miércoles, septiembre 27, 2023

Rachmaninov Concierto 2


El segundo concierto de la serie Rachmaninov tuvo lugar el sábado 23 de septiembre
en el Teatro Coliseo. Y en efecto se basó en el Nº 2: el Concierto Nº 2 para piano y orquesta y
la Sinfonía Nº 2. Actuaron el pianista Nelson Goerner y el director de orquesta Srba Dinic.
Bien se sabe que el Concierto para piano Nº 2, en Do menor, Op. 18, tuvo un gran
´éxito. Sus movimientos son: "Moderato", "Adagio sostenuto" y "Allegro scherzando". La
orquesta tiene la misma importancia que el piano y las melodías se desarrollan allí con toda
naturalidad, como él mismo lo escribió. El problema comunista hizo necesario desterrarse a
otros países en Europa o luego en Estados Unidos. Fue allí donde grabó sus conciertos con la
Orquesta de Philadelphia, primero con Stokowski y luego con Ormandy. Él admitió que tenía
admiración por Tchaikovsky y Rimsky-Korsakov, pero sin embargo su música no imita, y la
seguridad técnica es indudable. Lo habían castigado por su Primera sinfonía injustamente, el
Dr. Dahl lo ayudo psicológicamente, y Rachmaninov en el Concierto Nº 2 lo dedicó al Dr. Se
estrenó en octubre de 1901 tocando el compositor, que tenía las manos largas similares a Liszt
y pronto fue considerado como un gran pianista; más tarde en su vida grabó grandes discos de
otras músicas, como el "Carnaval" de Schumann. Goerner tiene justa fama europea y amistad
con Martha Argerich; sin duda es nuestro mejor pianista actualmente. En el Concierto Nº 2 fue
respaldado por la firme tarea del director, Srba Dinic (que es serbio, parecido a su nombre). Así
pude escuchar una gran versión a mis 84 años, y me di cuenta de que yo de niño había
escuchado en discos de pasta a nada menos que Artur Rubinstein. En discos de excelente
calidad Vladimir Ashkenazy grabó los cuatro conciertos y la Rapsodia sobre un tema de
Paganini, acompañado idealmente por André Previn y la Orquesta Sinfónica de Londres. He
tenido la alegría de escuchar a Ashkenazy con una calidad similar a la del propio creador. Pero
volviendo al concierto, la gran sala del Coliseo estuvo prácticamente llena y se aplaudió con
entusiasmo (erróneamente después del primer movimiento). No logré tener el dato exacto de
la pieza extra pero me resultó muy Rachmaninov; bastante extensa y brillante, fue tocada
admirablemente.
El Concierto se había postergado 10 minutos debido a la llegada tardía de un grupo
bastante grande. La magnífica Sinfonía Nº 2 en Mi menor, Op. 27, es extensa. El director tuvo
un muy cuidadoso control de la orquesta, y pese a la sequedad de la sala se escuchó muy bien.
Tiempos cabalmente elegidos, hábil intensidad en varios momentos, música de notable belleza
alternando con dramática sensación, la sinfonía se escuchó de manera poderosa en muchos
momentos pero también hubo la música sensible del tercer movimiento. En suma, Dinic es un
artista de firme seguridad y su éxito ante el público fue entusiasta por varios minutos.
Pablo Bardin

lunes, septiembre 25, 2023

LA SINFÓNICA NACIONAL COMBINÓ PROKOFIEV, JUAN JOSÉ CASTRO Y STRAVINSKY


La Sinfónica Nacional se encontró con la presencia del director de orquesta Ezequiel
Silberstein, quien programó una combinación atrayente y difícil. Se inició con el Concierto Nº 3
de Sergei Prokofiev, con el pianista Alberto Bohbouth. Continuó con los Corales criollos Nº 3,
de Juan José Castro. Y terminó con la ardua Sinfonía de los Salmos de Igor Stravinsky, con el
Coro Polifónico Nacional dirigido por Antonio Domenighini. El concierto tuvo lugar el viernes
22 de septiembre en el Auditorio Nacional del CCK.
El Concierto Nº 3 de Prokofiev es el más famoso de los 5 para piano y orquesta. Estuve
mirando el cuaderno de todo lo que vi entre 1950 y 1970 y me figuran 6 versiones de notable
categoría: Argerich con Calderón (16/8/65) y Dutoit (30/7/69) con la Sinfónica Nacional; A. De
Raco (2/7/52) con Markevitch y la Sinfónica Nacional y con Peter Maag y la Filarmónica de
Buenos Aires (11/8/69). Además, la pianista argentina Fanny Ingold con Washington Castro y la
Filarmónica (16/9/61). Y André Tchaikowsky, notable artista ruso, con Cillario y la Sinfónica
Nacional (18/7/60). Como se ve, notable. Por supuesto, ya sin cuaderno (razones de familia me
obligaron a no poder seguir) hubo muchas otras versiones, incluso otras dos de Argerich. Y
bien, tengo un positivo recuerdo de Bohbouth en otras actuaciones de varias etapas en Buenos
Aires ciudad. Es ahora un artista maduro en plenitud, que supo dar una ejecución sólida y
segura en todo momento, dando mucho placer al oyente. Fue bien acompañado por la
orquesta y su director, salvo quizás algún detalle de percusión demasiado ruidoso (y yo estaba
completamente al fondo de la subida). Bohbouth ofreció dos piezas extras: una famosa, el
Claro de luna de Debussy tocado con muy buen gusto; y luego una muy brillante y rápida (no
logré entender qué era). Olvidé mencionar que Silberstein al principio se refirió a las tres
obras, lo cual fue útil.
Justamente resultó adecuado que explicó varios aspectos de los Corales, ya que como
se sabe lamentablemente la orquesta carece de información publicada. Resultó que hay
mucha intensidad por parte de los cornos, las trompetas, los trombones y las tubas. Recordar
todas las piezas que tocaron me fue imposible, eran muchas con diversas condiciones. En
suma, fue una obra dura y directa y pareció estar interpretada correctamente.
Largo tiempo pasó antes de la Sinfonía de los salmos, ya que utiliza dos pianos y un
arpa muy cerca del director y hay muchos momentos sin el canto en los cuales se aprovechan
muchos instrumentos expresivos y detallados. El Coro es enorme y cubrió tres zonas: la
principal que abarca especialmente a las mujeres, más los cantantes masculinos
completamente a la derecha y a la izquierda. El texto se canta en latín (Stravinsky era católico)-
En efecto están elegidos entre salmos y es notable la pureza de la música. En el cuaderno que
llevé dos versiones fueron aquí: El gran director Van Otterloo dirigió al Coro y la Orquesta del
Colón (6 de abril 1962) y la Wagneriana dirigida por Brückner-Rüggeberg tuvo a la Filarmónica
y el Coro dirigido por Russo (de la Wagneriana); fue el 16/10/1967. Además tuve la gran suerte
de apreciar esta obra (30/1/1964) con el Coro (Jackson) y la Orquesta de la Filarmónica de
Londres (con Norman Del Mar). Fue concebida por el compositor en 1930 (48 años) a pedido
de Koussevitzky y se basa en los salmos XXXVIII y XXXIX y además el Salmo CL. "Compuesto a la
gloria de Dios". Se la considera una de sus obras más profundas y perfectas. La versión que
tuvimos fue importante, trabajada con cuidado.
Pablo Bardin

jueves, septiembre 21, 2023

EL FESTIVAL RACHMANINOV CON GOERNER Y DINIC, CONCIERTO 1


Tuvimos a Nelson Goerner en el Festival Argerich en el Colón, y uno de los conciertos
fue dedicado a ambos pianistas tocando juntos en Debussy, Mozart y Rachmaninov.
Este último fue objeto de convertir las Danzas sinfónicas en versión para dos pianos. Ahora
hemos pasado al Festival Rachmaninov dedicado a los cuatro Conciertos para piano y orquesta
en el Teatro Coliseo con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por Srba Dinic, a
quien conocimos años atrás en el Colón. Esta vez además de acompañar a Goerner lo
complementa en cada concierto con obras sinfónicas de Rachmaninov. El concierto empezó
con el Nº 1, en Fa sostenido menor, Op. 1. Intervalo de 20 minutos. Segunda parte iniciada con
un poema sinfónico de Rachmaninov poco conocido, "La Roca", Op. 7. Y luego, el Concierto Nº
4, en Sol menor, Op. 40. El concierto tuvo lugar el Sábado 16 a las 20 hs. Continuará el Sábado
23 con el Concierto Nº 2 y la magnífica Sinfonía Nº 2, y terminará el Sábado 30 con el Concierto
Nº 3 y las Danzas sinfónicas sin piano.
En su momento Rachmaninov había escrito la Sinfonía Nº 1 que fue negada por la
crítica, cosa que le amargó. Muchos años después de su muerte esa sinfonía fue grabada y
tuvo razonable éxito. En todo caso, el Concierto Nº 1 fue brillante y Rachmaninov demostró
que tenía gran talento; apenas a 19 años sabía orquestar y ya estaban las manos plenamente
desarrolladas (como Liszt o Horowitz), de modo que tocaba muchos pasajes deliberadamente
arduos con aparente facilidad. Mirando el R.E.D. Classical 2000 Catalogue me encuentro con la
asombrosa cantidad de 25 distintas grabaciones (por supuesto, hay mucho más en Nos. 2 y 3).
Conviene saber que para el pianista Siloti le realizó en 1917 una nueva versión, y es de suponer
que quienes la tocan actualmente la toman. Sea como fuere, la ejecución de Goerner fue
notable y poderosa, y la orquestación tuvo plenitud.
"La Roca": no recuerdo haberla escuchado en Buenos Aires. Es el Op.7 y al parecer se
basó en un poema de Lermontov bastante gustado. Su ambiente quizá se base en cómo le
resultó a Chejov: "Una nube dorada durmió toda la noche en el pecho de una inmensa roca".
Nuevamente la sorpresa en las grabaciones: hay nada menos que 12 y con artistas célebres
como Dutoit, Maazel, Pletnev y Rozhdestvensky. Tal como lo escuchamos en este concierto me
resultó breve (unos 10 minutos) y grato; data de 1893, los 20 años del compositor.
El Concierto Nº 4 fue creado en 1926 y revisado al año siguiente y en 1941 (67 años,
muy cerca de las Danzas Sinfónicas). También hay que pensar en la admirable Tercera sinfonía
(1936, revisada en 1938). Salvo el movimiento lento, bastante tranquilo, los otros dos (en Sol
menor, Op. 40) del Nº 4 son rápidos, ambos Allegro vivace. En Buenos Aires no se toca
seguido, porque no sólo el piano es muy difícil: la orquesta es complicada en sí misma y la
relación entre orquesta y pianista es francamente ardua. La intensidad elocuente de Goerner
hizo que se lograra trabajar con garra y claridad, ya que la técnica de Dinic le permite resolver
las dificultades orquestales y coordinarse con el pianista. De modo que el Nº 4 resultó
convincente.
No identifiqué la pequeña obra extra ofrecida por Goerne. Me pareció un
Rachmaninov expresivo y delicado, tocado con elegancia.
Pablo Bardin

martes, septiembre 12, 2023

DOS ARTISTAS IMPORTANTES EN LA ORQUESTA FILARMONICA DE BUENOS AIRES

Este año hemos tenido a Jan Latham-Koenig en el Colón y las dos orquestas: la Estable
y la Filarmónica de Buenos Aires. En el Nº 13 de los conciertos de la Filarmónica lo tuvimos.
Además volvió al Colón Sergei Babayan, que nos visitó con Martha Argerich en su anterior
visita e impresionó por su perfección técnica, tocando en 2022 con Martha brillantemente.
Babayan es armenio pero actualmente es ciudadano estadounidense y reside en New York.
Fue discípulo del famoso Mikhail Pletnev en el Conservatorio de Moscú. Se presentó con
Valery Gergiev, en el Barbican Centre con la Sinfónica de Londres, el Théâtre des Champs-
Élysées, en el Festival de Salzburgo y en el Festival Gergiev con la Filarmónica de Rotterdam.
Ha actuado con muchas orquestas valiosas; las mejores: la Gewandhaus de Leipzig, la
Filarmónica de Radio France, la Orquesta de Cleveland y la Orquesta del Festival de Verbier. Es
artista exclusivo de Deutsche Grammophon; su último disco es "Rachmaninov". Grabó con
Argerich sus propias transcripciones para 2 pianos de obras de Prokofiev.
Dicho todo esto, ocurrió algo muy negativo en este concierto: se eliminó una obra
esencial comentada en la página 11 del programa, "Modernidad y neotonalismo, por Martín
Baña": el Concierto Nº 2 de Prokofiev se estrenó el 23 de agosto de 1913, cuando también
escribió la fantástica Suite Escita. El Concierto, muy difícil, es "un gran desafío para su
ejecución; reproduce en el teclado la agitación continua tan característica de las máquinas. La
versión original se perdió durante la guerra civil; Prokofiev decidió reconstruir el Concierto en
París hacia 1923, donde la estrenó al año siguiente actuando él mismo como solista". Recuerdo
una charla con un pianista norteamericano que tocaba la obra pero la consideraba ser muy
ardua; él la tocó en el Colón; hace ya muchos años la escuché. Creo que Babayan es capaz de
hacer frente al Concierto Nº 2, pero fue eliminada y nadie lo explicó; no me parece admisible;
como también es muy difícil para la orquesta, ¿será ésta la que pidió un cambio? No lo sé; sólo
afirmo que fue una triste noticia no escucharla en el Colón. Y ocurrió algo especial: Babayan
eligió una obra favorita de Argerich: el Concierto Nº 1 en Do mayor, op.15, de Beethoven.
Como era de esperar, estuvo muy bien tocada (de paso, mucha gente aplaudió después del
primer movimiento) y apoyada correctamente por la orquesta. Babayan ofreció una pieza
extra; creo que fue el último movimiento de la Sonata Nº 6 de Beethoven, pieza intensa y muy
característica del autor. Pero un Prokofiev se salvó al principio del concierto: la Obertura sobre
temas hebreos, Op. 34, compuesta en 1919 y "estrenada al año siguiente en Nueva York".
Dura unos 8 minutos y está basada en dos temas; fue presentada en buen estilo en este
concierto.
Pasamos a la música francesa en la segunda parte. Erik Satie escribió lo que él llamó
"Gymnopédies" en 1888; Claude Debussy orquestó dos de ellas: la primera y la tercera. Son
finos y convincentes en manos de Debussy y se los escuchó bien logrados en este concierto. Y
recordamos que el Grupo de los Seis se basó en Satie; tres de ellos fueron valiosos: Honegger,
Milhaud y Poulenc; tuvimos a este último a través de su única Sinfonietta, compuesta en 1947
"y estrenada en Londres al año siguiente". Tiene 4 movimientos para una orquesta no muy
grande. Dominan las melodías simpáticas y gratas. Primer movimiento: "Allegro con fuoco",
liviana y divertida. Segundo: "Molto vivace" (aplaudida erróneamente), en efecto vivaz. Tercer
movimiento: "Andante cantábile", expresiva y con cierto encanto. Cuarto movimiento: "Très
vite et très gai" ("Muy rápido y muy alegre"), sin duda la música más comunicativa. La
orquesta y su director funcionaron bien en esta música fresca y joven.

lunes, septiembre 11, 2023

IL TURCO IN ITALIA EN EL COLON

"Il Turco in Italia" es una divertida ópera de Rossini. En 1979 el Colón la
presentó, en 2000 nuevamente y ahora la volvió a poner para los aficionados. Si tenemos en
cuenta que Maria Callas la interpretó en La Scala en 1954 y la grabó con Gavazzeni (tengo esa
grabación) fue también una gran figura cómica aunque aquí la conocimos sólo en grandes
óperas dramáticas en 1949 en "Aida", "Norma" y "Turandot". En la página 07 está la imagen
de ella riéndose en su rol de Florinda.
El Colón recién presentó "Il Turco in Italia" en 1979 y lo repitió en el 2000. Director,
Juan E. Martini en 1979; régie de Renato Cesari. Mayo 2000: director Walter Attanasi: régie de
Alberto F. Alberto. Personajes por orden: Selim: Sesto Bruscantini y David Pittsinger. Fiorilla:
Ruth Welting y Ángeles Blancas. Don Geronio: Enzo Dara en ambos años. Don Narciso: Dante
Ranieri y Gregory Kunde. Prosdocimo: Cesari y Gustavo Gibert; Zaida: Evelina Iacattuni y Alicia
Cecotti. Por mi parte estuve presente en los dos años.
Jordi Bernàcer fue el director musical y es un artista de gran carrera que bien valía la
pena tenerlo en esta circunstancia. Desde 2015 es Director Residente de la Ópera de San
Francisco. Estudió en Valencia y Viena. Trabajó con directores importantes: Maazel, Gergiev,
Mehta y Prêtre. Dirigió 13 orquestas españolas, orquestas de valor como Los Angeles, Baden-
Baden; en Italia 4 orquestas de jerarquía (incluso Nápoles). Realizó numerosas grabaciones.
No estoy a favor del trabajo de Pablo Maritano y de sus ayudantes, ya que los cambios
en cuanto a la ópera resultaron de muy dudosa lógica. En su biografía (página 13) dice con
respecto a "El rapto en el serrallo" "incluyó la revisión de la dramaturgia original", o sea el
mundo turco…Gonzalo Córdoba Estévez nació en 1985 y se formó en la carrera de
Escenografía y diseño de espectáculos en los talleres del Colón, pero se dedicó a otros lugares
de trabajo como el cine. En este caso hay un inmenso escenario que cambia con frecuencia
durante toda la obra, rara vez con sentido aunque técnicamente bien hecho. Así Maritano
cambia de lugar a cada uno de los artistas, complicándoles la vida sin sentido. Caetano Vilela
ha realizado numerosas iluminaciones para óperas en Brasil; aquí le da al público lo que
Maritano le exige, con inventos como una cocina, naturalmente con cocineros, y varios
protagonistas pasan por la cocina, cosa absurda. El dramaturgo de esta ópera fue el célebre
Felice Romani, y su esencia está en el personaje que dice "Voglio fare un drama buffo e non
trovo l´argumento": tiene un extraño apellido, Prosdocimo, y aquí lo convierten en el conserje
del hotel cuando es un creador de dramas bufos (no bufo a secas). Algo importante: la versión
escuchada pone el acento en "giocoso", y cambia profundamente la época, ya que la pasa a
mediados del siglo XX, cuando Turquía había cambiado profundamente. La obra se estrenó en
agosto de 1814. En esta versión me resulta violento y desagradable que la espléndida Obertura
se arruine no musicalmente (estuvo muy bien tocada y comprendida por Bernácer) sino por
una gran cantidad de erróneos videos; fue responsable Renata Schussheim, de muy extensa
actuación en obras de arte visual a partir de 1966. Pero queda en claro que el responsable en
cuanto a su vestuario en este caso es Maritano; ella realizó un vestuario según el momento en
que sucede la obra. Sin embargo, es responsable de los videos.
La partitura es más extensa de lo que yo conocía; se trata de la edición crítica de
Margaret Bent. Por cierto, hubo un excelente trabajo de la Orquesta Estable y del Coro Estable
dirigido por Miguel Martínez. Algo curioso y nuevo: lo que está tocado habitualmente en el
"recitativo secco" ahora lo fue por un pianoforte en manos de Cecilia Fracchia. También hay
una reunión de gitanos adivinadores en un jardín del hotel.
Años atrás tuvimos la visita de Erwin Schrott en un personaje que ha cantado por el
mundo: Don Giovanni. Ahora lo tenemos nuevamente aunque es un turco visitante muy
seguro de sí mismo. No obstante, su timbre de voz no tiene la firmeza y seguridad de Giovanni;

él en una entrevista publicada recientemente se considera en pleno placer cantando a este
turco. Sí, al principio está muy entusiasmado con Fiorilla, y ella está cantada por Irina Lungu,
que ya fue notable artista en lugares como el Covent Garden, las óperas de Viena y Zürich, la
Ópera de Berlín. Ella canta sola su primera aria: "Non si da follia maggiore". Ella está casada
con Geronio, a quien considera muy aburrido. En la vida real este barítono ha cantado en La
Scala, Viena, "L´elisir d´amore" en múltiples lugares, también el Metropolitan de Nueva York.
Tal como se lo vio aquí, repitió múltiples movimientos con los brazos mientras pasaba a cada
rato desde un lugar a otro. Sin duda brilló Santiago Ballerini, gran intérprete argentino del bel
canto con una asombrosa facilidad en las notas más agudas; aquí, en Estados Unidos y en
Europa dio cuenta de su gran capacidad. Y este Narciso dominó como cantante de primera.
Germán Alcántara es argentino; hizo el arduo personaje de Prosdocimo con gran facilidad en
los agudos siendo barítono, y apareció muchas veces ya que iba preparando su "drama buffo".
Por último, fue importante Francesca di Sauro, mezzosoprano, como Zaida, el otro amor del
turco. Ella cantó bien y dio a entender que el turco no sabe qué decidir, si ella o Fiorilla.
Previamente en el Acto Primero se van acercando el Turco con Fiorilla; sus relaciones
son intensas. Pero luego recibe una carta de su marido donde ella queda divorciada; no lo
tolera (para entonces ella coqueteaba doblemente con el Turco y Narciso) y escuchamos su
arrepentimiento en "Squallida veste". Como dijo Stendhal, se trata de "una locura organizada".
Volviendo a Fiorilla, no cabe duda: Irina Lungu es una cantante de gran calidad, y a medida que
avanza la noche ella sabrá contenerse y eventualmente recuperar a su marido y en cierto
modo admitir sus excesos. ¿Volverán las andanzas de Fiorilla? Es posible, pero sólo si pasara a
ser una mujer rica de gran seguridad.
Pablo Bardin

sábado, septiembre 09, 2023

EL GRUPO VOCAL DE DIFUSIÓN CANTÓ EN CONCIERTOS DEL MEDIODÍA

El Grupo Vocal de Difusión dirigido por Mariano Moruja cantó en Conciertos del
Mediodía el martes 5 de septiembre a las 13 hs durante una hora. En ese tiempo cantaron 8
obras más dos piezas extras debido al éxito del Grupo. Moruja los dirige desde 1988. Son 36
voces masculinas y femeninas. Cantaron en la gran sala del Teatro San Martín y hubo una
importante cantidad de gente escuchando.
De las 8, 4 son conocidas. Claudia Guzmán aportó sus notables datos, como la ha
hecho durante varios años. "Lay a garland" ("Dejad una guirlanda"), de Robert Lucas Pearsall
(1795-1856) "se refiere a la angustia de Aspasia, joven personaje protagónico de ´The Maid´s
tragedy` ("La tragedia de la muchacha") al enterarse que su prometido Amintor se casará con
otra mujer por orden real. Pearsall tomó el poema de la obra teatral inglesa publicada en 1619
por Francis Beaumont y John Fletcher y lo puso en música creando esta versión para coro
mixto a 8 voces. Es una de las gemas del Romanticismo coral inglés ". La compuso en 1840
cuando vivía en Karlsruhe. En el diccionario Grove consideran a Pearsall como un compositor
de primer orden y esta versión una de sus mejores. "Dejad una guirlanda sobre su carroza de
lúgubre ciprés". Me resultó una obra de especial belleza y narración, con una intensidad
evidente, muy bien cantada.
Naturalmente, las 2 piezas de Monteverdi son magníficos madrigales. Escribió nada
menos que 9 libros. Claudio Monteverdi (1567-1643) cinceló maravillas. "Sfogava con le stelle"
("Desahogaba con las estrellas un enfermo de amor, bajo el cielo nocturno, su dolor". Está a 5
voces en el Cuarto libro publicado en 1603, a principios del Barroco; el texto es de su
contemporáneo Ottavio Rinuccini. "Mostradle a ella mi ardiente pasión". Pero ya hay en "Ecco
mormorar l´onde" ("He aquí el murmurar de las ondas"), del Segundo libro de sus 22 años en
1590, donde toma un texto del gran Torquato Tasso: "Los bellos pajaritos cantan suavemente
y sonríe el Oriente".
Pasamos a una época cercana con el estadounidense Jake Runestad (Illinois, 1986)-
Escribió "Let my love be heard" ("Dejad que mi amor sea escuchado"). Se basó en un poema
de Alfred Noyes, "A prayer" ("Una oración"). En 2015 se aplicó en memoria de Nohemi
González, víctima de atentados en París. La obra es para coro mixto a 4 voces. No me resultó
de especial interés. Eric Whitacre (Nevada, 1970) tuvo como mentor al director coral Bruce
Mayhall, quien le abrió un libro de poemas de Octavio Paz (Méjico). "Agua nocturna: La noche
de ojos de caballo que tiemblan en la noche de ojos de agua en el campo dormido. El silencio y
la soledad beben en esos ojos, en esas aguas. La noche moja riberas en tu alma". Una reacción
del compositor: "La música sonaba en el aire, como si fuera parte de la poesía. Sólo puedo
describirlo como un regalo puro, perfecto y simple". A su vez Claudia Guzmán nos da su
reacción (con la que coincido): "Tan voluptuosa como sutil, gracias a su exquisito tratamiento
de las disonancias, el peso que adquiere cada palabra, esta creación ha devenido una favorita
entre las agrupaciones vocales a nivel mundial". Y por cierto fue un atrayente momento del
Grupo.
"Publicado como el primero de sus Dos cantos Op. 34, ´Der Abend`("El atardecer") fue
creado por Richard Strauss (1864-1949) en 1897. Tomó un poema de Friedrich Schiller. Dividió
al coro mixto en 16 voces que abarcan un registro de gran amplitud. "En los cielos, con ligeros
pasos, llega la fragante noche; el dulce amor la sigue". Ya en esa época Strauss tenía una
espléndida capacidad técnica, aplicada en acciones cantadas como lo hizo también en poemas
sinfónicos.
Zane Randall Stroope (Nuevo México, 1953), compositor que me es completamente
nuevo, decidió escribir una obra para doble coro que completó en 2004 "inspirado en los
últimos versos del Canto XXXIV del Infierno de Dante Alighieri". Acaban de dejar el infierno en
"We beheld once again the stars" ("Vimos nuevamente las estrellas"), Alighieri con Virgilio. Me
resultó interesante que fuera el doble coro, realizado con sólida expresión.

Por último, "Friede auf Erden" ("Paz en la tierra") es una pieza breve de Arnold
Schönberg; data de 1907 para coro a cappella, como lo vimos; él, 4 años después, lo orquestó.
Todavía están lejos de la Guerra del Catorce. Me llamó la atención que no sentí un interés
especial técnico.
Hubo 2 piezas extras. La primera, con guitarras, muy rápida y graciosa, si no entendí
mal, en el extremo norte de América del Sur. La segunda, de Guastavino, me pareció ligada a
una época de San Martín; si fue así, estuvimos en la sala adecuada.
Pablo Bardin

miércoles, septiembre 06, 2023

RECITAL DE ANDRÁS SCHIFF EN PIANO

András Schiff es un famoso gran pianista que tiene actualmente 69 años y nos visitó
varias veces: la última fue hace unos años, cuando tocó el primer volumen de "El clave bien
temperado" de Johann Sebastian Bach. Pero esta vez hizo algo muy personal: sólo mencionó
cuáles serían los compositores, sin aclarar las obras: J. S. Bach, Joseph Haydn, Wolfgang Mozart
y Ludwig Van Beethoven. Primeramente estuvo 1 hora y veinte con los tres primeros
compositores. Tras 20 minutos de descanso dedicó 50 minutos a Beethoven, y la música
agregada fue de Franz Schubert y nuevamente Mozart. Le habló al público en italiano, aunque
su voz es bastante débil. Mantiene la calidad de su talento.
Inició Bach con nada menos que el aria de las Variaciones Goldberg, por supuesto
perfecta en sus manos. Retrocedió a una obra juvenil, el Capricho por la partida de un
hermano muy querido; fue tocando los distintos fragmentos hasta que llegó a lo más difícil, el
sexto movimiento, la fuga final: la tocó con impresionante pureza. De allí pasó al "Ricercar a 3"
de "La Ofrenda Musical", obra madura y célebre. Y lo que hizo fue sumamente válido: esa fuga
fue imitada con diferencias por Wolfgang Mozart en una obra extraordinaria: la más
desarrollada de sus fantasías: en do menor, K. 475, dura 15 minutos y logra una variedad
sorprendente. Al terminarla pasó a Joseph Haydn y tocó entera la Sonata Nº 20; también en do
menor, es de 1771, y sus 3 movimientos son de constante interés. Pero aún más digno de
estudio es su Andante con variaciones en fa menor; igualmente dura 15 minutos. Tal grado de
profundidad explica porqué Mozart escribió cuartetos dedicados a Haydn.
Y bien, cuando volvió Schiff se dedicó a Beethoven. La palabra "Bagatela" puede hacer
que gente poco informada crea que es una mediocridad liviana, pero no es así: Beethoven
escribió varias series de Bagatelas, todas de estilo personalísimo; pero las Bagatelas op. 126
son las últimas que escribió Beethoven; son 6 de estilos distintos de una época donde estaban
cerca los últimos cuartetos, las tres finales sonatas para piano y la Misa Solemne. Me hubiera
gustado una de las 3 sonatas pero la que él decidió elegir también es extraordinaria y fue una
gran despedida: la vigésima, llamada "Waldstein", una media hora de música intensa y
personalísima, comprendida cabalmente por Schiff.
Fuera de programa hubo dos piezas. La primera nos trajo a otro célebre, Franz
Schubert, con una pieza de considerable encanto: Allegretto en do menor, D. 915 (1827). Y por
último, una sonata de Mozart que tocan los chicos para ir formándose, un Allegro en Do, K.545
(según Bartók) y él la tocó con una soltura total agregando una serie de ornamentos. Saludo
final y fin, después de 2 horas y 40 minutos.
Pablo Bardin

lunes, septiembre 04, 2023

LA SINFÓNICA NACIONAL PRESENTÓ OBRAS DE MUCILLO NANTE Y SIBELIUS

El viernes 1º de septiembre la Orquesta Sinfónica Nacional presentó "La Quête de
Bronwyn" de Luis Mucillo, el estreno del Concierto para flauta y orquesta de Alex Nante,
estreno, y la Sinfonía Nº 1, en mi menor, Op. 39, de Jan Sibelius. La Directora invitada fue la
Mtra. Yeny Delgado. La flautista, Patricia Da Dalt; y la soprano en Mucillo, Susana Caligaris.
Yeni Delgado es una artista de amplia cultura. Fue invitada por la Filarmónica de
Buenos Aires, la del Colón, las Filarmónicas de Mendoza y Montevideo, varias sinfónicas en
Argentina, 7 temporadas en la Sinfónica de Matanzas (Cuba); también dirigió la Sinfónica
Carlos Chávez en México. Estudió con maestros como Claudio Abbado y Günther Schüller.
También dirigió en Chile (Antofagasta y Concepción).
Desgraciadamente mi amigo Mucillo murió hace unos meses apenas pasados los 60
años de un ataque al corazón. Conocí claramente su especial interés de la Francia de las
épocas góticas y anteriormente la de las iglesias románicas. Casado con una clavecinista
brasileña, vivieron allá muchos años antes de pasar a Buenos Aires. Tuve ocasión de hablar
largamente con él en muchas charlas muy unidas a la Francia antigua; ambos cambiamos ideas
con nuestras respectivas damas. También lo escuché en varios conciertos (era un pianista
notable). No conocía "La Quête de Bronwyn"; resultó ser una serie de 4 canciones. Confieso
que mis ojos no pudieron leer el texto bastante lejano. La soprano Susana Caligaris cumplió
correctamente la escritura bastante poderosa y difícil, tanto en la voz como en la orquesta,
que es amplia y sonora. Hay drama intenso en estas canciones y me interesaron aunque no
supe qué ocurrió.
Alex Nante fue el principal discípulo de Mucillo; hace varios años escuché un concierto
en el que varios estudiantes (incluso Nante) presentaban obras propias ante Mucillo. El
Concierto para flauta y orquesta tuvo una artista admirable: Patricia Da Dalt, a quien conozco
desde largo tiempo y considero un verdadero placer escucharla por la pureza y seguridad que
presenta. El estilo de Nante me resultó variado, con aspectos que me hacían pensar en
Mucillo, pero también en los minutos finales la orquesta (sobre todo las cuerdas) fue expresiva
y sin violencias. Con toda razón el autor subió y saludó con entusiasmo a Da Dalt y a la
orquesta.
Meritoria la música argentina elegida. Pero lo siguiente fue mucho más: la Sinfonía Nº1
en mi menor, op. 39, de Ian Sibelius. Desde mis años adolescentes tuve la suerte de
escucharla en vivo: Fabien Sevitzky, Filarmónica de Buenos Aires, 14/8/53 (yo 15 años).
Mitchell, Orq. National Symphony (15/1/58) (yo estudiando en Washington, 19 años). Sir
Malcolm Sargent, Orq. Filarmónica de Buenos Aires, 11/10/58 (yo 19 años). Lamentablemente
yo no pude seguir haciendo estos análisis después de 1970, pero es obvio que la Primera
sinfonía es una gran obra, Sibelius escribió 7 sinfonías; las mejores fueron la primera, la
segunda y la quinta. Tengo la integral por Lorin Maazel con la Orquesta Filarmónica de Viena,
un espléndido trabajo (hay otra notable, la de Colin Davis con la Sinfónica de Boston). Sibelius
la completó en 1899 cuando tenía 34 años. Su madurez ya era plena. En el primer movimiento
el clarinete desde el principio da a conocer una muy bella melodía; luego las cuerdas dan un
impetuoso tema. Hay aspectos subsidiarios, que llevan a un segundo tema, más melódico.
Pero pronto se va a un carácter fuerte, con algo trágico. El final completa los 12 minutos de
música. El segundo movimiento, un Andante, se inicia tranquilo y melódico en las cuerdas y así
continúa durante un tiempo; pero el carácter cambia con fuerte garra y rapidez inesperada,
aunque luego se calma y el final de los 10 minutos se hace más sereno. El tercer movimiento
es rápido, un scherzo de gran calidad de apenas 4 minutos, aunque el trio se suaviza. El cuarto,
Finale, está denominado "Quasi una fantasía", y en efecto sus 12 minutos pasan por muy
variados aspectos, con intensas melodías de fuerte carácter, hasta que la más atrayente gana y
nos lleva a un triunfal final. Podrá discutirse si la percusión suena algo exagerada, pero varias
veces he sentido eso desde diferentes lugares en anteriores conciertos. Lo sentí muy bien  
llevado por la directora y esta Primera sinfonía me fascinó nuevamente, con gran firmeza
musical. Salí entusiasmado de esta música genial.
Pablo Bardin


viernes, septiembre 01, 2023

GRAN CALIDAD DEL MOZARTEUM CON LA SINFÓNICA DE LUCERNA, SANDERLING E ISSERLIS

El Mozarteum logró la presencia de la Orquesta Sinfónica de Lucerna con su director
Michael Sanderling y el violoncelista Steven Isserlis. Quien esto escribe hubiera preferido otras
obras porque son demasiado conocidas: de Beethoven, al principio la obertura de "Egmont"; y
al final, la Quinta sinfonía. En cuanto a Isserlis, que nos visitó en otros años, ahora es
sexagenario pero mantiene plenamente su calidad. En un diario dijo que eligió el Concierto
para violoncelo de Robert Schumann porque es el que más le atrae. Y en verdad tanto su
perfecta ejecución como el apoyo de la orquesta hicieron que el Concierto resulte atrayente;
se aceptará que los tres movimientos se escuchen juntos. Está en la menor y su opus es muy
tardío, 129. No mucho después intentará suicidarse en el río, lo confinarán en un asilo de locos
y morirá. Isserlis al terminar eligió (como muchos otros) la Sarabanda de la Suite Nº 3 de
Johann S. Bach, finamente tocada.
La obertura de "Egmont" es la que expresa plenamente ese noble que pedirá a la
corona española un tratamiento más suave de Flandes; desgraciadamente lo matarán: Goethe
explicará en un amplio relato lo que ocurrió y Beethoven en unos 50 minutos pondrá
momentos cantados, Egmont contando sus amargos problemas (hablados); y al final
Beethoven repetirá de la Obertura el fragmento más rápido e intenso (tengo una espléndida
visión musical, la de Hermann Scherchen, del total). Sanderling dio una versión válida, en la
que supo darle lugar a silencios largos e importancia a aquellos fragmentos vitales del carácter
de Egmont. Y el nivel de la orquesta fue de primer orden (es considerada la mejor de Suiza).
Cuesta creer que la Quinta sinfonía y la Sexta son muy cercanas en el tiempo, ya que
escucharlas nos lleva a emociones tan diferentes, y ambas son extraordinarias. Las grabaciones
de ellas son numerosísimas y quien quiere gozarlas necesitan varias bien elegidas. Debo decir
que lejos de cansarme la versión de Sanderling fue profunda, verdadera y honesta, y que la
orquesta respondió al máximo. Hay muchas magníficas orquestas pero no pensé en ellas: la de
Lucerna me conquistó desde el primer minuto (los dos iniciales sin silencios no son habituales:
aquí fueron intensos y lógicos). El primer movimiento quedó como esencial, aunque el
segundo y el tercero tienen ideas notables; es muy especial el paso del tercero al cuarto
mediante un paso que va del sonido más sereno y suave al que sube hasta una explosión fff. Y
el cuarto movimiento dice "aquí estamos en plenitud", quizás algo demasiado, con momentos
que se repiten y minutos finales excesivos, pero dándoles la garra plena de una gran orquesta
se llega hasta el final. Y así fue.
Las obras extras fueron muy conocidas: la Danza húngara Nº 5 de Brahms, y la novena
de las Variaciones Enigma de Edward Elgar, tan bella en su timbre que sonó espléndida en los
de Lucerna. En suma, un concierto sin novedades pero cuyos resultados fueron positivos. No
quita que me hubiera gustado un programa con alguna novedad interesante, bien elegida,
quizá suiza.
Pablo Bardin