El lunes 7 de agosto en el Colón tuvo lugar el cuarto concierto del año con la
presentación de Avi Avital, especialista de mandolina, con el Ensemble Arcangelo dirigido por
Jonathan Cohen. Las obras fueron de Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach. Los excelentes
comentarios de Claudia Guzmán explicaron cada obra. Hacia 1580 (mucho tiempo antes de los
compositores mencionados) aparecieron instrumentos "que tenían parentesco con el laúd: la
mandola y la mandolina". Cien años más tarde el fundamental Antonio Stradivari construyó
esos instrumentos notablemente más grandes. Por otro lado, la corte de los Medici realizó un
manuscrito datado entre 1650 y 1670i en Florencia y que facilitó las danzas. Pero el uso
importante será en Venecia y Antonio Vivaldi (1678-1741) "fue el primer compositor en crear
conciertos que tienen específicamente a este instrumento como solista: el Concierto para 2
mandolinas y el Concierto en Do mayor, RV 425, que aquí nos convoca, para mandolina,
cuerdas y bajo continuo". Estuve viendo el enormemente completo R.E.D. Classical 2000
Catalogue. Queda claro que hay un solo concierto para 1 mandolina y 1 Doble mandolina y se
grabaron juntos. Principales (algunos fueron pasados a guitarras): Saint-Olivier, Auriacombe,
Toulouse; EMI. O. Dette, Goodman; Hyperion. Parisi, I Musici; Philips. Grund, Galling, Faerber,
Württemberg; Vox. Orlando, Solisti Veneti, Scimone; Erato. Pero sucede algo extraño: no figura
la Sinfonía para cuerdas en Re menor, RV 128.
Esta situación nos lleva a lo que hizo Avital: por un lado, pone la mandolina en 2 obras
de Vivaldi que no la tienen; además, la utiliza en 2 obras de Bach. Da la sensación de que no
encuentra obras de esa época con mandolinas. O las dos máximas figuras de entonces
entusiasman tanto a Avital que prefiere hacer versiones propias. Quizá haya compositores
poco conocidos de la etapa 1700-1750 que han escrito obras para mandolina; no lo sé. Sea
como fuere, por un lado no me convence el cambio que hace Avital; por otro es evidente que
tiene un gran dominio de un instrumento difícil.
El programa se inició con el Concierto en La menor para violín, cuerdas y bajo
continuo, RV 356, de nada menos que "L´estro armonico"; versión para mandolina. Me quedó
claro que no estoy de acuerdo en utilizar ese instrumento, pero no cabe duda de que lo
maneja muy bien y se lo escucha con facilidad. En cuanto al Ensemble Arcangelo, Jonathan
Cohen maneja desde el clave los 3 del Violín 1 (Colin Scobie, concertino), los 2 del Violín 2, 2
violas, 2 violonchelos y 1 contrabajo; total 11 contando a Cohen. Son un buen conjunto.
En cuanto a la Sinfonía en Re menor, RV 128, me llevé una sorpresa: sus 3
movimientos, "Allegro non molto, Largo y Allegro", son de primera calidad: la música es
intensa, dramática y bien trabajada. Dato fundamental: "en 1935 el compositor y director
polaco Ludwig Landshoff dio a conocer los hallazgos que había realizado de copias
manuscritas que se hallaban olvidadas desde el siglo XVIII publicando esta Sinfonía o Concierto
para cuerdas y bajo continuo que dataría de mediados de la década de 1710".
Fueron muy útiles los conciertos que Videla (fallecido recientemente) armó
combinando a Bach y Vivaldi en varias ocasiones. A su vez Guzmán nos dice que Bach estaba
en Weimar (1708-1717) cuando conoció obras de Vivaldi y Corelli; "cómo trabajar la escritura
para las cuerdas y para el conjunto de estos instrumentos al momento de componer obras en
el marco de géneros italianos como la sonata y el concierto". El Concierto en Re menor, BWV
1052, transcripto para mandolina, venía para Bach "como secciones para órgano obbligato de
2 de sus cantatas. "Wir müssen durch viel Trübsal in das Reich Gottes eingehen" ("Debemos
entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones"), BWV 146 de 1726". De allí la
movilidad para el solista y su "impactante dinamismo armónico". Hay algo distinto en el tercer
movimiento: "procede de la sinfonía inicial de "Ich habe meine Zuversicht" ("Tengo mi
confianza"), BWV 188, de 1728". Menciona que ya para la época de Bach se reemplazaron "las
cuerdas originales de tripa por las de metal; en la actualidad el instrumento se pulsa mediante
un plectro (púa)".
El buen momento fue el Concierto en Do mayor para mandolina, cuerdas y bajo
continuo, RV 425, de Vivaldi. Sus movimientos: Allegro-Adagio-Allegro. No son largos pero sí
atrayentes y finos y aquí se lució Avital; lástima que no hay más.
Ya sabemos que los Conciertos Brandeburgueses son los más famosos de Bach y que
cada uno de los 6 tiene carácter distinto. El Nº 3, BWV 1048, en Sol mayor, fue enviado
"cuando se desempeñaba como Maestro de Capilla de la corte de Köthen". Tan mal se portó el
Margrave que nada hizo; menos mal que "fueron felizmente redescubiertos por Sigfried
Wilhelm Dehn en 1849". Es erróneo creer que el Nº 3 tiene 3 partes; no hay intermedio y un
fragmentito improvisado por el concertino estuvo de más. Pero los dos movimientos son
magníficos y fueron muy bien tocados por el grupo.
En el Concierto en Fa menor, BWV 1056, aquí, curiosamente, fue Cohen quien tuvo
que ceder, porque la obra es para clave y fue tocada por la mandolina. La versión fue
transcripta en Sol menor para mandolina. El primer movimiento no tiene especificación
aunque su carácter es más bien rápido. El segundo es Largo y el tercero, Presto. Es cierto que
Avital tocó con cuidado y buena calidad. El Largo se basa en la Cantata Nº 156, "Ich steh mit
einem Fuss im Grabe" ("Estoy con un pie en la tumba"). El Presto es fuerte y obliga a un
cromatismo poderoso; fue el mejor momento de Avital.
Ante la buena reacción del público Avital tocó una extensa pieza israelí con carácter
indudable. Fue un grato momento. Agregó un movimiento del Concierto para mandolina de
Vivaldi.
Pablo Bardin
presentación de Avi Avital, especialista de mandolina, con el Ensemble Arcangelo dirigido por
Jonathan Cohen. Las obras fueron de Antonio Vivaldi y Johann Sebastian Bach. Los excelentes
comentarios de Claudia Guzmán explicaron cada obra. Hacia 1580 (mucho tiempo antes de los
compositores mencionados) aparecieron instrumentos "que tenían parentesco con el laúd: la
mandola y la mandolina". Cien años más tarde el fundamental Antonio Stradivari construyó
esos instrumentos notablemente más grandes. Por otro lado, la corte de los Medici realizó un
manuscrito datado entre 1650 y 1670i en Florencia y que facilitó las danzas. Pero el uso
importante será en Venecia y Antonio Vivaldi (1678-1741) "fue el primer compositor en crear
conciertos que tienen específicamente a este instrumento como solista: el Concierto para 2
mandolinas y el Concierto en Do mayor, RV 425, que aquí nos convoca, para mandolina,
cuerdas y bajo continuo". Estuve viendo el enormemente completo R.E.D. Classical 2000
Catalogue. Queda claro que hay un solo concierto para 1 mandolina y 1 Doble mandolina y se
grabaron juntos. Principales (algunos fueron pasados a guitarras): Saint-Olivier, Auriacombe,
Toulouse; EMI. O. Dette, Goodman; Hyperion. Parisi, I Musici; Philips. Grund, Galling, Faerber,
Württemberg; Vox. Orlando, Solisti Veneti, Scimone; Erato. Pero sucede algo extraño: no figura
la Sinfonía para cuerdas en Re menor, RV 128.
Esta situación nos lleva a lo que hizo Avital: por un lado, pone la mandolina en 2 obras
de Vivaldi que no la tienen; además, la utiliza en 2 obras de Bach. Da la sensación de que no
encuentra obras de esa época con mandolinas. O las dos máximas figuras de entonces
entusiasman tanto a Avital que prefiere hacer versiones propias. Quizá haya compositores
poco conocidos de la etapa 1700-1750 que han escrito obras para mandolina; no lo sé. Sea
como fuere, por un lado no me convence el cambio que hace Avital; por otro es evidente que
tiene un gran dominio de un instrumento difícil.
El programa se inició con el Concierto en La menor para violín, cuerdas y bajo
continuo, RV 356, de nada menos que "L´estro armonico"; versión para mandolina. Me quedó
claro que no estoy de acuerdo en utilizar ese instrumento, pero no cabe duda de que lo
maneja muy bien y se lo escucha con facilidad. En cuanto al Ensemble Arcangelo, Jonathan
Cohen maneja desde el clave los 3 del Violín 1 (Colin Scobie, concertino), los 2 del Violín 2, 2
violas, 2 violonchelos y 1 contrabajo; total 11 contando a Cohen. Son un buen conjunto.
En cuanto a la Sinfonía en Re menor, RV 128, me llevé una sorpresa: sus 3
movimientos, "Allegro non molto, Largo y Allegro", son de primera calidad: la música es
intensa, dramática y bien trabajada. Dato fundamental: "en 1935 el compositor y director
polaco Ludwig Landshoff dio a conocer los hallazgos que había realizado de copias
manuscritas que se hallaban olvidadas desde el siglo XVIII publicando esta Sinfonía o Concierto
para cuerdas y bajo continuo que dataría de mediados de la década de 1710".
Fueron muy útiles los conciertos que Videla (fallecido recientemente) armó
combinando a Bach y Vivaldi en varias ocasiones. A su vez Guzmán nos dice que Bach estaba
en Weimar (1708-1717) cuando conoció obras de Vivaldi y Corelli; "cómo trabajar la escritura
para las cuerdas y para el conjunto de estos instrumentos al momento de componer obras en
el marco de géneros italianos como la sonata y el concierto". El Concierto en Re menor, BWV
1052, transcripto para mandolina, venía para Bach "como secciones para órgano obbligato de
2 de sus cantatas. "Wir müssen durch viel Trübsal in das Reich Gottes eingehen" ("Debemos
entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones"), BWV 146 de 1726". De allí la
movilidad para el solista y su "impactante dinamismo armónico". Hay algo distinto en el tercer
movimiento: "procede de la sinfonía inicial de "Ich habe meine Zuversicht" ("Tengo mi
confianza"), BWV 188, de 1728". Menciona que ya para la época de Bach se reemplazaron "las
cuerdas originales de tripa por las de metal; en la actualidad el instrumento se pulsa mediante
un plectro (púa)".
El buen momento fue el Concierto en Do mayor para mandolina, cuerdas y bajo
continuo, RV 425, de Vivaldi. Sus movimientos: Allegro-Adagio-Allegro. No son largos pero sí
atrayentes y finos y aquí se lució Avital; lástima que no hay más.
Ya sabemos que los Conciertos Brandeburgueses son los más famosos de Bach y que
cada uno de los 6 tiene carácter distinto. El Nº 3, BWV 1048, en Sol mayor, fue enviado
"cuando se desempeñaba como Maestro de Capilla de la corte de Köthen". Tan mal se portó el
Margrave que nada hizo; menos mal que "fueron felizmente redescubiertos por Sigfried
Wilhelm Dehn en 1849". Es erróneo creer que el Nº 3 tiene 3 partes; no hay intermedio y un
fragmentito improvisado por el concertino estuvo de más. Pero los dos movimientos son
magníficos y fueron muy bien tocados por el grupo.
En el Concierto en Fa menor, BWV 1056, aquí, curiosamente, fue Cohen quien tuvo
que ceder, porque la obra es para clave y fue tocada por la mandolina. La versión fue
transcripta en Sol menor para mandolina. El primer movimiento no tiene especificación
aunque su carácter es más bien rápido. El segundo es Largo y el tercero, Presto. Es cierto que
Avital tocó con cuidado y buena calidad. El Largo se basa en la Cantata Nº 156, "Ich steh mit
einem Fuss im Grabe" ("Estoy con un pie en la tumba"). El Presto es fuerte y obliga a un
cromatismo poderoso; fue el mejor momento de Avital.
Ante la buena reacción del público Avital tocó una extensa pieza israelí con carácter
indudable. Fue un grato momento. Agregó un movimiento del Concierto para mandolina de
Vivaldi.
Pablo Bardin
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