Este segundo concierto de la integral de sonatas para piano beethovenianas se demoró unos minutos debido a que Pepe Cibrián terminó una presentación algunos minutos más tarde de las 20, pero no fue mucho: Martha Noguera inició su programa casi a las 20, 15. El concierto no resultó largo pese a una peripecia a la que luego me referiré.
Se inició con la Sonata Nº 2 op. 2 Nº 2, en La mayor. Está en 4 movimientos de considerable dificultad (como en la Nº 1 del op. 2, que comenté hace 2 semanas, el lenguaje beethoveniano ya es inconfundible tan joven). Al igual que las otras 2 del op. 2, tiene 4 movimientos; su duración es considerable (25 minutos), como la Tercera (28 minutos); en cambio la primera es más breve (19 minutos). Las tres están dedicadas a Joseph Haydn, muy respetado tanto por Beethoven como por Mozart. Empieza la Nº 2 con un Allegro vivace en 2/4 en forma sonata; el tema principal resulta alegre, con abundantes tresillos y subidas y bajadas. La segunda melodía está marcada "espressivo", en corcheas. Luego retorna el material rápido para concluir la exposición; ésta se repite antes de pasar al desarrollo, en donde las manos se cruzan y aparecen ff inesperados; durante más de 2 páginas la música se siente dramática antes de llegar a la reexposición; la breve coda es pp. El segundo movimiento contrasta profundamente: es un Largo appassionato bastante extenso. Al inicio los acordes están acompañados por la mano izquierda con staccati; la música mantiene su sentido dramático y varía su estructura, apareciendo algo bien de este compositor: los sfp (sforzando piano). Termina pp. Lo habitual en esa época era que el tercer movimiento fuera un Menuetto; no así en esta sonata, que nos da un Scherzo liviano aunque Allegretto y con silencios; el Trío es corto y melódico antes del retorno del Scherzo. La Sonata finaliza con un Rondó grazioso con una melodía principal que se basa en el contraste entre un primer compás que va rápidamente desde notas graves hasta las agudas y luego hace escuchar una grata melodía hábilmente expresada. Pero el contraste es grande; se recordará que el rondó tiene esta forma: ABACA. EL B en este caso cambia de tonalidad y es dramático y "staccato sempre". Tiene una considerable extensión en su imaginativa manera de ir variando el material. Vuelve A con brillantes pasajes y pasa algo desconcertante: A está tan cambiado y extenso que hay un pasaje al que podría considerarse un C antes de la coda que termina piano. La interpretación de Martha Noguera me resultó adecuada en tempi y flexibilidad; sólo advertí que en ciertos momentos pareció que alguna nota faltó.
Gran salto a la Sonata Nº 28 en La mayor, op. 101. El Beethoven plenamente maduro y ya cercano a la inmensa Sonata "Hammerklavier". Su primer movimiento es muy melódico: "Más bien rápido y con la más profunda expresión". Sin duda uno de los movimientos más sensitivos del compositor, refinado, bello. En total contraste, el segundo movimiento, "Vivace allá Marcia" ("Lebhaft. Marschmässig") , es bastante violento; los primeros 8 compases se repiten, y luego 3 compases llevan a un amplio desarrollo siempre sobre el mismo ritmo. Sigue el equivalente al Trío en un Scherzo, con música más serena y en otro ritmo, y en tempi suaves. Y luego vuelve el Vivace allá marcia. Pero lo más notable es el extenso final, que liga al Tercer movimiento con el Cuarto. Empieza "Adagio ma non troppo, con affetto" ("Langsam und sehnsuchtsvoll"), 2/4, una cuerda; 20 compases serenos en "piano", y luego sin compás un florido juego del piano lleva al 6/8 y se vuelve a escuchar la melodía del primer movimiento; en apenas 4 compases llegamos a un extenso trino, Allegro, 2/4, y se inicia el muy desarrollado cuarto movimiento (9 páginas); de modo sui generis, se nota una influencia bachiana. Las primeras 2 páginas se repiten, y en ella hay una fuga al principio tradicional pero luego muy distinta, convirtiéndola en una amplia variedad de elementos derivados de la fuga hasta que se llega a la enorme estructura de las restantes 7 páginas, también sobre esa fuga pero con una variedad superlativa e intensa; las semicorcheas dominan. Se llega a la coda, de una página: dos acordes ff; silencio; 2 acordes p; silencio; y en p y pp se juega con la melodía de la fuga. Un ritardando de 4 compases y a tempo termina con 3 compases ff. Sólo en los minutos finales se notaron dos problemas en la ejecución: una muy breve parada no escrita, y una repetición de varios compases que pareció un momento desorientado. Y luego los compases finales fueron correctos. Lo que entonces sucedió fie inesperado: ella le dijo a la audiencia que el piano no estaba respondiendo y si alguien podía ayudarla. Un amigo de largo tiempo probó el piano y le resultó sin problema. Ella lo aceptó y siguió tocando las restantes sonatas…y tocó muy bien esas otras, aunque debo resaltar que, salvo esos detalles al final, la Sonata Nº 28 tuvo una buena interpretación.
La Sonata Nº 24, en fa sostenido mayor, op. 78, sólo tiene 2 movimientos y dura 8 minutos. El primer movimiento se inicia con un Adagio cantábile brevísimo (4 compases) y sigue un "Allegro, ma non troppo" sumamente grato, con una melodía muy elegante. La Sonata está dedicada a la Condesa Therese von Brunswick. No es fácil de leer, ya que el fa sostenido mayor tiene 6 sostenidos, pero la música es liviana y bella, en 36 compases que se repìten. El siguiente desarrollo con su coda llega hasta el compás 107 y tiene la curiosa característica de también tener repetición. Casi todo es p salvo algún f y ff. El Allegro vivace en 2/4 es rápido, fresco y divertido, aunque nada fácil; se caracteriza por un breve tema de pregunta y respuesta y varios pasajes de 2 semicorcheas contestadas por otras 2 en la mano izquierda. Noguera lo resolvió sin dificultad aparente y con el carácter adecuado.
No voy a dar detalles sobre la Sonata Nº 14, en do sostenido menor, op. 27 Nº 2. Tiene para empezar ese triste claro de luna lento (Adagio, expresado impecablemente por Noguera. Es una de las 2 sonatas "quasi una fantasía" y está dedicada a la Condesa Julie Guicciardi. Ese adagio sostenuto se toca siempre "piano". El segundo movimiento, Allegretto, es distinto en su carácter, un intermedio de apenas una página; no es un Scherzo pero sí trae un Trío y apenas dura 2 minutos y medio. El Presto agitato final es dramático en todo momento y muy arduo, con sus semicorcheas fulgurantes en la mano derecha mientras las blancas acompañan, alternándose con una expresiva melodía en blancas en la derecha y semicorcheas acompañando; toda la primera parte se repite. La segunda parte mantiene la velocidad y el sentido dramático. Tras un largo período hay dos compases de fusas que llevan a la coda: un virtuosístico episodio lleva a un compás Adagio, y el Tempo I lleva al fortissimo en dos últimos acordes. Y bien, el trabajo de Martha Noguera fue impresionante y no en balde provocó un cerrado aplauso de varios minutos. Le auguro que en su tercer concierto se halla amigado con el piano o le hayan realizado algún cambio positivo.
Pablo Bardin
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