miércoles, octubre 19, 2022

LA FILARMÓNICA RECIBE A LA DIRECTORA LIGIA AMADIO

               El Concierto Nº 16 de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires tuvo lugar el 14 de octubre y presentó a la notable directora de orquesta brasileña Ligia Amadio. Además debutó aquí el violoncelista estadounidense Zuill Bailey. El concierto empezó con el más famoso concierto para violoncelo, el de Dvorák. La segunda parte fue breve pero interesante: "De una mañana de primavera" de Lili Boulanger y la Sinfonía Nº 7 de Jan Sibelius.

               Amadio ya tiene una larga carrera y los dos países donde más trabajó fueron Brasil (naturalmente) y Argentina. También se ha presentado en Asia y Europa. Brasil: Directora titular y artística de la Orquesta Sinfónica Nacional (1996 a 2008); la Sinfónica Municipal de Campinas (sólo en 2009); la Sinfónica de la Universidad de Sao Paulo (donde nació), (2009 a 2012); la Sinfónica del Estado de Sao Paulo. Argentina: Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, asidua visitante de 2000 a 2005; Orquesta Estable del Colón; la Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo (2000 a 2003), la Filarmónica de Mendoza (2010 a 2014). En Sudamérica, también la Filarmónica de Montevideo (2017 a 2021), la Sinfónica Nacional de Chile y la Filarmónica de Bogotá (2014). En Europa, visitas a Baden-Baden, la Netherlands Radio Symphony Orchestra, y a Eslovenia, Moldavia, Islandia. En Asia: las Filarmónicas de Tokyo y Tailandia, la Sinfónica de Jerusalén, la Orquesta de Cámara de Israel, etc. Grabó 11 discos y 5 DVDs, y organizó 3 simposios internacionales de Mujeres Directoras de Orquesta. Una carrera intensa e importante aunque sin ser invitada por las orquestas más famosas (muy pocas son llamadas). Antes de iniciar la Segunda Parte habló al público contenta con su retorno a la Filarmónica de Buenos Aires.

               Zuill Bailey (extraño nombre, Zuill) ha realizado una larga carrera tocando con famosos artistas de tiempo atrás: Leon Fleischer, Jaime Laredo, el Cuarteto Juilliard, Lynn Harrell y János Starker (con estos 2 últimos, obras para 2 violoncelos, supongo que tocando Kodály). Si bien su "biografía" en el programa menciona que trabajó con varios directores de orquesta, sólo me parecen importantes Neeme Järvi y Stanislaw Skrowaczewski. Se citan muchas orquestas de Norteamérica; tocó con importantes como la Filarmónica de Los Angeles, la Sinfónica de Chicago, la Sinfónica de San Francisco, la Sinfónica de Toronto, pero no las dirigió. Como director se citan muchas orquestas de segundo orden que van desde Sitka en Alaska hasta El Paso en Texas. También ha dado clases muy variadas, hasta programas de rehabilitación y prisiones. Realizó grabaciones de las Suites de Bach y de obras de Britten.   

               Bailey en el primer movimiento de Dvorák fue desparejo: expresivo en las melodías pero mediocre en los acordes graves y variable en los momentos virtuosísticos agudos. Mejoró en el "Adagio ma non troppo", con grato timbre en la melodía lenta. Y fue correcto en el tema principal rápido del Finale; el meditativo Andante estuvo bien expresado; y el retorno rápido le resultó algo incómodo. En suma, un violoncelista que probablemente está cerca de los 60 años y puede haber estado en etapas más controladas. En cuanto a la orquesta, el primer movimiento fue más ruidoso que lo ideal, aunque aceptable; de allí en adelante, muy bien el Adagio y mucho mejor en el contrastante Finale, tanto en la música brillante como en la contemplativa lenta. Bailey decidió ofrecer una pieza fuera de programa, un arreglo de música serena de "Orfeo y Eurídice" de Gluck, y lo tocó de modo muy grato; es aquí donde su musicalidad fue más apreciable. Por supuesto presencié muchas versiones de este célebre concierto; tuve la suerte de ver en Washington (noviembre 1956) a Piatigorsky con Ormandy y la Orquesta de Filadelfia; y en Buenos Aires, Janigro con Cillario y la Sinfónica Nacional (julio 1953), Janigro con Juan José Castro (junio 1958) y la admirable Walevska con Dixon y la Filarmónica (agosto 1967). Luego hubo muchas otras, varias de ellas de muy buen nivel.

               Lili Boulanger tuvo una corta vida: 1893-1918. Influída por Debussy, su maestro, y Fauré, su música fue de asombrosa calidad; su hermana Nadia le tenía un profundo afecto; fue con el tiempo una célebre maestra. D´un matin de printemps" ("De una mañana de primavera"), es una breve obra de no más que 6 minutos escrita en el año de su muerte pero nada tiene de trágico. Está orquestada con gran habilidad y tanto las melodías como el desarrollo se escuchan con gran placer. Fue tocada con fineza por la orquesta, dirigida con buen gusto por Amadio. Hay versiones anteriores  (sorprende que la versión orquestal parece nueva, tal su naturalidad): violín y piano, y trío de flauta, viola y piano. Sería una buena idea tener una grabación; hay 3 que la combinan con "D´un soir triste" ("De una noche triste"), del mismo año: Orq. Filarmónica de Mujeres, dir. Falletta; Koch, 1993; Orq. Fil. de Luxemburgo, M. Stringer, 1998, Timpani; y Orq. Fil. de la BBC, Y. P. Tortelier, 1999, Chandos; todos DVD.  La pieza que escuchamos ya se ha dado aquí pero no tengo el dato.

               El programa finalizó con la Sinfonía Nº 7 de Jan Sibelius, escrita justo antes del poema sinfónico "Tapiola", última obra del compositor. La Sinfonía está en do mayor; es su op. 105   y la creó en 1926 a 61 años; murió en 1957 a 92 años. Todas sus sinfonías están muy grabadas. La Nº 7 en el R. E. D. 2000 tiene nada menos que 26 grabaciones. Tengo la excelente de Lorin Maazel con la Fil. de Viena y conozco la espléndida de Colin Davis con la Sinf. de Boston, pero dan ganas de conocer las de Beecham, Karajan, Koussevitzky, Ehrling y Berglund. La Séptima dura 20 minutos en un único movimiento. Se estrenó como Fantasía Sinfónica Nº 1; hubo un intento de sinfonía Nº 8 pero el compositor desistió terminarla. La dirección de Amadio fue muy seria, entendió el sentido sibeliano y la orquesta respondió con calidad y concentración. Una frase de Ignacio Bühler en el programa me resulta clara: "Permanente mutación e integración de los materiales temáticos, logrando una obra intensa, expresiva, en la que finalmente alcanza la unidad sinfónica que ya había intentado conseguir en sus Segunda y Quinta sinfonías".

               Programa algo corto pero con una segunda parte de especial interés.

Pablo Bardin   

 


 

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