Natalia Larangeira dirigió en el Colón a la Filarmónica de Buenos Aires ofreciendo un programa que combinó dos obras de mujeres compositoras contemporáneas con la Serenata Nº 2 de Brahms. Hilda Dianda nació en 1925 en Córdoba y todavía vive; escuchamos la "Música para arcos" de 1951. Por su parte Sofia Gubaidulina nació en 1931 y cumplió 90 años; la obra elegida fue "Introitus", para piano y orquesta de cámara, y la pianista fue Marcela Roggeri. La partitura data de 1978.
Natália de Souza Larangeira es una joven directora de ópera, ballet, coro y orquesta. Fue nombrada Directora asistente de la Filarmónica de Buenos Aires a partir de Marzo 2020, o sea desde que empezó la pandemia; no lo puedo entender. ¿Qué utilidad puede tener ante una orquesta imposibilitada de dar conciertos hasta marzo del año siguiente, cuando hubo un par de conciertos sinfónicos dedicados a Piazzolla y muchos más que no lo fueron? ¿Y luego inactiva hasta Julio? Recién aparece Larangeira en el Colón en el Concierto Nº 12 de la temporada. ¿Por qué una brasileña en vez de un argentino o una argentina ayudando al mejicano Diemecke?
En cuanto a los datos sobre su carrera confieso que menciona lugares que ignoro: estudió en el Conservatorio de Osasco; se graduó en dirección en UniFiamFaam; dirigió la Filarmónica de Minas Gerais, la Orquesta del ISATC, la Juvenil del Estado de Sao Paulo, la del Teatro de Sao Pedro. En Europa: Sinfónica de Szobok (Hungría), de la Costa Atlántica (Portugal), la Bohuslav Martinu (Checa) y la de la Ópera Baugé en Francia (ganó el 2º lugar en el III Concurso de directores de la Ópera Baugé, Francia). Volviendo a Brasil, investiga la primera ópera escrita por una mujer, "La liberazione" de Francesca Caccini; es directora principal y artística de la Camerata Filarmónica de Indaiatube.
Dianda: La "Música para arcos" es de 1951, obra de juventud (26 años), atonal: como bien expresa Margarita Zelarayan, "explora acentuaciones, disonancias, cambios de dinámica y sonoridades". Poco después se va a Europa, donde residirá muchos años. Colaboró con Pierre Schaeffer, creador de la música concreta (ruido puro); luego se dedicó a la música electroacústica. Fue docente en la Universidad Nacional de Córdoba y en los años 60 publicó "Música en la Argentina de hoy". Su presencia en la Capital ha sido esporádica. Sin embargo yo estuve presente cuando Rudolf Kempe dirigió la Música para arcos el 7/10/53 con la Sinfónica Nacional. Otra obra suya: "Concierto para violín, cuarteto de cuerdas y contrabajo": 20/5/55: Spierer, Sampedro, López Ruf, Mariani. No llevo control más allá de 1970, pero sé que las obras de Dianda se dieron con poca frecuencia en Buenos Aires. Discípula de Honorio Siccardi en Córdoba, "trabajó luego con Gian Francesco Malipiero y Hermann Scherchen en Europa, donde residió de 1958 a 1962. Llegó a trabajar música electrónica en el Instituto de Fonología de Milán y asistió a los cursos internacionales de Nueva Música en Darmstadt. Participó en importantes festivales internacionales: Florencia, Caracas, Río de Janeiro, Madrid, Washington, México, Zagreb y Donaueschingen (1961 a 1969)". Arizaga lista obras de Dianda de 1960 a 1970 como "Núcleos", Cuarteto III, "Resonancias 1" o "Ludus 3". Carezco de datos posteriores, pero fue útil escuchar una obra de su juventud como la "Música para arcos", que me pareció bien tocada: "1: Presto, Molto ritmico e vivace; 2: Adagio molto tranquillo; 3: Serenata: Andante". Duración: 15 minutos.
Gubaidulina nació en Chistopol, ciudad tártara; tuvo fuerte vínculo con la religión desde los años 70; palabras suyas: "Re-li-gio, restablecimiento de las conexiones, restauración del legato de la vida". El catálogo R.E.D. Classical 2000 lista una cantidad considerable de obras suyas, 47. Hay 2 versiones de "Introitus": Lubimov, Bremen Kammerphilharmonie, H. Schiff; 1995; Erato; Rauchs, Kiev Chamber Players, Kozhukhar; 1995, BIS (empresa sueca). Nos cuenta Zelarayan: "Introitus es la primera de una serie de obras que proyectó como partes de una misa sin palabras; es el tramo inicial de la misa en la liturgia católica romana; ingresa a la contemplación religiosa". En "Introitus" "los microtonos son la condición sensorial de los humanos; los pasajes pentatónicos son lo espiritual". Maderas: 1 flauta, 1 oboe, 1 fagot; hay tres niveles: maderas, cuerdas y piano en plano de igualdad. Hay 3 secciones: en la 1ª. alternancia entre la orquesta y una íntima meditación del piano; en la 2ª, "mayores tensiones y conflictos; en la 3ª, reconciliación".
Marcela Roggeri estudió con Ana y Bruno Gelber. En 2006 en Francia fue considerada "Revelación internacional del año" en las "Victorias de la música clásica". Algunos directores con los que trabajó: Frühbeck de Burgos, James Judd, Diemecke, Benzecry, Blech, Calderón, Zorzi; orquestas: Florida Philharmonic, Montpellier Philharmonie, Dortmund Philharmonie, Ensemble Orchestral de Paris, Orchestre de Cannes, Sinfonia Warszawa, European Camerata. En suma, una agradable experiencia en el Hemisferio Norte sin estar en las orquestas más importantes. La he visto con cierta frecuencia en el Canal Allegro, tocando con soltura Mozart o Satie. Teniendo en cuenta el contenido religioso de la obra de Gubaidulina, su brillante traje pareció excesivo. La partitura dista de ser un concierto, y el piano tiene menor relevancia, estando ausente durante un considerable porcentaje de la obra, que dura unos 20 minutos. Sin conocimiento previo de esta música sólo puedo decir que me pareció correcta la versión, tanto en la pequeña orquesta como en la pianista. Es música austera y a veces repetitiva de un estilo muy personal y el público no aplaudió mucho, pero igual la pianista tocó un extra: ese Satie que le atrae y toca en Allegro y que también es muy personal y repetitivo: la Primera Gymnopédie, que escribió a 25 años; ella entiende bien ese lenguaje.
Las dos Serenatas de Johannes Brahms también son de juventud: la Nº 1, op. 11, más extensa y en 6 movimientos, 1856-57, para orquesta completa; y la Nº 2, op. 16, 1858-59, revisada en 1875, pero en ambas orquestas más pequeña sin violines, lo cual da mayor fuerza a las violas. Las escribió en Detmold, donde dependió de la Corte de esa ciudad. Un Brahms de 23 a 26 años ya con estilo propio. Detmold es una pequeña ciudad cercana al Bosque de Teutoburg en Westphalia; se mantiene su bello Residenz Schloss (Castillo de la familia zur Lippe). La Serenata Nº 2 tiene 5 movimientos y el Adagio non troppo es el tercero; su carácter es meditativo y noble. Ambas serenatas han sido muy grabadas; la Nº 2 nada menos que 18 veces; entre los grandes nombres están Kertesz, Boult, Abbado y Haitink (tengo Kertesz, acoplado con la otra Serenata de DvoráK: en vez de cuerdas, vientos). Vi dos muy buenas versiones de la Nº 2 con la Orquesta de Amigos de la Música: Rosbaud (19/8/52) y Decker (2/8/61). La que ahora critico cometió un despropósito imperdonable: hubo violines y no escuché violas. ¿Fue iniciativa de la directora o de los violinistas? No lo sé pero arruinó la obra, al menos para mí que siempre la escuché como está escrita. Sentí texturas incorrectas, pesadez, errores; hubo momentos mejores que otros pero no salvaron la interpretación.
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