jueves, noviembre 30, 2023

LA CAPPELLA MEDITERRANEA SE DEDICÓ A MONTEVERDI

La Cappella Mediterranea es un organismo fundado por el argentino Leonardo García
Alarcón en Europa, Hace ya bastantes años vino al Colón con su Cappella y estrenó para el
Mozarteum "Il diluvio universale", oratorio del siciliano Falvetti. En Europa abundaron sus
estrenos (o reestrenos) de valiosos compositores barrocos como Cavalli. El lunes pasado su
orquesta y un grupo de cantantes se instalaron en una zona equivalente a la abarcada por la
Orquesta Estable del Colón pero en el nivel más alto. Su director estuvo a cargo de un órgano y
una espineta, y desde allí controló a 11 intérpretes: 2 violines, violoncelo, viola da gamba,
contrabajo, 2 cornetti, fagot, archilaúd, tiorba y arpa. Los cantantes fueron de primer orden:
Mariana Flores (soprano), Coline Dutilleul (mezzosoprano), Christopher Lowrey (contratenor),
Valerio Contaldo y Matthew Newlin (tenores) y Andreas Wolf (bajo). Teniendo en cuenta el
escaso lugar disponible, estos 6 se combinan según el programa armado por García Alarcón. Y
es él quien inventó "Pecados Capitales". Cuando me llegó la Gacetilla del Colón me asombró
que hubiera nada menos que 8 páginas y que en ellas se decía quién cantaba y en qué obra de
Monteverdi.
El famoso Libro VIII de Madrigales aparece al principio con palabras puestas por el
Director: "Il Fuoco"; naturalmente cualquiera interesado en el compositor conoce "Hor che´l
ciel et la terra" y allí cantan los 6. Como le dijo el director a la gente, "L´incoronazione de
Poppea" es la ópera más dura y amarga y ya se verá por qué. Flores interpreta muy bien a
Poppea: es argentina pero trabaja en Europa y actuó en Asia y Australia. Su voz es natural y
tiene muy buen agudo. La acompaña Arnalta (el contratenor Lowrey) que cree peligroso el
interés de Poppea en Nerón. "Speranza, tu mi vai". Sigue "La Prodigalità", "Sì dolce è il
tormento" cantado por los 6 artistas y tomado de "Quarto scherzo delle ariose vaghezze";
pieza atrayente poco conocida. Curiosamente una Sinfonía (instrumental) formó parte de nada
menos que "Il Combattimento di Tancredi e Clorinda". Luego volvimos a "L´incoronazione di
Poppea, con una divertida "Chi parla?" de dos soldados: Valerio Contaldo y Matthew Newlin
(de Illinois), ambos con abundante tarea en Europa pero muy bien jugado al despertarse, como
si se conocieran desde siempre.
"L´Invidia", de "Il ritorno d´Ulisse in patria", en "Compagni, udiste?"; el excelente bajo
Andreas Wolf (alemán), de amplia carrera y valiosas grabaciones, aquí cantó Antinoo; los
compagni fueron Contaldo (Anfinomo), Lowrey (Pisandro) y Newlin (Eurimaco), que luego
Ulisse los atacará. "La Castità" es nuevamente del Libro Viii de Madrigales: Mariana Flores y
Coline Dutilleul cantaron brillantemente "Ardo e scoprir ahí lasso a due tenori". "L´Aria", de
una serie que desconozco, Libro II de "Musiche varie": "Voglio di vita uscir", muy bien
interpretado por Andreas Wolf. Siguió "La Superbia" ("La Soberbia"), la Sinfonía instrumental
de esa atrayente obra, "Il Ballo dell´ingrate". Esencial en "L´incoronazione di Poppea": "Son
risoluto al fine", Lowrey como Nerón y Wolf como Seneca, que quiere evitar el amor de Nerón
por Poppea; la discusión es extensa y Seneca sabe que Nerón coronará a Poppea y ordenará la
muerte de Seneca. Excelente el canto y la expresión de Wolf. En versión instrumental, "Non
morir, Seneca" (alumnos suyos). Continúa "La avaricia" con Nerón diciendo a Luciano
(Contaldo) "Ahora que murió Seneca, cantemos". Se pasa nuevamente al Libro VIII de
Madrigales, esta vez con el muy bello "Lamento de la ninfa", cantado con evidente calidad por
Flores, Contaldo, Newlin y Wolf. "La ira", tomada de "Scherzi musicali", es la fuerte protesta de
Newlin: "Eri giá tutta mia". Volviendo a "Il ritorno di Ulisse in patria" combina en un "Scherzo
amoroso" a Melanto (Dutilleul) y Eurimaco (Newlin): "Duri, e penosi son gl`amorosi fieri desir".
Es muy especial lo que siguió: la extensa "Selva Morale e Spirituale Madrigale a 5 voci"
(todos salvo Newlin). Luego volvió "Il ritorno di Ulisse in patria"; el invento esta vez es "La
Gola" ("La glotonería"): "Pastor d´armenti puo": Newlin (Iro) y Contaldo (Eumete). De vuelta
en la misma ópera: "La temperanza"; si bien la arma dentro de esta ópera, esta melodía es de
García Alarcón: "Imparate mortali" ("Aprendan, mortales"); cantó Newlin. Pero sigue "Dormo
ancora" y es el propio Ulisse (Contaldo) que lo canta. Del Libro IV de Madrigales: "Sì ch´io

vorrei morire"; cantan todos salvo Dutilleul en "La Lujuria". Pasamos a "La Caritá" de
"L´Orfeo": "Orfeo son io", muy bien cantado y expresado por Contaldo. Se volvió luego al Libro
VIII de Madrigales en "La Fortezza" ("La Fortaleza"), nuevamente con "Altri canti d´amore", y
allí cantaron todos. "La Tierra" fue una Sinfonía de García Alarcón. Del Libro II de "Musiche
varie" cantó Wolf impecablemente "S´apre la tomba". Y por último "El Agua", del Libro VIII de
Madrigales, la parte II de "Hor che`l ciel e la terra" termina todo: "Così sol d´una chiara fonte"
fue el broche final con los 6 cantantes.
La reacción de toda la gente (yo tenía un buen lugar en la fila 7 y me asombró la
cantidad de ellos) fue extraordinaria; por cierto, Monteverdi y García Alarcón tuvieron un éxito
total, sin olvidar la calidad de los cantantes y de los instrumentistas.
Pablo Bardin

LA FILARMÓNICA EN EL FOCO GANDINI CON DRUKER Y MASTRÁNGELO

En el Concierto Nº 19 de la Filarmónica dos artistas de categoría, el director de
orquesta Pablo Druker y la mezzosoprano Adriana Mastrángelo, cumplieron con el Foco
Gandini, basado en una obra de Gerardo Gandini: "Canciones Tristes" para mezzosoprano,
coro de niños y orquesta. Y para completar la inclinación del compositor, se escuchó una obra
esencial de Anton Webern, "Cinco piezas para orquesta" Op. 10, y dos partituras
fundamentales del romanticismo muy apreciadas por Gandini: "Variaciones sobre un tema de
Haydn" Op. 56ª, de Johannes Brahms, y cerrando el programa, la "Sinfonía Nº 3 en mi bemol
mayor, Op. 97, Renana", de Robert Schumann.
Sólo tengo una reserva: el Coro de Niños del Teatro Colón dirigido por César
Bustamante cantó en los minutos finales de la partitura de Gandini. Por cierto, Mastrángelo
cantó admirablemente en los textos de Fernando Pessoa, Jacobo Fijman y Gottfried Benn. El
cuarto texto es de Juan Ramón Jiménez; se llama la "Canción de invierno" y el Coro es de
niños, como si el invierno les dé una alegría; en cambio la mezzosoprano se mantiene triste,
sobre todo en el último minuto, ya sin coro y con ese especial colorido que parece de Webern.
La versión respondió a esa tristeza de los años finales de Gandini, notable en sus sonatas
breves para piano.
Con buen criterio, el concierto empezó son esas magníficas Variaciones de Brahms
donde el tema al parecer se creía erróneamente de Haydn en la época de Brahms. Pero es una
buena melodía y las variaciones son extraordinarias y una perfecta calidad de la escritura. De
paso, actualmente se lo llama "Variaciones sobre el coral de San Antonio". Fue un sólido
principio, tan distinto de la tristeza de Gandini. Pero en cambio tras los 20 minutos de
descanso escuchamos el arduo trabajo de Webern, muy bien presentado por Druker.
Margarita Pollini explica claramente esta música: "tres grupos: el de arcos, el de maderas y
metales, y el de los instrumentos `colorísticos´, que incluye armonio, celesta, mandolina,
guitarra, arpa y un set de percusión (glockenspiel, xilófono, cencerros, campanas, triángulo,
platillos, tambor y bombo) sin una función rítmica sino puramente tímbrica". Fueron escritas
entre 1911 y 1913 y nadie fue en Europa más audaz en esa época justo antes de la Primera
Guerra.
La Sinfonía Nº 3 es en realidad Nº 4 pero la que así llamamos era Nº 3 y pasó a Nº 4
porque Schumann realizó una serie de cambios. La Nº 3, llamada Renana, tiene la inusual
característica de llegar hasta 5 movimientos; el primero y el último muy brillantes, el 2º es un
scherzo que varía un tema popular, el 3º es tranquilo y grato. Pero el 4º está basado sobre la
inmensa catedral de Colonia y tiene una música sacra de fuerte ambiente. Druker es un
especialista en Düsseldorf y realizó un espléndido concierto, con la Filarmónica en lo mejor de
su tarea (espléndida la seguridad de los cornos). Druker conoce a fondo Alemania,
especialmente Frankfurt y Berlín.
Pablo Bardin

JOSÉ LUIS JURI T0CÓ EN NOVIEMBRE 22 EL FESTIVAL CHOPINIANA

José Luis Juri ha realizado una gran carrera pianística, viajando en muchos países del
mundo, de Europa a África (Egipto) y América Latina. En nuestro país ha trabajado en el
Mozarteum, en el Camping del Llao Llao, en San Isidro, en el Colón.
El programa se inició con dos de las famosas mazurkas de Fryderyck Chopin: op. 17 Nº
4 y op. 63 Nº 3, en Do sostenido menor. Se lo sintió expresivo y claro.
Confieso que no recuerdo haber escuchado las Cuatro Baladas opus 10 de Johannes
Brahms. A medida que las fui conociendo me resultaron pesadas, y especialmente las dos
últimas demasiado largas y repetidas. Eso sí: la tan frecuente en Brahms mezcla de dos notas
en la mano derecha y tres notas en la izquierda abundan, así como añadir en demasía cortas y
rápidas continuas 4 notas en semicorcheas. En suma, resultó que las 4 baladas llegaron a los 25
minutos. Pero ocurrió algo extraño: hubo un ruido ingrato y feo como si Juri se hubiera
encontrado con una falla del sonido de las notas.
Por cierto, terminar el programa con nada menos que la gran Sonata en si menor de
Franz Liszt implica tenerse confianza y Juri es un artista de categoría. Al parecer son las
características de este piano lo que no le satisface. Y me resultó notable: los pasajes lentos no
sólo eran correctos sino bellos en las manos de Juri. En cambio las dificultades de los primeros
minutos resultaron ásperas. Bastante más tarde, hay una etapa de contrapunto que salió bien.
Pero los minutos que hubieran debido ser los finales creo que se repitieron sin motivo. Al
terminar, si bien hubo público entusiasta, él habló con voz opaca y me pareció que dio a
entender que no se sintió cómodo en este piano. Tocó suave y agradablemente una pieza de
Chopin, como para expresar que el piano tiene sus limitaciones. No puedo opinar al respecto,
pero si el piano no está hecho para Liszt quizá hubiera sido mejor cambiar de obra.
Pablo Bardin

EDUARDO DELGADO EN CHOPINIANA 2023

Por lamentables razones de salud debieron renunciar Alberto Portugheis y Edda María
Sangrigoli. Lástima en el caso de ella porque era interesante su programa, dedicado a las
fantasías de Beethoven, Schumann, Chopin y De Falla. Quien la reemplazó es Eduardo Delgado,
que a su vez había tocado en la Chopiniana antes del Covid. Ahora nos visitó nuevamente, esta
vez a los 80 años.
Tocó una pieza que no figura en el programa, breve, quizá chopiniana. Nunca estuve
de acuerdo con la Chacona de Bach según Busoni, completamente de tradición romántica,
pesada y exagerada. Sólo admiro el original pensado en el violín, donde la chacona cierra una
obra completa mucho más larga. Fue con verdadera molestia que escuché esta distorsión.
Cerró la Primera Parte con una buena obra de Alberto Ginastera: "Tres piezas argentinas", op.
6. Naturalmente es un Ginastera muy joven, de apenas 24 años, pero ya tenía su estilo, como
lo demostraron "Cuyana", "Norteña" y "Criolla". Fue en 1940. Delgado estuvo fuerte y claro.
La Segunda Parte se inició con dos obras famosas de Fryderyck Chopin: el Nocturno op.
48 Nº 1, que tiene un aspecto intermedio de violenta calidad antes de retornar a la música
lenta y triste. Extraña cosa: no hubo ningún tiempo antes de pasar al vertiginoso Estudio op. 25
Nº 12.
Y al fin llegamos a una obra de gran envergadura donde Delgado resultó muy
atrayente: las Variaciones y fuga sobre un tema de Händel, op. 25, de Johannes Brahms. Hay
que tener en cuenta que estamos en una obra fundamental de casi media hora con una
enorme variedad y sin parar. Mi favorita versión es la de Rudolf Serkin, pero Delgado merece
un fuerte aplauso en esta obra.
Un preludio sereno de Debussy y un Vals de Chopin completaron lo ocurrido.
Pablo Bardin

EL DIRECTOR NEIL THOMSON Y EL FAGOTISTA THEO PLATH DAN GARRA A LA FILARMÓNICA


El sábado 18 de noviembre tuvo lugar el concierto 18 del abono de la Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires. Neil Thomson fue el director de orquesta y Theo Plath el
fagotista.
Resultó interesante escuchar la primera audición de "Saravá" de la compositora brasileña
Clarice Assada y del Concierto en Fa mayor para fagot y orquesta de Johann Nepomuk
Hummel. Tras los 20 minutos habituales se escuchó la magnífica Sinfonía Nº 5 de Sergei
Prokofiev.
En efecto, tal fue la programación como se concibió, pero hubo un absurdo error en lo
que apareció en el programa y en el comentario de Martín Baña: en vez de Hummel, el
Concierto para fagot de Nino Rota. Pero en la realidad se volvió a Hummel y nadie lo
avisó…Tras un minuto de música no tuve duda, el estilo del Concierto en 3 movimientos era
claramente de Hummel, ese compositor de considerable influencia (incluso Chopin) y que a su
vez estudió desde niño con Mozart.
Pero hay que mantener el orden, que empezó con el estreno de "Saravá" de Clarice
Assad, nacida en Rio de Janeiro en 1.978. La obra es de 2.013 y fue encargada por la Sinfónica
del Estado de Sao Paulo para conmemorar el nacimiento de Vinicius de Moraes. La breve
rapsodia evoca la música de Vinicius y sintetiza las melodías exuberantes del compositor
popular.
La colorida obra se escuchó con gusto y no dura más de 7 minutos.
Neil Thomson nació en Londres y estudió violín y viola con Norman del Mar. Luego fue
a Tanglewood y tomó clases de dirección con Ozawa y Bernstein. Desde 1992 hasta 2006 fue
profesor de dirección del Royal College of Music. Pasó por gran cantidad de conciertos como
director en lugares como el Mozarteum de Salzburgo, Cracovia, Lituania, Italia, Los Angeles,
Brasil y México. Más tarde ofreció su talento en Tokio, Goiás y Sao Paulo en Brasil. Grabó
discos en Londres y Liverpool, y Sinfonías de Santoro para Naxos.
Como dije, vino Theo Plath. Es fagotista principal de la Sinfónica de la Radio de
Frankfurt. Intervino en el Festival de Schleswig Holstein. Grabó conciertos como el de Fagot de
Mozart. Y bien, el Concierto para fagot y orquesta de Hummel data de 1805 y en mi libro del
año 2000 hay nada menos que 9 grabaciones de esta obra en 3 movimientos. Es sin duda
virtuosístico y así fue tocado por Plath; el público aplaudió tras cada movimiento. Bien
apoyado por la orquesta, Plath tocó con rapidez e intensidad. Lástima que luego quiso tocar
algo muy reciente, violento e ingrato.
Durante el intervalo muchos se quedaron preparando la estupenda Sinfonía Nº 5, en si
bemol mayor, op. 100, de Sergei Prokofiev. Recientemente el Colón no la programó. Yo
mantengo las obras que escuché entre los años 1950 y 1970 y la Quinta la escuché en
concierto en Washington con Ormandy y la Orq, Philadelphia (marzo 1957) y George Szell con
la Orq. Fil. de New York (abril 1, 1968). Visita en el Colón de la Filarmónica de New York con
Dimitri Mitropoulos (2/6/58). En el Colón: Ernest Bour con la Orq. de LRA (1954). 2/6/59 en el
Colón: Juan José Castro con la Sinfónica Nacional. Y 27/5/70: Martinotti, Orq, Sinf. Nacional.
Los 4 movimientos duran algo más de 40 minutos: Andante; Allegro marcato; Adagio; y
Allegro giocoso. Fue una versión poderosa, donde la música llegó a cada oyente preparada con
especial garra. Los cornos, las trompetas, los trombones, la tuba, la percusión, el piano y los
violines, todos se hicieron sentir con especial presencia. Espero que se acuerden de la sinfonía
Nº 6, que sólo se escuchó una vez y fuera del Colón.
Pablo Bardin

LA FILARMÓNICA CON KUERTI, TERFEL Y FILIPCIC HOLM


El sábado 11 de noviembre tuvo lugar el Concierto Nº 17 de la Orquesta Filarmónica de
Buenos Aires. Fue director Julian Kuerti, que nos visitó años atrás. Retornó el bajo barítono
Bryn Terfel, que muy joven había cantado para el Mozarteum el Concierto dedicado a las
últimas canciones de Franz Schubert fuera del Colón. Ya bastante maduro retornó a Buenos
Aires y en el Colón se dedicó a la música celta de la Patagonia porque él es celta pero no dejó
de ser inesperado aquí.. Esta vez la primera parte estuvo dedicada a Richard Wagner y
colaboró con Carla Filipcic-Holm, nuestra especialista. Toda la segunda parte fue una
combinación de distintas etapas: 3 óperas, y luego curiosas mezclas de Jerry Block, George
Gershwin, Victor Herbert y Claude-Michel Schönberg (en "Les Misérables"). Y se agregó una
pieza brillante de Lehar pero sin cantante.
Terfel ya está grande y se nota. Por su parte Kuerti es un director muy eficaz y variado,
La Obertura extraordinaria de "Los maestros cantores de Nuremberg" estuvo tocada con gran
firmeza y claridad, con su asombrosa riqueza de contrapunto. Ya en el Acto Segundo Hans
Sachs, solo, recuerda lo que cantó en el Primer Acto Walther von Stolzing: "Was duftet doch
der Flieder" ("Qué suave aunque fuerte y pleno"); analiza la canción de Walther que le
emocionó. "La siento y no le encontré error. Pareció tan antiguo y sin embargo tan nuevo. Los
Maestros quedaron sin entender pero sin duda Hans Sachs salió contento". Si bien la voz de
Terfel fue inicialmente bastante dura, fue tomando color y conoce bien el personaje. Lo
siguiente fue la parte final de "El oro del Rin", "Abendlich strahlt der Sonne Auge" ("Vespertino
brilla el ojo del sol"), despedida de Wotan y final en los últimos minutos sin canto con una
estructura fortissimo (muy lograda por Kuerti). Terfel más firme.
Hace unos años Filipcic-Holm cantó en Montevideo "Tristán e Isolda" completo; estuve
allí, entusiasmado. Por cierto, "Mild und leise" ("Suave y quedo") es el inicio del canto de
muerte de Isolda, idealmente acompañado por la orquesta. Fueron muy bellos minutos.
Wagner orquestó de especial manera el principio del Tercer acto de "La Walkiria"; en la ópera
van llegando las walkirias en vuelo al tope de una montaña; es la cabalgata. Escuchamos la
poderosa música sólo en la orquesta, con muy convincente garra del director y la Filarmónica.
Y terminó con lo mejor: "Despedida de Wotan": cuando él deja dormida y rodeada de llamas
(Loge) a Brunilda. Sabe quién la despertará: el hijo de Siegmund y Sieglinde: Siegfried. Tuvimos
en el Colón a los dos mejores del mundo: Hans Hotter (Wotan) y Nilsson (Brunilda). Esta vez
hubo un director de orquesta de gran talento, aunque Ferdinand Leitner fue todavía mejor en
la totalidad de la Tetralogía. Y Terfel dio un muy buen resultado, con intensidad, buen alemán
y agudos gratos y expresivos. Gran final de Parte 1.
Parte 2. Beethoven: Fidelio: en el primer acto: "Ha! Welch ein Augenblick!" ("Ah! Qué
instante!"), cuando Pizarro se entera de la debilidad de Florestan durante el Primer Acto. Aquí
Terfel exageró, como si lo tuviera a mano y lo matase con furia. Y pasando al italiano, "Son lo
spirito che nega" del "Mefistofele" de Arrigo Boito, la llamada "canción del silbido", cosa que
Terfel llevaba a silbar hacia los jóvenes y muchos silbaron. En cambio, refinada la soprano en el
aria "Io son l´umile ancella" ("Soy la humilde servidora"), de "Adriana Lecouvreur" de
Francesco Cilea, sin duda una bella aria muy bien cantada.
De aquí en más terminó la ópera tradicional. El Preludio al Acto segundo de "Fiddler on
the roof" ("El violinista en el tejado", 1964, de Jerry Bock) es una preparación para la divertida
canción "If I were a rich man" ("Si yo fuera un hombre rico"), "con un estribillo y ritmo que
hace referencia a la música jasídica" (Luciano Marra de la Fuente) "sirve de presentación de
Tevye, que retrata la tradición de una comunidad judía en la Rusia prerrevolucionaria". Me
sorprendió gratamente con qué naturalidad y gracia lleva la extensa canción de comedia
musical y cómo da un sentido judío cuando él es celta.
George Gershwin compuso una sola ópera pero "Porgy and Bess" lo es y está basada
en un grupo negro. Estrictamente no debería ser reemplazada por artistas que no lo son. Sin
embargo, la deliciosa "Summertime" ("Tiempo de verano") fue cantada con mucho encanto

por Filipsic-Holm, que entendió la canción de cuna de Clara. Siguió "Bess, you is my woman
now" ("Bess, sos mi mujer ahora") y los dos cantan en blues con evidente entusiasmo. Victor
Herbert (1859-1929) escribió muchas operetas, como "The Enchantress" ("La Encantadora"):
"Art is calling for me" ("El arte me está llamando"), puramente musical. Y termina con "Stars"
("Estrellas") de "Les Misérables" de Claude-Michel Schönberg basada en Victor Hugo. Se trata
de una expresiva canción de Javert y estuvo bien cantada.
Fuera de programa Terfel se dedicó inicialmente a una canción celta de nuestro Sur. Y
luego cantaron los dos una divertida canción de los años 20: "Anything you can do I can do
better" ("Cualquier cosa que hagas la puedo hacer mejor"), ambos convincentes. Buen final.
Pablo Bardin

MADAMA BUTTERFLY EN EL COLÓN


Como pasó en amplia parte del año, la célebre "Madama Butterfly" de Giacomo
Puccini fue presentada por Divina Italia en el Colón. Pude ver la función del viernes 10, Abono
Nocturno Tradicional. Y ocurrió que la soprano coreana Anna Sohn, que había sido
protagonista el 7 de noviembre, fue sustituida por la argentina Daniela Tabernig. El Director
Musical fue Jan Latham Koenig (7, 10, 12 y 15). Directora de Escena: la brasileña Livia Sabag.
Escenografía del Rosarino Nicolás Boni. Vestuario: Sofía Di Nunzio, argentina, difícil tarea en el
Colón ("Giulio Cesare" y "Die Soldaten"); varias obras en el Argentino de La Plata; y
abundantes puestas en Europa y Rio de Janeiro. José Luis Fiorruccio ingresó al Colón en 1967 y
continúa con la iluminación. No estoy de acuerdo con el uso del video en óperas de tiempo
atrás: Matías Otálora.
Hay aspectos de Sabag que creo erróneos y ella lo escribe en el programa: "A partir del
segundo acto vemos la casa parcialmente destruida y el terreno original deformado,
modificado e invadido por tierra y lodo, sugiriendo un violento alud". A favor: respeta las
actitudes japonesas.
Un gran amigo se tomó el trabajo de enviarme los datos básicos de todas las versiones
de "Madama Butterfly". Voy a presentar algunas de ellas. 30 temporadas desde 1908. Cio Cio
San: Lucrezia Bori, Rosetta Pampanini, Gilda Dalla Rizza, Isabel Marengo; y ya desde mi
presencia: Victoria de los Ángeles, Antonietta Stella, y muy especialmente, Renata Scotto.
Directores de orquesta: Arturo Toscanini (1912), Tullo Serafin (1914, 1938), Vincenzo Bellezza
(1924), Gabriele Santini (1926), , Hector Panizza (1929, 1949, 1952), Ferruccio Calusio (1933,
1939, 1958), Pedro Calderón (1964, con la Scotto), Francesco Molinari Pradelli (1968, con
Gabriella Tucci), Oliviero De Fabritiis (1980), Daniel Oren (1994, con Yoko Watanabe,
japonesa), Otras japonesas: Teiko Kiwa (1924), Atsuko Azuma (1974), Yasuko Hayashi (1984),
Yan Wang (1997). Algunos Pinkerton: Pedro Mirassou, Amedeo Bassi, Eugene Conley (con De
los Ángeles), Flaviano Labò (1958), George Shirley (1964), Giuseppe Giacomini (1974).
Sharpless: Giuseppe De Luca (1911, 1912, 1914, 1926), Victor Damiani (1933, 1938, 1952),
Angel Mattiello (1949, 1964, 1968). El mayor salto fue entre el año 2000 (Susan Bullock,
Marcus Haddock, Luis Gaeta; Reinaldo Censabella) y 2014 (Patricia Racette, James Valenti,
Fabián Veloz; Ira Levin).
La versión actual es la siguiente: Cio-Cio San: Anna Sohn, que sólo actuó en la primera
de los 4 que le tocaban); Daniela Tabernig, que la reemplazó en la del 12 de noviembre; y
Mónica Ferracani (días 9 y 16). Pinkerton: Riccardo Massi (5 días); Fermín Prieto (4 días).
Sharpless: Alfonso Mujica (4 días); Omar Carrión (3) y Leonardo López Linares (2). Suzuki:
Nozomi Kato (4); María Luján Mirabelli (3); Cecilia Díaz (2). Goro: Sergio Spina (4); Ramiro Pérez
(2) y Gabriel Centeno (2). Spina fue muy adecuado. Príncipe Yamadori: Sebastián Sorarrain (4);
Ramiro Pérez (3); y Fernando Grassi (2). Tío Bonzo: Christian Peregrino (5); Emiliano Bulacios
(4). Comisario Imperial: Sergio Wamba (5); Juan Barrile (4). Kate Pinkerton: Mariana Carnovali
(5); Rosario Mesiano (4). Oficial: Augusto Nureña (5); Edgardo Zecca (4). Yacuside: Carlos
Esquivel (5); Mariano Crosio (4). La Prima: Carmen Nieddu (5); Constanza Castillo (4). La
Madre: Marta Del Giorgio (5); Marina Torres (4). La Tía: Carina Hoxter (5); Roxana Horton (4).
Dolore: Alina Geldymuradov Rutkauskas; Uma Michelle Florencio; Lisandro Silva (no aclaran
días). Figurantes: 6; Figurante estable: Enrique Leyes. Es considerable en los roles breves
cuánta gente es nueva.
Las dos obras de Puccini de mayor importancia son "Tosca" y "Madama Butterfly" en
su versión definitiva. Originariamente el primer acto era demasiado largo; la familia de esa
geisha de 15 años tenía una presencia excesiva antes de que llegara el tío bonzo, monje
budista (Christian Peregrino, buen trabajo) que la maldice porque ella se convirtió al
cristianismo sin que se lo pidiera Pinkerton. Toda la familia es budista y la rechaza, dejándola
con el marino estadounidense. A pesar de Suzuki, que es budista pero quiere a la geisha y la va
a acompañar (Nozomi Kato es de Tokyo y cantó Suzuki en Italia y Estados Unidos). El marino

fue promovido por Goro el casamentero y lo lleva a una casa en alto, desde donde ve a
Nagasaki y los barcos que tienen oficiales de la Armada como Pinkerton, que quiere pasar un
tiempo en la casa con Madama Butterfly, y como Goro recibió dinero los apoya a Butterfly y
Pinkerton. Se quedan solos y queda claro que están ella enamorada y él contento. Quiero
mencionar una maravilla única: la relación de la Callas y de Gedda con la dirección de Von
Karajan en el final del Primer Acto, en La Scala de Milán. Riccardo Massi en 2007 integró la
Accademia della Scala. Debutó como Radamés en el Metropolitan de Nueva York en 2012.
Cantó "Tosca" en Dresden, Covent Garden y Viena, "Manon Lescaut" en Génova y "Norma" en
Barcelona. Y aquí cantó bien como Pinkerton, su voz poderosa y clara. Daniela Tabernig en el
Colón cantó "Don Giovanni", "Pagliacci", "Rusalka", "Andrea Chénier" y "Volo di notte" sobre
Saint-Exupéry en Buenos Aires. Naturalmente su Madama Butterfly de 15 años cuenta
aspectos duros incluso la muerte del padre y su voz es dulce. Pero conviene recordar que a
principios del Acto Primero cambian ideas Pinkerton y Sharpless (Alfonso Mujica), quien le
insiste que Butterfly no sólo acepta casarse sino que sin autorización pasó al cristianismo.
Mujica le da mucho sentido a su personaje.
Acto Segundo. Pasaron 3 años. Nació un hijo de Pinkerton y ella. Nada se sabe de él,
que volvió a los Estados Unidos. El cónsul Sharpness viene a verla con una carta de Pinkerton
donde dice que llegará a Japón; pero Sharpless le pregunta a Butterfly qué haría si Pinkerton
no regresara; ella contesta que optaría por la muerte. El cónsul trata de convencerla de
casarse con el príncipe Yamadori. Pero ella le muestra el niño que tiene, con aspecto de
Pinkerton. Llega Yamadori y ella lo rechaza (correcto trabajo de Sebastián Sorarrain). Mujica
lamenta el dolor de Cio-cio San pero sabe que Pinkerton va a querer el niño. Al irse ella lo trata
sin afecto. Se queda con Suzuki, y al verla dudosa le canta "Un bel dí vedremo", la magnífica
aria (única del acto) con respecto a la llegada de su amante y que ella esperará que él suba.
Bella combinación poco después de ambas cantando y finalmente se sientan delante de la
ventana. Se escucha un atrayente coro que termina el acto.
Tercer acto. No me dediqué (injustamente) con la dirección muy talentosa de Jan
Latham-Koenig con numerosas ideas de contenido japonés (gran talento de Puccini) y una
orquesta que respondió cabalmente ya en los dos actos anteriores. Debo reconocer que los
minutos iniciales del Tercer acto me resultan poco claros. Pero después de eso llegan el cónsul
y Pinkerton con su mujer (interviene escasamente). Cio-Cio San todavía duerme pero no
Suzuki, que enseguida se desespera y entiende lo que pasa (Nozomi Kato, muy expresiva y
sólido sonido). Y ocurre algo especial: Pinkerton se da cuenta de lo trágico que va a pasar y
protesta antes de salir rápidamente. Buen trabajo de Massi. Y llegan los tremendos minutos
finales. Tiene una espada y dice: "Con honor muere quien no puede vivir con honor". Le dice al
niño: "juega, juega" y "se clava la espada justo cuando llega Pinkerton gritando "¡Butterfly!"
tres veces. Terrible final.
Pablo Bardin

BÉLA BARTÓK Y JUAN JOSÉ CASTRO CON CENSABELLA Y DE SALVO

La Sinfónica Nacional trabajó con el Director Diego Censabella y el barítono Mario De Salvo el
miércoles 8 de noviembre en dos obras importantes: la Suite del ballet "El Mandarín
Maravilloso" de Béla Bartók y el muy extenso "Martín Fierro" de Juan José Castro con el Coro
Polifónico Nacional. Si bien Censabella elogió la calidad musical de la obra de Bartók nada dijo
de la sensualidad de la partitura. Por mi parte estuve presente el 20/4/58 con la Sinfónica
Nacional dirigida por Juan José Castro y el 15/8/66 por André Vandernoot y la Filarmónica de
Buenos Aires. Y justamente este Castro es el que escribió el "Martín Fierro". Según Censabella
hace un largo tiempo que no se lo tocó y cantó, de tal modo que la gran historia en varias
partes empezó 8,30 y finalizó a las 10,20, casi 2 horas. Por cierto fue una experiencia difícil y
ardua tanto en la música de Castro como en la narrativa de Fierro, admirablemente cantado
por De Salvo.
Los más violentos en la orquesta de Bartók son los clarinetes, los cornos, las
trompetas, los trombones y la percusión. La orquesta estuvo bien ensayada; la partitura se
entendió.
En cuanto a "Martín Fierro", debo admitir que como me senté muy atrás no pude leer
lo cantado por Fierro y el Coro amplio, que cantó tanto de frente al público como a la izquierda
y la derecha. Es justo felicitar a De Salvo por mantener su muy amplio canto tanto en las más
agudas que en las del medio, y además lograr mantenerse cuando hay fragmentos fortissimo
de la orquesta, sobre todo en las partes finales. Confieso que me resultaría interesante
encontrar una grabación realizada a fondo, orquesta y cantantes. Sin duda Juan José es el más
profundo de los talentosos tres, José María y Washington. Juan José nació en 1895 y "Martín
Fierro" es de 1944. Vale la pena volverlo a escuchar con lo escrito de Fierro y poder apreciar en
detalle la partitura.
Pablo Bardin

EL CORO DE NIÑOS DEL COLÓN DIRIGIDO POR BUSTAMANTE EN CONCIERTOS DEL MEDIODÍA

Los Conciertos del Mediodía del Mozarteum se acercan al final con el Coro de Niños
del Teatro Colón dirigido por César Bustamante. Esto ocurrió el 7 de noviembre en la sala
principal del Teatro San Martín. Fue muy interesante que el concierto estuviese dedicado a
compositores franceses, especialmente Francis Poulenc, y de un compositor belga que vivió en
París largo tiempo: César Franck.
El programa se inició con "Ave Verum Corpus", de Poulenc (1899-1963), breve pieza de
1952, grabada 8 veces en el R.E.D. Classical 2 aparecen como "voces masculinas" en el
Catalogue, donde figura "voces femeninas"; aquí fueron voces de niños y niñas, quizás hasta
los 18 años. Bustamante dio explicaciones de allí hasta el final del programa. Consideró que
fueron primera audición en esta ciudad "Cuatro pequeñas plegarias de San Francisco de Asís";
hay nada menos que 12 grabaciones en el R.E.D. y de "voces masculinas", pero en verdad
tuvieron buen sonido en voces masculinas y femeninas: en francés: "Salve, Santa Señora";
"Todopoderoso"; "Señor, yo te ruego"; "Oh mis muy queridos hermanos". En la siguiente obra
de Poulenc Bustamante inició sus ejecuciones en piano (donde además tocaba breves notas
para que los cantantes iniciaran cada pieza) y tomó su lugar la directora Helena Cánepa,
combinación que continuará hasta el final del concierto. Las "Petites voix" ("Pequeñas voces")
ya no son litúrgicas sino 5 canciones para 3 voces de niños y niñas. Hay sólo 3 grabaciones. "La
niñita sabia"; "El perro perdido"; "Regresando de la escuela"; "El pequeño niño enfermo"; y "El
erizo". Textos de M. Lay. Bien cantados por el grupo.
Por cierto, el "Panis angelicus" de César Franck es muy famosos; se cantó
correctamente. Y pasamos a Gabriel Fauré (1845-1924): "Maria, Mater gratias" data de 1888;
hay 7 grabaciones y está pensada para tenor, barítono y órgano; op- 47 Nº2. Muy diferente a
cómo se escuchó en este caso. Muy distinta "La nuit" ("La noche") de Ernest Chausson (1855-
1899). Lo cantaron bien Florencia García Barrera (soprano) y Mora Molinelli Wells
(mezzosoprano) con Bustamante al piano.
El retorno de Franck fue un extenso Alleluia pero no es seguro que lo haya escrito él;
no está en el R.E.R. Lo hicieron razonablemente.
Y finalmente, un bello Claude Debussy (1862-1918): "Salut Printemps" ("Salud
Primavera"), obra suya de 20 años sobre versos de Anatole de Ségur. "Bienvenida Primavera,
juvenil temporada". En suma, un concierto agradable.
Pablo Bardin

EL CORO DE NIÑOS DEL COLÓN DIRIGIDO POR BUSTAMANTE EN CONCIERTOS DEL MEDIODÍA


Los Conciertos del Mediodía del Mozarteum se acercan al final con el Coro de Niños
del Teatro Colón dirigido por César Bustamante. Esto ocurrió el 7 de noviembre en la sala
principal del Teatro San Martín. Fue muy interesante que el concierto estuviese dedicado a
compositores franceses, especialmente Francis Poulenc, y de un compositor belga que vivió en
París largo tiempo: César Franck.
El programa se inició con "Ave Verum Corpus", de Poulenc (1899-1963), breve pieza de
1952, grabada 8 veces en el R.E.D. Classical 2 aparecen como "voces masculinas" en el
Catalogue, donde figura "voces femeninas"; aquí fueron voces de niños y niñas, quizás hasta
los 18 años. Bustamante dio explicaciones de allí hasta el final del programa. Consideró que
fueron primera audición en esta ciudad "Cuatro pequeñas plegarias de San Francisco de Asís";
hay nada menos que 12 grabaciones en el R.E.D. y de "voces masculinas", pero en verdad
tuvieron buen sonido en voces masculinas y femeninas: en francés: "Salve, Santa Señora";
"Todopoderoso"; "Señor, yo te ruego"; "Oh mis muy queridos hermanos". En la siguiente obra
de Poulenc Bustamante inició sus ejecuciones en piano (donde además tocaba breves notas
para que los cantantes iniciaran cada pieza) y tomó su lugar la directora Helena Cánepa,
combinación que continuará hasta el final del concierto. Las "Petites voix" ("Pequeñas voces")
ya no son litúrgicas sino 5 canciones para 3 voces de niños y niñas. Hay sólo 3 grabaciones. "La
niñita sabia"; "El perro perdido"; "Regresando de la escuela"; "El pequeño niño enfermo"; y "El
erizo". Textos de M. Lay. Bien cantados por el grupo.
Por cierto, el "Panis angelicus" de César Franck es muy famosos; se cantó
correctamente. Y pasamos a Gabriel Fauré (1845-1924): "Maria, Mater gratias" data de 1888;
hay 7 grabaciones y está pensada para tenor, barítono y órgano; op- 47 Nº2. Muy diferente a
cómo se escuchó en este caso. Muy distinta "La nuit" ("La noche") de Ernest Chausson (1855-
1899). Lo cantaron bien Florencia García Barrera (soprano) y Mora Molinelli Wells
(mezzosoprano) con Bustamante al piano.
El retorno de Franck fue un extenso Alleluia pero no es seguro que lo haya escrito él;
no está en el R.E.R. Lo hicieron razonablemente.
Y finalmente, un bello Claude Debussy (1862-1918): "Salut Printemps" ("Salud
Primavera"), obra suya de 20 años sobre versos de Anatole de Ségur. "Bienvenida Primavera,
juvenil temporada". En suma, un concierto agradable.
Pablo Bardin

JORGE DE LA VEGA Y FERNANDO PÉREZ EN CONCIERTOS DEL MEDIODÍA


Este año los Conciertos del Mediodía han debido pasar de un lugar a otro. Por única
vez presentaron a Jorge de la Vega y Fernando Pérez el 31 de octubre en el Teatro Coliseo.
Tanto por los artistas como por el lugar el Mozarteum Argentino tuvo un gran éxito con una
interesante selección de obras interpretadas idealmente.
Tanto el flautista Jorge de la Vega, que ha cumplido 40 años de trabajo en la Orquesta
Estable del Colón, y el pianista Fernando Pérez, de amplísima labor internacional en recitales y
solista con orquesta, tanto en Buenos Aires Ciudad como en el país, pero también en Europa,
así como el Festival Vancouver y el Festival Iberoamericano de la Universidad de Pretoria en
Sudáfrica. Además realizó múltiples grabaciones y fue eminente pedagogo. Pasados los 60
años siguen estando en plenitud.
La obra extensa fue la Sonata para flauta y piano, en Mi mayor, Op. 167, "Undine", de
Carl Reinecke (1824-1910). La obra es de 1882; él era entonces el Director Musical de la
Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Se basó en una obra célebre y fantástica de Friedrich
de la Motte Fouqué escrita en 1811. Dice Claudia Guzmán: "El ser sobrenatural, en su anhelo
de poseer un alma humana, experimentaba los avatares de la existencia en el mundo de los
hombres". El Allegro inicial, de forma sonata; "prevalece el primero de los 2 temas". Sigue el
Intermezzo: Allegro vivace: "Notas breves en sucesivos y veloces saltos interválicos". El
"Andante tranquillo" en efecto es tranquilo inicialmente pero luego hay una "agitación que se
produce en medio del discurso". Y el Finale cumple con su título: "Agitato ed appassionato,
quasi presto". Ese amor de ella no durará porque el hombre le arrebata su felicidad; el cierre
es "lento y contemplativo". Fue excelente la labor de ambos artistas en todo momento.
Georges Enesco (1881-1955) era rumano. Estando joven en París fue discípulo de
Massenet y Fauré en el Conservatorio. La obra fue publicada en 1904 (sus 23 años): "Cantabile
y Presto"; la primera, ondulante y con interesante armonía, está pensada para que sea la
flauta la que domina; el Presto en cambio tiene para ambos instrumentos "un gran despliegue
virtuosístico", y por cierto lo tuvo por estos artistas.
Henri Dutilleux (1916-2013) fue comisionado por Claude Delvincourt en 1942 (plena
guerra, París dominada por los nazis) para que a los 26 años creara una obra de concurso para
el examen final de la cátedra de flauta. En 3 movimientos, se toca sin solución de continuidad:
"Sonatina para flauta y piano: Allegretto, Andante y Animé (Animado)". Dutilleux pronto será
un compositor francés importante, pero ya le da un carácter especial: "intensidad, gestualidad
y carácter sombrío" y "modulaciones armónicas". Impecable la interpretación de estos artistas
de primer orden.
Ambos estuvieron muy cómodos en 4 Cuadros tangueros de José Carli (1929-2020),
presentado por Jorge de la Vega, que lo conoció, y en verdad tanto el flautista como Pérez
fueron perfectos y los nombres lunfardos funcionaron con naturalidad: "La Parda", "La
Musetta", "Vals de la Grela Ostinata", y la más extensa, "La Blonde".
Pablo Bardin

miércoles, noviembre 08, 2023

EL FAURÉ QUARTETT SE DESPIDIÓ DEL MOZARTEUM


El año pasado el Fauré Quartett vino por primera vez a la Temporada del Mozarteum
Argentino e impresionó muy positivamente. Ahora vinieron en el séptimo y último concierto
de 2023 y lograron un resultado de evidente calidad en obras de Schubert, Brahms y
Schumann. Ellos no se ocupan de los tradicionales cuartetos sino que se basan en otra
combinación: el piano y las cuerdas. Escuchamos a Dirk Mommertz (piano), Erika Geldsetzer
(violín), Sascha Frömbling (viola) y Konstantin Heidrich (violoncelo). Cuando vinieron el año
pasado no me dejó de extrañar que hayan tomado a Fauré como figura fundamental; ninguno
de ellos es francés y sus "biografías" en el programa son poco claras salvo Heidrich, que nació
en Hamburgo. Pero hay una razón: Fauré escribió cuartetos para piano y cuerdas: Nº 1, Op. 15;
Nº 2, Op. 45. El Nº 1 fue famoso: en el R.E.D. Classical 2000 Catalogue hay nada menos que 14
grabaciones.
Hace 28 años que este grupo de cámara alemán se fundó en Karlsruhe. Han grabado
en 2008 los cuartetos con piano de Brahms. Pero surgió un motivo para llamarse Fauré: en
1995 se cumplió el 150 aniversario del nacimiento de Gabriel Fauré y quisieron conmemorarlo.
La obra de Schubert es "Adagio y rondó concertante", en fa mayor, D. 487. El rondó
está en "Allegro vivace". El compositor sólo tenía 19 años, Dice Claudia Guzmán: "La primera
interpretación pública que se conoce data del 1 de noviembre de 1861, en Viena, mientras que
su publicación se efectivizó recién en el año 1865. Sería éste su único legado en lo que hace a
la escritura para cuarteto con piano". En el R.E.D. Classical 2000 Catalogue hay 7 grabaciones
de esta obra. Comenta Guzmán: en el Rondó se "presenta, sucesivamente, 4 temas diversos en
los cuales se evidencia el virtuosismo, particularmente en la parte del piano". Y en efecto,
tanto en esta partitura como en las siguientes, domina Dirk Mommertz; y en cuanto a las
cuerdas, el violoncelista es impecable. Geldsetzer toca correctamente pero un poco
demasiado liviana; y el violista salva bien su parte.
Conozco bien el Cuarteto Nº 3 para piano y cuerdas en Do menor, Op. 60, de Johannes
Brahms. No sabía en cambio que se lo llama nada menos que "Werther", tan famoso como
ópera de Massenet. Si bien Brahms terminó el Nº 3 después de los primeros 2, lo había
empezado antes; no obstante, lo trabajó lentamente, en etapas: 1869 y 1875. La tonalidad en
do menor también la utilizó en la Primera sinfonía y en el primer cuarteto de cuerdas. Este Op.
60 es intenso y dramático en el primer movimiento de 1856; terminó el Scherzo en 1861 y los
dos últimos movimientos son de 1875. No obstante, la obra total funciona admirablemente. La
estrenó el propio Brahms en el piano y estaban presentes Wagner y su mujer, Cosima. En el
R.E.D. hay 16 grabaciones de esta magnífica obra, con artistas como Rubinstein, Stern y
Piatigorsky. La versión de Fauré Quartett fue de gran categoría, si bien el pianista dominó, pero
los de cuerda tocaron con fuerte carácter y en el tercer movimiento fue conmovedor el
violoncelista.
Si bien el Quinteto de Robert Schumann es justamente célebre, también resulta muy
atrayente el Cuarteto para piano y cuerdas; ambos datan de 1842. El Op. 47 está en Mi bemol
mayor. Escribió su esposa Clara: "Es una obra hermosa, tan juvenil y plena de frescura".
Expresa Claudia Guzmán: "Se trata de una creación signada por la fluidez y el equilibrio entre
las partes como por una síntesis magistral de técnicas compositivas diversas, integradas en una
misma unidad estilística. El vertiginoso Scherzo tiene dos tríos contrastantes de magistral
escritura contrapuntística". Clara Schumann intervino en el estreno el 8 de diciembre en la
Gewandhaus de Leipzig. Los miembros del Fauré Quartett estuvieron en muy buena forma. En
el R.E.D. es impresionante la cantidad y calidad de los que lo grabaron: 28, varios de ellos
célebres (Rubinstein, Serkin, Richter).
Hubo dos obras fuera de programa: Mussorgsky: "La gran puerta de Kiev" de "Cuadros
de una exposición", transcripción del Fauré Quartett para cuarteto con piano. Y Antonin
Dvorák/Fritz Kreisler, "Canciones que me enseñó mi madre", transcripción del Fauré Quartett.
Pablo Bardin

sábado, octubre 28, 2023

LA FILARMÓNICA PRESENTÓ AL PIANISTA PAUL LEWIS Y LOS CANTANTES CVILAK Y PACHON


El Concierto Nº 15 de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires con la dirección de Srba
Dinic presentó a un notable pianista, Paul Lewis, en el Concierto Nº 4 de Beethoven. Y tras el
Intervalo de 20 minutos se escuchó la "Sinfonía Lírica" Op. 18 de Alexander von Zemlinsky con
la soprano Sabina Cvilak y el barítono Carles Pachon. Tanto el pianista como los cantantes se
presentaron por primera vez en el Teatro Colón. La obra de Zemlinsky data de 1923 (sus 52
años) y está basada sobre el libro "El jardinero" del célebre Rabindranath Tagore de la India
(nos visitó en los años 30). Las 7 canciones van alternando al barítono y la soprano y los 45
minutos incluyen interludios breves. Zemlinsky se casó con la hija de Schönberg. Creo recordar
que se escuchó la obra aquí hace bastante tiempo (unos 25 años). Por otra parte, en el R.E.D.
2000 Classical Catalogue figuran 7 grabaciones de la Sinfonía Lírica (y por mi parte tengo otra
grabación dirigida por Pesko).
Naturalmente, la presencia del Concierto Nº 4 de Beethoven (que correctamente el
programa coloca el dato de duración, 35 minutos) es la garantía de una música justamente
célebre y que atrae a artistas de calidad. Y eso me pasó en mi época joven (1950-70): nada
menos que 13 versiones: Backhaus con Previtali en Roma; Badura-Skoda en la Sinfónica
Nacional, Gulda 3 veces; nuevamente Backhaus pero con Lehmann en Amigos de la Música;
Kempff con Frühbeck de Burgos con nuestra Filarmónica; Arrau con Fuchs en la Sinfónica
Nacional; Richter-Haaser en la Asociación Wagneriana; y en Londres, Cherkassky con Sargent
con la London Philharmonic (26/1/64); por último, en TV, Curzon con la BBC de Londres. No
conocía a Paul Lewis; no pude leer su asombroso curriculum porque me tomó 25 minutos
encontrar un taxi que me llevó al Colón; llegué a las 19, 50. Y bien, lo escuché seguro y
brillante en el extenso primer movimiento (la melodía al principio mismo fue refinada). El
segundo movimiento es muy distinto: la orquesta cambia, es violenta; pero el pianista tocó
pianissimo y tristemente, como debe ser. Total diferencia con el rápido y alegre tercer
movimiento, tocado con impecable claridad por el pianista y la orquesta. En suma, un director
de orquesta inteligente y un pianista de indudable firmeza. Leyendo su carrera, veo que
estudió en Londres y fue alumno de Alfred Brendel. Baste citar las orquestas de Chicago,
Londres y Berlín para demostrar que es un intérprete de importancia. Agregar la Sinfónica de
Boston, el Concertgebouw de Amsterdam y la Gewandhaus de Leipzig. Realizó una serie de 4
programas de sonatas de Schubert en 25 lugares. Creo que la pieza añadida ante el aplauso fue
de Robert Schumann y estuvo muy bien tocada. En suma, un pianista que valió la pena conocer
en el Colón.
En cuanto a la gran obra de Zemlinsky, Srba Dinic volvió a demostrar su capacidad:
conoce a fondo la difícil partitura y logró un rendimiento admirable de una orquesta que
merece ser felicitada por su coordinación en arduos pasajes. Me resultó muy positiva Sabina
Cvilak; nació en Maribor, Eslovenia. Muy joven intervino en Leoben, Austria, con obras de
Lehar, Kalman y Lortzing. En Viena, nada menos que "Macbeth" de Bloch. En 2003, el oratorio
"Lazarus" de Schubert. Fue Antonia en "Los cuentos de Hoffmann" en Savonlinna. En la Ópera
de Viena cantó Wagner: de "El Oro del Rhin" al "Ocaso de los Dioses". En Eslovenia Fiordiligi y
Marguerite de "Faust". Canto Mimí en Washington, Desdemona en Palm Beach. Cantó el
Requiem Alemán de Brahms, el Requiem de Guerra de Britten en París. Últimamente cantó
Blanche en "Diálogos de Carmelitas" y Vitelia en "La clemenza di Tito" de Mozart. Sin duda fue
exitosa en las canciones Nos. 2, 4 y 6, dando sentido a cada frase y cantando con intensidad y
precisión.
El barítono Carles Pachon nació cerca de Barcelona. Todavía es joven, como lo revela
que obtuvo ganar concursos en 2017 y 2018. Al parecer en Pesaro cantó buena parte de las
obras de Rossini. En Zemlinsky se lo notó inmaduro al principio (los Cantos 1 y 3) pero su
timbre y la adaptación al personaje le dieron más calidad a los Cantos 5 y 7.
Pablo Bardin

miércoles, octubre 25, 2023

HASSAN Y SANGIORGIO TRABAJARON CON LA ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL


Tras varias semanas sin poder retornar a los conciertos de la Orquesta Sinfónica
Nacional pude estar el viernes 27 de octubre. Había apreciado el concierto dirigido por Lucía
Zicos el 29 de septiembre. Esta vez el viernes 27 de octubre me permitió conocer al director de
orquesta Alejandro Hassan y al violinista Pablo Sangiorgio.
Hassan explicó las obras que se iban a ejecutar, asunto necesario ya que no hay
programas. El concierto se inició con el Scherzo Sinfónico de Virtú Maragno. La obra data de
1952 cuando el compositor tenía 24 años. Ya a partir de 1947 empezó a escribir a los 19 años y
en la Enciclopedia de la Música Argentina de Rodolfo Arizaga de 1971 cita todas las obras de
Maragno hasta 1970 y son abundantes. Nacido en Santa Fe, fue discípulo de Gianneo,
Scaramuzza y De Raco y en Italia con Petrassi y Maderna. Luego tuvo a su cargo varias cátedras
(Rosario, La Plata, Buenos Aires Ciudad) y dirigió coros y orquestas. Como debido a problemas
míos de bajar y subir a 84 años, me quedé en la zona más alta y volví a comprobar que se ve
muy bien y que se escucha en detalle. Y nuevamente la percusión y los bronces se escuchan de
modo excesivo. En el caso del Scherzo de Maragno esto se nota especialmente porque es una
obra intensa y violenta.
De Max Bruch se suele escuchar su primer Concierto para violín, pero esta vez se eligió
una obra de especial carácter: la Fantasía Escocesa en Mi bemol, op. 46. Se nota que el autor
conoció melodías folklóricas de esa zona y las aplicó en esta partitura, donde la orquesta
acompaña al violinista casi en todo momento y más de una vez en efecto los bronces están
presentes, aunque en este caso también las obras más de cámara (flautas, oboe, clarinete,
fagote), y las cuerdas (en particular una melodía de violoncelo y contrabajo). Al principio, si
bien Pablo Sangiorgio tocó con buen gusto, estaba un poco relegado, pero esto se fue
cambiando: su técnica resultó ser muy segura y grata, y como lo dijo Jassan, la obra había sido
tocada por Sarasate. A medida que la música del violín fue más virtuosa, Sangiorgio demostró
ser un notable violinista.
Tras unos minutos de descanso, Jassan dio detalles sobre esa admirable obra de
Borodin, la Sinfonía Nº 2 en si menor. El poderoso primer movimiento fue realizado con la
fuerza necesaria. Cumplió con el arduo y fascinante Scherzo prestissimo. Y luego escuchamos
el tierno Andante, tan melódico. De modo directo fue al Final, Allegro, música brillante, de
perfecta escritura, y el director logró de la orquesta un entusiasmo indudable. En suma, esta
Sinfonía es una de las mejores del siglo 19 ruso.
Pablo Bardin

martes, octubre 17, 2023

EL FESTIVAL CHOPINIANA EMPEZÓ CON EL DÚO KREDA-GRANAT

La serie de 6 conciertos tendrá lugar en el Palacio Paz (Av. Santa Fé 750) en el notable
salón de gran belleza que ha sido a través de los años el ambiente para los habituales 6
conciertos los miércoles a las 19 horas. El 25 de octubre tuvimos la visita del Dúo Adrián Kreda-
Tamara Granat, tocando ambos en un piano poderoso. El siguiente será el 1 de noviembre con
los italianos del Dúo Scibilia-Sarnelli De Silva. De allí en más los pianistas serán argentinos:
Alberto Portugheis el 8 de noviembre, Edda María Sangrigoli el 15 de noviembre, José Luis Juri
el 22 de noviembre y Martha Noguera el 29 de noviembre. Como bien se sabe, Noguera es
desde el principio la Presidenta del Consejo de Administración de la Comisión Fundación
Chopiniana.
Tamara Granat es polaca; Adrián Kreda tiene triple nacionalidad: argentino, suizo y
polaco. Trabajan juntos desde hace 25 años. Han grabado las sonatas de Mozart para piano a 4
manos. Este concierto iba a presentar primeramente "A través de Polonia", op. 23, de Juliusz
Zarebski, y "Divertimento a la húngara, en sol menor, op. 54, D. 818, de Franz Schubert-.
Ocurrió al revés, con Schubert primero, pero este Divertimento es muy extenso, y como el
concierto se demoró porque recién a las 18,45 empezó a entrar la gente en la sala ya que los
artistas ensayaron hasta esa hora, recién a las 19,15 iniciaron la música y al principio no me di
cuenta del cambio, pero después de unos minutos reconocí la obra de Schubert. A las 19,50
terminó su música, tan entusiasta y libre. Fue entonces que Kreda habló con el público y dijo
que habían tocado Schubert; enseguida contó que Zarebski era de la época de Chopin y Liszt y
que había tenido una vida bastante corta. Allí nos explicó que iban a tocar su grata música; y
durante 20 minutos escuchamos: "Canto de la partida-Nostalgia-Mazurek, Krakowiak, Dumka,
Krakowiak, Kolomyjka". Kreda antes de tocar aclaró cada pieza.
Cuarto de hora de descanso para el público. La segunda parte se inició con una obra
muy conocida, la Polonesa op. 40 Nº 1 de Chopin, correctamente tocada por Kreda. Fue
interesante y útil que ofrecieran el "Tatra álbum, op. 12" de Ignacy Jan Paderewski, famoso
pianista de principios del siglo 20. Son 6 piezas de un estilo folklórico de esa zona (los
campesinos que viven cerca de las montañas Tatra) y se escuchan con placer. Finalmente
ofrecieron una obra de Chopin que según Kreda es una primera audición aquí (aunque
comprobé que hay varias grabaciones): "Gran dúo concertante op. 16ª sobre temas de la
ópera ´Roberto el Diablo` de Giacomo Meyerbeer". Conozco esta ópera y comprobé que las
melodías principales son auténticas en la obra de Chopin y estuvieron bien ejecutadas.
En cuanto a los artistas: son muy seguros ambos y como habían ensayado, el exceso de
volumen es el problema de esa sala y es difícil controlarlo. De todos modos hubiera preferido
una sensación menos violenta. Dieron dos piezas argentinas en los extras: una milonga de
Piazzolla de su pequeña ópera (que estos artistas conocen a fondo y la grabaron) y una breve y
simpática melodía: "Divertimento" de Saúl Cosentino, a quien conocí y tuvimos una amistad
hace ya un largo tiempo.
En suma, los dos pianistas demostraron su talento y es obvio que trajeron bastante
música no conocida aquí.
Pablo Bardin

jueves, octubre 12, 2023

FINGERLOS Y EL MOUISSI EN EL MOZARTEUM

La penúltima tarea del Mozarteum en el Colón fue la presentación del barítono Rafael
Fingerlos y el pianista Sascha El Mouissi. Presentaron un programa muy variado antes y
después del Intervalo. Claudia Guzmán realizó un estudio completo de la programación. Mi
impresión del concierto se basa en dos aspectos: la calidad de los artistas y el interés de la
música elegida. Fingerlos muestra desde el principio que su timbre es ingrato aunque conoce
en detalle lo que canta. El pianista fue admirable durante todo el concierto, siempre con notas
exactas y de bello sonido. Agradezco el comienzo porque desde hace largo tiempo soy un
entusiasta de Ralph Vaughan Williams. Escuchamos 5 canciones del ciclo "Songs of Travel"; los
textos son de un creador que siempre me impresionó, Robert Louis Stevenson; se trata de
nada menos que 50 poemas y el compositor puso en música a 9 de ellos; Fingerlos eligió 5.
Vaughan Williams tenía 29 años en 1901 y recién en 1905 los terminó. Dijo el escritor en "El
vagabundo": "Dadme la vida que amo y dejad que lo demás pase". El volumen fue publicado
en 1895, un año más tarde de su muerte. Tuve el placer de leer "En los mares del sur". El
siguiente en la noche del Colón fue "Let beauty awake" ("Que se despierte la belleza"). El
séptimo: "Whither must I wander?" ("¿Por dónde he de vagar?). Sabiendo Stevenson lo que le
ocurría, expresa: "Yo me voy para siempre y no vuelvo más". Guzmán dice: "Fundamental es el
rol del piano en estas obras, desde el emular los pasos del caminante hasta con amplios
arpegios que se despliegan cual el sol emergiendo en el horizonte ". "La penúltima canción es
"Bright is the ring of words" ("Brillante es el anillo de las palabras") donde es importante "I
have trod the upward and the downward slope" ("He recorrido la pendiente ascendente y la
descendente"): "He anhelado todo y me he despedido de la esperanza".
Franz Schubert fue el compositor de canciones por excelencia. El poeta austríaco
Johann Gabriel Seidl escribió "Der Wanderer an den Mond" ("El caminante a la luna").
Schubert lo musicalizó a los 29 años. Es una pieza muy bella, ideal para este compositor y muy
grabada, como es lógico. "Frühlingsglaube" ("Fe de primavera"), texto de Johann Ludwig
Uhland: está la naturaleza en primavera pero también la pérdida amorosa, y la calidad del
piano, tan refinado. Por último, el célebre "Der Lindenbaum" ("El árbol del tilo") dentro del
"Winterreise" ("Viaje de Invierno"), sin duda lo más importante del compositor, algo blando en
este cantante.
Por supuesto, todo aquel que esté interesado en Gustav Mahler sabe que "Des Knaben
Wunderhorn" ("El cuerno mágico de la juventud") lo fascinó al compositor durante un largo
período. Tal como lo armaron los poetas Ludwig Achim von Arnim y Clemens Brentano fue un
número gigantesco: 723 antiguas canciones alemanas. Naturalmente aunque Mahler
seleccionó una cantidad mucho menor, esas canciones fueron cantadas durante su vida y ya en
épocas recientes fueron grabadas por artistas célebres. En este concierto escuchamos
"Rheinlegendchen" ("Leyenda del Rin"): "Historia del pequeño anillo que mediante los
misterios del amor logrará unir al campesino sajón con la mujer de sus sueños". Durante varios
años Mahler vivió con Alma Schindler (1879-1964), de talento musical considerable, que
escribió canciones gratas como la que se escuchó en este concierto: "Bei dir ist es traut"
("Junto a ti todo está bien"), texto de Rainer Maria Rilke: "Permanezcamos en silencio: así
nadie nos conoce". Este pequeño grupo terminó con Ralph Benatzky (1884-1957), con su tan
conocida opereta "Im Weissen Rössl" ("La posada del caballito blanco") estrenada en Berlín el
8 de noviembre de 1930. "Es muss was wunderbares sein, von dir geliebt zu werden" ("Debe
ser algo maravilloso, ser amado por ti"). Al parecer fue una manera en la que Fingerlos se
sintió más cómodo.
Tras el Intervalo, dos arias de Mozart (por alguna razón no cantó un aria tardía: "Io ti
lascio, o cara, addio", K. 621ª). "Con un vezzo all´italiana" ("Con estilo italiano") es un aria de
"La finta giardiniera" ("La fingida jardinera"), K. 196, estrenada en enero de 1715 en Munich a
los 18 años. Dice el aria: "Aquella carita ha prendido fuego a mi corazón"; escrito para Nardo,

que es un bajo; no le resultó cómodo a Fingerlos. En cambio, estuvo bien en el célebre "Deh
vieni allá finestra" de "Don Giovanni".
Estuvo bien en 4 canciones de Brahms, donde brilló El Mouissi. "Wie bist du, meine
Königin" ("Cómo eres tú, Reina mía"), Op. 32 Nº 9. Compara a su amada "con la magnificencia
de la naturaleza, publicado por Georg Daumer, que termina cruelmente: "¡Déjame perderme
en tus brazos! Es en ellos donde la propia muerte ¡será dichosa!". "All´mein´ Gedanken"
("Todos mis pensamientos"), WoO33 Nº 30: "diálogo entre 2 jóvenes amantes". Data de 1894;
integra sus "49 Canciones Folklóricas Alemanas". "Tú eres mío y yo soy tuya, dijo ella
tristemente. Nunca conoceré a nadie que se te asemeje". "Der Gang zum Liebchen" ("El
camino hacia la amada") data de 1863, Op. 48 Nº 1. Sobre un poema de Josef Wenzig. "La luna
brilla y debería volver a ver a mi amada. ¡Oh brisas, soplad para que nadie se lleve a mi
amada!" Es un "envolvente vals". Por último, Da unten im Tale" ("Allá abajo en el valle"), WoO
33 Nº 6, de un poeta anónimo, "Por el tiempo que me amaste, te doy las gracias y te deseo
que en otro lugar te vaya mejor".
Por último, una "Notte Italiana". La primera es una pieza brevísima de Puccini, "Casa
mia, casa mia", de noviembre 1908, texto de él al amigo ilustrador Edoardo de Fonseca.
Puccini le dijo: "Te aconsejo que la tires al cesto". El texto popular dice: "Casa mía, por
pequeña que tú seas me pareces una abadía". Y la publicaron…Luego fuimos a la música en
serio: "Dolente immagine di Fille mia", texto anónimo, música de Bellini. La creó a los 20 años
antes de sus óperas. "Refieren a un amante apesadumbrado quien cree ver el espectro de su
amada muerta". Y su música ya es sutil. Es lo único serio en estas 5 obras. Francesco Tosti creó
una cantidad asombrosa de canciones (500). La que escuchamos, "Á vucchella" ("La boquita")
está en napolitano y con texto de D´Annunzio. Es de 1907, a los 61 años. "Picaresca, se centra
en una deseada boca femenina; que ella le dé un beso". En esta gracia estuvo cómodo
Fingerlos. Interesante la obra en Venecia de Reynaldo Hahn (1874-1947) "La barqueta". Forma
parte del ciclo "Venecia: canciones en dialecto veneciano" de 1901. Grata y espontánea, sería
valioso tener un grupo de la serie. Por último, volvemos a Nápoles con "Dicitencello vuie"
("Dígaselo usted") de Rodolfo Falvo (1873-1937). La melodía es de 1930 con texto de Enzo
Fusco. Es un canto extenso porque él termina enamorándose de otra mujer que aquella que lo
atraía y termina diciendo: "Te busco como al aire, te necesito para vivir". Esta canción
entusiasmó al público y los artistas terminaron con otras 4 piezas, pero no las logré identificar.
Pablo Bardin

miércoles, octubre 11, 2023

JUVENTUS LYRICA PRESENTÓ DON GIOVANNI EN EL AVENIDA


"Don Giovanni" de Mozart con libreto de Lorenzo Da Ponte se estrenó el 29 de octubre
de 1787 en el Teatro Nacional de Praga y fue un enorme éxito. Van 24 años de Juventus Lyrica,
que justamente empezó con "Don Giovanni". Ana D´Anna y el maestro Antonio Russo crearon
el 5 de marzo de 1999 su formación del género lírico. Ana D´Anna es actualmente la secretaria
y ejerce la dirección artística y el Presidente es su marido, Horacio Jaunarena; Russo
lamentablemente murió. La dirección ejecutiva está en manos de María Jaunarena. El año
próximo celebrarán las bodas de plata.
La Dirección musical está a cargo de André Dos Santos. La escenografía e iluminación la
realizan Gonzalo Córdova con un grupo de 6 artistas. María Jaunarena está en la Dirección
escénica y el vestuario; esto último tiene 7 personas. 0rquesta: violines 1: 5. Violines 2: 3.
Violas: 3. Violoncelos: 3. Contrabajos: 2. Flautas: 2. Oboes: 2. Clarinetes: 2. Fagotes: 2. Cornos:
2. Trompetas: 2. Trombones: 3. Percusión: 1. Clave: 2. Mandolina: 1. Total orquesta: 35. Coro:
dirección: Pablo Manzanelli. Sopranos: 4. Contraltos: 4. Tenores: 6. Bajos: 6. Maestros
internos: 17. En cuanto al elenco, aclaro que estuve en el primero, 6 de octubre; además hubo
funciones el 8, el 12 y el 14. Don Giovanni: Alejo Álvarez Castillo; Gabriel Vacas (cover).
Leporello: Juan Salvador Trupia (6,8,14); Carlos Esquivel (12). Donna Elvira: Johanna Padula;
Cecilia Pérez San Martín (cover). Donna Anna: Eugenia Coronel Bugnon (6. 8, 12); Sabrina
Schulthess (14). Don Ottavio: Carlos Ullán (6, 14); Rodrigo Olmedo (8, 12). Zerlina: Natacha
Nocetti (6, 12); Sol Risé (8, 14). Masetto: Antony Fagúndez (6, 8, 14); Franco Gómez (12).
Commendatore: Mario De Salvo (6, 8, 12); Carlos Esquivel (14). Furias: 5 (3 hombres, 2
mujeres).
Datos fundamentales sobre André Dos Santos: nacido en Brasil. Intensa actividad
musical en Brasil, Grecia y Austria. Fue asistente en la Ópera de París en variadas
producciones, como "Capriccio", "Falstaff", "Los siete pecados capitales", "Los cuatro rústicos"
(Wolf-Ferrari). Trabajó con Thielemann, Conlon, Bedford, Ulf Schirmer. En su país fue
preparador del Festival Amazonas de Ópera (Manaus).Obras arduas como "Los troyanos",
"Diálogos de carmelitas", "Tristán e Isolda", "Pelléas et Mélisande". Fue preparador en varios
países. Estrenó en Sao Paulo "Bodas en el monasterio" de Prokofiev. Desde 2005 fue
preparador en Juventus Lyrica. En cuanto a María Jaunarena, por supuesto he escrito muchas
veces sobre obras donde ella participó.
Sólo quiero mencionar dos aspectos. Uno me pareció interesante en Don Ottavio: en
sus dos arias el agregado de gratos detalles que no figuran pero resultan adecuados (incluso
una nota muy alta). El otro asunto es posible que no haya manera de hacerlo en esta puesta:
los minutos finales del primer acto, donde 3 grupos de ejecutantes se plantan a la izquierda, al
fondo y a la derecha; pero aquí no estaban. En el original paran cuando el abuso de Don
Giovanni se hace evidente y lo atacan. Aquí aquellos grupos son imitados en la orquesta. Y
pasó lo mismo con las 3 melodías que escuchó Don Giovanni mientras comía poco antes de la
llegada del Comendador.
Quiero mencionar que conocía sólo 3 artistas muy buenos: Trupia fue un Leporello
excepcional, una voz muy grande y de notable timbre y mucha gracia durante toda su tarea. Y
De Salvo tuvo la justa presencia del Comendador que primero lo ve Leporello en el Cementerio
y luego aparece en la casa de Don Giovanni, allí donde está comiendo. Muy alto, pide a Don
Giovanni que admita sus errores pero éste mantiene su personalidad; le da la mano y el
Comendador lo manda al infierno (las Furias, que no he visto en otras versiones). Di Salvo
canta con fuerza y calidad.
Ignoro de dónde vienen los cantantes en los otros personajes salvo Ullán, que ya
cantaba Don Ottavio hace un largo tiempo pero mantiene su capacidad. El programa sólo da
los nombres de cada artista y no sé si son argentinos o no. ¿Fueron formados por Juventus o
les dieron datos de artistas de otros países? Esa carencia de datos me obliga a dar mi opinión
por lo que escuché. Alejo Álvarez Castillo supo manejarse con buen control de sus distintos

momentos, como esa difícil "Finch´al dal vino", tan rápida; o el encanto de "Deh vieni allá
finestra" con mandolina; o cuando la conquista a Zerlina de modo tan dulce; o ataca
hábilmente a Masetto.
Me pareció una artista de categoría Eugenia Coronel Bugnon como Donna Anna tanto
cuando lucha contra Don Giovanni como al contarle a Don Ottavio lo que ocurrió (música de
intensidad evidente) o cuando la muerte del padre le hace imposible casarse con Don Ottavio
al menos por un año. Johanna Padula (Donna Elvira) fue marcada inicialmente de una manera
grotesca pero luego se deja llevar por Leporello creyendo que es Don Giovanni y más tarde
cantó un recitativo y aria que Mozart escribió para Viena; y allí Padula cantó bien. Además se
había combinado con Donna Anna en el final de la Primera Parte para atacar a Don Giovanni.
Sin embargo hacia el final Donna Elvira intenta que Don Giovanni se porte decentemente y
éste la burla, justo antes de la llegada del Commendatore. En cuanto a Natacha Nocetti, su
Zerlina está bien, conquistando a Masetto de un modo picaresco. Y Masetto, muchacho poco
brillante, en la oscuridad deja que Don Giovanni lo ataque violentamente; pero Antony
Fagundez cumple bien con su personaje.
Dos Santos dirigió sólidamente, conociendo cada detalle y obteniendo trabajo
adecuado de una buena orquesta y de un coro correcto.
Pablo Bardin

martes, octubre 10, 2023

ARTISTAS BRASILEROS EN LA FILARMÓNICA DE BUENOS AIRES


El Nº 14 de los conciertos de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires tuvo lugar en el
Colón el sábado 7 de octubre a las 20 hs con artistas brasileros: el Director de orquesta Claudio
Cruz de notable carrera y el pianista Arnaldo Cohen en el Concierto para piano Nº 1 en si
bemol menor Op. 23 de Piotr Ilich Tchaikovsky. Cruz programó al principio la Obertura de "Il
Guarany" de Antonio Carlos Gomes y en la Parte II una importante obra de Heitor Villa-Lobos,
las Bachianas Brasileiras Nº 7.
Cruz ya tiene una carrera valiosa y amplia. Actualmente es director titular y musical de
la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Sáo Paulo y hace un tiempo fue director titular de
la Orquesta Sinfónica del Teatro Municipal de Rio de Janeiro. Fue director invitado en Japón
(Sinfónica de Hiroshima, Orquesta de Cámara de Osaka), la Sinfónica de Jerusalén, en Francia
la Sinfónica de Avignon, la Orquesta de Cámara de Toulouse, y en Austria el Festival de
Carintia. En América del Sur la Filarmónica de Montevideo, el Festival Internacional de Música
de Cartagena (Colombia). Naturalmente donde más ha dirigido fue en el enorme Brasil;
algunos de ellos: la Filarmónica de Minas Gerais; la Sinfónica de Porto Alegre; la Orquesta de
Cámara Villa-Lobos. Dirigió varias óperas como "El rapto del serrallo" o "Rigoletto". Grabó
obras brasileras pero también Mozart y Beethoven. Y recibió varios premios incluso el de
Gomes. Y esto último con toda razón, como lo pudimos comprobar en una versión admirable
de "Il Guarany" (la obra de Gomes se estrenó en nada menos que en La Scala en 1870). La
Obertura mantiene en todo momento su carácter inspirado y ornamentado y Cruz le dio toda
la intensidad; cada gesto suyo reflejó su sentido.
Por cierto me sorprendió la calidad del pianista Arnaldo Cohen, que aparentemente no
había venido al Colón anteriormente y ahora lo hizo teniendo más de 70 años y pareciendo
mucho menos en su seguridad. Pero por supuesto, quién no recuerda a Argerich a 82 años, y
yo en París ví un Rubinstein de 84 años en el Concierto Nº 1 de Brahms. Cohen estudió con un
gran artista brasilero que nos visitó, Jacques Klein, y con Bruno Seidlhofer. En 1972 a los 24
años ganó el Concurso Internacional de piano Busoni en Bolzano. O sea, tiene ahora 75. Se
instaló en Londres en 1981 y desde allí dio conciertos en La Scala, el Concertgebouw de
Amsterdam, el Champs-Élysées en París, la Gewandhaus de Leipzig, La Fenice de Venecia, y en
Londres la Filarmónica, el Royal Festival Hall, el Barbican Center y el Royal Albert Hall. En
Estados Unidos el Symphonic Center de Chicago, la Orquesta de Cleveland, la Filarmónica de
Los Angeles. Y le tocaron directores como Menuhin, Masur y Sawallisch. En discos grabó
Brahms (las Variaciones sobre un tema de Haendel), obras de Liszt en Naxos, y Brasiliana en el
sello sueco Bis. Grabó Rachmaninov en la Sinfónica de Sao Pulo dirigida por Neschling. Integró
el Trio Amadeus con Brainin y Lovett. En suma, ha realizado una gran carrera.
Los 40 minutos del Concierto Nº 1 de Tchaikovsky se han apreciado en Buenos Aires en
cantidad única, y apenas recientemente la tuvimos a Argerich. En cuanto a grabaciones no hay
grandes artistas que no lo hayan grabado desde Rubinstein a Sviatoslav Richter. Y bien, esta
versión brasileña demostró ser de primer orden, tanto el pianista como el director y la
orquesta. Los tempi fueron los adecuados en cada uno de los 3 movimientos, siendo
especialmente grato cuando el segundo acto pasa de una serena belleza lenta a un juego
rápido vertiginoso. Y ello vuelve a ocurrir en el brillante tercer movimiento. El entusiasmo del
público llevó al famoso vals de Chopìn de especial celeridad, y así se despidió alegremente
Cohen.
Como era de imaginar, las Bachianas Brasileiras Nº 7 de Heitor Villa-Lobos fueron
musicalmente el momento más álgido del concierto. Así figura en el programa: I. Preludio
(Ponteio). II. Giga (Quadrilla caipira). III. Toccata (Desafio). IV. Fuga (Conversa). Dice
Fischerman: "Escritas a lo largo de 15 años entre 1930 y 1945". "La Nº 7 fue compuesta en
1942 y estrenada 2 años después". La obra en efecto es una mezcla admirable del país en el
que vive (o vivió) el compositor, ya que estuvo en París bastantes años. Creo que vale la pena
agregar aquí una visita (creo que la última) de Villa-Lobos. En mi libro "Orquesta

Sinfónica Nacional" figura la programación de la orquesta en 1953 en el Gran Rex y con
grandes artistas: Markevich, Van Beinum, Rieger, Prohaska. Villa-Lobos estrenó obras suyas:
"Bachianas brasileiras N0. 8", la "Sinfonía Nº 6 (Sobre la línea de las montañas del Brasil)", el
"Choros Nº 6" y el poema sinfónico "Erosión". Estuve presente a mis 14 años y llevé un
cuaderno donde muchas otras obras de este autor figuran porque estuve en numerosos
conciertos. Mi entusiasmo sobre su numerosa obra nunca cambió y lo mantengo a 84 años, de
manera que estas bachianas No. 7 me convencieron en todo momento. Música fuerte y con
sentido en todo momento. Y al final, varios minutos para la orquesta y Cruz, con un público al
que realmente le gustó.
Pablo Bardin

domingo, octubre 08, 2023

SONYA YONCHEVA Y MALCOLM MARTINEAU DEBUTARON EN EL COLÓN

Como lo indican sus biografías en el programa de su debut en el Colón, la soprano
Sonya Yoncheva nació en Plovdiv (Bulgaria) en 1981. Estudió en Ginebra (Genève). Ganó
premios en 2010 (Operalia) y 2011 (Opus Klassik). Integró la academia "Le Jardin des Voix" de
William Christie, especializado en el Barroco. Así, cantó en "Dido and Aeneas" de Purcell,
Cleopatra en "Giulio Cesare" de Haendel en Versailles, y Poppea en "L´incoronazione di
Poppea" de Monteverdi. Cantó luego en obras del tardío siglo XVIII y del XIX y del Veinte.
Estuvo en los mayores teatros de ópera: Metropolitan de New York, Covent Garden, La Scala,
la Ópera de Baviera (Munich), la Ópera de Berlín y las óperas de Viena y París. Abundante
repertorio: además de los habituales, "Medea" de Cherubini, "Il Pirata" de Bellini, "Fedora" y
"Siberia" de Giordano, "Iolanta" de Tchaikovsky, "Iris" de Mascagni y de Verdi "Luisa Miller" y
"Don Carlo". Dio recitales en muchos lugares como México, Santiago de Chile, Budapest,
Atenas, Montecarlo y Tokio, y los habituales.
En cuanto a Malcolm Martineau, es un notable pianista acompañante de Inglaterra.
Trabajó con Janet Baker, Elina Garanca, Susan Graham, Angela Gheorghiu, Felicity Lott, Anne
Sofie von Otter, Thomas Allen, Thomas Hampson y Simon Keenlyside. Tocó en abundantes
salas del mundo como el Barbican Center, la Sala Gaveau, el Suntory Hall de Tokio, el Teatro
Mariinsky de San Petersburgo y una amplia cantidad de otros lugares. Su discografía abarca
cien CDs.
El programa está dedicado a la música italiana (salvo el Tango en Re de Albéniz) y
domina Puccini con 8 piezas (4 en cada parte). La Parte I tuvo 4 piezas de Puccini, de las cuales
la primera, "Sole e amore", pareció "La Bohème". Yoncheva vino vestida en un largo traje
blanco. Las 4 piezas nos llevan al Puccini joven; lamento decir que el artículo sobre Puccini de
Grove (editado por Eric Blom) pone 8 piezas de canto y piano y no son de las que escuchamos
en este concierto. Dice Margarita Pollini: "Sole e amore" "es una melodía de 1888 que fue
integrada luego al cuarteto de ´La Bohème`". En cuanto a "Terra e mare", es de 1902,
"miniatura exquisita". En el caso de "Mentia l´avviso", data de 1883 y el texto es de nada
menos que Felice Romani y dice Pollini: tiene "los trazos de un aria posterior, ´Donna non vidi
mai` de ´Manon Lescaut`". En cuanto a "Canto d´anime", es de 1904 sobre versos de Luigi
Illica, "para honrar un contrato con la firma Gramophone Recording Company". Me resultó
una melodía muy expresiva. El canto de Yoncheva fue intenso en estas 4 canciones, aunque
con algunas notas agudas un poco forzadas.
Giuseppe Martucci (1856-1909) fue autor de conciertos para piano, sinfonías, música
de cámara y obras para piano. Pero escribió canciones, como la serie "La canzone dei ricordi"
(1887); en ella está "Al folto bosco, placida umbria" ("En la espesura del bosque, plácida
sombra"); el compositor la define así: "poemetto lirico"; y la escribió para voz y orquesta, de
manera que escuchamos una versión para voz y piano. La música es refinada y el piano toca
atrayente música antes de que la voz cante el texto: tanto Yoncheva como Martineau fueron
artistas de primer rango en esta bella obra.
Y llegamos a Francesco Paolo Tosti, un italiano que vivió muchos años en Inglaterra en
la época de Victoria, quien apreciaba las simples melodías como "L´ultimo bacio" e "Ideale".
Con buen gusto las hicieron llegar la cantante y el pianista. Son dos de sus mejores, y es
abundante la cantidad de las buenas canciones.
Fue interesante escuchar tres de las canciones de Verdi. La tarea de Yoncheva dio
cabal sentido de música expresiva. "In solitaria stanza" ("En solitario cuarto") es la tercera de
las "6 Romanze" de 1838, texto de Vittorelli. "Ad una Stella" ("En una estrella"), también
tercera de "Album di sei romanze" con texto de Maffei; data de 1845, difícil año de óperas
problemáticas ("Alzira" y "Giovanna d´Arco"), pero la canción resulta atrayente. "L´esule" ("El
exiliado"), suelto, es de un año especial, 1839, su primera ópera: "Oberto, Conte di San

Bonifacio". La canción tiene texto de Temistocle Solera, quien será el autor de los textos de 5
óperas verdianas. "L´esule" tiene clima y la cantante supo darle interés.
En la Parte II sólo hubo Puccini (salvo el Tango en Re de Isaac Albéniz, bien tocado por
Martineau) pero lo empezó ella con la primera ópera, "Le Villi", con una simpática canción, "Se
come voi piccina" ("Si como usted pequeña") que evita los aspectos trágicos de la obra. De allí
en más, escuchamos las arias más famosas de las óperas fundamentales, naturalmente con
arreglos pianísticos. "Vissi d´arte" en el segundo acto de "Tosca"; "Donde lieta uscí" de "La
Bohème"; y "Un bel dí vedremo" de "Madama Butterfly", un final conmovedor. Gran
entusiasmo de la gente, llevando a una despedida con tres fragmentos ideales: ese "O mio
babbino caro" de ·Gianni Schicchi" de Puccini, con esa melodía tan sincera que se da por
sentido que esa joven se casará pronto. Pasando a un buen francés, esa "Habanera" de
"Carmen" en la que ella conquista a quien será su amante; y "Adieu, notre petite table"
("Adiós, nuestra pequeña mesa"), en la que Manon (de Massenet) sabe que dejará a Des
Grieux pero lo lamenta.
Un programa que resulta algo corto en la segunda parte y que siendo ella búlgara
podría haber añadido música rusa; también quedándose en la música italiana, hubiera sido
interesante elegir Donizetti y Bellini. Sin embargo, Yoncheva es una artista atrayente y fue
valioso conocerla.
Pablo Bardin

jueves, octubre 05, 2023

JAEDEN IZIK-DZURKO DEBUTÓ PARA EL MOZARTEUM

Los Conciertos del Mediodía del Mozarteum Argentino han tenido este año una
particular evolución: primeramente en una sala del CCK, donde les cambiaron el horario de las
13 a las 14. Luego en el Teatro San Martín, primeramente en la sala de abajo y luego la de
arriba, mucho más grande. Y ahora, cambiando los artistas y el lugar, el 3 de octubre en el
Auditorio de Belgrano debutó en Buenos Aires Ciudad el pianista canadiense Jaeden Izik-
Dzurko. Nació en 1999 en Salmon Arm de Columbia Británica. Obtuvo el Premio al Mejor
Intérprete de Música de Cámara en el XX Concurso Internacional de Piano de Santander
Paloma O´Shea en 2022.
Quiero recalcar que el Auditorio de Belgrano fue creado por una escuela que está al
lado y tiene una sólida acústica que fue apreciada primeramente por Mario Videla, que la
utilizó varios años, y luego fue el lugar preferido por la Orquesta Sinfónica Nacional durante
muchos años. Eventualmente pasaron al lugar nuevo del CCK. Ambos tienen pisos que van
subiendo, lo cual es un problema para gente que como yo me instalo muy arriba, pero se
escucha muy bien.
Ignoro si Izik-Dzurko tiene origen familiar europeo, supongo que sí. Obtuvo el
Concurso de Becas Gina Bachauer de Juilliard y ganó el Gran Premio en el Concurso Nacional
de la Federación de Festivales de Música de Canadá. En este año se presentará en varios
lugares de Europa: Essen, Munich (Alemania), Jerez de la Frontera, Tenerife y el Palau de la
Música Catalana de Barcelona, París y el Wigmore Hall de Londres.
Lo que escuché en este concierto comprobó que es un artista valioso. Los comentarios
de Claudia Guzmán dejan evidente que España es la base de la "Alborada del gracioso", que es
la cuarta pieza de la suite para piano "Miroirs" ("Espejos") de Maurice Ravel, que nació muy
cerca de España (Ciboure, en los Pirineos) y fue gran amigo de Ricardo Viñes, catalán pianista
residente en París, como también ocurrió en el caso de Isaac Albéniz. Como Izik-Djurko inició
su concierto con la obra de Ravel y luego eligió dos de las doce piezas de "Iberia" de Albéniz,
resultó claro que conoce a fondo esa música y la ofreció con auténtico conocimiento y placer.
En cuanto a la "Alborada del gracioso", Ravel luego la orquestó con su extraordinaria habilidad,
pero sin duda tocarla con la manera natural y precisa que nos ofreció hizo que en pocos
minutos supimos que teníamos a un pianista de primer orden. En cuanto a "Iberia", eligió "El
Albaicín", pieza inicial del tercero de los cuadernos, esa estupenda zona de Granada que tuve
el placer de visitar con mi mujer y sentir que el cante jondo estaba cerca. Y luego, "Eritaña", el
último del cuarto cuaderno, es en consecuencia el Nº 12. Vale la pena citar (como hace
Guzmán) palabras de Debussy: "Es la alegría de las mañanas, una multitud incesante que pasa
echándose a reír, entonados por el ruido de los tambores. Jamás la música ha alcanzado
impresiones tan diversas, tan coloridas".
Antes de "Iberia" escuchamos a Chopin: "Scherzo Nº 3, en Do sostenido menor, Op.
39". Guzmán hace notar que "Chopin inició la obra entre las húmedas paredes del monasterio
de Valldemossa" (en la isla de Mallorca), "el agravamiento de su salud lo obligó a alejarse de la
composición de la obra, culminándola recién en la primavera de ese año 1839, al arribar a
Marsella". En efecto, este Scherzo combina lo dramático con "un luminoso y calmo coral
ornamentado". El pianista lo entendió cabalmente, con una perfección indudable,
demostrando que su carrera ha madurado.
La última obra fue la "Sonata Nº 1, en Fa sostenido menor, Op. 11", de Robert
Schumann, bastante temprana (1833 a 1835, 23 a 25 años). Creo que en el programa hubo un
pequeño error: el primer movimiento se inicia con "Un poco adagio", y como lo aclara
Guzmán, "sigue Allegro vivace, inspirado en un fandango", de "enérgico ritmo". El segundo
movimiento está titulado Aria, poco habitual en una sonata; es grata de escuchar. El tercero es
un Scherzo denominado "Allegrissimo", y lo es, pero hay un Intermezzo en el centro, "amplio y
luminoso". El cuarto movimiento es un Rondó, "Allegro un poco maestoso", rápido y como si
fuera una marcha, pero luego hay un contrapunto. Es interesante lo siguiente: "Dedicada a

Clara por Florestán y Eusebius", los dos caracteres de los cuales siempre hablaba Schumann.
En 1840 se casó con Clara Wieck. Muy buena la interpretación de Izik-Djurko, artista que
debería volver en años futuros a Buenos Aires tras este concierto elegido con inteligencia.
Pablo Bardin

miércoles, octubre 04, 2023

LUCÍA ZICOS DIRIGIÓ A LA SINFÓNICA NACIONAL


El viernes 29 de septiembre Lucía Zicos dirigió a la Orquesta Sinfónica Nacional en la
Sala Auditorio Nacional en el CCK. El programa tuvo dos obras famosas: el Preludio al Primer
Acto de "Lohengrin" y luego el Concierto para piano de Grieg con Paula Peluso. Y tras unos
minutos, la Sinfonía Nº 6, en Si mayor, "La muerte del cometa", de Alberto Williams.
A diferencia del brillante Preludio del Tercer Acto, el del Primer Acto es lento y
refinado, retratando el hecho fundamental de Lohengrin, su esencial presencia religiosa.
Wagner realiza así el sentido profundo de la música. La versión fue correcta, aunque en el
principio no me pareció cabalmente expresiva.
El Concierto para piano de Edvard Grieg es célebre; se ha grabado con gran frecuencia
y se tocó en Buenos Aires muchas veces. Está en La menor, Op. 32, y lo compuso a los 25 años,
presentándolo al año siguiente en Copenhague (1869). Luego Liszt conoció este concierto y
felicitó al compositor, que nació y murió en Bergen. Curiosamente no volvió a crear otro
concierto, aunque escribió una gran cantidad de piezas líricas para piano. Volviendo al
Concierto, conocí con especial interés la versión de Argerich con Calderón en la Filarmónica de
Buenos Aires (28/7/69). He apreciado en varios conciertos a Paula Peluso, artista de calidad.
Esta vez me resultó un poco variable, con detalles algo dudosos en el extremo agudo. Sin
embargo tuvo momentos positivos, dando carácter a la música. La apoyó Zicos con la
Orquesta, en muchos pasajes intensos y muy melódicos. Lo que no entiendo es que el piano
quedó allí después de Grieg; Williams no necesitaba su presencia; quizá hubo un problema
técnico.
Según dijo Zicos, que al principio del concierto habló con el público, el Sexto concierto
de Williams fue compuesto en 1938, aunque además del compositor hubo otro director: Albert
Wolff, en 1940; existe la grabación. De todos modos, la versión de Zicos es la primera desde
entonces. Comentó brevemente el sentido de las tres partes de "La muerte del cometa". Como
lo hemos podido apreciar este año, escuchamos en la misma orquesta las sinfonías 1 y 2, de
tremenda fuerza y conocimiento, bastante más largas que la Nº 6; ésta tiene tres movimientos
que sólo llegan a los 20 minutos, sin duda interesantes. Según los pasajes, se aprovechan
especialmente los cornos, las trompetas, los trombones; pero según los momentos, también se
lucen las cuerdas. Probablemente Willams se acordó del cometa Halley, que asustó a tanta
gente. Sea como fuere, esta música tuvo carácter y corresponde agradecer a Zicos por su
iniciativa. Es verdad que el concierto sólo duró una hora sumando las tres obras, pero lograr
que estos minutos estén realizados con seguridad no es cosa fácil, y opino que se logró.
Pablo Bardin

martes, octubre 03, 2023

Rachmaninov, Concierto 3

Los primeros dos conciertos sobre Rachmaninov habían sido muy buenos en la Sala del
Teatro Coliseo, con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por Srba Dinic y con la
notable interpretación de Nelson Goerner en los conciertos Nos. 1, 2 y 4. Además hubo una
versión de gran nivel de la Sinfonía Nº 2. Una interpretación profunda de las Danzas sinfónicas,
Op. 45, sin duda la partitura importante final, de audaces melodías en tres danzas: "Non
allegro", "Andante con moto (Tempo di valse)" y la compleja tercera, que mezcla "Lento assai"
con "Allegro vivace" y que en los últimos minutos cita el famoso tema de la muerte que
también figura en otras obras de Rachmaninov. Pocos meses más tarde en efecto el
compositor murió.
Goerner había sido admirable en los anteriores conciertos, pero logró en el Concierto
para piano Nº 3, en Re menor, Op.30, una calidad extraordinaria. Es verdad que este concierto
resulta el más extenso, llegando a los 45 minutos, El "Allegro ma non tanto" dura 19 minutos y
el pianista toca casi todo el tiempo con toda una variedad de dificultades. Goerner ejecutó con
tremenda seguridad y belleza tímbrica, al extremo de que aquellos que lo escuchamos lo
sentimos como si fuera el compositor. El segundo movimiento, "Intermezzo: Adagio", es
distinto en cuanto a la orquesta, porque la atrayente melodía es presentada por ellos; luego la
asume el pianista, gradualmente llegando a un momento de considerable brillantez. Y pasa con
naturalidad al "Finale (Alla breve"). El Intermezzo duró 12 minutos y el Finale 14 minutos. Ese
movimiento fue de tal calidad que me transportó a la idea de total perfección. Dinic acompañó
con garra y entusiasmo mientras que Goerner "fue" Rachmaninov en todo momento. Luego
ante el público entusiasmado tocó una breve pieza quizá del mismo compositor (no la conocí).
En suma, la Nº 3 por Goerner fue ideal. Qué buena idea el haber realizado los tres conciertos
con intérpretes de tal calidad. Y debo decir que encuentro la acústica bastante correcta, a
diferencia de gente que la considera fría. No perdí nada.
Pablo Bardin


miércoles, septiembre 27, 2023

Rachmaninov Concierto 2


El segundo concierto de la serie Rachmaninov tuvo lugar el sábado 23 de septiembre
en el Teatro Coliseo. Y en efecto se basó en el Nº 2: el Concierto Nº 2 para piano y orquesta y
la Sinfonía Nº 2. Actuaron el pianista Nelson Goerner y el director de orquesta Srba Dinic.
Bien se sabe que el Concierto para piano Nº 2, en Do menor, Op. 18, tuvo un gran
´éxito. Sus movimientos son: "Moderato", "Adagio sostenuto" y "Allegro scherzando". La
orquesta tiene la misma importancia que el piano y las melodías se desarrollan allí con toda
naturalidad, como él mismo lo escribió. El problema comunista hizo necesario desterrarse a
otros países en Europa o luego en Estados Unidos. Fue allí donde grabó sus conciertos con la
Orquesta de Philadelphia, primero con Stokowski y luego con Ormandy. Él admitió que tenía
admiración por Tchaikovsky y Rimsky-Korsakov, pero sin embargo su música no imita, y la
seguridad técnica es indudable. Lo habían castigado por su Primera sinfonía injustamente, el
Dr. Dahl lo ayudo psicológicamente, y Rachmaninov en el Concierto Nº 2 lo dedicó al Dr. Se
estrenó en octubre de 1901 tocando el compositor, que tenía las manos largas similares a Liszt
y pronto fue considerado como un gran pianista; más tarde en su vida grabó grandes discos de
otras músicas, como el "Carnaval" de Schumann. Goerner tiene justa fama europea y amistad
con Martha Argerich; sin duda es nuestro mejor pianista actualmente. En el Concierto Nº 2 fue
respaldado por la firme tarea del director, Srba Dinic (que es serbio, parecido a su nombre). Así
pude escuchar una gran versión a mis 84 años, y me di cuenta de que yo de niño había
escuchado en discos de pasta a nada menos que Artur Rubinstein. En discos de excelente
calidad Vladimir Ashkenazy grabó los cuatro conciertos y la Rapsodia sobre un tema de
Paganini, acompañado idealmente por André Previn y la Orquesta Sinfónica de Londres. He
tenido la alegría de escuchar a Ashkenazy con una calidad similar a la del propio creador. Pero
volviendo al concierto, la gran sala del Coliseo estuvo prácticamente llena y se aplaudió con
entusiasmo (erróneamente después del primer movimiento). No logré tener el dato exacto de
la pieza extra pero me resultó muy Rachmaninov; bastante extensa y brillante, fue tocada
admirablemente.
El Concierto se había postergado 10 minutos debido a la llegada tardía de un grupo
bastante grande. La magnífica Sinfonía Nº 2 en Mi menor, Op. 27, es extensa. El director tuvo
un muy cuidadoso control de la orquesta, y pese a la sequedad de la sala se escuchó muy bien.
Tiempos cabalmente elegidos, hábil intensidad en varios momentos, música de notable belleza
alternando con dramática sensación, la sinfonía se escuchó de manera poderosa en muchos
momentos pero también hubo la música sensible del tercer movimiento. En suma, Dinic es un
artista de firme seguridad y su éxito ante el público fue entusiasta por varios minutos.
Pablo Bardin

lunes, septiembre 25, 2023

LA SINFÓNICA NACIONAL COMBINÓ PROKOFIEV, JUAN JOSÉ CASTRO Y STRAVINSKY


La Sinfónica Nacional se encontró con la presencia del director de orquesta Ezequiel
Silberstein, quien programó una combinación atrayente y difícil. Se inició con el Concierto Nº 3
de Sergei Prokofiev, con el pianista Alberto Bohbouth. Continuó con los Corales criollos Nº 3,
de Juan José Castro. Y terminó con la ardua Sinfonía de los Salmos de Igor Stravinsky, con el
Coro Polifónico Nacional dirigido por Antonio Domenighini. El concierto tuvo lugar el viernes
22 de septiembre en el Auditorio Nacional del CCK.
El Concierto Nº 3 de Prokofiev es el más famoso de los 5 para piano y orquesta. Estuve
mirando el cuaderno de todo lo que vi entre 1950 y 1970 y me figuran 6 versiones de notable
categoría: Argerich con Calderón (16/8/65) y Dutoit (30/7/69) con la Sinfónica Nacional; A. De
Raco (2/7/52) con Markevitch y la Sinfónica Nacional y con Peter Maag y la Filarmónica de
Buenos Aires (11/8/69). Además, la pianista argentina Fanny Ingold con Washington Castro y la
Filarmónica (16/9/61). Y André Tchaikowsky, notable artista ruso, con Cillario y la Sinfónica
Nacional (18/7/60). Como se ve, notable. Por supuesto, ya sin cuaderno (razones de familia me
obligaron a no poder seguir) hubo muchas otras versiones, incluso otras dos de Argerich. Y
bien, tengo un positivo recuerdo de Bohbouth en otras actuaciones de varias etapas en Buenos
Aires ciudad. Es ahora un artista maduro en plenitud, que supo dar una ejecución sólida y
segura en todo momento, dando mucho placer al oyente. Fue bien acompañado por la
orquesta y su director, salvo quizás algún detalle de percusión demasiado ruidoso (y yo estaba
completamente al fondo de la subida). Bohbouth ofreció dos piezas extras: una famosa, el
Claro de luna de Debussy tocado con muy buen gusto; y luego una muy brillante y rápida (no
logré entender qué era). Olvidé mencionar que Silberstein al principio se refirió a las tres
obras, lo cual fue útil.
Justamente resultó adecuado que explicó varios aspectos de los Corales, ya que como
se sabe lamentablemente la orquesta carece de información publicada. Resultó que hay
mucha intensidad por parte de los cornos, las trompetas, los trombones y las tubas. Recordar
todas las piezas que tocaron me fue imposible, eran muchas con diversas condiciones. En
suma, fue una obra dura y directa y pareció estar interpretada correctamente.
Largo tiempo pasó antes de la Sinfonía de los salmos, ya que utiliza dos pianos y un
arpa muy cerca del director y hay muchos momentos sin el canto en los cuales se aprovechan
muchos instrumentos expresivos y detallados. El Coro es enorme y cubrió tres zonas: la
principal que abarca especialmente a las mujeres, más los cantantes masculinos
completamente a la derecha y a la izquierda. El texto se canta en latín (Stravinsky era católico)-
En efecto están elegidos entre salmos y es notable la pureza de la música. En el cuaderno que
llevé dos versiones fueron aquí: El gran director Van Otterloo dirigió al Coro y la Orquesta del
Colón (6 de abril 1962) y la Wagneriana dirigida por Brückner-Rüggeberg tuvo a la Filarmónica
y el Coro dirigido por Russo (de la Wagneriana); fue el 16/10/1967. Además tuve la gran suerte
de apreciar esta obra (30/1/1964) con el Coro (Jackson) y la Orquesta de la Filarmónica de
Londres (con Norman Del Mar). Fue concebida por el compositor en 1930 (48 años) a pedido
de Koussevitzky y se basa en los salmos XXXVIII y XXXIX y además el Salmo CL. "Compuesto a la
gloria de Dios". Se la considera una de sus obras más profundas y perfectas. La versión que
tuvimos fue importante, trabajada con cuidado.
Pablo Bardin

jueves, septiembre 21, 2023

EL FESTIVAL RACHMANINOV CON GOERNER Y DINIC, CONCIERTO 1


Tuvimos a Nelson Goerner en el Festival Argerich en el Colón, y uno de los conciertos
fue dedicado a ambos pianistas tocando juntos en Debussy, Mozart y Rachmaninov.
Este último fue objeto de convertir las Danzas sinfónicas en versión para dos pianos. Ahora
hemos pasado al Festival Rachmaninov dedicado a los cuatro Conciertos para piano y orquesta
en el Teatro Coliseo con la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por Srba Dinic, a
quien conocimos años atrás en el Colón. Esta vez además de acompañar a Goerner lo
complementa en cada concierto con obras sinfónicas de Rachmaninov. El concierto empezó
con el Nº 1, en Fa sostenido menor, Op. 1. Intervalo de 20 minutos. Segunda parte iniciada con
un poema sinfónico de Rachmaninov poco conocido, "La Roca", Op. 7. Y luego, el Concierto Nº
4, en Sol menor, Op. 40. El concierto tuvo lugar el Sábado 16 a las 20 hs. Continuará el Sábado
23 con el Concierto Nº 2 y la magnífica Sinfonía Nº 2, y terminará el Sábado 30 con el Concierto
Nº 3 y las Danzas sinfónicas sin piano.
En su momento Rachmaninov había escrito la Sinfonía Nº 1 que fue negada por la
crítica, cosa que le amargó. Muchos años después de su muerte esa sinfonía fue grabada y
tuvo razonable éxito. En todo caso, el Concierto Nº 1 fue brillante y Rachmaninov demostró
que tenía gran talento; apenas a 19 años sabía orquestar y ya estaban las manos plenamente
desarrolladas (como Liszt o Horowitz), de modo que tocaba muchos pasajes deliberadamente
arduos con aparente facilidad. Mirando el R.E.D. Classical 2000 Catalogue me encuentro con la
asombrosa cantidad de 25 distintas grabaciones (por supuesto, hay mucho más en Nos. 2 y 3).
Conviene saber que para el pianista Siloti le realizó en 1917 una nueva versión, y es de suponer
que quienes la tocan actualmente la toman. Sea como fuere, la ejecución de Goerner fue
notable y poderosa, y la orquestación tuvo plenitud.
"La Roca": no recuerdo haberla escuchado en Buenos Aires. Es el Op.7 y al parecer se
basó en un poema de Lermontov bastante gustado. Su ambiente quizá se base en cómo le
resultó a Chejov: "Una nube dorada durmió toda la noche en el pecho de una inmensa roca".
Nuevamente la sorpresa en las grabaciones: hay nada menos que 12 y con artistas célebres
como Dutoit, Maazel, Pletnev y Rozhdestvensky. Tal como lo escuchamos en este concierto me
resultó breve (unos 10 minutos) y grato; data de 1893, los 20 años del compositor.
El Concierto Nº 4 fue creado en 1926 y revisado al año siguiente y en 1941 (67 años,
muy cerca de las Danzas Sinfónicas). También hay que pensar en la admirable Tercera sinfonía
(1936, revisada en 1938). Salvo el movimiento lento, bastante tranquilo, los otros dos (en Sol
menor, Op. 40) del Nº 4 son rápidos, ambos Allegro vivace. En Buenos Aires no se toca
seguido, porque no sólo el piano es muy difícil: la orquesta es complicada en sí misma y la
relación entre orquesta y pianista es francamente ardua. La intensidad elocuente de Goerner
hizo que se lograra trabajar con garra y claridad, ya que la técnica de Dinic le permite resolver
las dificultades orquestales y coordinarse con el pianista. De modo que el Nº 4 resultó
convincente.
No identifiqué la pequeña obra extra ofrecida por Goerne. Me pareció un
Rachmaninov expresivo y delicado, tocado con elegancia.
Pablo Bardin