La Academia Bach de Buenos Aires cumple este año su 40º aniversario, siempre a cargo de Mario Videla, quien logró que el Colón le permita ofrecer el magnífico "Oratorio de Pascua" BWV 249 de Johann Sebastian Bach el domingo 26 de marzo en la Sala Principal a las 11 hs. Si bien Videla iba a serel Director Musical, una molestia de salud hizo que el director invitado sea Andrés Spiller, que ha sido el oboísta de la Academia durante muchísimos años. Pablo Saraví fue el habitual Concertino. El Coro Orfeón de Buenos Aires volvió a demostrar su calidad con los directores Néstor Andrenacci y Pablo Piccinni. Hay 3 arias en la obra y las cantaron la soprano Soledad de la Rosa (forma parte del Ensamble desde hace varios años), el contratenor Martín Oro y el tenor Carlos Ullán. Si bien no tiene alguna aria, el barítono Víctor Torres intervino en varios recitativos.
Siguiendo el conocido criterio de sus múltiples conciertos Videla explica en detalle las obras; en este caso fue leído por Spiller, quien además dirigió los fragmentos analizados por Videla. Fue así que tuvimos una media hora similar al sistema tantas veces apreciado en la iglesia. Y el propio Videla con voz ronca agregó como siempre elegir una pequeña pieza para que sea cantada por el público, que naturalmente fue el que va a la iglesia, además de alguna gente que se sintió atraída por Bach en el Colón. El Ensamble de la Academia Bach fue amplio y necesitó del gran espacio del Colón. Seis primeros violines incluyendo a Saraví, con su hija Mariana y con la notable Grace Medina. Cinco segundos violines liderados por Jorge Caldelari. Cuatro violas con dos importantes artistas: Marcela Magin y Kristine Bara. Tres violoncelos, el segundo siendo Gabriela Massun Sovic, muy apreciada en la iglesia. Dos contrabajos, el primero Fernando Fieiras, como lo fue durante muchos años en la iglesia. Dos oboes, el primero el famoso Rubén Albornoz de la Orquesta Estable del Colón (que en ese mismo día tocó en el concierto dirigido por Vieu). Una flauta, que no figuraba pero lo mencionó Spiller: nada menos que el principal flautista de la Orquesta Filarmónica, Claudio Barile, siempre refinado. Y el fagotista principal de la Filarmónica, Gabriel La Rocca. Impresionó fuertemente la trilogía de trompetas, especialmente Jonathan Bisulca (me extrañó que al final no los saludara Spiller). El bien conocido Arauco Yepes tocó los timbales, y el organista fue Demián Sielek. No capté quién fue el otro artista que tocó y no figuraba. En suma, 29 instrumentistas, por cierto poco común en Bach.
Hay en el programa un interesante comentario de Margarita Pollini. Bach "podía tomar un fragmento de música vocal y adaptarlo a otro texto". Y lo hizo nada menos que en la Misa en si menor y el Oratorio de Navidad. "En la mayoría de los casos las obras originales son profanas". Así es el Oratorio de Pascua. Una cantata, "Wie schön leuchtet der Morgenstern" ("Cuánta belleza ilumina el lucero del alba") habrá ayudado en su momento, pero está entre las numerosas cantatas perdidas. El Oratorio de Pascua data de 1725. "El hecho de que el autor lo haya interpretado hasta sus últimos meses de vida (Pascua de 1749) habla de la estima que tenía hacia esta música". Comprobé en el enorme R.E.D. 2000 Classical Catalogue (que uso con frecuencia) que había entonces sólo 5 grabaciones de esta obra. Ya no está una admirable versión que tengo desde hace muchos años dirigida por Lorin Maazel (que demuestra tener un notable conocimiento bachiano) y con muy buenos cantantes. Y bien, vale la pena contar una anécdota. Hace ya más de 25 años que estuve trabajando en La Plata con el gran especialista Antonio Russo. Le comenté que me gustaría presentar el Oratorio de Pascua y él aceptó con entusiasmo porque conocía la obra. Y así llevamos a las Catedrales de La Plata y San Isidro esta admirable obra bachiana con muy buen resultado. Después de este concierto supe que bastantes años atrás Videla había ofrecido este oratorio y se quedó con las ganas de volverlo a presentar.
"Se inicia con dos fragmentos instrumentales (uno de tempo veloz indicado como Sinfonía y el otro como Adagio)". Ambas piezas son muy bellas. Los textos son "una paráfrasis de lo relatado en el capítulo 16 del Evangelio de San Marcos; la llegada de las mujeres al sepulcro, el encuentro con el ángel, la incredulidad inicial de los discípulos y finalmente la fe en el milagro y en la vida futura". El Orfeón impresionó por su tamaño: 63 cantantes (17 sopranos, 18 contraltos, 14 tenores, 14 bajos). Son un sólido grupo bien coordinado por Andrenacci y Piccinni. En los solistas descolló la soprano Soledad de la Rosa. Cumplieron sin brillar Martín Oro y Carlos Ullán; Víctor Torres dio interés a sus intervenciones; lástima que el barítono no tiene arias.
Detalle incómodo: del III al XI todo está en alemán y nada más que el título. Me baso en el catálogo Langenscheidt para traducir del alemán. III: Aria: "Komm, eilet und laufet": "Ven, corre a todo correr"; música brillante. IV: Recitativo: "O halter, Männer Sinn": "Oh detente, espíritu del hombre". V: Aria: "Seele, deiner Spezereien": "Alma, tus especias", de estilo lento y largo. VI: Recitativo: "Hier ist die Gruft": "Aquí está la sepultura". VII: Aria: "Sanfte soll mein Todeskummer": "Suave debe ser mi pesar de la muerte": sutil expresión ante la muerte. VIII: "Indessen seufzen wir": "Mientras tanto debemos gemir". IX: "Aria: "Saget, saget mir geschwinde": "Dime, dime rápido"; aria en efecto bastante rápida. X: Recitativo: "Wir sind erfreut": "Estamos regocijados". Y XI: Coro: "Preis und Dank" ("Alabanza y agradecimiento"). poderoso coro final alegre, con trompetas y plenitud de instrumentos, y el coro cantando ff.
En suma, una obra que merecía ser presentada en el Colón.
Pablo Bardin
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