Martha Argerich triunfó en el último concierto (Nº 8) de su Festival. Se la ha escuchado en Buenos Aires en las dos obras que tocó: el Concierto Nº 3, en Do mayor, op. 26, de Sergei Prokofiev, y "El carnaval de los animales", de Camille Saint-Saëns. La secundó la Orquesta Estable del Teatro Colón dirigida por Luis Gorelik, y en Saint-Saëns intervinieron el pianista coreano Dong Hyek Lim (protagonista de los conciertos 6 y 7) y como narradora Annie Dutoit Argerich (hija de Martha y del director de orquesta Charles Dutoit, que también estuvo en el Festival). La sala estuvo completamente llena y el entusiasmo y afecto del público resultó evidente. El asombro fue de todos y me incluyo: a 81 años nada perdió la estupenda pianista de su talento único.
Yo tuve mala suerte en este concierto del sábado 20 de agosto a las 20 horas: vivo en un edificio que está a 30 metros de la residencia del Embajador de Estados Unidos. Hubo un conflicto en la Rural y fue el caos hasta que el taxista logró pasar el Monumento a los Españoles, después del cual fuimos rápidamente hasta el Teatro Colón; había transcurrido una hora desde que salí de mi departamento; habitualmente llego en 20 minutos. Y así resultó que perdí el primer movimiento del Concierto de Prokofiev. La muy buena voluntad de la señora de Prensa me llevó al gran palco balcón de la derecha donde pasé tantas noches viendo los espectáculos en los meses iniciales de 1973, cuando fui asesor del Dr. Antonio Pini, a cargo de la Dirección de Cultura. Por cierto, no sólo conozco la grabación del concierto con Abbado, famosa, sino que la vi en el Colón y (creo) en el Ópera no menos de 3 veces. Cuando a ella le entusiasma una obra, vuelve a ella década tras década. Tengo los datos de cuando tocó el Tercero de Prokofiev aquí en sus años juveniles: 16/8/65, con Calderón; 30/7/69, con Dutoit y la Sinfónica Nacional. Y las grabaciones: ella con Abbado y la Filarmónica de Berlín (1967) y con Dutoit con la Sinfónica de Montreal (1998). De paso, Prokofiev lo grabó en 1932. Según colegas que leí, hubo poco ensayo de la Orquesta Estable y eso explicaría algunos deslices, aunque al parecer el primer movimiento fue el que más sufrió. En lo que yo vi no me pareció fallida la orquesta aunque tampoco perfecta, y ella brilló siempre; sólo menciono que la variación más lenta del segundo movimiento fue algo excesiva en su lentitud aunque bella en su timbre (pese a que hubo quien "mejoró" al piano durante el intervalo) pero todas las partes difíciles fueron magníficas y poderosas. Tanto la aplaudieron que tocó su pieza extra habitual: el primer movimiento de las "Escenas infantiles" de Schumann ("De lejanas tierras y personas").
La Segunda Parte se inició con el célebre poema sinfónico de Dvorák "Carnaval", que contiene tantas ideas en apenas unos 8 minutos. El compositor quería que se toque como el primero de tres poemas: "En el Reino de la Naturaleza", obra muy atrayente y descriptiva, y un "Otello" trágico de gran impacto. Valdría la pena que alguna vez le hicieran caso. La versión empezó demasiado rápida y luego pasó a momentos mejor logrados aunque algunos detalles sonaron poco claros.
Y llegamos a "El carnaval de los animales", esa talentosa obra cómica de Saint-Saëns que en sus 14 piezas pinta en música toda una variedad animalística. En casi todas están los 2 pianos; el compositor era un gran pianista de modo que al ridiculizar a los pianistas ataca a los mediocres, y los pianistas que lo tocan cometen todos los errores porque son animales…Pero esos mismos pianistas tocan algunas piezas muy difíciles (ideales en las manos de Argerich y Dong Hyek Lim). Recuerdo que ella intervino (lo vi en TV) en Roma con la Orquesta de Santa Cecilia y también que lo tocó con Les Luthiers en el Colón, con texto inventado por ellos. En cambio ahora se usó el texto en francés de Francis Blanche, bastante divertido aunque un poco largo, expresado eficazmente por Annie Dutoit Argerich, que no dudó en imitar las gallinas y gallos o a los asnos y al elefante. O al "cucú en el fondo del bosque". A veces gritó demasiado pero actuó segura en buen francés. Su madre estaba muy contenta y el pianista que se autodenuncia como un ser amargado aquí fue impecable, coordinado al máximo con ella. Vale hacer notar que el fragmento más famoso (base de una coreografía célebre que se vio aquí con Plisetskaya) es "El cisne", tocado con gran calidad por Jorge Bergero, suplente solista interino (demostró que el interinato está de más). La tortuga fue el motivo para tocar en contrabajo con extrema lentitud el can-can de "Orfeo en los infiernos" de Offenbach: lo hizo bien el suplente solista Mariano Slaby. Se lució el solista en flauta, Jorge de la Vega, en "Pajarera". Justo antes de "El cisne" se burla Saint-Saëns de los fósiles. El Final cita varias melodías ya escuchadas en el Nº 1, "Introducción y marcha real del león" y añade algunas; ante el fuertísimo aplauso este Nº XIV se repitió. Martha, sin duda contenta, saludó varias veces más. Por mi parte, todo me pareció positivo en el Festival, pero creo que su mayor esfuerzo fue el Concierto 5 con Babayan y tanto Prokofiev antes y después de Mozart. No podemos saber si ella retornará pero sí que esta visita emocionó profundamente en este año argentino tan arduo.
Pablo Bardin
No hay comentarios.:
Publicar un comentario