"Nabucco" volvió al Colón después de 31 años, pero hubo una versión de concierto en la Ballena del CCK dirigida por Benzecry, y una versión entera en el Teatro Argentino con una puesta tradicional. Escribe Sebastiano De Filippi en su comentario "¡`Viva Verdi!": en el Colón "26 funciones, repartidas en 4 producciones y una versión de concierto" (no aclara cuál). Pero antes se había estrenado el 23 de agosto de 1850 en el Teatro Principal de la Victoria; probablemente se ofreció en otros teatros. En el nuevo Colón la dirigió el gran Tullio Serafin en 1914 con Carlo Galeffi (Nabucco), Cecilia Gagliardi (Abigaile) y Nazareno De Angelis (Zaccaria). Tras un gran salto se representó en 1956 dirigida por Alberto Erede, con Mario Sereni (N), Maria Caniglia (A) y Mario Petri (Z). Yo vivía en Washington y no la vi. Fenena fue Isabel Casey, que acaba de fallecer. Régie: Riccardo Moresco; Escenografía: Héctor Basaldúa. Fue de variable nivel la de agosto 1972: Cornell MacNeil (N), con menos rendimiento que en espléndidos años anteriores (no regresó); Daniza Mastilovic (A, brillante); Bonaldo Giaiotti (Z, notable) y Martha Colalillo (F). Se ofreció en 1988 con Lajos Miller (buen N), Adelaida Negri (A de fuerte garra), Nino Meneghetti (Z) y Elisa Brex (F). Dir, Reinaldo Censabella; no tengo datos de régie. 1991: Eduard Tumagian (N), Linda Roark-Strummer (A), Evgueni Nesterenko (poderoso Z) y Lucila Ramos Mañé (F). Buen director: Anton Guadagno. R y E: Oswald, muy logrado. En suma, contando la actual, fue representada en 6 abonos.
Como se sabe, en años recientes se han podido ver en otros teatros las primeras dos óperas de Giuseppe Verdi en buenas versiones y hay grabaciones de categoría (las tengo) de "Oberto, Conte di San Bonifazio" y de "Un giorno di regno". La primera se dio con pasable entusiasmo del público y la segunda fue injustamente rechazada. Verdi en ese mismo tiempo perdió a su mujer y a sus 2 hijos, cayendo en natural depresión. Sin embargo, el empresario Merelli, que ya lo había apoyado en Busseto (Verdi nació en Le Roncole, a pocos kilómetros) y tenía el control de La Scala, le mostró un libreto de Temistocle Solera que, como lo aclara el programa de mano del Colón, está basado "en el antiguo Testamento y la obra teatral francesa "Nabuchodonosor" de Francis Cornue y Anicète Bourgeois". La ópera primeramente se llamó "Nabucodonosor", y luego, considerando que más brevemente era más fácil de recordar, se la llamó "Nabucco". Tengamos en cuenta que Milán era parte del Norte italiano que en esa época estaba en manos del Imperio Austro Húngaro. Y aunque la ópera tiene muchos valores, su célebre "Va, pensiero" se convirtió en ideal música para los italianos del Risorgimento y la ópera fue un rotundo éxito. Las siguientes dos óperas, también La Scala, tendrán coros de similar impacto aunque menos famosos: "O Signore, dal tetto natio" de "I Lombardi", y "Si ridesti il Leon di Castiglia" en "Ernani". "La acción tiene lugar en Jerusalén y Babilonia en el año 560 A.C.". Como era habitual en esa época, cada acto tiene un título. "Acto I: Jerusalén. Acto II: El impío. Acto III: La Profecía. Acto IV: El ídolo destruido". Como en "Attila", hay frecuente violencia. Y si en "Ernani" 3 hombres se enamoran de la misma mujer, aquí hay algo parecido pero 2 mujeres (Abigaille y Fenena) se enamoran del mismo hombre (Ismael). "Nabucco" se estrenó el 9 de marzo de 1842; Verdi tenía 29 años y a partir de entonces tuvo óperas desparejas: 12 antes de llegar al esencial "Rigoletto"; sin embargo, al menos "Ernani", "I due Foscari", "Macbeth" y "Luisa Miller" fueron valiosas.
El programa de mano incluyó un texto escrito por Stefano Poda, que había presentado en el Colón un "Trittico" de Puccini bastante discutible en 2011. Y bien, este "Nabucco" iba a estar en la temporada de 2022 y el Covid lo impidió. Poda es responsable total: director de escena, escenografía, vestuario, iluminación y coreografía. Tiene una larga carrera y ha presentado unas cien producciones, muchas de ellas en teatros de buen nivel aunque no son de los principales: óperas italianas y francesas, y alguna rusa o alemana. Aparte del texto mencionado hay una entrevista en La Nación realizada por Helena Brillembourg; se inicia de extraña manera porque su primera frase me resulta errónea: "Con más de 200 producciones en los principales teatros del mundo" (100, no 200, y buenos teatros, no principales). Pero luego hay frases adecuadas: para Poda "la abstracción y lo atemporal son como una especie de sello personal ". Dice Poda: "Después de 30 años de recorrido en el mundo de la ópera ésta ha sido la experiencia más simbólica que me ha tocado. En el fondo me siento un artesano, necesito estar encima de la confección, del diseño arquitectónico, del trabajo de escultura que es algo que me apasiona. Es un premio tener todos los talleres juntos en este teatro, eso no existe más en el mundo" (único aspecto en el que coincido con Poda). "El método que utilizo con los artistas: no quiero que actúen sino que sientan. Quiero una búsqueda de conexión entre gesto, cuerpo, música y sensación pura. El ´Va, pensiero´ lo asumo como un ejercicio terapéutico para que cada cual pueda liberar las cadenas del cuerpo y eliminar la opresión" (pero lo que se vio fue distinto: todos tirados en el piso). "Los babilonios y los hebreos somos todos. La vida es una conexión permanente entre intelecto y espíritu y por eso la cinta de Moebius que se muestra en la escenografía. La ópera es símbolo, usémoslo para reencontrarnos con nosotros mismos". Frase de Brillembourg que me parece correcta: "Desde el comienzo, Verdi sugiere que el verdadero protagonista aquí es el pueblo y su voz se la da al coro" (el pueblo hebreo). Vamos a lo expresado por Poda en el programa de mano. Dato cierto: Verdi en efecto "empezó la composición de esta ópera" con el "Va, pensiero". "El decorado quedó montado y bloqueado sobre el escenario del Colón durante meses, colgado e inutilizado". Luego quiere justificar su escenario: "Tiene que desarrollarse en un blanco puro y abstracto, un mundo de búsqueda hacia la liberación del dolor, de las prisiones, de la violencia: el lenguaje contemporáneo de la danza acompaña los personajes en un infierno de Dante, hacia un final de redención universal" (no el infierno, sino el Purgatorio y pensando en el Paraíso). Frase interesante: "La verdadera catarsis no es liberarse de las cadenas físicas, sino de las espirituales". Termina citando en italiano un poema de Salvatore Quasimodo en dos partes: "Salmo 137" y "Va, pensiero", de 1946: expresivo y bello.
Es momento de referirme a mi impresión sobre este "Nabucco". Lo mejor fue desde la Obertura (que fue escrita después de la ópera y por supuesto está basada en melodías de la ópera). El director musical: Carlos Vieu. Tiene una vasta experiencia a los 56 o 57 años (el programa da su nacimiento en Buenos Aires en 1966 pero no menciona día y mes) y es el más capaz de su generación tanto en ópera como en concierto. La orquesta le respondió muy bien. El otro factor positivo fue el Coro Estable dirigido por Miguel Martínez: sonó poderoso y afinado; y en "Va, pensiero", cantó con refinamiento. Pero debo decir que yo estuve en la penúltima fila y completamente a la izquierda; escuché al coro como si no estuviera en el escenario.
Estoy escribiendo el 2 de junio y leí el desopilante envío de Eduardo Damián Bokstein a Ayache; no resisto reproducir algunas frases, ya que expresa impecablemente lo que ocurrió: "Aparece una figura de blanca vestimenta mientras que prontamente una gran cantidad de bailarines y el coro lo rodean en medio de imparables corridas, empujones de unos a otros, tirados en el piso. Mientras, el disco giratorio gira incomprensiblemente. Los bailarines siguen corriendo. Los cantantes los deben seguir trasladándose por el escenario sorteando los obstáculos móviles que no paran de correr, distrayendo la casi nula acción dramática. En el fondo desfilan bailarines con andar de zombies. Telones transparentes formando grandes cuadrados suben y bajan a menudo, una gran oreja (¿será la de Van Gogh?), enormes cubos con fragmentos de un cuerpo humano se deslizan de uno a otro lado, cubos que en el último acto se alinean verticalmente formando una enorme figura masculina, y una gran y plásticamente bella figura que desciende desde lo alto" (se trata de la cinta de Moebius) "durante el coro de los hebreos que cantan acostados en el suelo, muchos en posición fetal…Siguieron las corridas. Pocos recursos reiterados hasta el hartazgo. Esta puesta en escena puede adaptarse disparatadamente a cualquier otro espectáculo lírico. ¿Qué más da?" Completamente de acuerdo, y gracias por mencionarme.
Uno de los errores de los programas es que no se dan datos sobre los cantantes, lo cual es injusto tanto para los artistas como para los que están viendo el espectáculo. Por otro lado, había pensado en venir a ver el segundo reparto (cada uno canta 5 veces, total 10) pero salí muy enojado por la puesta y decidí no volver; sin embargo, y en base a que los conozco, creo que los dos principales argentinos son artistas de gran categoría: Leonardo López Linares y Mónica Ferracani; analizo ahora los cantantes que escuché poniendo entre paréntesis a los argentinos.
El Primer Acto se inicia con un amplio coro de los preocupados judíos en el Templo de Salomón en Jerusalén. Se lamentan por "la dura derrota sufrida frente a las fuerzas de Nabucco, rey de Babilonia" (que en esa época era muy importante). Luego Zaccaria (Z) trata de consolarlos; es el sumo sacerdote judío. Lo cantó muy bien Rafal Siwek, con agudos arduos para un bajo (en realidad es un bajo barítono) resueltos hábilmente, con grato timbre (Christian Peregrino). Les dice que está prisionera Fenena (F), hija menor de Nabucco (N), "en calidad de rehén para negociar el retiro de los babilonios. Z confía la seguridad de F a Ismaele (I), sobrino del rey de Jerusalén" (que no aparece) "y anterior enviado a Babilonia". Se retiran Z y los hebreos. Entran F, Guadalupe Barrientos, mezzosoprano (Florencia Machado) e I, Darío Schmunck, tenor (Santiago Vidal). Nos enteramos de que se aman; I le pide que escape antes de arriesgar su vida. Barrientos, en plena voz, fue admirable ya en este primer encuentro y lo seguirá siendo durante toda la ópera. Schmunck cantó correctamente pero la voz sonó bastante liviana. Abigaille (A, soprano dramática) es un personaje terrible, de gran dificultad vocal; Rebeka Lokar (Ferracani) no tiene la voz adecuada; demasiado vibrato y el timbre carece de calidad; las notas agudas no son gratas. Nabucco cree que ella es hija suya; ella sabe que es una esclava, pero ha logrado que la crean hija. Ama a I y los amenaza: "si no abandona a F, lo acusará de traición; pero él la rechaza". Entra Nabucco (N); Sebastián Catana, barítono rumano (López Linares). Su entrada tuvo poca garra; Z aparece y lo amenaza con matar a F, pero I interviene y la salva. "N ordena la destrucción del templo y los judíos maldicen a i como un traidor".
El Acto II tiene 2 Escenas. Escena 1: Aposentos reales de N en Babilonia. A "descubrió un documento que prueba que ella no es la auténtica hija de N sino una esclava." Es la famosa escena que se inicia con el recitativo "Ben io t´invenni", muy difícil. Sigue el aria "Anch´io dischiuso un giorno", muy melódica. "Aparece el Sumo Sacerdote de Babilonia", Mario de Salvo, bajo (Christian De Marco), "que le hace saber que F dio orden de liberar a los prisioneros hebreos. Con la complicidad del sacerdote, A anuncia la falsa noticia de la muerte de N y se autoproclama reina de Babilonia. Buen trabajo de Mario de Salvo, aunque breve. Ella canta la exigente cabaletta "Salgo già del trono" ("Subo al trono"). Escena II: Una sala en el palacio de N. "Un levita acude hasta Z con las tablas de la ley, quien reza ante ellas". Es la bella aria "¡Vieni, o levita!", bien cantada. Otros reafirman ante el Sumo Sacerdote la acusación de traición en contra de I, quien inútilmente trata de defenderse. Anna (An), hermana de Z, Mariana Carnovali (María Belén Rivarola) señala que I es inocente"; buena intervención de la cantante. "Además, que F se convirtió a la religión hebrea. Pero Abdallo", Gabriel Renaud, tenor (Gabriel Centeno) "llega con terribles noticias: A reina y los israelitas están condenados al exterminio por N. Irrumpe A para exigir a F que le entregue la corona. En ese momento aparece N, quien luego de ceñírsela, se proclama Rey y Dios de los hebreos. Un rayo castiga la irreverencia y hace caer la corona. A es la única con valor para recogerla". Estos últimos minutos tienen fuerte impacto y Catana tuvo más presencia.
Acto III. Escena 1: Los jardines flotantes de Babilonia (que por cierto distan de aparecer en la escenografía de Poda). "El Sumo Sacerdote de Babilonia presenta a A el decreto de muerte contra los judíos y F. N entra enloquecido reclamando su trono (el Sumo Sacerdote se ha retirado). A lo convence para firmar el decreto"; pero en cuanto lo hace "le pide salvar a F". Y "dice que A no es una verdadera hija sino una esclava. A se burla y destruye el documento con la evidencia de sus orígenes". Vuelve N a rogar por la vida de F pero A sigue burlándose. Esta escena pone el acento en la maldad de A y la semi-locura de N. Estuvo bien interpretada; Verdi refleja cabalmente la personalidad de ambos y no exige grandes dificultades de canto. Escena 2: Un paraje a orillas del río Eufrates. Nuevamente nada de esto aparece, y el coro está relegado a estar en el suelo, casi no visible. El famoso Coro estuvo por supuesto muy bien cantado y coordinado con la atrayente orquestación pero la puesta no ayudó. "Z trata de consolarlos diciendo que el fin de Babilonia se acerca"; poco creíble, pero escrito con lucimiento para el bajo barítono; Siwek venció las dificultades de notas agudas baritonales.
Acto IV, Escena 1. Sala en el palacio real de Babilonia. "N se despierta. Ha recobrado completamente su razón y su fuerza". Se encuentra con soldados a quienes les dice que está sano. "Ve que llevan a F encadenada a la muerte". Pero ahora el libreto nos da un cambio en N que no existió: "Pide perdón al Dios de los judíos, promete reconstruir el templo de Jerusalén y seguir la fe verdadera", no la de Baal. Escena 2: Altar de Baal. "Z libera a F y a los judíos de la muerte": esto implica que venció a los soldados que respondían al Gran Sacerdote y a A pero nada de esto se ve (error de libreto). "N entra con la espada en la mano" y contrariamente a lo que pudo creer Z, "a una palabra suya" (de N) "el ídolo de Babilonia se rompe en pedazos". Esto se vio razonablemente bien. "N libera a los judíos y asegura que construirá un nuevo templo a su Dios" (en realidad fueron muchos los que se quedaron en Babilonia por considerarla una ciudad rica donde podían trabajar con aceptables sueldos). El final es inesperado: "entra A, que se ha envenenado y expresa su remordimiento", pidiéndole perdón a F "y muere". Paradójicamente fue este arrepentimiento lo que mejor cantó Rebeka Lokar, ya que la escritura verdiana es expresiva pero no muy ardua. Muy brevemente, apenas unos segundos, "Z aclama a N como el servidor de Dios y el rey de reyes". En estas últimas etapas el rendimiento vocal de Catana fue positivo.
Para terminar, algunas referencias en cuanto a grabaciones. La que tengo: N: Tito Gobbi. A: Suliotis. Z: Carlo Cava. Dir; Gardelli, Ópera de Viena. Figura en mi catálogo R.E.R. 2000, sólo que pasada a CD (tengo vinilo). En CD: N: Bruson. A: Guleghina. Z: Furlanetto. Dir Oren, Orq. en Tokyo. CD: N: Cappuccilli. A: Dimitrova. Z: Nesterenko, Agrego en este caso: Ismael, P. Domingo; y F: Valentini-Terrani. Dir Sinopoli. DG. Menos interesante: N: Gavanelli. A: Pick-Hieronimi. Z: Burchuladze. Dir Guadagno. Las otras 2 están en DVD. N: Bruson. A: Dimitrova. Z: Burchuladze. Dir: Muti (La Scala). N: Bruson. A: Dimitrova. Z: Petkov. Dir: Arena (¡en la Arena de Verona!). Algunos grandes nombres en fragmentos aparte de las completas. Obertura: Fricsay, Chailly, Dorati, Downes, Abbado, Karajan, Scherchen, Toscanini. Selección de varios fragmentos: Manuguerra, Scotto, Ghiaurov, Obraztsova; dir Muti. Va pensiero: Solti, Haitink, Toscanini, Santini, Rudel, R. Shaw. Arias de N: Ruffo, Stracciari. De A: Callas, Varady, Tebaldi. De Z: Christoff, Ramey, Van Dam, Siepi, Pasero.
Para terminar: la gran estrella que estrenó Abigaille fue Giuseppina Strepponi; pronto dejó la carrera y fue la compañera de Verdi durante varias décadas.
Pablo Bardin