lunes, octubre 24, 2022

CARMEN EN JUVENTUS LYRICA

               El Covid fue desesperante para Juventus Lyrica y recién ahora pudo volver a la actividad con una sola ópera este año. Y eligieron "Carmen" porque es una de las óperas más taquilleras y la institución necesita llenar la sala. Y logró convocar a una audiencia bastante completa. Semanas atrás había presentado un concierto de arias famosas con cantantes muy ligados a Juventus; si bien no pude estar supe que fue un éxito. 

               Se ofrecieron las habituales 4 funciones en el Avenida, su sala de siempre. Lo más positivo fue el haber formado una orquesta de 37 instrumentistas talentosos; tanto el concertino Serdar Geldymuradov como el primer cornista Martcho Mavrov son notables extranjeros asimilados a nuestras orquestas desde hace largo tiempo y se lucieron, pero me resultó evidente que la gran figura fue el director de la orquesta y el coro: Hernán Sánchez Arteaga. No sólo la coordinación entre la orquesta y el coro fue impecable, sino que el coro tuvo muy buenas voces y la orquesta aportó muchos jóvenes valiosos. Sin duda fue el director quien armó ambas cosas, pero además su versión de la obra fue siempre justa y honesta.

               Hay un aspecto que el programa de mano elude informarlo, pero la versión es la del Opéra-Comique, o sea sin recitativos cantados, tal como lo escuchó Bizet el 3 de marzo de 1875. Murió pocos meses después, cuando fue atacado por un problema de garganta; fue a Bougival, a 18 km de París y a 9 de Versailles. No pudo respirar y murió. Para entonces la Opéra-Comique había dado unas 30 funciones de "Carmen". Fue llevado a la Iglesia La Trinité en Montmartre y el ataúd estuvo en las manos de Gounod y Thomas. Hubo 400 personas en la Iglesia. Pocos años más tarde, Guiraud convirtió en recitativos a las partes habladas (aunque eliminó algunas) y así la gran Opéra estrenó "Carmen". Y así la hemos visto y escuchado en el Colón. El libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy está basado en un relato de Prosper Mérimée.  Volviendo a la representación, vi la tercera el jueves 20 de octubre. Hubo Intervalo después del Segundo Acto.

               Carmen fue Rocío Arbizu en las 4 funciones; Marcelo Gómez en las primeras 3 interpretó a Don José; Micaela: Rocío Giordano el 16 y el 20; Escamillo: Juan Salvador Trupia en las 4. Los artistas con * recibieron beca "en el marco del Programa de Formación de Artistas Jóvenes". Frasquita: Virginia Lucero Guevara *, 14 y 20; Mercedes: Estefanía Cap, 14 y 20. Zúñiga: Walter Schwarz; 14, 16 y 29. Dancairo: Gabriel Vacas, 14 y 20; Remendado: Lautaro Chaparro *, 14 y 20. Morales: Marcelo Reynes, 14 y 20. Lillas Pastia y Guía: Manuel Brener. Picador, Gitano: Giorgio Zamboni. Bailaor: Vico Zapata. 14 sin contar los que no cantaron.

               El Coro de Juventus Lyrica tiene 33 cantantes; el Coro de Niños dirigido por Susana Bravo, 24. La Dirección de Escena es de Ana D´Anna y María Jaunarena (madre e hija). Vestuario: María Jaunarena.  Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova. Maquillaje y peinado: Silvana Caruso. Es abundante la cantidad de gente que ayuda en todo esto: 21. Total 82. En suma, se entiende porqué las mejores entradas de platea están a $ 11.500.

               Hubo cosas positivas y negativas. Quiero agregar que también fue muy grato escuchar al Coro de niños: voces frescas, buena afinación. Negativo: un francés mediocre salvo en Carmen, Micaela, Escamillo y Zúñiga, empeorado en las partes habladas. Muy pobre la escenografía de Gonzalo Córdoba en los actos 3 y 4, algo mejor la iluminación. El primer acto fue el mejor logrado; la puesta es razonable, con la entrada a la planta de cigarros comprensible, y los soldados con la entrada a su cuartel visible, pero ellos afuera, para ver a la gente que pasa, y luego son galantes con Micaela, que busca a Don José. Ëste la ve y tiene un diálogo cálido que termina en el beso que le manda la madre dar a Micaela como si fuese ella.  Toda la escena de las cigarreras está bien lograda. Rocío Arbizu cantó agradablemente la famosa Habanera. Luego dentro de la planta ella ataca a Manuelita con un cuchillo ante un chiste que le cae mal. Dos grupos salen y en la plaza se pelean; los soldados las controlan. Carmen es arrestada y Zúñiga encarga a Don José que la ate; deberá ir a la cárcel. Pero quedan solos; ella canta "Près des remparts de Séville" y dice que irá a la taberna de su amigo Lillas Pastia; Don José se enamora; aparece Zúñiga con la orden de arresto. Ella pone las manos atrás como si estuviera atada, pero de repente según habían arreglado empuja a Don José y se escapa, mientras las cigarreras, que habían salido, se ríen. Buena tarea de Walter Schwartz. Arbizu muy bien, pero Marcelo Gómez fue bastante variable y no está ayudado por su físico y su aspecto poco atrayente. En este acto Morales actuó bien pero su francés fue muy débil.

               Tras el rápido Entreacto, brillante, viene la espléndida Chanson en lo de Lillas Pastia: "Les tringles des sistres tintaient" ("Las varillas de los sistros tintineaban"), muy bien cantada por Carmen, pero…una lamentable decisión arruinó este fragmento: la acompañó un bailaor (Vico Zapata); golpeó con tanta fuerza su zapateado que la música perdió su encanto y la cantante fue desmerecida, aunque estaba acompañada por sus amigas muy entusiastas, Mercedes y Frasquita. En el diálogo siguiente resulta que ese mismo Zúñiga que la mandaba al calabozo quedó deslumbrado por ella y está presente; le cuenta que tras un mes en prisión Don José está libre… Enseguida un coro algo lejano anuncia que  llega el torero, "vivat Escamillo". Frasquita lo conoce y Zúñiga quiere verlo, mientras Pastia se preocupa porque por el horario debe cerrar, pero Zúñiga lo tranquiliza. Entra Escamillo y sin preparación alguna canta sus célebres coplas "Puedo devolver vuestro brindis. Los toreros nos entendemos con los soldados porque ambos tienen combates". Y viene la famosa melodía: "¡Toreador en guardia!" Todos lo repìten. Luego Escamillo describe la manera en la que el toreador vence al toro "y piensa mientras combate que un ojo negro te mira y que te espera el amor". Todos cantan alternadamente "El amor", y termina la canción. Juan Salvador Trupia resolvió esta famosa copla con razonable francés y voz firme; es un buen cantante. Dialoga con Carmen, "si yo decidiera amarte" y ella contesta "No está prohibido aguardar y siempre es agradable tener esperanza". Zúñiga dice que volverá en una hora; Carmen le aconseja que no venga pero él asegura que lo hará y sale con Escamillo. Enseguida entran el Dancairo y el Remendado y dialogan con las mujeres. Vienen de Gibraltar. Dice Dancairo: "Las necesitamos". Y viene un célebre quinteto, magnífico trabajo de Bizet rápido y brillante. Dancairo: "Tenemos planeado un golpe". Los 2 hombres tienen una frase célebre: "cuando se trata de engañar, engatusar, robar, siempre es conveniente estar acompañado por mujeres, y sin ellas, mis siempre bellas, jamás se hace algo bien". Carmen: "Yo no haré ese viaje. La razón es que ahora estoy enamorada hasta la locura". Los hombres: "no es la primera vez en que has sabido hacer marchar juntos el deber y el amor". Carmen: "Esta vez el amor precederá al deber".   Se pasa al diálogo, Carmen les dice que es el soldado que estuvo preso. Y entonces se escucha una canción algo lejana que se va acercando de Don José: "¡Alto ahí! ¿Quién vive? Dragón de Alcalá; yo haré que muerda el polvo mi adversario. Pase amigo, asunto de honor, asunto de corazón, para nosotros es todo". Diálogo. Dancairo: "Deberías convencer a tu dragón de ir contigo y unirse a nosotros". Carmen: "Ni pensarlo, es demasiado ingenuo. Es un muchacho apuesto y me gusta". Se van los contrabandistas y las muchachas amigas. La voz va llegando repitiendo "Dragón de Alcalá". Llega y dialogan. Ella: "¿Porqué no te fuiste antes? Te envié una lima y una moneda de oro". Don José: "Todavía tengo mi honor de soldado". Carmen: "ahora bailaré para ti". Y lo hace con un canto sin palabras, lalala, pero es muy atrayente música; ella dice que tiene castañuelas (se tocan en la orquesta). Pero se escuchan lejanos los clarines que tocan la retreta. Él: "Tengo que regresar al cuartel para cuando pasen lista". Ella, enojada, lo burla.  "¡Vete, canario, toma tu casco, tu sable, tu cartuchera, y regresa a tu cuartel!". Él: "sufro porque debo irme. Jamás mujer alguna ha turbado tan profundamente mi alma". Pero ella vuelve a burlarlo. Y él le dice que tiene algo que ella debe escuchar. Y es entonces que canta su más importante música: "La flor que me habías enviado me acompañó en la prisión. Conservaba siempre su dulce aroma. Me emborrachaba con ese olor y en la noche te veía. Comenzaba a detestarte: ¿Por qué el destino la cruzó en mi camino? Pero sentí sólo una esperanza: ¡volver a verte! Con sólo mirarme te hubieses apoderado de todo mi ser. Carmen, te amo". Su canto tuvo algunos momentos gratos y expresivos y otros donde la voz se hacía demasiado dura. Sigue el dúo; Carmen: "Si me amaras me seguirías en las montañas. Me tomarías sobre tu caballo y en su grupa me llevarías." Y he aquí una frase fundamental: "El cielo abierto, la vida errante, el universo como país, la voluntad como ley, y sobre todo, lo más extasiante, ¡la libertad!" Pero él se niega: "Dejar mi bandera, desertar, es la vergüenza". Carmen: "¡Vete, te odio!". "Adiós para siempre".  Él lo repite. Y pasa algo que cambiará la situación: aparece Zúñiga, como lo había prometido. Y dice: "Es rebajarse tomar el soldado cuando hay un oficial." Quiere echar a Don José, que no acepta. Zúñiga lo golpea, José se abalanza sobre su sable y dice: "¡Van a llover estocadas!". Pero Carmen llama a sus amigas y amigos y dice: "Apuesto oficial, ¡llegásteis en mal momento! Nos vemos obligados, para no ser denunciados, de reteneros por lo menos una hora". Dancairo y Remendado, pìstola en mano: "Caro señor, abandonaremos esta morada, vendréis con nosotros. Adelántese sin hacerse rogar". Carmen a José: "¿Serás de los nuestros? Él:"Tengo que serlo". El grupo: "Te acostumbrarás cuando veas cuán hermosa es la vida errante". Telón. Algo ingrato: no se llevan a Zúñiga, sino que parece muerto, y creo que esto es un grave error en la puesta.

               Tras otro entreacto, se abre el telón: Dice el libreto: "Rocas…Sitio pintoresco y salvaje. Completa soledad y noche oscura. Se acercan contrabandistas con bultos sobre las espaldas". Pero la escenografía es absurda, ya que aparece una mediocre construcción. Coro de los contrabandistas: "Escucha, compañero, la fortuna está allá, pero cuídate en el camino". Los 6 (incluso José): "Nuestro oficio es bueno, pero hace falta un corazón valeroso y el peligro está en todas partes. Sin importarnos el soldado que nos espera, ¡sin miedo vamos hacia adelante!". Diálogo: José: "Hagamos las paces, ¿ya no me quieres más?" Ella: "Quiero ser libre y hacer lo que me da la gana". Rara reacción de José: "Eres el diablo". "Allá hay una mujer, buena y vieja, mi madre. Si vuelves a hablarme de…" (curiosamente no dice más); ella: "¿Me matarías, quizás?" Trío, con un mazo de cartas. Frasquita y Mercedes: "Dadnos noticias del futuro, decidnos quién nos traicionará, quién nos amará". Se alternan las dos. Para Frasquita: "El mío es muy rico y muy viejo. Tanto oro que no puedo contarlo, diamantes. ¡Muere, soy viuda y heredo!" Mercedes: "Un amor incesante, todos los días locuras nuevas. Se convierte en un caudillo famoso, 100 hombres le siguen".  Y luego cantan juntas, entusiasmadas. Como Frasquita, Virginia Lucero Guevara cantó muy bien, con una voz grata, de agudos firmes; como Mercedes, Estefanía Cap cantó correctamente. Y cuando cantan juntas son convincentes. Muy distinto es lo que le pasa a Carmen: "¡Carró, pique…¡la muerte!  Yo primero, luego él" (o sea que José será condenado a muerte por matarla a ella). "Las cartas son sinceras y no te mentirán". Mezcla las cartas; resultado: "¡Siempre la muerte!". Arbizu, si bien fue expresiva, cantó con poca intensidad. Diálogo: Dancairo: "Hemos visto 3 aduaneros que custodian la brecha". Ellas irán a verlos para distraerlos. Le dice a José: "Te confío el cuidado de la mercadería. Si ves a alguien, dispara". Las mujeres: "Al aduanero le agrada gustar". Las 3 amigas: "Se trata de dejarse tomar la cintura y sonreír, y así el contrabando pasará". Todos se van; llega Micaela. Tras algunas palabras, canta en soledad su única aria, de tipo tradicional (un poco a la Gounod). "Digo que nada me espanta pero en vano me hago la valiente, me muero de miedo. Vos me protegeréis, Señor. Veré de cerca a esa mujer cuyos hechizos malditos terminaron por hacer un infame del hombre que otrora quise" (el momento más fuerte del aria). Estuvo bien cantada, salvo un vibrato algo excesivo, pero el timbre es grato y tiene musicalidad. Se esconde. Dúo de Escamillo y José, que le dice: "¿Quién es usted? ¡Responda!" "Soy Escamillo, torero de Granada". José: Conozco su nombre. Bienvenido, pero realmente, camarada, no hubiera debido venir". Escamillo: "No le diré que no, pero estoy enamorado, estimado, hasta la locura; sería un despreciable compañero quien, para ver a su amor, no arriesgase su vida" (todo expresado de manera muy calma). "Es una gitana". "José: "¿Cómo se llama?". El torero: "Carmen. Tenía como amante un soldado que había desertado por ella. Se adoraban pero todo terminó. Los amores de Carmen no duran 6 meses". José: ¿Sabe que para llevarse una de nuestras gitanas hay que pagar? ¿Y que el precio se paga a navajazos?" Escamillo: "¿Ese desertor es usted?" José: "Soy yo". Escamillo: "Conozco tu guardia navarresa y te prevengo, como amigo, que no te servirá de nada". Luchan; el torero sólo se defiende. José: "¡No me atacas, maldito!" Escamillo: "En lucha a cuchillo soy demasiado hábil para ti". Violento encuentro. José se ve a merced del torero. Escamillo: "Tu vida me pertenece, pero mi oficio es herir al toro, no al hombre". Se renueva la lucha; el torero resbala y se cae; José va a herirlo pero llegan Carmen y Dancairo. Se inicia el Finale. Escamillo: "Estoy encantado que sea usted, Carmen, quien me salva la vida. En cuanto a ti, apuesto soldado, estamos mano a mano y lucharemos por la bella el día en que decidas retomar la lucha".  El torero a Dancairo: "Os invito a la corrida de Sevilla. Espero lucirme como nunca y quien me quiera vendrá. No tengo más que despedirme" (y se va). Muy buen trabajo de Trupia. José: "Ten cuidado, Carmen. Estoy harto de sufrir". Carmen ve a Micaela: "Hay alguien que trata de esconderse". Dancairo: "Una agradable sorpresa". Micaela a José: "Vengo a buscarte. Allá está la cabaña donde tu madre llora a su hijo y te llama. Tendrás piedad de ella, me seguirás". Carmen: "Deberías irte". José: "Aunque me cueste la vida, no me iré y la cadena que nos une se romperá con tu muerte". Micaela: "Tu madre está muriéndose, no quisiera morirse sin haberte perdonado". José a Carmen: "Alégrate, me voy pero nos volveremos a ver". Se escucha el canto lejano del torero y cae la cortina. En todo este acto Marcelo Gómez rinde dramáticamente mucho más.

               Cuarto Acto. El Entreacto está tomado del principio de la ópera, música brillante y alegre. Al abrirse el telón se ve hacia el fondo un fragmento de la plaza de toros y delante el escenario está lleno de gente entusiasta. El Coro inicial es de mercaderes que quieren vender

abanicos, naranjas, el programa, vino, agua, cigarrillos, gemelos. El siguiente coro tiene que ver con el espectáculo: "He aquí la cuadrilla de toreros". Comienza el desfile. El coro ataca al alguacil. "saludemos a los valientes chulos. ¡Gloria al coraje! ¡Mirad a los banderilleros! Ved qué aspecto fanfarrón y cuán deslumbrantes brillan los bordados de su ropa de lidia. Otra cuadrilla se avanza, mirad a los picadores. ¡Con el hierro de su lanza cómo azuzarán el flanco de los toros! ¡El espada! ¡Escamillo!" Aparece con Carmen al lado, radiante y con una ropa espléndida. "La fina hoja que va a poner fin a todo y que asesta el último golpe. ¡Escamillo, bravo!" Él a ella: "Si me amas, Carmen, dentro de poco podrás estar orgullosa de mí". Carmen: "Te amo y que me muera aquí si he amado jamás a otro tanto como a ti" (han estado juntos íntimamente antes de la corrida). Sigue una pequeña marcha durante la cual desfila muy lentamente a partir del fondo (en este caso, el corredor del medio entre los espectadores, cosa frecuentemente vista en las óperas de Juventus) el Alcalde precedido por los alguaciles, mientras Frasquita y Mercedes se acercan a Carmen. Frasquita: "Carmen, un buen consejo, no te quedes aquí". Mercedes: "Él está aquí. José se esconde en la muchedumbre". Carmen: "Sí, lo veo. No soy una mujer que tiemble frente a él. Le hablaré. No tengo miedo". Frasquita: "¡Ten cuidado!" Y he aquí el dilema: ¿No sería lógico entrar al Circo para verlo a Escamillo? Pero al parecer ella cree que José encontraría la manera de matarla allí y se queda en la plaza. Ella: "Me habían dicho de temer por mi vida, pero soy valiente y no quise huir". José todavía cree que puede volver a ser su pareja: "Yo no amenazo, suplico, imploro, nuestro pasado no lo olvido. Nosotros empezaremos una vida nueva, lejos de aquí". Ella: "Pides lo imposible, Carmen nunca mintió, su alma permanece inflexible: entre ella y tú, todo terminó". Él: "Déjame salvarte, a tí que adoro, y que me salve contigo". Ella: "Bien sé que me matarás, pero no cederé ante ti". José: "¿No me amas más?". Carmen: "No te amo más". José: "Seguiré siendo bandido, todo lo que tú quieras, pero no me dejes, hace poco nos queríamos". Ella: "Carmen jamás cederá, libre nació y libre morirá". Se escuchan el Coro mirando la corrida y fanfarrias. Carmen da un paso hacia la plaza, José no la deja pasar. José: "¡Es a mí a quien seguirás!". Ella: "¡No te seguiré! Ante la muerte repetiré que lo amo". Coro: "¡Herido justo en el corazón el toro cae! ¡Victoria!" José toma su puñal: "¡Es a mí a quien seguirás!" Ella: "¡No, jamás!" José: "Estoy cansado de amenazarte". Ella: "Hiéreme o déjame pasar!" Coro: "¡Victoria!" José: "¡Por última vez!, ¿vas a seguirme?" Ella: "Una vez me diste este anillo. ¡Toma!". Y se lo arroja. José hiere a Carmen: "¡Y bien, maldita!" Carmen cae muerta. Coro: "Torero, piensa que mientras combates un ojo negro te mira y el amor te espera". El final me parece correcto pero casi nunca se hace bien. José: "Pueden arrestarme…yo soy quien la maté. ¡Mi Carmen adorada!" Bien puede ser que sus amigas avisaron a los gendarmes, él no puede decir esas palabras sin gente que las oye. Es un lamentable error generalizado que nadie aparece tras este amargo final.  En suma, una "Carmen" respetable con muchos momentos buenos, un retorno muy deseable a la ópera de Juventus Lyrica, que tantas veces aprecié a través de los años.

Pablo Bardin

 


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