"A los 30 años en un plácido domingo el gran tenor Plácido Domingo debutó en el Colón"; mal chiste que mi mujer no me permitió poner en mi revista Tribuna Musical; Cristina era entonces la que corregía la revista muy severamente. Ahora, a los 83 años, me doy el gusto y recuerdo el episodio; a veces los chistes malos dicen la verdad. Y bien, a sus 81 asombrosos años, retornó el tenor-barítono al Colón; y lo digo así porque sin duda su timbre sigue siendo de tenor aunque sólo cante obras de barítono desde hace algo más de 20 años (no tengo el dato exacto). Yo vi y aprecié a Domingo en las 6 óperas que cantó en el Colón y además la reinauguración del Teatro Avenida cantando zarzuela (1994) y dos conciertos al aire libre; uno en la Avenida Libertador al lado del Zoológico (creo que 1992), otro en 1996 (único que no vi) y otro al lado del Colón en la calle Cerrito en 2011. En este último caso había un conflicto interno en el Teatro y Domingo, que había sido contratado, no aceptó eliminar su visita: tenía gran afecto por Buenos Aires y terminó armando una orquesta "triple", con instrumentistas del Colón dispuestos a tocar con ese importante artista, otros de la Sinfónica Nacional y también de La Plata; dirigió y cantó; por única vez en Buenos Aires se lo escuchó en Wagner: "Winterstürme", del Primer Acto de "La Walkiria". El Director del Colón se enojó y decidió no contratarlo más; y así fue hasta este año. Tenía 70 años y se lo escuchaba muy bien.
1972: "La forza del destino"; 1979: "La fanciulla del West"; 1981: versión asombrosa de "Otello"; 1982: pese a la guerra de las Malvinas, cantó Cavaradossi en "Tosca". 1997: "Samson et Dalila". 1998: "Fedora" de Giordano con Mirella Freni (que nunca había venido). O sea que vuelve a pisar el Colón después de 24 años.
No conozco otro caso de tanta longevidad cantando, ya que debutó hace 61 años a los 20. Es además el tenor que más ha grabado; incluso venció a Gedda. Y aunque sólo en grabación, afrontó la escena final de "Sigfrido" y la totalidad de "Tristán e >Isolda". En la computadora he podido verlo en las versiones especiales de "Tosca" y "Rigoletto", filmadas en los lugares exactos de cada ópera. El Met permitió verlo joven y admirable en "Luisa Miller". Su "Otello" en La Scala a los 60 años fue extraordinario y la despedida a su carrera de tenor. En una etapa reciente (hará unos 5 años) resultó notable verlo en "Macbeth" e "Il Trovatore", en ambos casos dirigido por Barenboim en Berlín. En anterior visita al Covent Garden, un muy interesante "Simone Bkccanegra". Por mi parte atesoro grabaciones como la de "Don Carlo" dirigida por Giulini, "I Lombardi" con Gardelli, "Stiffelio" con Levine. Y en repertorio francés "Le Cid" de Massenet y "Louise" de Charpentier. Tuvo en su repertorio nada menos que 150 óperas, incluso algunos estrenos. Protagonizó películas (magistral Don José en "Carmen"), director de orquesta en 600 funciones; ganador de 12 premios Grammy. Formó el famoso trío con Pavarotti y Carreras, con frecuencia dirigido por Mehta; demasiado caro para venir a Buenos Aires. En años recientes tuvo problemas en Estados Unidos, donde estaban a su cargo las óperas de Los Angeles y Washington, pero fue denunciado por mujeres de haber sido abusadas por él; ya no canta allí…Tuvo Covid-19 y se recuperó.
Vino aquí finalmente, acompañado de la soprano uruguaya María José Siri y del director de orquesta español Jordi Bernàcer. Siri ha venido antes al Colón pero no en recientes años. Es impresionante la lista de teatros donde cantó: sólo mencionaré algunos: La Scala, Ópera de Viena, Deutsche Oper Berlín, Staatsoper Unter den Linden en Berlín, Liceo de Barcelona, Ópera de Roma- La dirigieron Barenboim, Mehta y Domingo. Abundantes protagónicos en ópera italiana: 6 óperas de Puccini, 10 verdianas, Cav-Pag, "Andrea Chénier" de Giordano, "Norma" (única de bel canto mencionada) y el Requiem verdiano con notables directores (Chailly, Janowski, Myung-Whun Chung). En cuanto a Bernàcer, estudió en Viena Dirección de Orquesta, fue asistente de Chailly, Mehta, Prètre y Maazel. En 2015 fue Director Residente de la Ópera de San Francisco durante 3 temporadas. Algunas óperas donde dirigió: debut en 2010 en Valencia con "Manon"; Teatro Real de Madrid, Deutsche Oper Berlin, Mariinski de San Petersburgo, San Carlo de Nápoles, Arena di Verona. Y otra docena de orquestas europeas. O sea, rápida carrera en pocos años.
La Parte I se inició con la valiosa Obertura de "I Vespri Siciliani" de Verdi y pronto se notó un sólido entendimiento entre el director y la Orquesta Estable; un buen comienzo. Enseguida la entrada de Domingo fue triunfal: un Colón atiborrado de gente entusiasta le dio un aplauso cálido e intenso. Él tiene el aspecto de su edad en buen estado, con el pelo blanco. Eligió bien para empezar: "Nemico della patria" de "Andrea Chénier": el drama de esta aria es poderoso y fue cantado con seguridad y volumen, salvo un aspecto que se notó durante todo el concierto: gran firmeza en los agudos y el canto de la zona central, pero graves más bien débiles, donde se nota claramente que no es un auténtico barítono. Siri estuvo cómoda en el clima trágico de "La mamma morta", de la misma opera; su registro está sano y firme y sólo un vibrato algo excesivo (que se notó en todo el concierto) se hace notar, pero es una cantante actriz con sentido dramático. El breve Intermezzo de "Fedora" cita el aria famosa del tenor y me hizo recordar al Domingo tenor de 1998. "Madamigella Valery?" inicia el fundamental dúo del segundo acto de "La Traviata" entre el padre de Alfredo y Violetta: tanto Domingo como Siri tienen magnífico material dramático pese a cierta "ceguera" del padre que no quiere entender que la enfermedad de Violetta es grave y el sacrificio que le pide resulta injusto. Un aplauso a destiempo interrumpió al dúo 2 minutos antes de terminar, pero fue lo mejor del concierto para Domingo; ella se lució variando su timbre según iba entendiendo lo que el padre pretendía. Muy buen apoyo de la orquesta.
La Parte II se inició con la espléndida Obertura de "El corsario" de Hector Berlioz, seguramente la segunda mejor de sus admirables oberturas después de "El Carnaval Romano". La orquesta respondió bien a las claras indicaciones del director. Lo que siguió fue lo más débil del concierto: "Ô vin, dissipe la tristesse", de "Hamlet" de Ambroise Thomas, es un momento clave de la obra: Hamlet lo canta ante mucha gente del palacio: no da las razones de esa tristeza aunque el espectador de la ópera la entiende y sabe el motivo. La versión de Domingo fue mediocre en dos sentidos: un francés lamentable y una casi nula comprensión de esta aria. Hasta en el italiano de Ruffo ("O vin, discaccia la tristeza") la voz tiene el peso y el drama necesarios. Escuchando a Simon Keenlyside en su magnífica versión en el Covent Garden da el sentido completo y en muy buen francés. En cambio, "Pleurez, pleurez mes yeux" ("Llorad, llorad, mis ojos") es una notable aria de "Le Cid" de Massenet; en la grabación de la ópera con Domingo la canta Grace Bumbry, una mezzo con agudos de soprano; y en un disco de arias francesas la canta admirablemente Maria Callas. Y bien, Siri lo cantó con buen francés e intensidad dramática. En un intermedio sin voz se escuchó luego la "Méditation" de "Thaïs", también de Massenet, con un solo de violín logrado plenamente por el segundo concertino de la Estable, Oleg Pishenin; es un bello momento de una ópera que debería volver a Buenos Aires.
Por último, "Udiste?...Mira, d´acerbe lagrime", el muy trágico dúo de Leonora y el Conte di Luna de "Il Trovatore" de Verdi. El Conte pretende poseer a Leonora, que está enamorada de Manrico (se sabrá luego en los minutos finales que el Conde lo hará matar sin saber ambos que son hermanos: Azucena lo confiesa); ella promete entregarse si puede ver a Manrico (con la intención de liberarlo) pero en este dúo canta para su coleto que se envenenará y el Conde no podrá evitarlo; sin embargo convence al Conde y éste lo acepta. El dúo da mucho más material a la soprano que al barítono; Siri vivió la tragedia de modo convincente y una voz con graves y agudos de calidad, pero Domingo decayó de modo notorio; estaba cansado y las frases graves se perdieron. Sin embargo la sala aplaudió como si estuviera en lo mejor de su carrera.
Fuera de programa él cantó "Amor, vida de mi vida", de "Doña Francisquita" (creo) de Moreno Torroba, con auténtico estilo pero graves de escaso volumen. Me pareció fuera de estilo Siri en una romanza de la zarzuela "Los claveles" de José Serrano, agregando a la melodía desagradables fraseos gritados. Es divertido el dúo "¿Me llamabas, Rafaeliyo?" de la ópera "El gato montés" de Manuel Penella Moreno, y aunque hubo pasajes graves casi inaudibles del tenor-barítono, ella estuvo muy bien. La obra fue grabada íntegra con Domingo (Rafael Ruiz), Villarroel (Soleá), Pons, Berganza, Chausson y la argentina Perelstein; DGG, 1991. Para terminar Domingo cantó el famoso tango "Volver"; se agregaron 2 bandoneones y una guitarra pero dominó la orquesta. Domingo no recordó parte del texto aunque cantó con ganas. No está de más recordar que su disco de tangos fue grabado en un "tour de force" después de cantar "Otello", o sea después de medianoche; fue atacado por falta de estilo pero están muy bien cantados. Espero que "Volver" significa que Domingo retornó, no que vuelva en el futuro. Es hora de que finalmente se despida tras su inmensa carrera, indudablemente la más importante de su generación, y quedarnos con los 40 años de su carrera como tenor, no con los 20 como barítono-tenor, pese a que hubo interpretaciones convincentes.
Pablo Bardin
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