Desde que Mario Videla inició la Academia Bach de Buenos Aires en la Iglesia Metodista Central desde hace unos 40 años, asistí asiduamente a sus conciertos; además el custodio Van der Meulen (director de coros) siempre cuidó a la Iglesia y la mantuvo impecable (somos amigos y él tiene en la actualidad 95 años admirablemente llevados). El Covid afectó gravemente a la Academia, que debió cerrar en 2020; sobre el final de 2021 ofreció varios conciertos en pocas semanas. Pero este año finalmente vuelven a la normalidad y dan un ciclo que se inicia en abril y termina en octubre: 6 conciertos (4 en la Metodista, 1 en la Iglesia San Juan Bautista, 1 en el Convento de la Iglesia, repetido debido a que es pequeño, y una conferencia sobre "Artaserse" de Leonardo Vinci (sí, el padre de Leonardo Da Vinci) en el Auditorio Fundación Beethoven; programación con gran variedad de compositores cumpliendo el título de este año: "Bach y la Corte de Dresde".
La velada se inició con 2 obras de Johann Sebastian Bach: el Concierto en La menor, BWV 1041, para violín concertante, cuerdas y bajo continuo; solista, Pablo Saraví; y la Cantata BWV 114, "Ach, lieben Christen, seid getrost" ("Ah, queridos cristianos, consolaos") para solistas (mezzo soprano, tenor y barítono), coro, flauta, oboe, cuerdas y continuo. Y algo muy valioso que se ha escuchado rara vez: "Litaniae Lauretanae", ZWV 152, para solistas (soprano, mezzosoprano y tenor), oboe, cuerdas y bajo continuo, de Jan Dismas Zelenka (1679-1745). Órgano, dirección y comentarios, Mario Videla.
Como sucede cuando ningún ejecutante está apurado para llegar al Colón, el concierto duró 2 horas, de 18,05 a 20,05, y no hubo interrupciones. O sea que Videla habló mucho, quizá demasiado, pero sus datos están como siempre bien basados. Lo que molestó fue la sucesión de chistes innecesarios e infantiles. Sólo dos conciertos para violín nos han llegado pero parece seguro que escribió más; ambos son impecables y se tocan con frecuencia. Trabajo límpido de Saraví, gran concertino y especialista en la calidad de los instrumentos (ha escrito libros al respecto); lo acompañaron Fabrizio Zannella y Mariana Saraví (supongo que hija de Pablo) en violines, Marcela Magin, viola; José Araujo, perfecto violoncello; Fernando Fieiras, contrabajo nítido; y por supuesto Videla (preferiría que tocara un clave, no un órgano chico).
Videla siempre hace cantar al público pero generalmente lo hace al final; esta vez los hizo cantar el coral de cierre de la Cantata 114 con el texto de Joseph Klug de 1535 traducido al castellano como es habitual; se inicia así: "El Salmo dice que el Señor al enemigo vence", y la gente cantó el Coral correctamente. El GCC-Grupo de Canto Coral fue creado por Néstor Andrenacci en 1973; es un espléndido coro de cámara que colabora con Videla desde que empezó la Academia Bach; grabó 11 registros fonográficos en su carrera y llevó al coro a distintos países americanos y europeos. Andrenacci tiene varios coros a su cargo. Esta vez hubo 9 sopranos (2 de ellas invitadas), 9 contraltos, 5 tenores y 4 bajos (uno de ellos, Tamino Andrenacci).
La Cantata fue presentada para el 17º Domingo después de Trinidad – Leipzig, 1724. El texto es de Johannes Gigas (1, 4 y 7: los coros) y son anónimos para las arias y los recitativos. Videla demostró con la ayuda de los intérpretes la extraordinaria variedad del Coro inicial, en Sol menor, 80 compases, 6/4, donde se lució el oboe del veterano y talentoso Andrés Spiller (también apoyó Gabriel La Rocca en fagot). Hubo una gran decepción con el Aria Wo wird in dieser Jammertale" ("¿Dónde habrá en este valle de lágrimas?"), cantada de modo asaz ingrato por el tenor Matías Tomasetto (hubo un grupo del público que lo protestó); la música es interesante, sin embargo, y al revés del cantante, se lució la admirable flautista Patricia Da Dalt, olvidada en el folleto del día pero que está en el del ciclo. Siguió el Recitativo del barítono, de denso texto: se inicia "¡Oh pecador, soporta con paciencia!" y termina "sobrepasando esta corrupción del pecado, a la inocencia y la gloria"; fue bien resuelta por el bajo del coro Marcos Devoto. El Nº 4 es un Coral de sopranos con bajo continuo, muy bien cantado: "Así como un grano de trigo no germina si no penetra en la tierra". Nº 5, aria de mezzosoprano: Virginia Correa Dupuy dio sentido al texto y belleza a la melodía: "Oh muerte, ya no te temo". Nº 6, recitativo de tenor con bajo continuo: "Piensa pues en tu alma"; Tomasetto algo mejor. Y el Coral final con todos los instrumentos,"Dormidos o despiertos somos hijos de Dios", cantado con firmeza y muy bien acompañado. En suma, una cantata de considerable interés más allá de la mediocridad de algunos textos.
Sólo tengo de Zelenka las 6 Trio Sonatas, que me parecen excelentes. Mi catálogo R.E.R. de CDs tiene de él 9 obras orquestales, 3 de cámara y 21 obras religiosas; o sea, 33 obras, lo cual es bastante considerable y revela que es un compositor valioso. Hay una grabación de las "Litaniae Lauretanae (Salus Infirmarum)", ZWV 152 (1741-44): Nancy Argenta (soprano), Michael Chance (contratenor), Christophe Prégardien (barítono), Gordon Jones (bajo), Coro de Cámara de Stuttgart, Tafelmusik (dir. Bernius). Zelenka trabajó en la Corte de Dresden; bohemio, estuvo en Dresden ya en 1710 como contrabajista de la orquesta de la Corte. Entre 1716 y 1719 estudió con Fux en Viena y con Lotti en Italia, volviendo en 1719 a Dresden. En 1729 fue nombrado director de música sacra y en 1733 obtuvo el título de compositor de la Corte, que conservó hasta su muerte. Se caracterizó por el llamado "stile misto", notable por su consistencia polifónica y la plenitud de sus armonías. Escribió nada menos que 21 misas, 3 Requiems, 2 Te Deum, 3 oratorios italianos y 3 cantatas. La librería del Estado de Dresden tiene la mayor colección de composiciones en manuscrito.
Las Litanías de la Virgen de Loreto son de plena madurez del compositor y fueron interpretadas hace 25 años por Andrenacci; fue fácil atraer a Videla para que se escuche en el primer concierto de este año: una media hora de intenso placer artístico. Está dividida en 7 partes, iniciándose con un Kyrie eleison de gran belleza aunque sin sentido trágico como en Bach. La Nº2 es un "Pater de coelis" para soprano e instrumentos: 189 compases en 3/8; dramático, en re menor, tiene considerable dificultad, y Graciela Oddone logró resolverlo en buena medida; termina "Madre de Cristo, ruega por nosotros". Todo el Nº 3 concierne al Coro alabando a la Virgen; "Mater Divinae Gratiae", Vivace, 4/4; el coro se lució en las manos siempre seguras de Andrenacci. Nº 4: "Virgo prudentissima": similar pero más detallado; termina con "Stella matutina, ora pro nobis". En Do mayor, Grave-Vivace, 4/4, bastante breve (44 compases); además del coro canta también la mezzosoprano. Nº 5: "Salus infirmorum" ("Salud de los enfermos"); pese al escaso texto, dura 100 compases; es para mezzosoprano, en La menor, Andante en ¾: música expresiva y variada, fue bien cantada por Correa Dupuy. Nº 6: "Regina angelorum"; extenso (164 compases), en Fa mayor, Allegro en 2/4, para tenor; aquí mejoró Tomasetto pese a algunos momentos demasiado tensos. Nº 7, "Agnus Dei": magnífico final para coro, solistas e instrumentos: 109 compases, Fa mayor, Grave-Vivace assai e sempre staccato, 4/4; muy bien cantado. En suma, una revelación que me dio ganas de conocer mucho más del compositor.
El próximo concierto será el 14 de mayo a las 18 hs en la Iglesia San Juan Bautista, con música de Bach para órgano, tocada por Videla, pero también habrá arias y Lieder del Libro de Ana Magdalena Bach y Canciones religiosas del Cancionero de "Schmelli", con esos admirables artistas casados, Correa Dupuy con Igor Herzog (tiorba).
Pablo Bardin
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