miércoles, octubre 19, 2022

JAN LISIECKI FUE LA ESTRELLA DEL CONCIERTO DEL MOZARTEUM CON LA ORQUESTA DE BREMEN


               El concierto del Mozarteum el 17 de octubre tuvo un cambio: el pianista Jan Lisiecki reemplazó al violinista Christian Tetzlaff en el concierto de la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen. Tetzlaff ha venido años atrás; Lisiecki también, y es una gran suerte que haya podido venir, ya que es un artista que toca más de 100 conciertos por año. Glenn Christensen fue a la vez Concertino y Director. La Primera parte se inició con "Simple Symphony" de Benjamin Britten

y el Concierto Nº 3 para piano y orquesta de Ludwig Van Beethoven.  La segunda parte fue dedicada a la Sinfonía Nº 38, "Praga", de Wolfgang Amadeus Mozart.

               Britten en su juventud fue chistoso y tuvo en cuenta sus años de niño y adolescente. El mero hecho de llamar "Simple" a la Sinfonía op.4 lo revela. A los 20 años se había egresado del

Colegio Real de Música de Londres. Entonces decidió pasar un tiempo en la casa de su familia en Lowestoft en la costa de Suffolk. A los 21 años fue realizando su Suite Nº 1 en Mi menor para piano con una canción folklórica, "Now the King is home again" ("Ahora el Rey volvió a su casa"). Escribió la Sonata a los 12 años y la canción a los 20; ambas inician el primer movimiento de la Sinfonía para cuerdas, "Boisterous Bourrée" ("Bulliciosa Bourrée"), "presto possibile". Ya desde el principio se constató que el grupo de 27 ejecutantes de cuerdas liderado por Christensen gustaba de alternar "piano" con "forte o fortissimo". Sigue "Playful Pizzicato" ("Pizzicato lúdico"); la melodía así ejecutada está basada en su Sonata en Si bemol mayor de sus 11 años; la del trío proviene de "The Road Song of the Bandar-Log" ("La canción del camino de los Bandar-Log") sobre texto de Rudyard Kipling, canción para voz y piano aquí trasladada a la orquesta de cuerdas. Y bien, la música es tan divertida y eficaz que se da con suma frecuencia como una pieza fuera de programa. Estuvo bien tocada, muy rítmica. Basta decir que entre 1951 y 1970 la escuché 11 veces (¡): 1955, Stepp, Orq. de Cámara de Munich; 1959, Janigro, Orq. Amigos de la Música; 1961, Auriacombe, Orq. de Cámara de Toulouse, en 2 conciertos; 1964, I Musici; 1966 y 1968, Janigro, Solistas de Zagreb. En cambio, la Sinfonía Simple completa la escuché una sola vez en ese período, en 1965 por la Orq. de Cámara de Estocolmo. Imagine el lector cuántas veces más hemos escuchado desde entonces el Pizzicato y la versión completa. Sin duda es una obra muy gustada por las orquestas de cuerdas. El tercer movimiento se llama "Sentimental Sarabande" y está basado en su Suite Nº 3 para piano de 1925 (12 años); pero el sector central se basa en el Vals para piano de 1923; es bastante extensa. Y la Nº 4, "Frolicsome Finale" ("Final travieso") es un brillante ejemplo del arte de Britten. La versión fue técnicamente bastante buena pero con menos refinamiento que el ideal.

               Esta Orquesta tiene un nombre complicado, "Orquesta de cámara alemana de Bremen". Empezó en 1980 llamándose "Orquesta de cámara de la Filarmónica de la juventud alemana". Tuvo una primera etapa residente en Frankfurt pero en 1992 pasó a Bremen y allí realiza conciertos de orquesta de cámara pero también recitales de música de cámara como un quinteto o un sexteto. Paavo Järvi, notable director que nos visitó hace bastantes años, es la figura principal de la Orquesta y con ellos grabó las sinfonías de Beethoven, las de Schumann y desde 2015 las de Brahms. La Orquesta fue Residente en la Beethovenfest de Bonn e intervino en los Elbphilharmonieconcerts en Hamburgo.

               A sólo 27 años Jan Lisiecki ya realizó una extraordinaria carrera. Es canadiense de familia polaca. Colaboró con directores de la talla de Pappano, Nézet-Séguin, Harding, Honeck y Claudio Abbado. Durante la temporada 2021-2022 recorrió 30 ciudades ofreciendo los Estudios y Nocturnos de Chopin. Sus conciertos para piano y orquesta han abarcado grandes orquestas: Boston, Cleveland, Filadelfia, Santa Cecilia (Roma) y de Cámara Orpheus. Fue el pianista del barítono Matthias Goerne en Lieder de Beethoven en el Festival de Salzburgo. Más atrás en sus años iniciales también tocó con las Orquestas de Chicago, la Staatskapelle Dresden, la Filarmónica de New York, la Orquesta de París, la Sinfónica de la Radio de Baviera y la Sinfónica de Londres. Ya a los 15 años fue artista exclusivo de Deutsche Grammophon: grabó los 5 conciertos de Beethoven en la Konzerthaus de Berlín dirigiendo la Academy of St Martin in the Fields. Grabó los Nocturnos de Chopin en CD, en digital y en vinilo (¡). Su disco "Night Music" combinó a Mozart, Ravel, Schumann y Paderewski. A los 18 años fue el ganador más joven del Premio Artista Joven de The Gramophone. En suma, un gran artista.

               Naturalmente cualquier concierto de Beethoven se escuchó en Buenos Aires muchas veces. En el caso del Nº 3, en do menor, op. 37, en los años 1950 a 1970 pude apreciar nada menos que 16 veces este magnífico concierto. Una vez en Washington (octubre 1956) con Iturbi y Mitchell con la National Symphony; y en Londres, mayo 1967, Anda con Barbirolli y la Orquesta Hallé. En Buenos Aires: inauguración fundamental con el admirable Solomon, acompañado por Rieger y la Sinfónica Nacional (junio 1953). 1956, junio: Rudolf Serkin, Baldi, Orq. de la Wagneriana. Agosto 1958: gran versión: Arrau, Scherchen, Orq. de Amigos de la Música. Junio 1960: Gulda, Lawrence, Filarmónica. Julio 1960: Carl Seemann. G. L. Jochum, Sinf. Nacional. Mayo 1962: Richter-Haaser, Baldi, Wagneriana. Mayo 1966: Janis, Weinstein, Wagneriana. Septiembre 1967: Gelber, Kinsky, Orq. no identificada. Abril 1970: Gulda, Fontenla, Filarmónica. Junio 1970: Istomin, Calderón, Orq. Wagneriana. Sólo las mejores de las 16. Por mi parte, en casa mis vinilos fueron de Backhaus con Schmidt-Isserstedt y Kempff con Leitner. Y en disco de pasta, Rubinstein con Toscanini (cuando tuve 10 años). ¡Cuánto nos dieron los conciertos y los discos!. Sin contar desde 1971 hasta ahora…

               Y bien, en 1971 me casé y mi tiempo libre fue escaso, dejé de llevar la lista en mis cuadernos, pero seguí frecuentando la mucha música que Buenos Aires siguió ofreciendo. Hasta la versión que comento, superlativa en el pianista y bastante buena en la orquesta, con firme coordinación. Los tempi fueron muy adecuados: "Allegro con brio" con la cadenza del propio Beethoven, el "Largo" muy lento y expresivo, tocado con una sensibilidad extraordinaria. Y el "Rondó: Allegro-Presto", donde el pianista nos dio una lección de virtuosismo impresionante (no está de más recordar que Beethoven fue un pianista extraordinario). El 5 de abril de 1803 en el Theater an der Wien dirigió su Segunda Sinfonía, el oratorio "Cristo en el Monte de los Olivos" y este Concierto, tocándolo y dirigiéndolo. Nos dice Clara Guzmán que este concierto es el único en modo menor y que está "en la misma tonalidad elegida por Mozart en su Concierto Nº 24; Beethoven la conocía profundamente" y sentía por ella "especial apego y admiración". La cantidad de grabaciones es asombrosa y sólo mencionaré a muchas que no conozco pero son de artistas de primer rango: Pollini, Zimerman, Solomon, Arrau, Richter, Schnabel, Brendel, Barenboim, Serkin, Gilels, Schiff, E. Fischer, Uchida (que en Buenos Aires hizo el Cuarto Concierto), Ashkenazy…Volviendo a a Lisiecki, nos ofreció un bello extra lento de Chopin, el Nocturno Nº 6, op. 15 Nº 3, tocando con un refinamiento extremo.

               La Segunda Parte nos dio la Sinfonía Nº 38 en Re mayor, K.504, "Praga", de Mozart, para mí tan incomparable como la 40 y la 41. El 19 de enero de 1787 dirigió en Praga esta sinfonía en el Teatro Nacional. Interesante una frase de Guzmán: "ninguna sinfonía suya hasta entonces otorgaba un sitial tan importante a los vientos". También hace notar que son 3 movimientos en vez de los 4 habituales, y que el primero se inicia con un Adagio antes del "brillante e impetuoso Allegro" (agrego que Haydn solía hacerlo pero sus sinfonías tenían habitualmente 4 movimientos ya que agregaban un minué). Guzmán hace notar que hay pasajes de "maestría contrapuntística" en los dos primeros movimientos y que el tercero "culmina con un Presto exultante". En efecto, así es, y estos factores explican por qué esta sinfonía es imprescindible en la historia del género. Técnicamente la versión que escuchamos siguió una tendencia bastante general, contrastando los "pianos" excesivos y los no menos marcados ff, pero debe reconocerse que la orquesta tiene buenos artistas (de distintos países) y que la sinfonía se entendió claramente. Dieron una pieza extra que en cierto modo nos unía al Mozart investigador pero siendo muy personal: el cuarto movimiento (rápido) de la Primera sinfonía de Beethoven, en una buena versión brillante. Mis versiones son las de Karl Böhm y Vittorio Gui, ambas en vinilo, muy buenas.

Pablo Bardin

                                                                             

 

               

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