Un programa sin novedad pero valioso presentó obras de Hector Berlioz y Maurice Ravel por la Orquesta Estable del Colón, el director Julian Kuerti y la mezzosoprano Isabel Leonard. Ambos aparecen por primera vez en el Colón. No conozco a Kuerti pero sí tengo una muy buena experiencia respecto a Isabel Leonard en la magnífica versión del Met de la obra maestra de Poulenc, "Dialogues des Carmélites" (lo vi en la computadora y escribí al respecto).
Admiré en el Colón "Les Nuits d´été" de Berlioz en una notable versión de Régine Crespin acompañada por Pedro Calderón con la Sinfónica Nacional en el Colón (5/10/69). Tengo la grabación de Eleanor Steber, una de las tantas realizadas porque es una obra muy difundida, Empezó siendo escrita para mezzosoprano y piano en 1840-41. En 1843 orquestó "Absence" y en 1856 hizo lo mismo con las otras 5 canciones. Téophile Gautier fue un auténtico poeta romántico y un libro de poemas que será el que atraiga al compositor se llama "La comedia de la muerte". Es verdad que Berlioz la creó para mezzo pero son muchas las sopranos que la cantaron que tienen un buen registro grave. Pero hay un aspecto negativo: canciones en las que la cantante ama a otra mujer y también aquellas donde su amor va a un hombre. Por eso tengo una grabación que corrige este problema: la de John Eliot Gardiner con la Orquesta de la Ópera de Lyon. Allí (por orden) la "Villanelle" la canta el tenor Howard Crook; "El espectro de la Rosa" la mezzo Catherine Robbin; "Sobre las lagunas" el barítono Gilles Cachemaille; "Ausencia" la mezzo Diane Montague; "En el cementerio" el tenor Crook; y "La isla desconocida", Montague. "Sobre las lagunas": se inicia "Mi bella amiga está muerta" y hacia el final "Nunca amaré tanto a una mujer como amé a ella". "Ausencia": "¡Vuelve, mi querida! ¡Cuánto espacio entre mis besos! ¡Grandes deseos insatisfechos!" Gardiner no fue consistente con respecto a lo que dijo sobre las anteriores canciones en la última, "La isla desconocida", porque debería ser un hombre y no una mujer (Montague) quien canta, ya que empieza así: "Diga, bella joven, ¿dónde quiere ir? ´Lléveme -contestó- a la fiel orilla donde se ama siempre´. "Esa orilla es desconocida en el país de los amores". Volvamos a la versión habitual cantada por mezzosopranos o sopranos con amplio registro. En los primeros minutos la voz en el agudo estaba un poco seca pero pronto llegó a su buen timbre y ella cantó con notable facilidad en episodios donde la voz pasa de agudo a medio y grave con naturalidad, y así fue con la de Leonard, de muy grato timbre. La orquestación es claramente de cámara, con escasos aspectos que puedan parecer de orquesta completa; lejos, entonces, de las grandes orquestas de tantas obras de Berlioz. Me pareció correcta la orquesta en manos del canadiense Kuerti pero poco expresiva.
El momento fuerte para Kuerti fue la Rapsodia española de Maurice Ravel; fue estrenada con buen éxito el 16 de marzo de 1908. En períodos posteriores esta música llegó a Buenos Aires y fue muy gustada. En 1953 Tevah la dirigió con la Filarmónica; en 1960, el polaco Panufnik la ofreció con la Sinfónica Nacional; en 1967 Fontenla la dirigió con la Filarmónica; y en 1970 el ruso Kondrashin ofreció la "Fiesta" con la Filarmónica de Moscú fuera de programa. Posteriores tiempos en Buenos Aires volvieron a presentarla. Es interesante cómo se llama la primera pieza: "Preludio de la noche"; en ella aparece en los violines constantemente un diseño de 5 notas descendientes; muy sereno en el Preludio, está citado en la "Habanera" (Nº 3, basada en una obra para 2 pianos de 1895) y en breve momento de "Fiesta", como dando un respiro a la desbordante alegría. Tuvo gran repercusión en el estreno el Nº 2, "Malagueña", que fue repetido, donde fue evidente la afinidad de Ravel con lo español. Por último, la Fiesta responde a su título y es tan larga como las otras 3 piezas juntas; también, es un alarde bien raveliano de orquestación perfecta. Kuerti entendió bien toda la obra pero dio especial brillanteZ y ajuste en la "Fiesta" (como corresponde).
Lo mismo que Leonard, Crespin en la misma fecha de "Noches de verano" cantó "Shéhérazade", de Ravel. El compositor creó una Obertura para una presunta ópera que no escribió; la estrenó en 1899 y no fue bien recibida. Pero la idea de escribir sobre "Shéhérazade" provino de la magnífica obra de Rimsky-Korsakov. Quizá Ravel no quiso rivalizar con una gran obra sinfónica y entonces le pidió a su amigo "Tristan Klingsor", nombre y apellido wagneriano que inventó Léon Leclère, aunque nada tiene que ver Wagner con el espíritu del ciclo de 3 canciones que imaginó para Ravel ni del contenido tan distinto entre la extensa "Asie" y la brevedad de las otras, "La flauta mágica" (no Mozartiana) y "El indiferente". Una melodía de la obertura fue utilizada en "Asie". Hace un tiempo escribí sobre un muy interesante concierto dirigido por Benzecry, donde se escucharon las 2 obras de Ravel (para mí la Obertura era nueva) y la de Rimsky-Korsakov; se lució la Orquesta Juvenil San Martín. Las cosas que cuenta "Asie" son muchas y a veces se refiere a peligrosos asesinos, pero pone el acento en la inmensa variedad asiática. Y esto a su vez estimuló la fantasía musical raveliana tanto en lo orquestal como en las frases vocales. Se lució Leonard; quedó evidente su muy buen francés y la intensa musicalidad que la obra exige. "La flauta mágica", bien tocada por Jorge de la Vega, cuenta que una joven, escuchando la dulce melodía, recuerda a su amado. Y en "El indiferente" una mujer se declara atraída por la belleza de un joven pero se desilusiona cuando éste sigue de largo. Ambas canciones fueron gratamente expresadas por Leonard. Muy correcta la orquesta y la colaboración de Kuerti.
Leonard, atrayente mujer, ha tenido una brillante carrera cantando en los mejores lugares: Viena, París, Salzburgo, New York, Chicago, Londres, Munich, la recibieron en Mozart, Rossini y en obras tan contrastantes como "La clemenza di Tito" de Mozart y Octavian en "El caballero de la rosa". Los más famosos directores trabajaron con ella en ópera y en concierto, y ella grabó "El niño y los sortilegios" de Ravel y "La tempestad" de Thomas Adès. Y relacionada con su canto en Buenos Aires, cantará "Shéhérazade" con la Filarmónica de New York y la Sinfónica de Chicago.
Gran sorpresa: le habló al público en buen "argentino" y resultó que tiene parientes en nuestro país. Se declaró muy contenta de estar en el Colón, y para terminar, dio una espléndida "Habanera" de "Carmen" de Bizet.
Pablo Bardin
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