jueves, marzo 24, 2022

LA FILARMÓNICA INAUGURÓ SU CICLO ANUAL EL 4 DE MARZO

               Con un programa impecable Enrique Diemecke inauguró el ciclo anual de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires el 4 de marzo. Lo inició el notable Concierto para violín de Erich Wolfgang Korngold con el debut del violinista alemán Linus Roth y tras un intervalo más bien breve escuchamos la versión completa de "El sueño de una noche de verano" de Mendelssohn, salvo los 5 breves Melodramas: hablados pero con acompañamiento orquestal. Curiosamente (la vi en mi adolescencia) una bella versión cinematográfica de la obra de Shakespeare en 1934   tenía parte de la música de Mendelssohn pero arreglada por Korngold, a instancias de Max Reinhardt; así Korngold en esa época pasó a ser un admirable compositor de música para cine. Ganó el Oscar en 1936 y 1938. Aquí se lo conoce por este Concierto y por su sinfonía, además de dos óperas: "Violanta", y "La ciudad muerta", que hizo estrenar Gandini en el Colón.

               El Concierto para violín y orquesta, en Re mayor, Op. 35, fue escrito en Los Angeles cuando era famoso por su música para cine ("El halcón de los mares", "Las aventuras de Robin Hood"; recuerdo a ambas  con nostalgia octogenaria). Bronislav Huberman le instó a componer este concierto en el verano de 1945 y lo estrenó nada menos que Jascha Heifetz. Korngold lo dedicó a Alma Mahler-Werfel. Heifetz lo estrenó con la Sinfónica de Saint Louis dirigida por Vladimir Golschmann en febrero 1947 y lo grabó en 1953 con Alfred Wallenstein dirigiendo la Filarmónica de Los Angeles. Cuatro melodías de películas son utilizadas. En el primer movimiento, "Moderato nobile", el primer tema proviene de "Another dawn" ("Otro amanecer"), de 1937; es una melodía de gran belleza y la desarrolla durante 27 compases; el segundo tema fue creado para una gran película de 1939, "Juárez", y a su vez es suave y expresivo. Ambos temas son utilizados en el desarrollo con gran habilidad y orquestación refinada. El movimiento lento, "Romance" ("Romanza"), se basa en una melodía de notable calidad de una extensa película con Fredric March, "Anthony Adverse", que recuerdo con emoción. A su vez, el tercer movimiento, "Finale: Allegro assai vivace", de indudable virtuosismo, toma una melodía de la deliciosa película "The Prince and the Pauper" ("Príncipe y mendigo"), inolvidable creación sobre un libro de Mark Twain.

               Este concierto no se da con frecuencia en Buenos Aires, de modo que fue una excelente idea programarlo. Al menos hasta el año 2000 no eran muchas las grabaciones: me figuran 7 (incluso 2 de Heifetz) y no está incluida la que tengo, de Ulf Hoelscher con el director Willy Mattes (Stuttgart) en un disco Angel. Es curioso, la grabación de Perlman combina dos "oros": los conciertos de Korngold y Goldmark.

               Linus Roth estudió con los hermanos Chumachenco: Nicolás en la Musikhochschule de Freiburg y Anna en las escuelas superiores de música de Munich y Zürich. Se ha presentado con las orquestas de la Ópera Estatal de Stuttgart, la de cámara de Munich, las Sinfónicas de la Radio Alemana, la Royal Philharmonic de Liverpool, la del Teatro San Carlo de Nápoles y la Bruckner Orchester Linz, con directores como Gerd Albrecht, Dennis Russell Davies y Antoni Wit. Es profesor de violín en la Universidad de Augsburg. Anne-Sophie Mutter le otorgó una beca. Tiene en suma una carrera bien basada.

               Mi lugar estuvo completamente a la derecha de la fila Nº 17 de platea y quizás esto explique (considerando que la orquestación es muy rica e imaginativa) que lo escuché por momentos algo débil, aunque siempre con lograda afinación y considerable buen gusto. Diemecke se atuvo a los valores sinfónicos indudables del compositor y a veces el violinista quedó en segundo plano. La atracción de la música sin embargo se transmitió al público y hubo un aplauso cerrado y extenso al final. El artista decidió tocar una obra para violín solo de Eugène Ysaÿe que conozco bien, ya que la tengo grabada por nadie menos que David Oistrakh en los años 50: la Nº 4 de las admirables 6 sonatas del gran violinista-compositor belga Eugène Ysaÿe (1858-1931). Xavier Inchausti, que actualmente es concertino de la Filarmónica, tuvo las seis sonatas en repertorio y lo escuché años atrás; me asombró su pureza interpretativa en estas difíciles sonatas. Y bien, a su vez Linus Roth tocó la Nº 3 con gran precisión y se lo escuchó en plenitud. Hay en esta música grandes contrastes, amplios acordes, disonancias expresivas y virtuosismo muy personal.

               Mendelssohn, como Mozart, fue un niño prodigio, como lo demuestran sus12 sinfonías para cuerdas escritas entre los 10 y los 14 años. Y llega a su completa madurez con la Obertura para el Sueño de una noche de verano" compuesta a los 17 años (o su extraordinario Octeto para cuerdas, imaginado a los 18). En 1842 el rey Federico Guillermo de Prusia le encargó entre otras cosas la música incidental para la célebre comedia de Shakespeare (que eventualmente inspirará a Britten su magnífica ópera). Seguramente son muchos los que se casan con el Nº 9 de la obra, la Marcha nupcial ("Hochzeitsmarsch"). La Obertura, op.21, alterna el mágico mundo de las hadas con el de los seres humanos con música siempre inspirada. El Nº 1 inicia el Op. 61 con un típico Scherzo del compositor, fresco, divertido y pegadizo. El Nº 2, salteando el melodrama, es la Marcha de las hadas: "Por valles y montañas" ("Über Táler und Höhn"), con soprano (Laura Pisani), mezzosoprano (María Luisa Merino) y un Coro de Niños delicioso (César Bustamante supo mantener esa especial gracia con niños y niñas de atrayente timbre y perfecta musicalidad). Pisani y Merino cantaron bien, aunque la soprano controló mejor su timbre, de vibrato un poco excesivo en la mezzo. Nº 3, Canción del coro: "Kommt, einen Ringel!" ("¡Venid, una sortija!"), también de mucho encanto. Se saltea el Nº 4, Melodrama; Nº 5, Intermezzo: un fino fragmento de grato contenido melódico. Nº 6, otro Melodrama, también se saltea; escuchamos el muy atrayente Nº 7, "Nocturno": una meditación de singular calidad. Nº 8, otro melodrama eliminado; Nº 9, la notoria Marcha nupcial, tocada de modo colorido y firme; como suele cortarse la segunda parte en los casamientos, fue un placer escucharla, ya que hace un  expresivo contraste con la marcha. Es extraño el Nº 10, una muy breve e inesperada Marcha fúnebre. Nº 11, "Ein Tanz von Rüppeln" ("Una danza grotesca"), probablemente la de alguno de los que intentan interpretar un texto teatral pero el travieso Puck le ha dado una cabeza de burro. Nº 12, "Reprise de la marcha nupcial" más brevemente, que se une al Finale basado en la Obertura: "Bei des Feuers matten Flammern" ("Cerca de las llamas en la pradera"); la música termina lentamente. Más allá de algún pequeño error (de trompa) la orquesta respondió bien a la muy musical dirección de Diemecke, y recordé con placer la versión de Peter Maag en 1969.

Pablo Bardin

                


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