El jueves 25 de agosto tuvo lugar el cuarto concierto del ciclo de las 32 sonatas de Beethoven por Martha Argerich en la sala Beethoven (como corresponde). La Primera Parte estuvo dedicada a sonatas "jóvenes" del compositor famoso pianista y la Segunda Parte a las Sonatas arduas de la segunda etapa: Nº 17 y Nº 26.
La Sonata Nº 10, en sol mayor, op. 14 Nº 2, tiene 3 movimientos. Pese a que ya había tenido lugar la poderosa Nº 8, la Nº 10 nada tiene de trágico, como tampoco ocurre con Nº 9, op. 14 Nº 1, ambas dedicadas a la Baronesa Von Braun. El Allegro inicial tiene una melodía grata en semicorcheas pero enseguida aparece otra melodía en corcheas, que pronto pasa por semicorcheas, embellecimientos y tresillos. Una brillante carrera en fusas desemboca en un sereno final de primera parte con unos compases finales en los que la mano izquierda contesta a la derecha. Los 63 compases se repiten. Viene entonces el desarrollo; bastante convencional al principio, pero completo a partir del compás 82, donde la melodía queda en la izquierda mientras la derecha repite tresillos. En el 100 parece volver a la normalidad pero en el 108 aparecen fusas hasta el 115 en la mano derecha mientras la mano izquierda toca parte de la melodía; termina el desarrollo con la derecha alternando la altura superior a la inferior mientras la izquierda mantiene los tresillos. Un calderón nos lleva a la reexposición muy ortodoxa y luego una breve coda hasta el compás 201. El segundo movimiento es un Andante en 2/2 muy extraño, ya que la melodía es expresada en acordes separados por silencios; estos acordes no se repiten, los siguientes sí, y allí alternan los separados con la melodía unida; además hay sf (sforzandi) en varios compases, muy típico beethoveniano. En los siguientes compases (que tampoco se repiten) nos vemos ante una estructura de variaciones, donde a veces se repiten y otras no, siempre cambiando detalles hasta el último compás, 94. Es raro, también, que el tercer movimiento sea un Scherzo, ya que lo habitual es que no cierre la obra. Está marcado "Assai allegro" y en 3/8. Una primera melodía liviana y divertida está trastornada por un acorde seguido por dos compases rápidos en tresillos de semicorcheas. Desde el compás 73 una melodía dulce contrasta. Vuelve la principal hasta que en el 188 la mano derecha toca constantes tresillos mientras la izquierda pasa a expresar una corta semi-melodía, por debajo y por encima de la mano derecha. En la coda final ocurre algo similar. Martha Noguera hizo una lectura muy exacta, valorizando los distintos momentos imaginativos beethovenianos. Es cierto que en el segundo movimiento los acordes sonaron secos pero este piano tiene esa tendencia. Hubo un buen aplauso; ella apenas saludó y empezó la siguiente obra.
La Sonata Nº 4, en mi bemol mayor, op. 7, tiene 4 movimientos y es de juventud. Está dedicada a la Condesa Babette von Reglevics. La inicia un "Allegro molto e con brio" que en efecto nos da el compositor efusivo de entonces. Ya en el compás 25 hay un contraste entre dos acordes ff con otros pp. En el 80 acordes ff son contestados pp. Poco después hay un pasaje brillante ff. Termina la exposición en el compás 131 y es claramente difícil. El desarrollo desde 132 no resulta muy interesante y luego es mucha la música que se repite, con una coda muy breve, pero ciertamente es un movimiento arduo. El segundo movimiento ya es romántico en cómo se llama: "Largo, con gran espressione"; sin embargo tiene pocos materiales y resulta siendo algo monótono. El tercer movimiento, Allegro, no está marcado ni scherzo ni minué; es música grata y suave. Pero el Trío figura así: Minore en ¾, y su estructura es extraña: continuos tresillos en ambas manos modelando una melodía escasa aunque hay momentos ff. Luego vuelve el Allegro. El cuarto movimiento es un Rondó de simpática melodía, bastante fácil de fijar en quien la oye. En efecto, es "Poco allegretto e grazioso". Menos mal que no es allegro molto porque las fusas abundan en todo el movimiento y especialmente en el tema contrastante que toma un carácter enojado. En suma, un rondó exigente y se notó, fue el momento incómodo para Noguera. Pero había resuelto bien todo lo anterior e incluso en el final la mayor parte estuvo bien.
No voy a entrar en mucho detalle sobre obras muy famosas. La Sonata Nº 17, en re menor, op.31 Nº 2, "La Tempestad", es curioso lo diferente que es con respecto a las otras dos sonatas del op. 31; la primera liviana aunque técnicamente difícil y la 18 con un fuerte sentido del humor. El primer movimiento tiene ese profundo contraste entre los fragmentos Largo y los complicados pasajes rápidos, donde es casi continua la dificultad de pasar con la mano izquierda del grave al agudo una y otra vez mientras la mano derecha se mantiene en el medio. Creo que el tempo bastante rápido que adoptó puede discutirse porque es Allegro, no Allegro molto, pero sin duda demostró que tiene una gran técnica y el movimiento tuvo interés; los Largo, muy expresivos. El tercer movimiento dice claramente Allegretto en 3/8, no debe tocarse Allegro y ella lo tocó demasiado rápido. Quizá por ello hubo momentos en los que se detectaron repeticiones que no corresponden.
La Sonata Nº 26 en mi bemol mayor, op.81, "Los Adioses", es ya del período final de la segunda etapa y claramente una obra maestra de singular belleza, más allá de la gran dificultad técnica. Se inicia con un Adagio en 2/4 marcado "Lebewohl" ("Adiós"), "p espressivo", con una
melodía bella y triste, pero el amplio Allegro en 2/2 es en cambio expansivo y difícil, claramente de afirmación. La exposición va desde el compás 17 al 69 y se repite. Sigue un desarrollo magistral; luego retorna la exposición con algunos detalles nuevos y al final hay una breve coda. Noguera resolvió bien los elementos de un Beethoven inspirado pero lógico. Sigue un Andante espressivo denominado "La Ausencia", "En firme movimiento, aunque expresivo", basado no en una melodía sino en 3 notas pero desarrollado de tal manera que hasta hay semifusas; y al final de las 2 páginas, comunica directamente con "El Retorno", en 6/8, "vivacissimamente". Las vertiginosas semicorcheas desembocan en 3 páginas que pueden repetirse. Las 5 páginas que llevan al cierre son de continua dificultad, en buena parte semicorcheas en "presto" y en varios compases en la mano derecha semicorcheas en 2 dedos con el meñique tocando el tema principal (casi imposible). La coda es Poco andante pero los últimos 6 compases vuelven al Tempo I. Noguera resolvió los problemas principales aunque hubo algún detalle mejorable. Se trata de un "tour de force" evidente y ella cumplió, más allá de no estar cómoda con algunos aspectos de este pìano. Tengo entendido que será el mismo en los restantes conciertos, de modo que debe tratar de acostumbrarse.
Pablo Bardin
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