sábado, diciembre 03, 2022

EL DESCENSO DE ORFEO A LOS INFIERNOS DE M.A. CHARPENTIER


               En la actualidad París conoce mucho de lo que nos llegó de Marc-Antoine Charpentier y son numerosas las iglesias que tocan su música, ya que su producción fue gigantesca y de gran calidad. Pero también hubo obras valiosas para la escena que nos llegaron, aunque muchas se perdieron. Su obra maestra es "Médée", aunque "La descente d´Orphée au enfers" ("El descenso de Orfeo a los infiernos"), basada en Ovidio, tiene considerables méritos. Hace ya bastantes años la presentó "Juventus Lyrica" y ahora fue el proyecto académico del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.

               Algunos lectores se acordarán de cuando vino William Christie a Buenos Aires y presentó dos obras de Charpentier; la primera, "Les arts florissants", fue además el título del grupo de artistas formado por Christie, y es por eso que mi grabación de "La descente d´Orphée aux Enfers" está grabada en Erato con el grupo de Christie. Tal como se presenta hay 4 sopranos, 1 contralto, 2 tenores, 1 contratenor y 3 bajos barítonos. En total 11 cantantes. A su vez la pequeña orquesta está formada por 2 violines, 2 violas bajas, 1 continuo (violoncelo), 2 flautas. un laúd (continuo), 1 clave y un órgano positivo (ambos tocados por Christie). Total 9 personas. Tal como está grabada tiene 2 actos: el primero termina con la muerte de Euridice por el veneno de una víbora (22 minutos); y el Acto II es el Infierno: 34 minutos en 4 escenas. Total 56 minutos.

               Duró más en la Sala del Centro de Experimentación del Teatro Colón (Tucumán 1171) y me pregunto si fue encontrada otra versión con posterioridad a la grabación de Christie. La de Christie es la única que figura en el catálogo R.E.D. 2000. Por cierto la historia de Orfeo está ligada al principio de la historia de la ópera, y escuchamos en el Colón la admirable versión de Monteverdi. Hubo muchas más, y luego de Charpentier tendremos las de Gluck y Haydn, y hasta una en broma de Offenbach.

               Me pareció lamentable tener que hacer cola a la intemperie cuando antes de la pandemia se entraba desde adentro del corredor, con una confitería que no avasallaba todo el lado derecho como ahora. Menos mal que la lluvia apareció después de la obra…

               El sótano del Centro de Experimentación siempre me resultó incómodo desde que fue creado, debido a las molestas columnas, pero durante largo tiempo el aspecto del escenario se parecía al famoso de Andrea Palladio en Vicenza, que visité con mi mujer Cristina, pero que además fue imitado en el Coliseo cuando se estrenó una ópera de Vivaldi, "Il Giustino", hace ya largo tiempo. Era la última obra del célebre Palladio, se llamaba Teatro Olímpico. La escena, con nichos, columnas y estatuas, ofrece 3 perspectivas en engañifa ("trompe-l´oeil" en francés). Y así era aprovechada en los espectáculos de la época de Renán y Gandini. En años recientes la declinación fue muy marcada y el tipo de escena cambió por completo. El responsable fue Miguel Galperin. A principios del año renunció pero dejó un plan muy erróneo y desgraciadamente no fue eliminado por el nuevo Director General. Se verá quién reeemplaza a Galperin el año próximo y si cambia de programación profundamente. Resulta esencial que esto ocurra.

               Como sucedió 3 años atrás cuando se ofreció un Rameau inconcluso, "Les Indes Galantes", Charpentier fue realizado de la misma manera: un grupo de espectadores de un lado, otro grupo enfrente, y en el medio una zona en la que los intérpretes entraban desde bambalinas, cantaban o bailaban o corrían y salían en las otras bambalinas, ambas con escalera. Además la pequeña orquesta se instaló completamente a la izquierda del grupo de enfrente (al revés de donde yo estaba, pero al menos me senté en un asiento que no estaba afectado por una columna). Ví la función del 30 de noviembre; las otras 3 fueron en el 1, 2 y 3 de diciembre.

               Cuenta con el apoyo del "Centre de musique baroque de Versailles" (CMVB) y la colaboración del Instituto Francés de Argentina. Equipo artístico amplio. Dirección musical: Benjamin Chénier (francés). Iluminación: Fernando Chacoma. Maestra preparadora de canto y clavecinista: Elisabeth Geiger. Dirección coral: Pablo Manzanelli; tal como se ve parece ser la suma de los 11 que forman los personajes, pero son la mezcla de ellos y de coreutas. Extraño: Diseño y realización de plantas artificiales: Maite Corona y Walter Lamas (su utilidad me pareció muy restringida). Sobretitulado: Marcela Nigro: lamento decir que se ve muy mal y no pude leerlo; menos mal que tengo el libreto de la grabación. Equipo docente extenso. Coordinador académico: Carlos Sampedro. Tutoría de proyecto escénico: Pablo Maritano, Felipe Hirschfeldt. Preparadores musicales y vocales: Víctor torres, Beatriz Moruja y Lisandro Nesis (gente muy capaz). Supervisión coral: Marcelo Ayub (impecable). Instrucción idiomática: Moruja (mucho mejor que en la obra de Rameau). Preparación de las cuerdas: Joëlle Perdaens y Benjamín Báez (muy bien). Dan los nombres de preparaciones múltiples: pintura escenográfica, sastrería teatral, peluquería teatral y caracterización, diseño de vestuario y diseño de escenografía; además, producción de Diego Glaser. Y aquí está el problema: la puesta en escena es la gran falla de la producción. Y no queda claro qué ofreció Versailles, salvo el director de orquesta. No hay el menor intento de mostrar la obra en el estilo de cuando se compuso. Todo es moderno y chocante; el público no recibió ninguna explicación y como dije se leía mal el texto.

               Procedo ahora a sintetizar la obra. Una cosa es innegable: se logró formar un buen grupo de pequeña orquesta sólidamente dirigido y resultó correcta la ayuda musical a los cantantes, más allá de la deplorable puesta en escena y por ende los movimientos de los cantantes. La obertura, breve, estuvo bien tocada. Prólogo: Los placeres de Versailles: La Música: María Paula Alberdi; La Conversación: Rosario Mesiano. Escena I: Dafne: Alberdi y Coro: "Inventemos mil juegos diversos". Entran ninfas, bailan. Cantan Enona (Sofía Centelles) y Aretuza (Sarah Santibañez Migliori): "Arroyo que en este bello lugar". Euridice: Antonella Carballo: "Fieles compañeras"; pero la pica la serpiente: "Sostenme, querida Enona", y muere. Escena 2: aparece Orfeo (Norberto Miranda), horrorizado la ve morir, está enamorado de ella. "¡Ah! Pastores, esto es terrible". Entran desesperados los pastores y las ninfas. Orfeo: "Fui un débil amante". Escena 3: aparece Apolo (Bruno Sciaini, muy buen bajo): "No te vayas, hijo mío". Orfeo: "Que una esperanza frívola…": da a entender que descenderá a los infiernos. El Coro se refiere a Eurídice: "Justo sujeto de nuestros llantos". Fin del Primer Acto.

               Segundo Acto.  Escena 1: muy sugestivo Preludio breve. Y apenas un minuto y medio: "Terribles tormentos": Tántalo (Jesús Villamizar), Ixión (Pablo Pintos), Tisio (Darío Jara Novoa) y Furias cantantes. Escena 2: Corto Preludio. Orfeo: "Cesad, famosos culpables" (3 minutos) y "No rechazo la ayuda", y el Coro contesta (música muy impresionante): "No hay nada en los Infiernos que se pueda defender de vuestros encantos sonoros". Están emocionados por la lira y el canto de Orfeo (lamentablemente la lira no aparece en las manos de este Orfeo). Escena 3, la más extensa. Aparecen los fantasmas; bailan un Preludio de eficaz clima. Breves palabras de Plutón (Sebastián Barboza): "¿Qué quiere en mi palacio este mortal temerario? ¿Sabe cuál es el peligro de disgustarme?" Orfeo: "No vengo aquí, Monarca de los Infiernos, a traer alguna violencia, sólo suspiro por Eurídice". Dice Proserpina (Natalia Salardino, soprano muy completa): "Pobre amor, ¿quién no se conmueve ante los tiernos acentos de su queja? (y lo repite el Coro). Orfeo: "Ya no está Eurídice pero mi amor sigue durando. Una serpiente la mató poco antes de nuestro casamiento. Devuélveme esa rara belleza". Plutón: "Las sombras del imperio de los muertos nunca vuelven" (Barboza tiene una profunda voz de bajo bien utilizada). Proserpina: "Ya que el rigor de la Parca la atacó, permite que recupere la vida". Plutón: "¿Cuál misterioso encanto me incita a la ternura?" Proserpina: "Coraje, Orfeo, despliega los más melodiosos acentos". Orfeo a Plutón: "Recuerda que le robaste a Ceres tu esposa incomparable, cuya belleza penetró tu corazón". Y vuelve a pedirle que le entregue a Eurídice. Plutón: "Sacaré de las manos de la cruel Parca el objeto de tu amor. Eurídice te seguirá pero no puedes mirarla hasta que salgas de estas sombras; si lo haces seguirá muerta". Se van Plutón y Proserpina. Orfeo: "Amor, ¿sabrás contenerte? Debo tenerle miedo a mí mismo". Escena 4, final. Coro de sombras felices, o culpables, furias y fantasmas: "Partís, Orfeo, alivio demasiado breve. Quedaos siempre con nosotros". Ixion, Tántalo y Tisio: "mientras guardemos un recuerdo tan dulce el Cielo nos tendrá envidia".  Cierre con suave melodía de la orquesta. Pero esta versión inventa un ingrato final: Orfeo no le explica a Eurídice que no la puede mirar, ella insiste, él la mira y sin señal de muerte se va enojada… Debo referirme a Norberto Miranda (Orfeo), elegido por ser un tenor de bastante agudo, pero también tiene ingratos defectos chillones y dista de tener la dulzura con la que conquista a los del Infierno. Lástima, porque los otros cantantes son adecuados.

               En suma, salvo lo dicho, buena calidad musical en cantantes y orquesta, pero mediocre e incluso inaceptable la puesta en escena.

Pablo Bardin

              

                

                

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