sábado, agosto 12, 2023

DOS BALLETS COMPITEN EN EL COLÓN


Una decisión inesperada mezcló dos ballets sin relación: el regreso de la célebre Suite
en Blanc (Serge Lifar y Édouard Lalo) y la extraña combinación del Concierto para violín de
Tchaikovsky con el llamado "Windgames" ("Sueños de viento") de Patrick de Bana. Las
especialistas en ballet de La Nación (Constanza Bertolini) y Clarín (Laura Falcoff) se
concentraron en un bailarín italiano célebre en el ballet de la Ópera de Viena. Se llama Davide
Dato y es un entusiasta del coreógrafo alemán Patrick de Bana. Como la función se inicia con
"Suite en blanc" paso a ese tema.
Tengo motivos personales para recordar esta obra porque el Ballet de la Ópera de
París dirigido por Lifar llegó a Buenos Aires en 1950; me llevó mi madre cuando yo tenía 11
años y fue mi primera relación con el ballet. Tuve la suerte de ver no sólo "Suite en Blanc";
también "Ícaro", con percusión: esa trágica historia griega en la que Ícaro quiere llegar al cielo
llevado por su cuerpo y es rechazado por los dioses: Ícaro cae hasta la tierra. Estuve leyendo
"El cruce de 2 mundos" en el programa, escrito por Patricia Casañas, con quien cambié ideas
gratamente durante muchos años. Tomaré algunos puntos que creo muy útiles. "George
Balanchine (1904-1983) y Serge Lifar (1905-1986) fueron los 2 últimos coreógrafos de los
Ballets Russes. Prohijados por Sergei Diaghilev, ambos pusieron la piedra fundamental del
neoclasicismo". Lifar, "el bailarín ucraniano, reinó por 30 años en la Ópera" (de París). Empezó
en 1929 con "Las criaturas de Prometeo" de Beethoven. "Ícaro" es de 1935. Y llegamos a
Édouard Lalo en "Namouna", ballet en 2 actos de 1882. Fragmentos de esta obra son elegidos
por Lifar y así es como estrena "Suite en Blanc" en 1943 (¡), en plena época de Hitler. Lifar
eligió 10 estudios: "ballet blanco compuesto al estilo moderno", dijo Lifar. Bailaron nada
menos que Yvette Chauviré, Roland Petit y el propio Lifar. El sentido de cada pìeza los inventó
él, con aspectos de music-hall. Bien dice Casañas: "Hay virtuosismo, sutileza y sensualidad",
como "La cigarette" y "La flûte". Y dice Lifar sobre el final: una cascada de pasos y de
encadenamientos de líneas rectas, curvas, que no dejan ni un minuto de distracción" (Lifar, "La
danza", 1966).
Hay algo fundamental en cuanto a la música de ambas obras: Jan Latham-Koenig dirige
a la Asociación de Profesores de la Orquesta Estable y es un lujo de precisión y garra. Además,
tuvimos la calidad de Oleg Pishenin, Concertino de alto nivel de la Estable. En la "Suite en
blanc" estuvo Charles Jude como Repositor, unos 50 años de trabajo en múltiples lugares de
gran fama. No puedo evitar una cuestión que me atañe: cuando se estrenó "Suite en blanc"
una de las bailarinas que después vino a la Argentina era Micheline Bardin…Detalles: en ambas
obras el fondo es oscuro; se ven una plataforma y 2 gradas, donde varios conjuntos pueden
llegar a 35 y se visten de blanco. Hubo un momento molesto cuando anunciaron que había 2
cambios de artistas en ese día (yo lo veía desde una buena zona pero no lo entendí). Como los
artistas me parecieron muy buenos, Bertolini cita los mismos que me resultaron notables:
Carla Vincelli como Serenade, Ayelén Sánchez en "La cigarette", Camila Bocca en "La Flûte". Y
el día 10 tuvo la presencia notable de Davide Dato en la Mazurka, sin duda un momento
refinado de autor y bailarín. Es curioso, Dato en diciembre del año pasado intervino en "El
Cascanueces". Entró con una beca en el Ballet de la Ópera de Viena y está allí desde hace 15
años; es primer bailarín desde 2016.
He aquí las piezas a partir de la primera. Tomo como base el día 10. "La Sieste": 3
bailarinas (antes hay una larga obertura). "Pas de trois": también 3 pero una mujer y dos
hombres. Ya mencioné la "Serenade" con Vincelli. "Pas de cinq": 4 son los hombres y sólo una
mujer (Rocío Agüero). La Cigarette: Sánchez. Mazurka: Dato. "Parade de foire": nada menos
que 12 mujeres y 8 hombres en una ambientación divertida. "La flûte": Camila Bocca,
impecable. "Fête foraine": gran final de amplísimo juego, 9 mujeres y 9 hombres, en
considerable parecido a lo que habían hecho antes, un poco como en los finales de
Tchaikovsky. Además también hay Cuerpo de Baile abundante.

En "Windgame" el coreógrafo es Patrick de Bana, la repositora Aída Badía, la
iluminación de James Angot y el vestuario de Stephanie Bäuerle. Todos nuevos en el Teatro
Colón. Patrick de Bana nació en Hamburgo y formó parte del Ballet de esa ciudad; luego fue
bailarín principal del Ballet de Lausanne. De 1992 a 2002 pasó a la Compañía Nacional de
Danza en España. A partir de 2003 creó obras como "Marie Antoinette", "Medea",
"Minotauro" y "Notre Dame de Paris".
De Bana inventó en el Wiener Staatballet sólo la coreografía del primer movimiento del
Concierto para violín de Tchaikovsky. Agregó el segundo, lento, para sólo dos bailarines en
2017 en el Ballet de Shanghai. Y el tercero apareció en 2021 en el Ballet de Tokio. Vi las 2
primeras funciones en mi casa (youtube) y la tercera en el Colón; sin duda es cierto lo que
expresó Dato a Bertolini : "La forma única que tiene De Bana de resaltar la personalidad y el
movimiento del bailarín es fascinante. Me dejo llevar a otro mundo". Hubo una intensa
concentración de los bailarines de ambos sexos en la sala de ensayo y se vio en las funciones.
Se trabajó en 2 períodos de 3 semanas y en ellos De Bana tuvo notable comunicación con los
bailarines, especialmente con Paula Cassano, Igor Vallone y David Gómez. De Bana le explica a
Bertolini: "Es una obra que habla de la grandeza y la libertad de un águila en el cielo volando
por encima de Siberia. La música de Tchaikovsky viene de los dioses. Por eso me quería elevar
en el aire. De allí "Juegos del viento". La sala es un sitio sagrado y el escenario aún más. Quiero
tu vida porque yo te doy la mía".
Por mi parte, siento que el Concierto para violín de Tchaikovsky no tiene nada que ver
con la coreografía en ninguna de las tres partes. Muy buena música tocada con calidad pero
coreografía que necesita otra música. Eso no quita que haya aspectos interesantes en las
actividades de los bailarines: hay ideas coreográficas que tienen garra y los bailarines dan su
mejor calidad. Muy expresivo el dúo del segundo movimiento en el que puede sentirse que él
merecería que ella no quiebre la relación (de paso, ¿porqué agregar un tiempo sin música, más
allá de que el Concierto para violín no corresponde?). El Tercer Movimiento lleva a que De
Bana aproveche la rapidez de la música para que los bailarines deban hacer que sus cuerpos
respondan. El torso desnudo hace que los hombres tengan una fuerza especial para las
mujeres, como en una época salvaje. La semi oscuridad no ayuda.
Pablo Bardin

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