El programa del Colón Grandes Intérpretes se inició con Plácido Domingo e iba a continuarse con dos cantantes españolas, la conocida soprano Ainhoa Arteta y la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera, con nuestro Marcelo Ayub como pianista acompañante. Pero Arteta se enfermó y finalmente el concierto fue con Herrera y Ayub, por supuesto cambiando el programa.
Así, la Primera Parte fue dedicada a la música española y la Segunda a obras en francés. Las 7 primeras canciones son poco conocidas aquí. El catalán Eduardo Toldrá vivió entre 1895 y 1962. De las Seis canciones escuchamos "Mañanita de San Juan" (Anónimo), de 1940, y "Nadie puede ser dichoso", con texto de Garcilaso de la Vega (compuesto en 1941). Toldrá fue un notable violinista y formó un cuarteto con el que presentó la totalidad de los cuartetos de Beethoven y los llevó por Europa. Hombre de refinado gusto, compuso un cuarteto, hizo homenaje a algo muy típico de Cataluña, la sardana (compuso 25), una ópera cómica, "Vistas al mar" (obra orquestal con 3 grabaciones en el catálogo R.E.R.). Victoria de los Ángeles grabó varias canciones suyas (aunque no las que se escucharon en el Colón, que en R.E.R. no figuran). Sea como fuere, las que ofreció Herrera tienen la naturalidad y facilidad melódica del autor y ella las cantó con buen timbre y cuidada expresión; Ayub, como en todo el programa, fue un admirable acompañante, siempre exacto y en estilo (no sé cuándo aprendió las obras considerando que el programa fue distinto). Garcilaso de la Vega tuvo corta vida (1503-36), ya que su talento poético no evitó ser un guerrero del emperador Carlos V (Carlos I en España) y luchar en Francia, donde murió. Pero dejó sonetos, octavas y silvas de renovadas estructuras rítmicas y de rima. Curiosamente hubo otro autor notable llamado Garcilaso de la Vega, pero mitad Inca. No fue poeta sino historiador y tuvo vida larga (1539-1616).
La breve biografía de Herrera en el programa de mano sólo da datos entre 2019 y 2022 y la presenta como artista versátil que canta zarzuelas, óperas italianas, francesas y españolas, pero también obras no operísticas como "Shéhérezade" de Ravel, los nada fáciles "Gurrelieder" de Schönberg, el Requiem de Mozart, Grabó "Goyescas" de Granados. Pero está identificada con "Carmen" y la cantó entre otros lugares en el Met, el Covent Garden, en la Arena de Verona, en las óperas de Munich, Berlín y Roma y en ciudades inesperadas como el Bolshoi y las de Sidney y Japón. En suma, tiene una carrera versátil. Un amigo me recordó que hace 4 años cantó en el Colón "L´Italiana in Algeri".
Anton García Abril tuvo una vida larga (1933-2021) Y sus obras fueron variadas. Las pocas grabaciones en el R.E.R. son de empresas como Marco Polo, que siempre graba obras por `primera vez, o pequeñas como Analekta Recording y Ensayo. Son obras para orquesta como el Concierto mudéjar para guitarra, o en un caso Tres canciones españolas con texto de García Lorca. No olvidar que el catálogo R.E.R. sólo cita las obras que se conseguían en Gran Bretaña, puede haber grabaciones españolas que no salen de allí o no van a Londres. Carezco de un catálogo reciente español y me resultaron nuevas dos canciones con texto de Antonio Gala: "No por amor" y "Agua me daban a mí". Me parecieron bastante logradas y cantadas con habilidad. El compositor escribió más de 130 canciones, además de ópera, música para cine y televisión.
Reconozco no conocer ni de nombre a Miquel Ortega, nacido en 1963. Por cierto que en los últimos 50 años no faltan compositores de vanguardia, pero no es éste el caso. La primera canción, bastante breve, se llama "Memento" (de García Lorca) y fue cantada con voz atenuada. Y volvimos a García Lorca con ese bello "Romance de la luna, luna" que no toleraría música extrema; me resultó bastante expresiva y la artista la cantó con carácter. Antes y después de Ortega ella salió del escenario. Quedó Ayub, que ejecutó una obra famosa de Ernesto Lecuona, "Malagueña", de la Suite "Andalucía", melódica, atrayente y muy difícil; Ayub estuvo a la altura de las exigencias.
Volvió Herrera y se animó con los célebres "Cinco cantos negros" de Xavier Montsalvatge (1912-2002). Tuve la suerte de conocerlo en el año 2000 cuando fui a un concierto con una muy buena orquesta de las Canarias, y con mi amigo Carlos Singer se produjo una charla simpática y directa. Los cantos negros fueron escritos en 1947 y son su obra más famosa. En Buenos Aires las cantó admirablemente Victoria de los Ángeles en 1962 y con algo menos de carácter Teresa Berganza en 1967. Por supuesto está muy grabada aunque sólo las mencionadas son grandes figuras; de los Ángeles la grabó con la orquestación del autor y dirigió Frühbeck de Burgos. Dato notable: escribió la música para un gran número de ballets. Otras obras: la ópera "El gato con botas" sobre Perrault, la Sinfonietta Folia Daliniana, la Sinfonía Mediterránea, la Sinfonía de Requiem para soprano y orquesta. En suma, un compositor importante de Cataluña. Los Cinco cantos negros son: "Cuba dentro de un piano" (de Rafael Alberti); "Punto de habanera, siglo XVIII" (Néstor Luján); "Chévere" (de Nicolás Guillén); "Canción de cuna para dormir a un negrito" (Ildefonso Pereda Valdés) y "Canto negro" (Guillén). Herrera, que había sido bastante circunspecta antes de Montsalvatge, aquí agregó gritos y gestos bastante exagerados, si bien parte de la música lo permite. Ciertamente no le dio la gracia a la Canción de cuna pero el Canto negro permite cierta intensidad popular. Allí su traje muy colorido y variado funcionó bien. Es notable cómo el compositor pone bastantes acordes disonantes que sin embargo se aceptan como parte del clima de América Central y su gente.
En la Segunda Parte Herrera apareció con un traje de violento rojo. Lo más interesante del programa a mi parecer fue la inclusión de 3 canciones de Pauline Viardot García (1821-1910). Mezzosoprano, fue hermana de la Malibran e hija de Manuel del Popolo García, famoso cantante rossiniano. Gran artista, Schumann y Brahms le dedicaron obras. Liszt le dio lecciones de piano. En 1839, a sólo 18 años, el empresario Louis Viardot la contrató para el Théâtre Italien en París. Cantó con los grandes rossinianos: Grisi, Tamburini, Rubini y Lablache. Su voz no era de especial belleza pero la manejaba con extraordinaria habilidad. Su marido la llevó por las grandes ciudades europeas, donde siempre tuvo gran éxito. Cantó Fidès de "Le Prophète" de Meyerbeer 200 veces. Moscheles dijo: "Es la vida y el alma de la ópera". En 1859 cantó el "Orphée" de Gluck en la versión de Berlioz en el Théâtre Lyrique 140 veces. A partir de 1863 se instaló en Baden-Baden y empezó a componer operetas con libretos de Turgenev (¡); la guerra de 1870 la obligó a retornar a París y allí publicó varias colecciones de canciones como las que escuchamos en el concierto de Herrera. Si bien no parece haber ido a España, por algo es García, y las canciones elegidas son de ambiente español: "Madrid", "Havanaise" (no olvidemos que Cuba fue parte de España durante largo tiempo) y "Les filles de Cadix" ("Las hijas de Cádiz"). Música fresca y de mucho encanto, muy bien transmitida por Herrera, que además en la tercera canción usó las castañuelas con toda precisión.
Salen ambos, retorna Ayub, quien toca el Preludio de "Werther"; al terminarlo aparece la mezzosoprano y canta ese soliloquio dramático tan importante: "Werther!...Werther!...Qui m´aurait dit…Ces lettres!" ("Werther! Werther! Quién me hubiera dicho…Estas cartas!"). Aquí la gente veterana (como yo) siempre tiene el canto y la imagen de Régine Crespin en este personaje; fue el único momento dramático y Herrera, con buen francés, estuvo bastante eficaz. "Samson et Dalila" es la gran ópera de Camille Saint-Saëns y si bien Dalila tiene otras atrayentes arias, la más célebre es "Mon coeur s´ouvre à ta voix" ("Mi corazón se abre ante tu voz"); los graves no son poderosos en la voz de esta artista pero sí el agudo y llegó con fuerza a esa nota que impacta a Sansón. Y llegamos a esa "Habanera" (que es tanto de Yradier como de Bizet) con la que conquista a José. En realidad hay un breve recitativo antes de la habanera: "L´amour est un oiseau rebelle" ("El amor es un pájaro rebelde"). Pasamos del concierto al show: la cantante bajó al pasillo central y empezó a hacerle gestos sensuales a miembros del público, incluso entrando entre dos filas. Sí, lo cantó bien, pero me parecieron recursos baratos.
Hubo dos piezas fuera de programa, ya subida al escenario: un fragmento de zarzuela muy atrayente y cantado a la perfección: "Tierras de Granada", de "La Tempranica" de Gerónimo Giménez, y "Nana" de Montsalvatge, la 6ª canción que compuso aparte de los "Cinco cantos negros", para mí menos interesante que los famosos.
Pablo Bardin
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