miércoles, mayo 25, 2022

VALIOSO CONCIERTO DE LA FILARMÓNICA DIRIGIDA POR ALEJO PÉREZ

                Alejo Pérez es un director de orquesta argentino de admirable carrera europea pero vuelve a su país con frecuencia y programa sus conciertos trayendo estrenos u obras raramente ejecutadas. El concierto del 13 de mayo es un claro ejemplo: "La isla de los muertos" ("Die Toteninsel") de Sergei Rachmaninov, el Concierto para oboe de Richard Strauss y "Die Seejungfrau" ("La sirena") de Alexander von Zemlinsky. Tanto la primera como la tercera obra tienen al mar como motivo esencial.

               Uno de mis primeros discos LP fue la grabación de Serge Koussewitzky con la Sinfónica de Boston de "La isla de los muertos" de Rachmaninov. Está basada sobre una famosa pintura de Arnold Böcklin (nació en Basilea, Suiza--no en Alemania como figura en el comentario del programa- en 1827; murió en Fiesole, Italia, en 1901). Sus siniestras alegorías influyeron fuertemente a los artistas alemanes del fin del siglo XIX y presagiaron el simbolismo. "La isla de los muertos" data de 1880 y su versión más famosa está en el Metropolitan de Nueva York (hay otras dos, similares). La tapa del disco que mencioné es justamente el cuadro de Böcklin. Empecé a ir a conciertos en 1951 a los 12 años; cuando fui consejero de Antonio Pini en el Colón en 1973 sugerí que se estrenara la obra en Buenos Aires y a Bruno D´Astoli le interesó y la estudió; sobre fines de Febrero iba a estrenarla cuando una huelga de músicos lo impidió, pero años después el director la estrenó. El poema sinfónico de Rachmaninov es su op. 29 y lo escribió en 1908 a los 35 años. Es una partitura muy lograda y da cabal impresión de lo que se ve en la pintura. Expresa Juan Ignacio Bühler en el programa: "Retrata una pequeña isla rocosa. A la orilla se acerca una balsa transportando un ataúd, con una silueta blanca de pie y otra oscura reclinada". La música "comienza con un clima oscuro, mientras una figura rítmica recurrente nos sugiere el vaivén del agua". Como si las olas se fueran intensificando se pasa del pp al ff, siempre en tono menor. "De este clima emerge el tema principal" que va creciendo en volumen, con notable orquestación, hasta llegar a un poderoso climax. Un silencio y aparece por primera vez en la producción del compositor ese Dies Irae que figura en varias obras suyas para culminar en su última partitura, esas "Danzas sinfónicas" que en la tercera danza el compositor se despide del mundo. La versión que escuchamos fue de calidad; sus casi 20 minutos dieron al público una fuerte impresión del amargo clima mortuorio y hubo un fuerte aplauso, pero el director incomprensiblemente no salió a saludar.

               En los años de la Segunda Guerra Mundial Richard Strauss creó una obra de indiscutible gusto trágico, las Metamorfosis; pero también una obra deliciosa de ambientación de mitad del siglo XVIII, "Capriccio": y varias obras instrumentales gratas completamente ajenas a la guerra. Apenas terminó, nos cuenta Bühler, "Strauss escribió el Concierto para oboe y orquesta en re mayor por sugerencia de John De Lancie, soldado estadounidense y oboísta profesional. En su acercamiento al Neoclasicismo Strauss empleó una orquesta reducida y la forma clásica de 3 movimientos". Quiso la casualidad que días antes escuché un espléndido álbum de música de Strauss editado en Argentina con 4 vinilos que nos dan obras para instrumento solista y orquesta, por los solistas de la Orquesta de la Staatskapelle Dresden y la dirección de Rudolf Kempe. Y bien, puedo afirmar que la versión del concierto que comento no le fue a la zaga. La Filarmónica tiene un gran oboísta desde hace largo tiempo: Néstor Garrote se perfeccionó desde 1985 en las Hochschule für Musik de Berna y Zürich. Tras varios años de tarea en Europa entró a la Filarmónica en 2001 y debe decirse: las maderas de nuestra Filarmónica se pueden lucir en cualquier lugar del mundo. Los 3 movimientos son tradicionales: Allegro moderato (muy exigente), Andante (melodía noble) y Vivace muy brillante, con una coda extensa marcada Allegro. Hay algo no habitual: los 3 movimientos están unidos. Fue un placer escuchar a Garrote, impecable en todo momento, y Pérez lo acompañó con ese color straussiano que conoce muy bien (recordar su gran dirección de "El Caballero de la Rosa") y la orquesta respondió  limpiamente.

               Estuve dos veces en Copenhague y en ambos casos vi la Sirenita en el Puerto y mi mujer sacó fotos. Es que los cuentos de Andersen son fundamentales para los daneses. Y ese es el tema del extenso poema sinfónico de Alexander von Zemlinsky; no tengo grabación pero me prestaron bastantes años atrás la de James Conlon dirigiendo la Orquesta Gürzenich de Köln; además lo escuché en Buenos Aires previamente. La editorial es Universal Edition de Viena y aquí la representa Barry Editorial. Zemlinsky, vienés, nació en 1872 y falleció en New York en 1942. En Viena fue director de orquesta en la Volksoper y en 1908 de la Ópera de la Corte. Luego fue director de la Ópera Alemana en Praga con mucho éxito y lo mantuvo hasta 1928. Creó 6 óperas y las presentó en distintas ciudades por primera vez: Viena, Munich, Stuttgart, Colonia y Zürich. Dos de estas óperas suelen darse juntas actualmente y tienen una fuerza truculenta: "Una tragedia florentina" y "El enano" ("Der Zwerg"). Su primera ópera, "Sarema", tuvo libreto de Arnold Schönberg (¡). De 1927 a 1932 trabajó con Klemperer en la Kroll Oper de Berlín. Schönberg fue su cuñado y su alumno; Berg lo admiraba y cita en su Suite Lírica un tema de la "Sinfonía Lirica" de Zemlinsky. Esta obra se escuchó en Buenos Aires hace un largo tiempo y existen (hasta el año 2000) 7 grabaciones; me prestaron la dirigida por Peskó. También hasta el año 2000 hubo 5 grabaciones de "Die Seejungfrau" ("La Sirena"); aparte de la de Conlon hay grabaciones de Peskó en Wergo, Kaspszyk en Vanguard, Chailly con la Orquesta RSO de Berlín en Decca y Dausgaard con la Orquesta Nacional Alemana RSO (como se ve, directores poco conocidos algunos). Antes de entrar a la obra que se escuchó quiero mencionar algo importante: la época de los años 1950 hasta 1970 dio poca importancia al compositor y hubo escasas grabaciones; nada menos que la Oxford History of Music apenas lo señala. En cambio la colección de grabaciones en CD del R.E.R. 2000 es impresionante: 7 obras orquestales. 8 de cámara incluso 4 cuartetos (los tengo y me parecen de gran calidad), 29 obras vocales y corales, y 7 de sus óperas están grabadas. Dos se vieron en el Colón: "Eine Florentinische Tragödie" ("Una tragedia florentina", sobre obra de Oscar Wilde) y "Der König Kandaules" ("El Rey Kandaules"), ópera de gran efecto.

               Y ahora vuelvo a "Die Seejungfrau". Tiene 3 movimientos. Bühler da una muy buena síntesis en el programa y lo cito. "En el comienzo del primer movimiento" ("Sehr mässig bewegt"; "Muy moderado, movido"; o sea dos tempi en el mismo movimiento) "una figura ascendente recrea la profundidad del océano, mientras que el cálido tema de la Sirena es introducido " por el violín (admirable el timbre y la belleza melódica de Xavier Inchausti). Luego "una feroz tormenta hace caer al Príncipe de su barco. La Sirena lo salva de morir ahogado". "El segundo movimiento" ("Sehr bewegt, rauschend": "Muy movido, ruidoso") "se inicia con una fiesta en el Palacio del Rey del Mar; la música se torna misteriosa y lúgubre cuando la protagonista se dirige al encuentro de la Bruja para pedirle que la convierta en humana" (como en "Rusalka" de Dvorák). "El pacto exige que entregue su voz; le esperará la muerte si no consigue el amor del joven. Consumado el pacto el movimiento regresa al baile del Palacio".  Tercer movimiento: "Sehr gedehnt, mit schmerzvollen Ausdruck·: "Muy prolongado, lleno de expresada tristeza". "El cierre de la obra nos introduce en el viaje de la Sirena a la superficie. La intensidad de la música va en aumento, retomando motivos de los movimientos anteriores, hasta estallar en el momento en que descubre al Príncipe junto a su prometida. La obra concluye con calma y cierto optimismo ya que la protagonista no muere sino que alcanza la inmortalidad al transformarse en una ´Hija del aire´". La música llega varias veces a grandes climax y tiene fuerte impacto; la obra es de 1903 cuando Zemlinsky tenía 32 años. Comparemos con Schönberg: "Noche transfigurada", 1899; Cuarteto en Re sin número, 1897; "Pelleas und Melisande", 1902-3; "Gurrelieder", 1900-1903 hasta el Lied der Waldtaube inclusive. En suma, Zemlinsky fue maestro de Schönberg, ¡y qué obras nacieron! Sí, es la exacerbada etapa final del romanticismo, potente y válida (como lo es Mahler). De modo que fue importante que "Die Seejungfrau" se haya escuchado y Pérez logró que la Filarmónica respondiera con eficacia a su bien madurada dirección.

Pablo Bardin

               

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