sábado, febrero 06, 2010

La pujante vida de conciertos de Europa Central

Este artículo final versa sobre cuatro conciertos a los que pude asistir y que indican la abundancia y la alta calidad de los conciertos clásicos en Europa Central.

En Berlín, además de las óperas, escuché un concierto de la Junge Deutsche Philharmonie en la Konzerthaus. La Joven Filarmónica Alemana es ciertamente una de las mejores en su tipo. La Konzerthaus es una bella sala rectangular en blanco y oro del siglo XIX (reconstruida después de la guerra) con muy buena acústica y situada en el ex Berlín Oriental. El concierto fue la culminación de la Musikfest Berlin, que tuvo lugar entre el 3 y el 21 de septiembre 2009 e incluyó varias salas y orquestas maravillosas como la Concertgebouw (Jansons), la Filarmónica de Berlín (Rattle), la Sinfónica de Chicago (Haitink), la Sinfónica de Londres (Gergiev). La integración de la orquesta juvenil, curiosamente considerando que lleva "Alemana" en su apelativo, es muy cosmopolita, con cantidad de otros europeos, orientales y latinoamericanos. Sospecho que la lista de ejecutantes del programa de mano era específica para este concierto, ya que incluía cinco saxofones, ciertamente no miembros habituales de una orquesta sinfónica. El organismo existe desde 1974.

Me impresionó mucho la joven directora finesa Susanna Mälkki, que tuvo una excelente compenetración con los artistas y demostró ser siempre precisa, elegante y conocedora, desplegando una energía bien controlada en estilos ampliamente divergentes. Exceptuando un Minué demasiado rápido, realizó una espléndida versión de la Sinfonía Nº 104, "Londres", de Haydn. Luego, el Concierto para trompeta denominado "Nobody knows de trouble I see" ("Nadie conoce los sinsabores que veo") de Bernd Alois Zimmermann (el autor de "Die Soldaten", ópera tremendamente difícil). La obra data de 1954 y se llama así porque está basada en un Negro Spiritual de ese nombre (de paso, la partitura la estrenará aquí este año la Filarmónica de Buenos Aires). Es una fusión exitosa entre material dodecafónico y expresiva música tonal, y fue bellamente tocada por el trompetista Marco Blaauw y una orquesta muy alerta. No conocía al compositor Enno Poppe (nacido en 1969); su "Markt" ("Mercado") es un encargo de la Orquesta; se trata de una obra en tres movimientos de disímil duración que en total llega a los 19 minutos. Un breve Preludio, una segunda pieza que pone el acento en melodía atonal, y una tercera mucho más larga privilegiando a los instrumentos de percusión y a la explotación del sonido como parámetro. La fantástica Primera Sinfonía de Shostakovich escrita asombrosamente a los 19 años reveló al mundo un nuevo genio, y quedó como una de sus mejores obras; Mälkki le dio tal ímpetu y coherencia que todo pareció fresco y vigoroso. Sólo un lamento antes de dejar Berlín: no hubo conciertos durante mi estadía en el famoso edificio de la Philharmonie (de la Filarmónica), que supuestamente tiene una de las mejores acústicas en el mundo.

En 1967 fui testigo del Prazské Jaro (Festival de Primavera de Praga) y escuché conciertos admirables en diversas salas, incluyendo a Karajan con la Filarmónica de Berlín, Schwarzkopf y David Oistrakh. Retorné a esa ciudad en Octubre pasado y pude asistir a una espléndida gala Martinu en la Státni Opera (Ópera del Estado), la otra casa operística grande (ya escribí sobre la Národni Dívadlo). Aunque la programación de la Státni está dedicada generalmente al repertorio operístico internacional más trillado, la ocasión que comento fue especial. El Teatro es grande y bello, con un sorprendente techo en estilo rococó. Bohuslav Martinu es seguramente el más interesante compositor checo del siglo XX, habiendo escrito en prodigiosa cantidad y en una variedad de estilos tonales; me hace pensar en otros creadores prolíficos como Milhaud y Villa-Lobos.

Toda la música en este concierto me era nueva y me gustó enormemente. "Skála" ("La Roca"), un expresivo preludio sinfónico; "Commedia dell´arte", una suite sinfónica en 5 movimientos incluída en la ópera "El Teatro detrás del Portón", música de atractiva rapidez y liviandad y de mucho encanto en su sentimiento arcaizante; el vivaz "Saltarello" de la ópera "Mirandolina"; dos admirables fragmentos de la ópera "Ariadna"; el estreno mundial del juvenil Nocturno Nº 1; y la extensa (35 minutos) Rapsodia Checa, en un lenguaje cercano a Suk. Se escuchó a tres sólidos cantantes: Simona Houda-Saturová (ha cantado la Reina de la Noche en el Colón), el barítono Svatopluk Sem y el tenor Martin Srejma; a la organista Daniela Valtová Kosinová; y al Coro (Tvrtko Karlovic y Adolf Melichar) y Orquesta de la Ópera del Estado, todos bajo el talentoso y vibrante director Charles Olivieri-Munroe, maltés.

Budapest: mi primera visita a esta atrayente ciudad. El estupendo Palacio de las Artes inaugurado en 2005 ostenta entre otros edificios a la Sala Nacional de Conciertos Béla Bartók, bellamente diseñada según conceptos actualizados, bastante amplia y de acústica satisfactoria. Escuché a la Filarmónica Nacional (Némzeti Filharmonikusok) dirigida por Zoltan Kocsis en un programa bien clásico realizado con una orquesta reducida como corresponde. La poco escuchada Sinfonía Nº 87 de Haydn, el Concierto para piano Nº 12, K. 414, de Mozart (con Kocsis) y la famosa Séptima de Beethoven integraron el programa. Tanto orquesta como solista-director interpretaron estas músicas con exactitud, claridad y estilo.

Finalmente, mi querida Viena y su legendaria sala de conciertos, la Musikverein. La Orquesta Sinfónica de Viena fue dirigida por el estadounidense Leonard Slatkin en un programa substancial que incluyó "The unanswered question" ("La pregunta sin respuesta) de Charles Ives, el Segundo Concierto para violoncelo de Shostakovich y la Novena Sinfonía de Dvorák. Interpretaciones de alto nivel, con especial reconocimiento respecto a Sol Gabetta, la violoncelista argentina que está seguramente en la primera línea mundial.

Viena ofrece una miríada de conciertos cada semana, en la Musikverein, en la Konzerthaus y en muchas iglesias, entre otros ámbitos. La Hofburgkapelle (Capilla del Palacio de la Corte) presenta una misa distinta cada domingo a la mañana con los Niños Cantores de Viena.

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