar la parte final pero suavemente y con rostros preocupados, mientras se van. ¿La corona funeraria viene de K? Parece posible.

               Acto III, Escena VI. Dice el libreto: Un lugar bello y romántico. De un lado las tiendas de caza del Príncipe, en las que comparten el banquete cortesanos y nobles invitados. Del otro lado cazadores y batidores hacen campamento y comen; detrás de ellos trofeos: ciervos, jabalíes. La escena empieza con el famoso Coro de cazadores, rápido, brillante y pegadizo, con orquestación resaltando los bronces: "¿Qué placer es comparable a la caza? Perseguir al ciervo a través de estanques y matorrales es alegría principesca, pasión viril". Segunda estrofa: "Diana sabe iluminar la noche; abatir el lobo sanguinario y el jabalí que desarraiga las verdes cosechas es alegría principesca. ¡Cuando bosques y rocas resuenan a nuestro alrededor una copa llena suena más libre y jubilosa! Tralala!"  Pero todo cambia desde aquí. Ottokar (Ot), príncipe bohemio: "Dejemos los placeres de la mesa, queridos cazadores. Ku, apruebo el yerno que habéis elegido. ¿Dónde está la novia? Bien, joven cazador; ¿véis esa paloma blanca en la rama? Tarea fácil, ¡tirad!" A: "¡No tires, M! ¡Yo soy la paloma!" Se escucha un tiro. Aparece el Ermitaño (E) detrás de A, la levanta y sale. Finale. Änn, M, Ot y algunos paisanos atienden a A hacia el fondo del escenario (el E la trasladó). Coro: "¡Le tiró a su novia!" Pero enseguida la reacción es distinta: "¡No nos animamos a mirar hacia allá! ¿Esto realmente ocurrió?" Un grupo de cazadores están rodeando a K, mientras A es llevada a un montículo con pasto cercano al proscenio; M se arrodilla ante ella. A sale de su desmayo: "¿Caí o es un sueño?" M y Ku: "¡Está viva!" M, Ku, Coro: "¡Alabamos y damos gracias a los santos!" Algunos, mirando a K: "Este hombre recibió el balazo, está ensangrentado". K, convulsivo: "Ví al E al lado de ella; ¡el cielo venció! ¡Todo terminó para mí!" A: "El miedo me hizo perder el conocimiento". Ku: "¡Está respirando sin dificultad!" M: "¡Vuelve a sonreír!" A: "¡M, sigo viva!" Aparece Sa, K lo ve: "¡Sa, ya estás aquí! ¿Así cumpliste tu promesa? ¡Toma tu presa, desafío mi perdición! ¡Maldigo el cielo y te maldigo!" Colapsa y Sa desaparece. Notable Zeppenfeld en su postrera actuación. Ku: "Siempre fue mala persona, el cielo lo castigó". Ot: "¡Tiren al monstruo dentro de la Garganta del Lobo!" (se lo llevan). A M: "Sólo tú tienes la llave de este enigma; ¡la pagarás si no confiesas toda la verdad!" M: "Mi Señor, soy indigno de vuestra gracia: me dejé tentar por el que murió; movido por la desesperación me aparté del camino de la piedad y la virtud; 4 balas que hoy tiré fueron mágicas: las moldeé con él". Ot, con enojo: "¡Deja mis tierras y nunca retornes! ¡Jamás obtendrás esta pura mano!" M: "Fui débil aunque no malvado". Todos piden a Ot que lo perdone, que salvo recientemente M siempre fue bueno y decente, pero Ot no cede: a M: "¡Te espera la prisión si vuelves del exilio!" E: "¿Puede un lapso llevar a tal penitencia?" Ot: "¿Eres el hombre sagrado que toda la región reverencia? Pronuncia tu sentencia: la llevaré a cabo". E: "Hasta el corazón pío puede equivocarse cuando el amor, el miedo y la desesperación quiebran las defensas de la virtud. ¿Quién puede tirarle la primera piedra? ¡Debe eliminarse el tiro de prueba!  Y a M darle un año de prueba, y si lo cumple como siempre había sido, que entonces pueda casarse con A!" Ott: "Lo acepto, un Ser superior habla a través de vuestra boca". Todos: "¡Viva nuestro Príncipe!" Ot a M: "¡Si pruebas ser lo que el anciano ha dicho yo mismo os uniré!" M: "¡Que el derecho y el deber me sean siempre sacros!" A: "Leed en estas lágrimas mis gracias". Ot, E: "¡El perdón es el honor de los príncipes!" Todos: "Levantemos nuestros ojos y tengamos fe en la guía del Eterno, en la bondad del Padre". Telón. Dos cantantes sólo aparecen en esta escena final: Adrian Eröd (Ot) y Andreas Bauer (E). Son roles breves pero importantes: el Príncipe tiene poder terreno, el E representa al Padre celestial, y tiene tal fuerza que llevó a la muerte a K: en términos teológicos, el E venció a Sa y castigó la maldad de K; y el sueño de A de la paloma resultó ser cierto. Tanto Eröd como Bauer son buenos cantantes aunque no de gran jerarquía; en grabación se entiende que contraten a artistas como Prey o Moll, pero en vivo debe aceptarse que en la actualidad Dresden no tiene el nivel de Berlín, Viena y Munich; sí un grupo de cantantes probos de su propio elenco, como todos los teatros alemanes de primera categoría A o B, aunque pueden contratar para ciertas obras artistas de otra procedencia. Vale mencionar que en el libreto original de Kind la acción del Acto I se iniciaba con dos escenas; la primera, monólogo del E, donde refiere una visión en la que un malvado vengativo (K) quería matar a una oveja, A (aunque la imagen pasa a ser la paloma, otro animal de especial significado en la Biblia) e influenciaba a su novio (M); en la segunda escena, del E con A, le da unas rosas de Palestina cuyos pétalos la protegerán. Pero la esposa de Weber, cantante, lo convenció a iniciar la acción con el pueblo y dejar de lado las escenas con el E; Kind se enojó porque creía válidas estas escenas, y tiendo a estar de acuerdo: el E es crucial y apenas es mencionado una vez por A, que como vimos es una cristiana de profunda fe; y por supuesto si hubieran estado esas escenas su personaje crecía en significado y lucimiento para el cantante. Volviendo al final: el E logra eliminar el tiro de prueba, tradición hereditaria (me hace pensar en la obligación de ser Maestro Cantor para casarse con Eva en la ópera de Wagner).  Una aclaración: tanto las grabaciones como las funciones cortan buena parte de los diálogos hablados (recordar que es un Singspiel) y me parece bien: son excesivos; basta dejar lo mínimo para que la acción se entienda, y así se hizo en la versión que comento. El coro de cierre me parece blando: hace valer más el aspecto religioso que la historia de amor en una ópera romántica. Y una reflexión: ya desde el principio queda claro que Sa con K son los que han contaminado la capacidad de cazador de M: no acierta los tiros porque Sa los desvía.

               Quiero cerrar este artículo con breves referencias a las otras dos óperas importantes de Weber: "Euryanthe" y "Oberon". Antes, una breve mención de "Die drei Pintos", simpática comedia que Weber dejó inconclusa pero la terminó Mahler (única intervención suya en el mundo operístico) con admirable respeto y humor; un Mahler joven, ya que se estrenó en Leipzig en Enero 1886; tengo la grabación de 1976 dirigiendo Gary Bertini la Filarmónica de Munich con notable reparto, incluyendo a Grundheber, Popp, Hollweg, Prey, Moll y Scovotti; RCA; tiene el libreto. Buena parte es Mahler puro y hace lamentar que no haya compuesto alguna ópera más. A Loewenberg se le escapó en sus "Anales de ópera".

               "Euryanthe" se estrenó el 25 de octubre 1823 en el Kärntentor Theatre de Viena. El libreto de Helmina Von Chézy está ambientado en el Medioevo y es muy confuso; pero le debemos el haber inspirado a Schubert su magnífica música incidental para "Rosamunde". No es un Singspiel sino una ópera dramática; mi grabación, dirigida por Marek Janowski, dura 2 hs 50´ y está definida como ópera romántica en 3 actos. Estos vinilos Angel datan de 1975, la Orq. es la de la Ópera de Dresden y el elenco es de primera línea: Jessye Norman, Nicolai Gedda, Rita Hunter, Tom Krause y Siegfried Vogel. Es la única que figura en mi catálogo R.E.R. 2000 de CDs (vinilo pasado a CD). Naturalmente sólo se conoce aquí la espléndida obertura; entre 1950 y 1970 asistí a notables y abundantes versiones: 1954, Tuxen, OLRA; 1958, Ansermet, OSN; 1960, Skrowaczwski, Orq. Amigos de la Música; mayo 1962, Keilberth, OBamberg (primera visita de esta orq.); 1968, Stein, OFBA; y 1969, Dutoit, OSN. La base del libreto es el "Roman de la violette" de Gilbert de Montreuil, s. XIII; tanto Boccacio como Shakespeare lo conocieron. El Conde Tressan lo rehízo en 1780 en francés, y la traducción de Von Chézy fue publicada por Schlegel en 1804 como parte de una colección de poemas románticos medievales. A Weber le interesó la historia pero pidió a Von Chézy nada menos que 9 veces que rehiciera el libreto según sus pautas; el resultado demuestra que ella no era buena libretista. Sin embargo la música es muy valiosa. Spitta en el Grove´s de Blom es muy entusiasta, quizá demasiado, pero evidentemente la ópera no merece que se la ignore. "Es más rica, profunda, variada, grande, que todas las otras óperas suyas. Está todo lo de ´Der Freischütz´: canciones comprensibles, melodías fogosas y genuinas, instrumentación audaz y refinada. Pero aquí se agregan piezas concertadas, grandes finales y formas dramáticas cuando intervienen Lysiart y Eglantine, y en el Finale se libera una verdadera tempestad de pasiones". Por mi parte, creo que Eglantine iguala a la Ortrud de Wagner en garra y maldad. Winton Dean, en la New Oxford History of Music, admitiendo que la ópera tiene fallas, escribe que "dejó una profunda huella en Marschner, en el Wagner de "Tannhäuser" y "Lohengrin", en Schumann ("Genoveva") y Smetana ("Dalibor") y en sus mejores momentos los sobrepasa. También que anticipa la técnica del Leitmotiv. La ópera tuvo razonable éxito en Alemania y fue vista en traducción en numerosos países, desde Rusia a Estados Unidos. Ya en los siglos XX y XXI se la recuerda raramente.

               Gravemente enfermo de tuberculosis, Weber recibió una oferta desde Londres, donde "Der Freischütz" se daba en 3 teatros distintos: Charles Kemble, a cargo del Covent Garden, le ofrecía escribir una ópera en inglés; pese a que el médico le dio que en su estado debía parar de componer, Weber quería dejar buen dinero a su familia, y consiguió una cifra entonces importante, mil libras. Salvo un tiempo en Ems para una cura, viajó por varias ciudades alemanas, pasó por París (conoció a Cherubini) y al llegar a Londres dirigió conciertos. Al visitar el Covent Garden comprobó la positiva calidad de orquesta y elenco y escribió un aria y una plegaria más para el entonces famoso tenor Braham. Había estudiado concienzudamente el inglés. La música, aparte de la extraordinaria Obertura, tiene varios fragmentos magníficos, especialmente la gran escena de Reiza que traducida al alemán fue grabada por wagnerianas como la Flagstad: "Ozean, du Ungeheuer" ("Océano, monstruoso"), de una intensidad dramática asombrosa. El gran problema es el exceso de partes habladas en el libreto de James Robinson Planché, siguiendo el gusto del público inglés en las óperas en su lenguaje; los cantantes debían ser actores. Por cierto, tanto el tenor (Huon) como la soprano (Reiza) tienen música muy ardua. Bien dice Dent: Weber presenta tres mundos: el mágico, el caballeresco y el oriental; el mágico en particular era entonces completamente nuevo, realizado con tanta frescura y humor. Por cierto que influyó en Mendelssohn. Weber quería hacer una adaptación en alemán, mejorando el libreto, pero murió en Inglaterra poco tiempo después.  La ópera se estrenó el 12 de abril 1826. Se dio 31 veces en Londres en la primera temporada y luego fue representándose más pausadamente. Varias ciudades   la vieron en inglés en Gran Bretaña, Irlanda y Estados Unidos, pero pronto se tradujo al alemán (especialmente), en italiano y muchos otros idiomas. En francés se conoció en 1857 y hubo después otras traducciones. En alemán hubo versiones con recitativos añadidos, o con revisiones realizadas por Mahler o Weingartner. En Buenos Aires se estrenó en 1913 en italiano en el Colón; se dio al año siguiente, y en 1945 la dirigió Fritz Busch también en italiano y con elenco local salvo Antonio Vela.

               Estos últimos párrafos se refieren a mi propia experiencia. Mi contacto con la Obertura fue muy especial: yo era un chiquilín de 10 años cuando se estrenó en un   cine de Plaza Italia una película inglesa sobre un director de orquesta niño prodigio preparado por un actor parecido a Beecham, Robertson Justice; el chico era Jeremy Spenser. Yo estaba impactado por dos conciertos de Pierino Gamba, uno en el Luna Park y otro en el Jagüel de Punta del Este. Resultó que en la película el niño dirigía la obertura de "Oberon" entera y a mí me gustó mucho; debo haber visto lo mismo unas 8 veces, caminando desde casa en Libertador y Lafinur. El siguiente paso fue cuando mi colegio planeó un viaje a Europa de un grupo estudiantil de varias clases; mis padres lo aprobaron y participé; 30 días de barco y 40 en Europa, con el acento puesto en Italia; pero también incluyó Londres, y París, que yo conocía muy bien (con mi madre en 3 viajes anteriores). Sorpresa: la Opéra Garnier daba "Obéron" en francés, con una puesta fabulosa de Lehmann y Malclès y admirables artistas: nada menos que el joven Gedda como Huon, la talentosa Constantina Araujo como Rézia (no era Reiza como en el original inglés), Duval, Massard y nada menos que Cluytens dirigiendo; fue una noche inolvidable. Luego, ya en Buenos Aires, presencié grandes versiones de la obertura: 1958: Beecham con la Filarmónica; 1960, Fiedler con la misma orquesta; 1962, Keilberth con la Sinf. de Bamberg; 1968, Kletzki con la Filarmónica; y sí, Fontenla con la Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo, cuyo nivel era entonces extraordinario. Pero faltaba una grabación: la recibí en 1992: Nilsson, Domingo, Grobe y Prey; dir Kubelik; DGG; en alemán, como creo debe ser.  Hasta el 2000 figuran en R.E.R. estos otros, todos en alemán: Voigt, Heppner, Lakes y Croft; dir Conlon; 1992, EMI; Nielsen, Seiffert, Van der Walt y Skovhus; dir Janowski; 1996, RCA. Y una histórica, de discos de pasta a CD: Teschemacher, Roswaenge, Ludwig, Schmitt-Walter; dir Keilberth; 1937, Koch.

Pablo Bardin  


               

domingo, octubre 25, 2020

SEGUNDA PARTE DE LES TROYENS DE BERLIOZ

               Como recordarán, la segunda parte de la historia troyana según Hector Berlioz es "Les Troyens à  Carthage". Dura alrededor de dos horas y media. El Tercer Acto de la obra completa es el Primero de la Segunda Parte y está ambientado en una vasta sala del palacio de Didon (Dido) en Cartago y dura unos 44´. Sobre un lado se eleva un trono rodeado de los trofeos de la agricultura, del comercio y de las artes; sobre el otro lado anfiteatro con gradas donde se encuentra una multitud. La primera media hora está dedicada a Dido y su popularidad, así como su tristeza por la muerte de su marido, y muy pocos momentos provienen de Virgilio. Un Coro se alegra del buen tiempo después de una gran tormenta. Luego entra Didon (D) con su séquito y todo el pueblo se levanta agitando flores, velos de distinto color y palmas. D se sienta en el trono; a su derecha está su hermana Anne (A) y a su izquierda Narbal (N), su ministro. El llamado Canto Nacional del coro se repetirá varias veces y expresa el afecto del pueblo; la melodía es pegadiza. "¡Gloria a D, nuestra querida reina! ¡Reina por la belleza, la gracia, el genio, reina porque los dioses la favorecen, y reina por el amor de sus felices súbditos!" Sigue un recitativo de D que se basa en su historia: "Apenas han pasado 7 años desde el día en el que huí con ustedes desde Tiro a la costa africana, así escapando del odio del tirano asesino de mi augusto esposo". En el mito el Rey de Tiro era Siqueo, marido de D, y fue asesinado por su hermano Pigmalión, y D fundó Cartago. En el magnífico libro "Los fenicios", de Parrot, Chehab y Moscati, de la colección "El Universo de las formas" impulsada por Malraux, figura Dido (nombre griego) pero también el suyo tirio, Elissa; no mencionan a Siqueo como Rey sino al padre de ella, Mattan, y confirman que ella fundó Cartago en 814 a.C.   Tiro y Sidón eran las principales ciudades del pequeño y próspero mundillo fenicio, famoso por su habilidad para el comercio durante siglos; actualmente quedan algunas ruinas en una zona del Líbano cercana a la frontera con Israel y por lo tanto en frecuentes luchas. En la antigüedad los fenicios (llamados cananeos por los judíos) ya estaban en 3000 a.C. en esa zona del Líbano y tenían gran dominio del mar. Nunca formaron una unidad; también fueron fenicias Biblos, Ugarit y Beirut. Tiro se integraba con dos islas más bien chicas y un rosario de islas mínimas, muy cercanas a la costa, donde unos pocos km2 se llamaban Paleotiro (los destruyó Nabucodonosor en el siglo VI a.C.); tenía una notable influencia pese a su escaso territorio. Más allá del mito, la realidad es que fueron grandes mercaderes y marinos y que vivieron etapas pacíficas y guerreras. Fueron fenicios de Tiro los que fundaron Cartago; las otras ciudades fenicias no intervinieron. A través del tiempo fueron grandes colonizadores y tuvieron la audacia de explorar el Océano Atlántico y de ser los primeros en llegar a muchas ciudades costeras africanas. Y en España fundaron Cartagena los cartagineses (claro está) pero Gadir (Cádiz) nació por otros fenicios. Con el tiempo los de Cartago ya no se consideraron fenicios sino cartagineses, ya que no volvieron al Líbano. En la actualidad quedan pocas ruinas de Cartago, cercanas a Túnez, ciudad que tiene un notable Museo del Bardo con mucho material cartaginés. Los fenicios o cananeos abarcaron una amplia costa desde la desembocadura del Río Orontes en Antioquía (actualmente turca) hasta una zona ahora israelí, la del Monte Carmelo hasta el mar, de modo que tenían presencia importante en Siria y Líbano. De los monumentos antiguos del Líbano el más famoso es el templo de Baalbek, bien alejado de la costa, en el valle entre las dos cadenas de montaña; allí no vivían los fenicios, pero colaboraron en su construcción, así como ayudaron a Salomón en Palestina para erigir su templo. En lo artístico Sidón y Ugarit se distinguieron más que los tirios. Los museos de Beirut, Alepo, Damasco, Estambul, el Louvre (entre otros) tienen buena muestra del arte fenicio, sobre todo de Biblos y Ugarit. La contribución más valiosa fenicia fue la invención del alfabeto, al considerar que el sistema cuneiforme que les llegaba de la Mesopotamia era demasiado complicado y elemental; de ese alfabeto derivará el griego. Fue a través del contacto con el mundo micénico, ya que sus barcos tocaban Chipre y la cercana Ugarit. Pero por otra parte ya las cinco primeras dinastías de faraones comerciaban con los fenicios buscando madera y esencias resinosas. Ya en el siglo XVIII a.c. Biblos produce admirables medallones y pectorales con oro, piedras preciosas y esmaltes. Algo muy importante: esos misteriosos Pueblos del Mar aparecen en 1.200 a.C. y son un gran problema para los pueblos de la zona fenicia y siria, pero también en Egipto; una época no lejana de la caída de Troya. Los fenicios fundan colonias en Sicilia, Cerdeña, Ibiza, Melilla, Tánger, entre muchas otras. Se ha podido reconstruir el plan de Cartago: por un lado el puerto, Salammbó (sí, como la obra de Flaubert), el barrio elegante de Mégara, la acrópolis-fortaleza, las murallas. Conviene señalar que hay otra opinión en cuanto a Cartago: aquellos que creen que la fundación fue posterior, en el s. IX, y se llamó Qart Hadesht, Cartago según los romanos.

               Volvamos a Dido. Sigue su recitativo: "¡Ya vemos levantarse a Cartago, sus praderas florecen, su flota construida! Vosotros, trabajadores del mar, nos traéis el trigo, el vino, la lana y el hierro y los productos de las artes que todavía nos faltan" (última frase extraña). Aria con coro: "¡Queridos tirios, tantos nobles trabajos embriagan mi corazón de legítimo orgullo! ¡Pero no os canséis, seguid la voz sublime del Dios que os llama a nuevos esfuerzos! ¡Grandes en la paz, convertíos en la guerra en un pueblo de héroes!" (el Coro repite esta última frase). "El feroz Iarbas quiere imponerme la cadena de un himen odioso; su insolencia es vana" (el Coro repite las 4 últimas palabras). Se refiere al tirano de Numidia, tierra salvaje muy cercana a Cartago.  "El cuidado de mi defensa es tanto vuestro como de los dioses". Coro más largo: "¡Cada uno de nosotros está dispuesto a daros la vida! ¡Todos la defenderemos, desafiamos la insolencia y la rabia de Iarbas, y lo rechazaremos hasta el fondo de los desiertos!"  Dido y el pueblo retoman para terminar frases iniciales del aria. Y luego Dido en recitativo les dice: "Este bello día, que espero recuerden siempre, fue destinado por mí a coronar las obras de la paz. Acercaos, constructores, marineros, labradores; recibid de mi mano la justa recompensa debida al trabajo que da poder y vida a los Estados". Siguen tres entradas solemnes de figurantes; cada uno se avanza hasta el trono. Primero, los constructores: Dido da a su jefe una escuadra de plata y un hacha; el cortejo vuelve al fondo del teatro. Luego, los marineros: la Reina da a su jefe un timón y un remo; ellos también se van al fondo. Finalmente, los labradores, más numerosos, conducidos por un robusto viejo, a quien Dido le da una hoz de oro, y enseguida, teniendo en la mano una corona de flores y espigas, dice al pueblo: "¡Todos los honores para el arte más grande, el que alimenta a los hombres!" Coro del pueblo: "¡Vivan los labradores! Somos sus hijos agradecidos; ¡nos dan el pan!" D, aparte: "¡Oh Ceres, el porvenir de Cartago está asegurado!" El Coro repite el Canto Nacional y va retirándose, conducido por Narbal. En las Entradas, puramente orquestales, Berlioz da sentido a cada una: sólida la primera, evocativa del mar la siguiente, y pastoral la tercera. D hasta ahora es la Reina positiva que quiere a su pueblo y es querida, pero ahora queda sola con su hermana y allí queda reflejada su tristeza. D es la admirable Susan Graham, una artista de noble línea de canto y buen francés, aunque en 2013 se insinuaba tanto en su aspecto como en su voz que su carrera empezaba a tener una leve declinación, pero su nivel era todavía de primer orden y transmitió en todo momento la vivencia de esta D que sabe reinar con firmeza y afecto pero que no está hecha para la soledad. A, muy bien interpretada por la inglesa Karen Cargill, la conoce a fondo, y Berlioz en el siguiente diálogo deja de lado la pompa pública y expresa con sensibilidad los sentimientos íntimos. Es un recitativo y dúo de 10 minutos. Inicialmente D está contenta: "Esta noble fiesta ha dado paz a mi agitado corazón. Respiro, mi alegría es perfecta, vuelvo a encontrar la calma y la serenidad". "Una extraña tristeza sin motivo a veces me abruma. Un vago fastidio me oprime y en mi rostro enardecido las lágrimas me queman…"  A da en la tecla, sonriendo: "Amarás, hermana mía…" D: "Todo nuevo ardor está prohibido a mi corazón para siempre". "La viuda fiel debe apagar su alma y detestar el amor".  A: "Sois Reina, joven y bella, no debéis obedecer aquella dulce ley; Cartago quiere un Rey". D le muestra el anillo de Siqueo: "¡Podrían maldecirme el pueblo y los dioses si me quitara este anillo consagrado!" A: "Venus sonríe ante tal juramento; los dioses se niegan a inscribirlo en el libro sacro" (Berlioz sigue a Virgilio: los dioses son los romanos). De aquí en más las hermanas juntas pero separadas, y su contenido es crucial: D: "Su voz hace nacer en mi seno la peligrosa embriaguez; ya en mi debilidad resisto en vano una confusa esperanza"; A: "Mi voz hizo nacer en su seno sueños de ternura; ya en su debilidad se resiste en vano a la dulce esperanza de amar". D: "Oh esposo, perdona este instante de error involuntario y que recordarte quite de mi corazón esta confusión que le asombra"; A: "D, tierna hermana, perdona si disipo un querido error, si mi voz excita en tu corazón esta confusión que le asombra". Y entonces ocurre algo que cambiará todo: irrumpe Iopas, poeta tirio de la corte, y exclama: "Habiendo escapado con gran dificultad de un mar enfurecido, Reina, los integrantes de una flota desconocida imploran ser admitidos ante vos". D: "La puerta del Palacio jamás se le niega a tales suplicantes". Sale Iopas a avisarles y ella canta una breve aria: "¡Errando sobre el mar también yo fui llevada de orilla a orilla por tormentas, juguete de amargas olas! Conozco la violencia de los golpes de la suerte. Quien sufrió no puede ver sufrir en vano".  Se escucha la Marcha troyana "en modo triste", acota el compositor, y es asombroso cómo el cambio a modo menor y con cambios de orquestación la convierte en símbolo de la derrota. D para sí: "Siento una impaciencia viva y súbita, tengo ganas de verlos y en secreto tengo miedo de su presencia".  Sube al trono; entran Eneas (E) disfrazado de marinero, Panthée (P), Ascagne (As) y los jefes troyanos trayendo regalos. Recitativo: no es E sino A el que cuenta de modo muy sintético los peligros por los que pasaron; tras varios años de vicisitudes, ahora A es un adolescente y siguiendo la tradición operística lo canta una mezzosoprano: Julie Boulianne; no la conocía y me pareció bien elegida, por calidad de voz y sentido dramático. "Augusta Reina, un pueblo errante y desgraciado os pide un asilo durante algunos días. Pongo a vuestros pies estos presentes, fragmentos de su grandeza, que por mi débil mano en nombre de Júpiter os los ofrece un jefe creyente". D: "Dime el nombre y la raza de ese jefe, bello niño". As: "Una sangrienta huella ha marcado nuestro camino de los montes frigios hasta el mar. Este cetro de Ilione, hija del Rey Priam, la corona de Hecuba y este velo liviano de Helena cuyo oro lo hace radiante deben deciros  que somos Troyanos". D: "¡Troyanos!" As: "Nuestro jefe es Eneas" (E) "y soy su hijo". Se avanza Panthée (P): "Obedeciendo al soberano de los dioses este héroe busca llegar a Italia, donde la suerte le promete una muerte gloriosa y la felicidad de dar a los suyos una patria". Richard Bernstein expresa bien al personaje. D: "¿Quién no admira a este Príncipe, amigo del gran Hector? Decidle que mi puerto está abierto a sus barcos. Que venga, que olvide en mi corte con vosotros sus penosos trabajos". Berlioz denomina Final a los 8 minutos que siguen. Entra N muy agitado: "¡Apenas oso transmitir la terrible noticia! Iarbas avanza hacia Cartago con innumerables soldados". Cartagineses lejanos: "¡Armas!" N: "La tropa salvaje degüella nuestros rebaños y devasta nuestros campos. Nuevas desgracias amenazan la ciudad: le van a faltar armas a nuestros jóvenes guerreros cuyo ardor es extremo". "Tendremos un combate desigual". E deja su traje de marinero y lleva un brillante traje y la coraza pero sin casco ni escudo. "¡Reina, soy E! ¡Permitid que los Troyanos combatan con los vuestros!" D: "¡Acepto con orgullo tal alianza! Los dioses se declaran a favor nuestro". Dice aparte a A: "¡Cuánto coraje tiene este hijo de diosa, y cómo se ve sobre su frente la gracia y la nobleza!" E: "¡Sobre esta inmunda horda marchemos juntos, tirios y troyanos, volemos juntos a la victoria! ¡Expulsemos a los Númidas temblando al desierto!" Conjunto: E, P, N, Iopas, As, D, A, los jefes troyanos: "¡Nos junta Marte, el hijo de Venus nos guía en los combates! ¡Exterminemos el negro ejército y que mañana la fama proclame la vergüenza y la muerte de Iarbas!" E ya lleva puestos el casco y el escudo y ha tomado las jabalinas. E: "Reina, dejo a mi hijo librado a vuestros generosos cuidados". "D: "No dudéís de mi amor de madre hacia él". E, a As, que llora: "Ven a abrazar a tu padre. Otros te enseñarán el arte de ser feliz; yo sólo puedo enseñarte la virtud guerrera y el respeto a los dioses; reverencia en tu corazón los ejemplos de gloria de E y de Hector". Entra el pueblo cartaginés pidiendo las armas; sólo algunos tienen armas habituales, otros llevan hachas, hoces y hondas. Todos cantan juntos repitiendo lo anterior. Fin de acto. Glorificación del héroe semidios por un lado, flechazo de D por otro, Berlioz omite totalmente el relato virgiliano con respecto a los años desde la partida de E de Troya. Tampoco menciona la muerte de Creusa.

               El libro III de "La Eneida" cuenta las aventuras de E y su gente y parece un calco de "La Odisea" mientras deambula de un lado a otro porque no sabe dónde está el Río Tíber. Hay episodios grotescos y fantasiosos que poco tienen que ver con un relato normal de guerrero. Tan despistado está que elige ir a Tracia primeramente y allí se encuentra con un troyano ladrón, Polidoro, que está arrepentido y le dice que debe ir hacia el Oeste para encontrar a Italia. Luego va a Mykonos, ciudad de Apolo, y le pide apoyo al Dios, que no se manifiesta. Entonces cree que Creta es el lugar; curiosamente pasa por Sicilia para llegar a Creta, aparentemente sin sentido; bastante tiempo más tarde Virgilio explica por qué pero es ilógico narrar de esa manera. Cuando llega a Creta cuenta que Idomeneo había ido al exilio obligado por los dioses (o sea que la historia del "Idomeneo" mozartiano ocurre en paralelo con la guerra de Troya); E funda una ciudad, Pergamea, pero pronto la peste afecta a los hombres y al agro. Entonces vuelve a Ortygia en Sicilia y vuelve a consultar al oráculo; así se explica la anterior visita; ¿qué le habrá dicho entonces el oráculo? Si Creta, se equivocó. Tampoco se sabe qué le dijo el oráculo esta segunda vez. E consulta a los Penates (dioses del hogar) que le sugieren ir a Hesperia, nombre que los Dioses daban a Italia en Grecia, ¡pero para los latinos Hesperia era Iberia! Y Virgilio era latino. Anquises cita que Cassandra le habló de Hesperia; E acepta ir allí (¿Iberia?). Tras 3 días de mal tiempo van a parar a las Islas Jónicas y allí se topan con las arpías, que los atacan violentamente y son repelidas por los troyanos; Celaeno, la más fuerte de las Furias (otro nombre de las arpías), le dice: deben ir a Italia (no le explica cómo) pero tendrán hambruna antes de levantar las murallas de la nueva ciudad por haberlas atacado. Navegando pasan delante de la isla Ithaca y maldicen la tierra donde nació Ulises (Odiseo). En Epiro llega a Buthrotum y allí se encuentra con que Helenus (uno de los hijos de Príamo) es Rey y que allí está Andrómaca; va a verla y la encuentra orante ante la tumba de Hector. Andrómaca le cuenta que Pirro la tomó como esclava y la obligó a tener relaciones; de él tiene un hijo. Lo que confunde es que Pirro tiene otro nombre: Neoptolemo; así aparece en Homero. Pirro cortejó a Hermione, hija de Leda, y a Andrómaca la unió con Helenus. Lo insólito fue que al morir Neoptolemo parte de su reino pasó a Helenus, que llamó a esa tierra Cheonia, nombre troyano, y construyó la nueva ciudadela. Al llegar Helenus se conmueve al ver a E y sus camaradas y dice a E que Apolo le contó cómo llegar a la sibila de Cuma, que le indicará cómo entender las tribus italianas y cómo actuar.  Eurípides cuenta la historia de Andrómaca en su pieza de ese nombre, y allí es no es Neoptolemo-Pirro sino Menelao quien le hizo un hijo y se enamora de Hermione; ambos quieren matar a Andrómaca y a Molossus, el hijo que tuvo con Menelao, pero Peleo, Rey de Tebas, los salva. La cosa se complica porque nada menos que Orestes mata a Neoptolemo, hijo de Peleo, por pedido de Hermione, pariente de Orestes. Y es por eso que Helenus recibe el reino. Sigue el viaje de E y Anquises pide buen tiempo; ritos a Pallas y Juno. Conocen el golfo de Taranto y luego prosiguen hasta el estrecho de Messina: ven al Etna en erupción; pasan por Charybdis; luego Aqueménides les cuenta un largo relato sobre el monstruo Polifemo y los Cíclopes. Navegan por Sicilia hasta Orepanum (Trapani); allí muere Anquises de muerte natural. Y desde Trapani llega a Cartago tras fieras tormentas.

               Acto IV (II de "Les Troyens à Carthage"), Cuadro I. Caza Real y tormenta-Pantomima. Unos 9´. Así lo describe Berlioz: "Un bosque de África, de mañana". ¿Por qué de África, y no "cercano a Cartago"? En toda la zona Norte africana no abundan los bosques, pero es la única zona de la actual Tunisia donde hay bastante lluvia, y tanto Túnez como las ruinas de Cartago (muy cercanas) no están muy lejos de los escasos bosques de la zona, zona lluviosa gracias a la cadena de montañas Mogods, última prolongación de la cadena Atlas Sahariana de Argelia. Aún más cerca están los restos de Utica, ciudad fenicia anterior a Cartago (Kartajannah para los musulmanes). Cazar jabalíes o ciervos y gacelas parece razonable. (Otro dato geográfico es que el único Río permanente, el Medjerda, desemboca como Cartago en el Golfo de Túnez y de allí que la agricultura, como lo señala Berlioz, fuera abundante; cuando los romanos tomaron la zona fue un granero asegurado para ellos). "Al fondo una roca muy elevada; abajo y a la izquierda de la roca, la entrada de una roca. Estanque natural con juncos y cañas; náyades nadando. Caza Real: se oyen fanfarrias fuera de escena. Pasan cazadores tirios conduciendo perros atados. Ascagne pasa a caballo al galope. El cielo se oscurece, llueve; la tormenta crece; pronto la tempestad se hace terrible, con granizo, rayos y truenos. Los cazadores se dispersan. Aparecen D vestida como Diana cazadora, con arco y carcaj, y E con ropa semi-guerrera. Entran en la gruta. Aparecen las ninfas de los bosques; van y vienen gritando, con gestos desordenados. En medio de sus clamores, a veces se distingue "¡Italia!". Aparecen cascadas cayendo de la roca. Los Sátiros y los Silvanos ejecutan con los Faunos danzas grotescas en la obscuridad" (en la semi-obscuridad, debería decir). "Un rayo quiebra un árbol y lo inflama; Sátiros, Silvanos y Faunos toman las ramas, bailan, y con las ninfas desaparecen al fondo del jardín. La tempestad se calma". Cuando se estrenó la obra este Cuadro fue muy polémico y muchos creyeron que era una manifestación del entusiasmo sinfónico del compositor y de su vanguardismo; es las dos cosas, pero tiene sentido en cuanto al desarrollo de la trama de la ópera. Pero paradójicamente si uno lee a Virgilio se encuentra con que sólo el Libro IV de los XII de "La Eneida" se ocupa de lo que sucede en Cartago con la presencia de los troyanos, y se observan fuertes desavenencias entre el texto virgiliano y el de Berlioz. Más allá de su indudable calidad literaria, Virgilio suele ser descuidado en cuanto a la razonable presencia de datos que en Berlioz están más claros.  En décadas recientes estos 9 minutos se han apreciado en conciertos sinfónicos con bastante frecuencia, ya que es sumamente interesante más allá del relato: indudablemente ningún francés en esos momentos tenía similar dominio orquestal ni era tan innovador. Una crucial diferencia aparece ya en Acto III (I) cuando E se pone al frente del ejército y va a luchar contra Iarbas: no existe tal encuentro en Virgilio. Y Berlioz pinta a D como una Reina muy querida por el pueblo; Virgilio en cambio favorece la imagen de E porque, como escritor pro-romano, ensalza la figura del troyano y ataca la de D, a quien considera una frenética sexual culpable de retener al troyano. Además la presencia de los dioses existe en Berlioz pero moderadamente; en cambio es dominante en Virgilio. En cuanto a Iarbas, Berlioz lo ataca ferozmente; Virgilio da la imagen de un líder que se ha convertido a los dioses romanos y les pide ayuda; pero elige a aquellos que están en contra de los troyanos. Conviene aclarar que Numidia es palabra romana y se refiere a un pueblo de la actual Argelia que tuvo buenas relaciones con los cartagineses que ocuparon ciertos puntos de la actual Tunisia desde el s. VI a.C. (la Encyclopedia Britannica considera mito la historia de D y E); hubo soldados númidas en los ejércitos cartagineses hasta que el Rey Masinissa, que era aliado de Cartago, pasó al lado romano en 206 a.C. Los númidas d.C. tuvieron influencia cristiana hasta la conquista árabe en s. VIII, y pasaron a ser musulmanes; había númidas todavía en el s. XX. Volvamos a Virgilio; desde la línea 116 a 130 culmina una charla entre Juno (Hera) y Venus (Afrodita); Juno, no quien habitualmente lo hace, su marido Júpiter (Zeus), produce la tormenta que obliga a D y E a entrar en la cueva; E, ante el frenesí de D, le hará el amor, y olvidará su obligación de ir a Italia. O sea, exactamente lo que Berlioz cuenta. Claro está que en Berlioz ya no existe Iarbas; nunca más se lo menciona, lo que implícitamente significa que murió y que los númidos, ante la fuerza troyana, no insistirán. No es así en Virgilio, puesto que no hay batalla. Yendo a la puesta en escena, me pareció de mediana calidad; no es fácil hacerlo pero en la actualidad en el Met hay poderosos medios técnicos. En cambio la versión orquestal fue notable, con Luisi atento a crear los climas y una orquesta que respondió brillantemente.

               Ante de ir al siguiente cuadro, veamos qué ocurre según Virgilio: llama fama al rumor que se expande sobre la relación de D y E y su próximo casamiento, y llega a Iarbas, que se enfurece. Le cuenta a Júpiter la relación de E y D y éste instruye a Mercurio (Hermes, hijo de Zeus y la titana Maia) que le lleve el mensaje del Dios que lo salvó en Troya: su misión es llegar a Italia, tierra de imperios y turbulencias, ser su líder y que Ascanio sea su sucesor; debe dejar Cartago de inmediato. Mercurio viaja con rapidez desde el Cielo, pasa cerca de Atlas que sostiene al mundo en Etiopía (qué absurdo) y recorre Libia hasta llegar a Cartago, donde ve a E construyendo casas y le da el contundente mensaje de Júpiter. E se desespera porque sabe que debe hacerlo: no puede desobedecer a Júpiter (línea 287).

               Acto IV (II), Cuadro II. Dura unos 47´y sólo en los segundos finales aparece Mercurio y dice tres veces "¡Italie!"; nada más; no hay referencia a la orden de Júpiter. Todo el texto es de Berlioz. Los jardines de D al borde del mar. Recitativo de A y N. N opina que los Númidas no volverán pero le preocupan los cambios en D: pasa su vida en cazas y festines; suspendió trabajos, los obradores están desiertos. (Virgilio en cambio menciona que E hace trabajos agrícolas). "La prolongada presencia del troyano me preocupa y el pueblo también lo siente así". A: "Ellos se aman; ¿acaso no sería él un valeroso marido, un magnánimo Rey para Cartago?" N: "¡Pero el imperioso destino lo llama a ir a Italia!" A: "El amor es el más grande de los dioses". Aria en dúo de N y A, mezclándose. N: "Sombrío porvenir, ¿cuáles son los reveses con que amenazas a Cartago? Júpiter, dios de la hospitalidad, ¿por qué, ejerciendo la virtud que te es cara, hemos merecido los golpes de tu cólera?" A: "¡Terror vano, Cartago triunfa! Nuestra encantadora Reina ama un héroe vencedor; pronto se unirán. Tal es la amenaza de un sombrío porvenir". Seguro canto de Kwangchul Youn (aunque con dudoso francés) y Cargill. Sigue la Marcha para la Entrada de la reina sobre el tema del Canto Nacional, mientras entran D, E, P, As e Iopas; D se sienta en un estrado con A, y E y N están cerca. Siguen casi 10´ de ballets, para mi gusto de relativo interés. El motivo de su presencia es muy simple: Berlioz se ilusionó que la Ópera de París iba a estrenar "Les Troyens" y ya vimos en mi anterior artículo que eso no ocurrió: era obligación hasta para los más grandes incluir un ballet a aproximadamente la mitad de las extensas óperas de 5 actos que estaban de moda; ni Verdi en "Don Carlos" se libró de ello; el "Don Carlo" italiano lo elimina. Son 3: "Paso de las almeas" (mujeres que improvisan danzas y cantos en público); "Danza de las esclavas" y "Paso de esclavas nubias". Las coreografías de Doug Varone fueron bastante clásicas aunque de buena técnica y las bailarinas respondieron con profesionalismo; el exotismo estuvo más bien en ciertos ribetes musicales y en los trajes. Y Berlioz, como había inventado un lenguaje demoníaco en "La Damnation de Faust" ("Irimaro karabrao", etc.), aquí nos espeta un lenguaje que suena a África ecuatorial francesa negra y selvática, no sahariana: "¡Amadoué midonaé faï caraïmé deï beraïmbé Haha!", divertido pero erróneo. La reina desciende del estrado y se recuesta en una camilla en el proscenio. D, con languidez: "Basta, hermana, apenas tolero esta fiesta importuna" (A les hace un signo y las bailarinas se retiran).  "Iopas, cántanos de manera simple y dulce tu poema de los campos". Se acerca un arpista tebano para acompañarlo; es de la Tebas egipcia, ya que tras 7 años Cartago es una ciudad asentada y con campos productivos que puede atraer a artistas de esa procedencia en una época difícil de esa gran civilización, y este arpista lleva el traje religioso egipcio.  La canción estrófica se basa en una grata melodía; la cantó Eric Cutler con adecuados medios líricos aunque fue marcado por la régie con gestos amanerados. Agradece a Ceres (Demeter), Diosa de la agricultura y de la fertilidad de la Tierra, por la verdura fresca del campo; el renacimiento de los labradores jóvenes y viejos por la abundancia de la cosecha. Y también cantan sus beneficios los pájaros, los corderos, hasta los vientos de la pradera. Pero cuando empieza la cuarta estrofa lo interrumpe D: "Perdona, Iopas, ni siquiera tu voz puede esta noche calmar mi extrema inquietud". E se sienta a los pies de D y le exclama "¡Querida D!" D: "E, terminad el relato de vuestro largo viaje y de las desgracias troyanas" (allí nos enteramos que aunque no está en la ópera, E, como figura en Virgilio, le había ya contado mucho de lo que le pasó, con la diferencia de que antes había vencido a Iarbas). "Cuénteme qué le pasó a la bella Andrómaca". E: "Esclava de Pirro imploraba morir, pero el obstinado amor de ese príncipe la hizo infiel y tras rechazarlo largo tiempo, se casó con Pirro, y así subió al trono de Epiro". D para sí: "Todo conspira para vencer mi remordimiento y mi corazón está absuelto". D y E ambos con similar texto exclaman: "¡Ama a su vencedor, asesino de su padre, e hijo del que mató a su ilustre esposo!"  Inspiración del Berlioz libretista: Ascagne retira de la mano de D el anillo de Siqueo; D si bien lo recupera lo deja distraída sobre la cama. A lo vio y se lo hace notar a N en el comienzo de un notable quinteto: A, Iopas y N cantan: "La mano liviana del niño, como Cupido, roba dulcemente a D el anillo que ella reverencia". Esos mismos tres y D repiten la frase "Todo conspira…" y E canta: "D suspira pero su corazón se siente absuelto". Breve recitativo de E: "Dejemos estos tristes recuerdos. ¡Noche espléndida! Venid, querida Dido, a respirar los suspiros de esta brisa acariciadora", y ambos se levantan. Sigue un septeto lento y melódico (octeto si se cuenta al Coro, que también canta el mismo texto) de gran belleza: "¡Todo es paz y encanto a nuestro alrededor! La noche extiende su velo y el mar adormecido murmura los acordes más dulces". Se retiran todos salvo D y E (As, A, N, P, Iopas, el Coro). El magnífico dúo de D y E, lento y admirable en todo sentido, es el apogeo del amor del héroe y la Reina. Alternan un texto principal con otros vinculados a los mitos. "¡Noche de embriaguez y éxtasis infinitos! Rubia Febe, grandes astros de su corte, vertid sobre nosotros vuestro bendito resplandor; ¡flores del cielo, sonreíd ante el amor inmortal!" (Febe es diosa lunar, y Berlioz especifica que haya claro de luna; el iluminador le hizo caso). D: "En noche semejante, su frente cubierta de cítiso, vuestra madre Venus llevó al bello Anquises a los bosquecillos del Ida". E: "En noche semejante, loco de amor y alegría, Troilo esperó a la bella Crésida al pie de los muros de Troya". D y E: "¡Noche de embriaguez", etc. E: "En noche semejante, la púdica Diana finalmente deja caer su diáfano velo ante los ojos de Endimión". D: "En noche semejante, ¡el hijo de Citerea recibió fríamente la embriagada ternura de la reina D!" E: "Y en la misma noche la injusta Reina acusando a su amante obtuvo de él tierno perdón". D y E: "¡Noche de embriaguez", etc. Marchan lentamente abrazados hacia el fondo del escenario y desaparecen cantando. Mercurio aparece súbitamente en un rayo de luna: se acerca a una columna donde están las armas de E y golpea con su caduceo el escudo produciendo un sonido lúgubre y prolongado. Con voz grave y señalando el mar exclama tres veces "¡Italia!", y desaparece. Kwangchul Youn lo interpreta. Creo que aquí Berlioz cometió un error: Mercurio es el Mensajero de los Dioses y tiene la obligación de cumplir con el mensaje, y se sabe del deseo de Júpiter en cuanto a que E vaya a Italia. Sólo vale que Mercurio se enfrente a E y le dé una filípica como la hay en Virgilio. Si Mercurio vuelve a Júpiter sólo tras esas exclamaciones despertará la ira del máximo Dios. El Quinto Acto hubiera debido empezar con Mercurio enfrentado a E al aba del día siguiente y que D lo vea.

               Acto V (III), Cuadro I. El borde del mar cubierto de tiendas troyanas. Se ven sus barcos en el puerto. Hylas, un joven marinero frigio (troyano) canta balanceándose en lo alto del palo de un barco. Dos centinelas montan guardia ante las tiendas. Canción de Hylas: "Valle sonoro donde desde la aurora caminaba cantando, ¿podrá cantar nuevamente bajo tus grandes bosques el pobre Hylas? ¡Oh poderoso mar, mece suavemente en tu seno sublime al hijo de Dindymo!" La canción es estrófica, de grata melodía muy lírica, y el texto sigue siendo nostálgico de ese Cartago al que no volverá; antes de terminar la tercera se queda dormido, presumiblemente habiendo bajado el tope del palo (el texto no lo aclara). Durante la tercera estrofa dos centinelas comentan: "Sueña de su país"; "que no volverá a ver", agrega el segundo. Paul Appleby, tenor lírico, fue la versión troyana de Eric Cutler, aunque en tono nostálgico; cantó con sentimiento y musicalidad. Hylas es joven (supongamos 20 años) y rememora su infancia, ya que su adolescencia está atravesada por diez años de guerra sobre la cual no sabemos casi nada, ya que Homero sólo describe el último año de los 10: el primer libro explica el odio entre Agamenón y Aquiles y las intrigas de los dioses a favor de uno u otro, pero nada concreto con respecto a las batallas, salvo que fueron muchas y están cansados. Entran P y los jefes troyanos. Recordemos que P (Panteo) es sacerdote troyano y amigo de E, pero también guerrero. El segundo en autoridad después de E. Les dice a los jefes: "Preparen todo, hay que partir; E vanamente ve desesperado la angustia de la reina; la gloria y el deber sabrán quebrar la cadena y su corazón será fuerte cuando deba decir adiós". P y Coro (los jefes): "Cada día es más evidente la cólera de los dioses. Nos lo advierten signos que asustan; gimen el mar, los montes, los bosques; nuestras armas sienten golpes invisibles; como en la fatal noche troyana, aparece en armas Hector con ojos enojados; le sigue un coro de sombras; y estos muertos irritados la noche pasada gritaron 3 veces". Las Sombras: "¡Italia!" 3 veces. P y los jefes: "¡Se vuelven a escuchar! Demasiado tiempo hemos desafiado la orden celeste; ¡vayámonos cuanto antes de esta costa funesta! ¡Mañana debemos partir!"; entran en sus tiendas. Cuando se estrenó la obra fue protestada la escena de los dos centinelas y luego se cortó, pero es interesante y se la debe incluir.  Caminan uno de derecha a izquierda y el otro al revés; cuando se encuentran en el medio dialogan. Primero: "¡Por Baco, están locos con eso de Italia!" Segundo: "Yo no escuché nada". Primero: "¡Sin embargo aquí la pasamos bien!" Segundo: "En varias casas encontramos buen vino y caza de carne de calidad". Primero: "Ya le hablo en fenicio a mi bella cartaginesa". Segundo: "La mía comprende el troyano y me obedece sin disputas". Primero: "¡Y quieren que dejemos todas estas dulzuras por un largo viaje!" Segundo: "¡Las caricias de la tormenta!" Primero: "¡Maldita locura!" Segundo: "Por esta Italia…" Primero: "Donde debemos gozar del fruto de nuestro trabajo…" Los dos: "¡Rompiéndonos los huesos!" Primero: "¡De nuevo padecer! Nuestra ley es la obediencia. ¡Silencio! A grandes pasos llega E". Se van. Paul Carona (barítono) y el veterano bajo James Courtney dieron carácter a estos soldados contentos de estar en Cartago y ajenos a las señales de los dioses. En el acto anterior Hymel y Graham vivieron su amor con dulzura e intensidad, en ambos casos con cuidada línea de canto. Berlioz llama a este gran solo de E Recitativo medido y Aria; es poco habitual agregar "medido"; parece indicar que debe cuidarse mucho el ritmo sin perder el sentido del monólogo. Con gran agitación: "¡Inútiles pesares, debo irme de Cartago! D lo sabe" (lo cual indica que en el acto anterior lo disimulaba, en ningún momento se la escucha referirse al tema) "su miedo y estupor cuando se lo dije" (¿en cuál momento?) "quebró mi coraje, ¡pero debo hacerlo! No puedo olvidar la palidez mortal de su bello rostro, su silencio obstinado, sus ojos fijos y llenos de fuego sombrío. Hablé en vano de prodigios sin nombre recordándome la orden de los dioses, invocando la grandeza de mi santo cometido, el porvenir de mi hijo y el destino de los Troyanos, la muerte triunfal que me prometen para coronar mi gloria en los campos de Ausonia" (así se llamaban los campos en la zona que luego fue Roma); "al no poder vencer su silencio huí de la terrible elocuencia de su mirada". El recitativo es rápido e intenso; aunque bien resuelto por Hymel el francés le resultó algo arduo. Uno se pregunta nuevamente cuándo pasó todo esto; parecería que pasaron varios días desde el gran dúo de amor, aunque nada lo indica en el libreto. El aria es de gran lucimiento y pasa por dos momentos psicológicos aunque con el mismo tema: irse de Cartago cuando llegue el momento sin despedirse, o despidiéndose; es exigente en lo vocal y muy dramática; no en vano quienes la tienen mejor grabada son Georges Thill y Vickers (en la completa de Davis); Hymel la resolvió con firmeza e intensidad. "Cuando venga el instante de los supremos adioses ¿cómo tolerar el aspecto terrible de su indignado dolor? ¡D, luchar contra mí y contra tí! ¡Quebrando tu corazón implorar mi perdón! ¿Sería capaz de hacer eso?"  Desde aquí la música se hace más rápida y rítmica y el canto a todo pulmón. "¡Si dejara Cartago sin volverte a ver que yo muera en un último naufragio! ¡Sería despreciar los derechos sagrados de la hospitalidad! ¡No, Reina adorada, alma sublime! Quiero volverte a ver una última vez, regar tus rodillas de mis lágrimas aunque me quiebre tal desesperación". Además la contribución de ideas orquestales innovadoras termina de redondear una gran escena de tenor dramático. Lo que sigue estremece a E: un Coro de sombras lo llama y 4 espectros velados aparecen sucesivamente. Al primero le dice E: "Mensajero amenazante, ¿quién te ha sacado de tu sombría morada?" Espectro de Priam (visible): "Tu debilidad y tu gloria". E: "¡Quisiera morir!" Espectro de Priam: "¡Basta de demoras!" Espectro de Chorèbe (invisible): "¡Ni un día!" Espectros de Hector y Cassandre (invisibles): "¡Ni una hora!" Espectro de Priam, levantando su velo: "¡Soy Priam; debes vivir y partir!", y desaparece.  E corre y se topa con el Espectro de Chorèbe, ahora visible: "Soy Chorèbe, debes partir y vencer!" E va hacia el fondo del escenario y se encuentra con los Espectros de Hector y Cassandre, ahora visibles: E: "¡Hector, Cassandre!" Los espectros: "¡Hay que vencer y fundar!"; desaparecen. E: "¡Debo ceder ante vuestras órdenes despiadadas! Soy bárbaro, ingrato; ¡lo ordenáis, grandes dioses! ¡Inmolo a D mirando hacia otro lado!" E pasa ante las tiendas: "¡Arriba, troyanos, levántense, alerta! ¡El viento es bueno, el mar está abierto!" Los troyanos dentro de las tiendas: "¡Alerta! ¿Oyen la voz de E?" Salen de las tiendas. "Dad la señal del despertar". E a un jefe: "Ve, corre, lleva esta orden a las sorprendidas orejas de Ascagne: ¿Qué se levante y suba a bordo! Hay que dejar el puerto antes del alba. Grandes dioses, mi obligación se cumplirá hasta el final. ¡Cortad los cables! ¡Al mar! ¡Italia!" El Coro lo celebra. E, mirando el palacio: "¡Noble D, parto, digno de tu perdón! Te soy infiel por la muerte de los héroes". Todos se precipitan preparando la partida; hay barcos que comienzan a navegar. Lejanos rayos y truenos (Neptuno no apoya). Pero E se topa con D, que presentía la partida y será intransigente; para ella sólo vale el amor y su creencia en los dioses griegos es relativa (no son los de los fenicios). D: "Errante siguiendo tus pasos, quise ver, veo y no lo creo; ¿preparas tu huida?" E: "¡Querida D, mi dolor es profundo, no me ataque!" D: "¿Te vas? ¡Sin remordimiento! ¡Desdeñando el cetro de Libia arrancándome el corazón corres a Italia!" (extraña mención de Libia cuando Cartago era sólo un promontorio). E: "Tardé demasiado…órdenes soberanas de los dioses". D: "¡Sigue la voz de implacables destinos sin escuchar la mía! Me ve exponer mi dolor sobrehumano con cobarde desdén" (y a un grupo de troyanos que se sonríen mirándola) "¡y mi belleza de Reina recibe las insolentes risas de estos ingratos Troyanos!" (verdad, son ingratos, pero también expusieron su vida al luchar contra las tropas de Iarbas). "No te parió Venus, te amamantó una loba horrible!" E: "Cuando a ti se consagró mi alma sufrió la ley del amor inmortal, y hasta mi último día mi corazón vivirá con ese ardor". D: "¡Calla! Nada te detiene; ¡la muerte que se cierne sobre mi cabeza, mi nombre de libro de oro borrado desde hoy!" (no es una imagen posible en esa época). "Si de tu fe tuviera una tierna prenda, si un hijo de E sonriera sobre mi seno, si con un rostro dulce y fuerte me recordara tus rasgos me sentiría menos abandonada". Se escucha la fanfarria de la marcha troyana. E: "Debo partir, pero para morir obedeciendo a los dioses, ¡parto y te amo!" D: "¡Que mis gritos no te detengan por más tiempo, monstruo de piedad! ¡Maldigo a ti y a tus dioses!" Se va. Llega Ascagne, él y su padre suben a un barco; grupos de soldados a su vez suben a varios barcos. Telón. Intensa reacción de D con frases insultantes, mostrando un lado suyo violento, ante un E desesperado que no puede ir contra los dioses. Hymel lo actuó y cantó de modo muy convincente, y Graham mostró la amplitud de sus recursos artísticos, viviendo el personaje y dando a su timbre durezas donde debe haberlas. Puesta en escena bien lograda, salvo la escasa realidad de los barcos.

               Acto V (III), Cuadro II. Un apartamento de D, al alba. D se arrepiente de sus actitudes: "Hermana, implórale, ya no hay orgullo en mi alma abatida". A: "Yo fui la culpable cuando te di coraje para formar una nueva relación. ¿Se puede luchar contra los dioses? Su partida es inevitable y sin embargo os ama". D: "¡Me ama! ¡No, su corazón es de hielo!  Conozco el amor y si Júpiter me hubiera prohibido amar, mi insensato amor desafiaría el anatema. Pero id, mi hermana y N, a suplicarle que me acuerde unos días más".  Se escucha al Coro lejano: "Ved 6 barcos en el mar, 7, 9, 10!" Iopas, entrando: "¡Partieron los troyanos!  ¡Antes de la aurora su flota estaba en el mar, todavía se la apercibe!" D: "¡Armaos, tirios, cartagineses, perseguid a los troyanos! ¡Volad sobre las aguas, quemad sus barcos! ¿Qué digo? ¡Impotente furor! ¡Devora tu dolor, desgraciada! ¡Hubiera debido exterminar la raza vagabunda de esos malditos y dispersar en el mar los restos de sus cuerpos! ¡Entonces hubiera debido vengarme de E y servirle los miembros de su hijo en odioso festín! ¡A mí, Dios de los Infiernos! ¡El Olimpo es inflexible!" (¿cómo vengarse de algo que no había ocurrido?). "¡Reclamemos los oficios del sacerdote de Plutón! ¡Ofreceré un sacrificio al imperio de los muertos! ¡Que se levante una hoguera! ¡Que en la lívida llama desaparezcan los dones del pérfido y los que le di! ¡Salid!" N a A: "¡Su mirada me espanta, quedaos!" D: "Soy Reina y ordeno; déjame sola, A". A, N e Iopas salen. Es imponente el cambio de personalidad que se revela durante ese largo recitativo, avalado por ideas orquestales que crean un clima terrorífico: esta D de aparente bondad al perder el amante se transforma y asusta; Graham hizo una composición de personaje admirable, expresando un odio irracional que a la vez la va a aniquilar. Y esto se refleja en el terrible Monólogo que sigue. D: Gritando: "¡Ah!"; deja de recorrer la escena golpeándose el pecho. "Me voy a morir. Si algo queda en su alma de humano quizá llorará cuando se entere de mi horrible destino. Mi alma  sigue encadenada a tu amor. ¡Venus, devuélveme tu hijo! Inútil plegaria: D sólo espera la muerte". Y tras la tremenda amargura del Monólogo, total cambio en la bellísima aria de D: "Adiós, orgullosa ciudad que con rapidez se levantó floreciente mediante un generoso esfuerzo; mi tierna hermana que errante me siguió; adiós mi pueblo; adiós, orilla venerada, que me recibiste, yo suplicando; adiós, bello cielo africano, astros que admiraba en las noches de infinita embriaguez y éxtasis; no os veré más, ¡mi carrera terminó!", y sale lentamente. Así como los extensos recitativos mostraron la habilidad del compositor para crear climas y exigieron a la artista exabruptos en f, el aria tiene una noble melodía de poco común refinamiento y debe cantarse p. Graham es sin duda una cantante muy valiosa y fue un placer escucharla; sin embargo, me volvían a la memoria Crespin y Troyanos (magnífica cartaginesa de apellido troyano…).

               Acto V (III), Cuadro III. Ceremonia fúnebre. Una zona de los jardines de D al borde del mar. Catafalco de hoguera; en su plataforma hay una cama, una toga, un casco, una espada son su tahalí y un busto de E. Entran los Sacerdotes de Plutón (uno se pregunta por qué los tienen y de dónde provienen), vestidos de prendas fúnebres; se agrupan en procesión ante dos altares en los que brillan llamas verdosas; luego A, N y D velada y coronado con hojas. Durante el coro A desata la cabellera y el coturno del pie izquierdo de D. Coro de lo sacerdotes: "¡Dioses del olvido, devolved la fuerza y el descanso al corazón herido! Desde las profundidades del negro Tártaro escuchadnos, Hécate, Érebo y Caos!" (Hécate: Diosa de la brujería y la magia; Érebo: La oscuridad primigenia; Caos: el principio de todo cuando no tenía forma). A y N: "Si E debe abordar Italia, ¡que allí encuentre una muerte oscura! ¡Que el pueblo latino se una al de la Umbria para detener sus pasos!  ¡Que sea atravesado de vulgar manera en la ardiente refriega, que quede abandonado sobre la sangrienta arena para servir de pasto a devorantes pájaros!" Sacerdotes, A y N repìten: "Dios del olvido", etc.  D, como soñando: "Plutón parece propiciarme; terminemos el sacrificio pío. Siento que la calma vuelve a mi corazón". El Gran sacerdote extiende la horquilla plutónica hacia la zona donde habrá hoguera. D sube las gradas del catafalco, desata el velo que cubre su cabeza, toma la toga de E y tira a ambos sobre el catafalco, expresando: "Éstas son las prendas funestas de un desgraciado amor; ¡que las llamas lleven estos símbolos de mis penas!" Llora en la cama y luego toma la espada de E y dice en tono profético: "A través de las edades perdurará mi recuerdo; mi pueblo logrará destinos heroicos. Un día nacerá de mis cenizas un glorioso vengador sobre la tierra africana. Ya escucho tronar su nombre vencedor: ¡Aníbal! ¡Mi alma está llena de orgullo! ¡Es así que conviene descender a los infiernos!" Ella toma la espada y la hunde en su cuerpo; cae sobre la cama. Entra N con el gran Coro. D, moribunda, gime; A está a su lado. Es parte del mito que el moribundo ve el futuro; D: "¡Cartago morirá…implacable furor del destino enemigo!"  Berlioz llama Imprecación los minutos finales: se ve lejano el Capitolio romano en cuyo frontón brilla la palabra ROMA. Ante el Capitolio desfilan las legiones y un Emperador rodeado de una corte de poetas y artistas. Durante esta apoteosis se escucha la Marcha troyana transmitida a los Romanos por la tradición, convertida en su canto triunfal. D: "Roma…¡inmortal!"        Cae y muere. A se desvanece a su lado. El pueblo de Cartago avanza hasta el proscenio de espaldas a la hoguera y lanza su Imprecación, primer grito de guerra púnica. Coro: "¡Odio eterno a la raza de E! ¡Que una guerra encarnizada precipìte por siempre a nuestros hijos contra sus hijos! ¡Que sobre la tierra y el mar nuestros últimos descendientes, siempre armados contra ellos, espanten algún día al mundo con la masacre de nuestros enemigos!" Telón final. En la compleja personalidad de D se mezcla su orgullo de Reina con un amor sensual obsesivo; la tragedia está en suicidarse con la espada de su amante. Graham fue conmovedora en la etapa final de un personaje extenso que pasa por emociones contrastantes hasta inmolarse, tras volcar odio en un rito que invoca al caos, nada menos. Zambello acertó en toda la escena, salvo en la evocación de Roma, poco sugerente. No he vuelto a mencionar a Luisi y la orquesta y quiero recalcar su gran solvencia y claridad, con tempi bien elegidos y mucho color. El Coro se adaptó al distinto carácter de las escenas con flexibilidad y estilo.

               Dejo de lado las numerosas vicisitudes de E, ya que toman en Virgilio los libros V a XII y no son mencionados por Berlioz, pero quiero sintetizar las Guerras Púnicas (los cartagineses eran llamados Poeni por los Romanos). Si consideramos auténtica la existencia de D y la fundación de Cartago en el s. XII, pasarán 900 años antes de que ocurran; si Cartago fue fundada en el s. VIII, pasarán 500. Son el resultado de una fuerte rivalidad entre Roma (que para entonces había controlado a los etruscos) y los cartagineses, mercaderes marinos y guerreros colonizadores. Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.): los Romanos no querían que los Cartagineses tomaran control del Estrecho de Messina en Sicilia y formaron una flota con asesoramiento griego, venciendo a los cartagineses en Mylae (Milazzo) en la zona Oeste de la isla, pero luego terribles tormentas destruyeron centenares de barcos romanos y murieron no menos de 100.000 hombres. En 241 a.C. lograron vencer a los cartagineses en las Islas Egadi (sicilianas); se quedaron con Sicilia y ya habían conquistado a Córcega y Cerdeña en 238 a.C. La Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) es la más famosa (junto con la Troyana) de las guerras de la antigüedad. Los Cartagineses habían fundado Cartagena y otras colonias en España; los Romanos los persuadieron a aceptar el Río Ebro como frontera, pero quisieron tomar Saguntum, que estaba del lado cartaginés. El joven Hannibal tomó el mando cartaginés y logró pasar los Alpes con su ejército (¡y elefantes!) y tener apoyo de los Galos. En 217 a.C. obtuvo una gran victoria en el Lago Trasimeno y al año siguiente una batalla que pareció decisiva en Cannae en el Sur de Italia. Sin embargo luego Roma fue venciendo en varias batallas, aunque Aníbal pudo escapar. La Tercera Guerra Púnica (149-146 a.C.) por un lado dio control de España a los Romanos; por otro llevó a la destrucción de Cartago y el afianzamiento del Imperio Romano. Eso es lo que vio D antes de morir.

               Quiero agregar algunos datos que me han llegado sobre versiones grabadas de "Les Troyens"; sólo voy a mencionar algunas que me parecen de buen nivel y me asombra que haya tantas versiones de una ópera difícil y larga; a partir de la inicial de Colin Davis han proliferado. 4/8 octubre 1983 (versión mezclada de las dos funciones), DVD Met: C: J.Norman; D: T. Troyanos; E: Domingo; dir, Levine. Todas son DVD, todas en vivo. Salzburg 2000: C y D: D. Polaski; E: Jon Villars; dir, Cambreling. Châtelet París, 2003: C: Antonacci; D: Graham; E: Gregory Kunde; dir, Gardiner. Covent Garden, 2012: Antonacci, Westbroek, Hymel; dir, Pappano.

Pablo Bardin