Dos obras valiosas fueron presentadas conjuntamente en el Colón. "Los siete pecados capitales" de Kurt Weill y "El castillo de Barbazul" de Béla Bartók. La de Weill no se vio antes en el Colón, pero sí se pudo apreciar en otro teatro hace unos años; la de Bartók se ha visto en 5 temporadas (21 funciones) del Colón. Contó con importantes artistas, directores de orquesta y régisseurs.
Las 3 primeras se apreciaron en traducción alemana. 1953: Karl Böhm con Kurt Böhme y Christel Goltz y régie de Otto Erhardt. 1964: István Kertész con Walter Berry y Christa Ludwig con régie de Karlheinz Haberland. Tan feliz estuvo Kertész que convenció a Berry y Ludwig de realizar una grabación en Viena en idioma húngaro; tengo el vinilo y es extraordinario. 1967: Václav Smetácek con Kieth Engen e Irmgard Seefried con régie de Willy Landin. Pasaron 28 años hasta que se programó en 1995, esta vez en húngaro: Stefan Lano con Csaba Airizer y Katalin Szendrényi, régie de Marcelo Lombardero. 2002: Pedro Ignacio Calderón con Lombardero y Alejandra Malvino, régie excelente de Roberto Oswald. Si no recuerdo mal, los argentinos lo cantaron en húngaro (gran mérito en ese caso). Y ahora pasaron 20 años: director de orquesta, Jan Latham-Koenig; con Karoly Szemerédy y Rinat Shaham; régie, Sophie Hunter. Quienes hacen el programa de mano han cometido un grave error durante todo este año: ninguna mención respecto a los cantantes, pero en cambio figuran todos los detalles de la Dirección de Producción, la Dirección Escenotécnica, los principales directores del Teatro Colón y la Comunicación Institucional (que incluye la jefatura de prensa). Sí está, como corresponde, el detalle de la Orquesta Estable. Dato importante: si bien las obras ya estaban programadas en el libro que da un detalle de la tarea del Colón durante todo el año, la puesta en escena cambió; en Bartók el régisseur era David Pountney, muy conocido en Inglaterra, y la escenografía y vestuario era de Niki Turner; la dirección de videos, de David Haneke; y la iluminación, de Tim Mitchell. Y en Weill, no figuraban los cantantes pero sí el vestuario (Luciana Gutman), la iluminación (Tim Mitchell) y la coreografía (Beate Vollack). Lo que no cambió fue el director de orquesta y los cantantes en Bartók. Pero hay algo en el programa de mano que explica lo que pasó: Producción: Koenig Ensemble Limited; o sea que quien controla la puesta es el director de orquesta.
La Directora de Escena (régie) fue Sophie Hunter, casada con el actor Benedict Cumberbatch, que la acompañó. Naturalmente tanto La Nación como Clarín la presentaron antes de la primera función. Helena Brillembourg en La Nación presenta a Hunter, pero la gran noticia aparece casi de inmediato: Koenig "asumirá la dirección musical del primer coliseo a partir de la próxima temporada". Pregunta: ¿reemplazará a Diemecke en la Filarmónica? ¿Cuál es la opinión de Jorge Telerman? Porque hasta unos meses atrás Diemecke terminaba su gestión en la orquesta en diciembre. Como Director de Programación lo sustituye Pablo Maritano.
Según su "biografía" en el programa sólo se menciona una ópera dirigida por Hunter: "Otra vuelta de tuerca" de Britten; el resto es teatro. O sea que las 2 óperas programadas en el Colón son solamente su segunda y tercera. Es curioso que Latham-Koenig le dé tanto apoyo. Ella dice: "Llevo más de 10 años tratando de encontrar la respuesta a la pregunta de cómo transformar la ópera en una forma de arte tan popular como el cine". Me resulta una idea muy extraña. "Tengo ya tiempo trabajando junto a Jan Latham-Koenig. Hemos desarrollado varios proyectos juntos. No dudé cuando me hizo la propuesta" (de las 2 obras programadas juntas por el Colón). "Sólo me interesa un trabajo de ópera si estoy segura de que se va a dar una sincronicidad con el director musical". En cuanto a "Los 7 pecados capitales": "La vamos a mostrar en el mismo período en la cual fue escrita". En cuanto a "El castillo de Barbazul": "Es una pieza altamente simbólica en la que estamos utilizando videos como medios para contar la historia. Es un retrato psicológico".
Kurt Weill tuvo una vida corta: 1900 a 1950, justo 50 años. Pero muy productiva. En Buenos Aires Ciudad se lo conoce por sus obras alemanas, muy unidas a Bertolt Brecht y por ende claramente anticapitalistas; ambos eran judíos y tuvieron que huir ante el hitlerismo. Dos de sus obras atacan el capitalismo de Estados Unidos: una es su ópera más famosa, que el Colón presentó más de una vez: "Grandeza y decadencia de la Ciudad de Mahagonny" (también en su versión reducida con sus mejores melodías se la pudo apreciar). En varios teatros y en traducción al español se vieron "Der Jasager" ("El que dice sí", ópera para escuelas) y "Die Dreigroschen Oper" ("La ópera de 3 groschen", o sea centavos), basada en "The beggar´s opera" ("La ópera del mendigo", texto de Gay, siglo XVIII). En el Teatro San Martin, pasada al castellano, se dio "Der Silberstein" ("La piedra de plata"). En cambio, creo que sus obras escritas en Estados Unidos no se vieron aquí; las hay notables, como "Street Scene" (tengo la grabación), "Lost in the stars", "Lady in the dark", "Happy End" (están grabadas).
"Los 7 pecados capitales" ("Die Sieben Todsünden") fue la última colaboración con Brecht y se estrenó en París, dirigido por Maurice Abravanel y puesto en escena por nada menos que George Balanchine. De allí pasaron a Londres, donde se ofreció primeramente en alemán y luego traducido al inglés. Pese a que le fue comisionada por el británico Edward James, fue estrenada primeramente en París en 1933 con Lotte Lenya, esposa de Weill (y presente en varios discos con su música), y Tilly Losch, bailarina, amante de James. Y las dos se llaman Anne…Además, a modo de pequeño coro griego, están sus parientes: 2 hermanos (tenor y barítono), el Padre (tenor) y la Madre (¡bajo!). Anne 1, cantante: Stephanie Wake-Edwards; Anne 2, bailarina: Hanna Rudd; Hermanos: Egor Zhuravskii (tenor) y Dominic Sedgwick (barítono); Padre: Adam Gilbert (tenor); y Madre, Blaise Malaba (bajo…). Hubo 8 bailarines figurantes contratados y uno estable. Escenografía y vestuario: Samuel Wyer (su "biografía" no lo cita en ópera). Diseño de Videos: Nina Dunn; trabaja en teatro, danza, teatro musical, moda, ceremonias, eventos públicos…y ópera (en Viena, "L´Orfeo", "El cazador furtivo" y "Macbeth"). Jack Knowles, Iluminación (mucho teatro pero en ópera sólo "La Bohème" en Gotemburgo. Y coreografía, Ann Yee; si bien estudió música en Boston, su labor ha sido teatral, salvo la misma "Bohème" de Gotemburgo y "Otra vuelta de tuerca" en New York.
Vamos a la obra: un prólogo, 7 secciones y el epílogo. Duración: unos 40 minutos. Desde que empieza no para. La música logra ser típica de Weill y estar imbuida por esa alegre época de los años 20 con el charleston en los numerosos bailes. Además va cambiando según el pecado que en ese momento se escucha y la ciudad en la que se empieza. En el prólogo están las Anne que vivieron en Louisiana con la familia y luego ésta irá comentando, siempre junta, cada etapa de las Anne. Salvo la pereza, en la que no se menciona la ciudad, todas son ciudades famosas: entonces y ahora. Del principio al fin las dos (en esta puesta) están vestidas de rojo. La familia expresa: "la pereza es la madre de todos los vicios". La soberbia: consiguieron un trabajo en Memphis; Anna I cuenta a la familia que Anna II quiere ser bailarina pero allí no lo aceptan. La ira: la familia se queja de que no recibe suficiente dinero de las hermanas, pero Anne I cuenta que llegaron a Los Angeles y la situación mejoró; la ira de Anne II se fue aplacando, ella se quejaba de injusticia (porque no le dejaban bailar). La gula: Anne II consiguió un trabajo como bailarina pero debe conservar su peso porque es golosa y no puede aumentar un gramo. Ya podrá comer cuando vuelvan a Louisiana. La lujuria: Anne I relata el encuentro con un hombre en Boston "que pagaba bien y lo hacía por amor". Pero su hermana es la que paga a otro hombre porque le gusta. Dice la familia: que las hermanas "no pequen contra las leyes que nos hacen ricos y felices" (¡). La avaricia: la familia narra la llegada de Anne I a Baltimore, "donde mucha gente se mata por ella" (exagerado, pero implica que Anne I es de gran belleza y sensualidad. La familia expresa su deseo de que no caiga en la avaricia. La envidia: Anna I comenta su llegada a San Francisco, donde su hermana se muestra envidiosa de los demás. Epílogo: Anna I dice que ya están de vuelta en Louisiana. Han pasado 7 años y tienen la casa soñada junto al Mississippi.
El mayor interés de la versión fue la perfecta dirección de orquesta y el asombroso rendimiento de la Orquesta, que tuvo el sonido de una gran orquesta de Estados Unidos en todo momento. Wake-Edwards, mezzo-soprano inglesa, cantó bien Anne I pero le faltó volumen. Hanna Rudd bailó de modo convincente, combinándose con otros que también se vistieron de rojo. Zhuravskii (tenor) fue un muy buen Hermano, con un color tímbrico de primera calidad. Los otros cumplieron bien y cantaron juntos muy hábilmente. En cuanto a la puesta, resultó de especial interés el diseño de videos de Nina Dunn, que dio a cada escena un carácter propio. Correcta sin más la escenografía y el vestuario de Samuel Wyer. La iluminación de Jack Knowles se adaptó bien al sentido de cada escena. Y la coreografía de Ann Yee dio el clima exacto a la obra. En total, una versión para recordar; es justo que el Colón la haya presentado, la obra lo vale.
Conviene mencionar que el Catálogo R.E.D. 2000 lista nada menos que 9 distintas versiones de la obra de Weill. Sólo una la escuché en casa de un amigo: la de Lotte Lenya con director Brückner-Rüggeberg, Sony, y pienso que es la más auténtica, ya que Lenya estuvo en el estreno. Las restantes, listadas de acuerdo con el talento que han tenido, son: Von Otter, Gardiner, Deutsche Grammophon. Lemper, Mauceri, Decca (Lemper nos visitó varias veces y siempre cantó Weill). Stratas, Nagano, Erato. Migenes, Brückner-Rüggeberg, Sony (conocimos a Migenes cantando al aire libre con Domingo). E. Ross, Rattle, EMI. M. Faithful, D.R. Davies, RCA. A. Réaux, Masur, Teldec. G. May, H. Kegel, Berlin Classics. Y Bicrett, Zagrosek, Capriccio.
Pasemos a la obra maestra de Bartók. Ya dí datos de anteriores presentaciones en el Colón. Sebastiano De Filippi en el programa ofrece informaciones útiles. "´A Kékszakállú herceg vára´ ("El castillo del duque Barbazul") es la única ópera de Bartók. La composición comenzó en 1911 y el estreno se realizó en Budapest en 1918" (justo al final de la guerra). El prólogo hablado habitualmente no se incluye pero esta vez una mujer se escuchó (no se vio). "La historia es imaginaria, sucede en un plano mental". El libreto es de Béla Bálasz, que le da al cuento de Perrault un carácter muy distinto. Según De Filippi (quizá sea así pero tengo mis dudas) "el castillo es el propio duque y Barbazul es el alma humana condenada a desear lo imposible". "Judith es el prototipo de mujer que decide enfrentarse a todos sus miedos, así sea a costa de su propia muerte. El expresionismo de la música subraya la permanente tensión psicológica" (coincido). "El orgánico orquestal es amplio y variado: 14 maderas, 13 metales, timbales, percusión, 2 arpas, celesta, órgano y 60 cuerdas, a lo que se suman otros 8 instrumentos de metal fuera del foso. Se generan climas de asombrosa intensidad". Por cierto se necesitan nada menos que 101 intérpretes. En manos del notable director la Estable estuvo en su máximo esplendor.
No estoy de acuerdo con la puesta elegida, ya que la apertura de puertas no convence: aparecen chatas y cercanas a los 2 cantantes y cuando Judith las abre dan la sensación de ir a los sótanos; qué diferencia con Oswald, abriendo cada puerta de aspecto normal y mostrando el sentido de lo que hay según el libreto. Aquí en cambio se ve un gran círculo justo en el medio del escenario y supuestamente el video debería reflejar lo que va diciendo el texto: no sentí tal cosa en ningún momento. A ello se agrega que la luz fue siempre escasa, apenas se veían Barbazul y Judith, que además podían moverse muy poco. Pero los artistas resultaron ser de alto calibre y lograron dar calidad a cada episodio. La música (tanto la orquesta como los cantantes) estuvo siempre en primer plano: una orquesta espléndida y 2 cantantes de muy buenos medios que supieron expresar el drama de cada escena. Judith canta mucho más que Barbazul, que esencialmente intenta que ella no siga abriendo puertas, ya que cada una va mostrando lo peor de él No sabemos cuándo y dónde se encontraron pero ella está enamorada; Barbazul debe ser alto, apuesto y maduro en su aspecto: Károly Szemerédy, húngaro. Ella, Rinat Shaham, proviene de Israel pero domina el idioma húngaro y tiene a su favor una segura voz de amplia posibilidad desde las notas más graves a las más agudas. Y actúa con gran intensidad. Así va desarrollándose la ópera. El argumento en el programa no menciona los primeros minutos, en los cuales él parece extrañado por el afecto de ella. Judith encuentra muy triste y oscuro al castillo; él dice que así es su personalidad. Cuando ella ve las puertas él le pide que no se ocupe de ellas pero Judith quiere saber qué hay detrás y su curiosidad eventualmente será fatal. Le pide las llaves y él se las da aunque intenta convencerla de no abrir las puertas. La primera es una cámara de tortura; de modo muy expresionista él dice que son sus propios tormentos. Segunda: depósito de armas; de nuevo son un símbolo, en este caso de la lucha cotidiana por la vida. Tercero: un tesoro, pero todas las joyas están manchadas de sangre. Cuarto: un magnífico jardín; no obstante, la tierra está impregnada de sangre. Quinto: un momento cumbre, con la orquesta en fff, mostraría un amplio paisaje con luz cegadora, pero las nubes parecen arrojar sombras tenebrosas teñidas de sangre: único momento en el que el poderío de la orquesta es tremendo, pero hay breves instantes donde los cantantes se expresan, no compiten con los instrumentistas. "Detrás de la sexta puerta hay un lago de plata: son las lágrimas, los dolores secretos de una vida". Antes de la séptima, Barbazul "desea abrazarla y por medio de su amor escapar de su pasado". Pero ella, tras el abrazo, le pide la séptima llave, aunque él le pide que no lo haga; ella entonces abre esa última puerta y aparecen las 3 mujeres anteriores: "las amantes de su mañana, de su mediodía y de su tarde". "Barbazul le pone el manto de estrellas y la diadema de la noche; Judith se sitúa en la fila de sus predecesoras y él se queda solo".
La presencia de las mujeres es la de bailarinas figurantes, pero el "baile" es tan escaso que difícilmente hay que considerarlo así. Las 3 ahora son 4 y nada sugiere un asesinato; puede ser un mero simbolismo. Y la música, suave y serena, parece decir que Barbazul es más símbolo de soledad que de asesinato; sin embargo, ¿toda esa sangre no dice lo contrario? Sí, esta obra es un magnífico enigma y bien interpretada comunica mucha emoción. Pese a ese círculo poco feliz, la música dominó y el genio de Bartók se apreció a fondo. Un último comentario: en el R.E.D. 2000 figuran 9 versiones de primer nivel; ya mencioné la de Kertesz. Dorati, Sinf. de Londres, Mercury. A. Fischer, 2 versiones: Orq. del Estado Húngaro, Teldec; Fil. de Londres, Teldec. Boulez, 2 versiones: Sinf. de la BBC, Sony; Sinf. de Chicago, Deutsche Grammophon. Solti, Fil. de Londres, Decca. Y Haitink, Fil de Berlín, EMI. Como se ve, la obra fascina a los grandes directores de orquesta.
Pablo Bardin