domingo, julio 14, 2013

LUIS MUCILLO: EN EL REINO DE LA ALEGORÍA

                                  

            Tenemos muchos compositores de ambos sexos en la Argentina de las más variadas tendencias: los que siguen enraizados en el folklore o en el tango, los tonales tradicionales, los serialistas, los de las nuevas tendencias espectrales, los del posmodernismo. Pero hay pocos que sean genuinamente personales y estén tan fuertemente identificados con las herencias de la historia profunda europea. Luis Mucillo es en este sentido un artista que se ha sabido labrar un camino propio. Rosarino nacido en Diciembre 1956, pianista cristalino como buen discípulo de Aldo Antognazzi, de sólida técnica compositiva como ocurre con quienes han estudiado con Francisco Kröpfl, sus años en Alemania y Brasil le han abierto caminos y experiencias que ha sabido asimilar.

            Es raro que una personalidad sea al mismo tiempo profundamente intelectual sin cerebralismo y comunicativa sin concesiones. Compone como es: concentrado, introspectivo, imaginativo. Cristiano de fuertes convicciones, tiene una cultura amplísima, sobre todo en dos aspectos: el mundo medieval y el mundo literario alemán. Una sensibilidad extrema para las texturas y un don de evocación particular hace que pueda llevarnos a un mundo cercano al Grial y al simbolismo de un Maeterlinck. Conoce a fondo la música medieval y a veces la cita en sus obras. En su mundo están los trovadores pero también están Novalis o Rilke. Por algo hay en su catálogo obras orquestales como "Brocéliande" o "Corpus Christi: visiones del Grial", o el amplio ciclo pianístico "Aus Märchenzeit" ("Del tiempo de los cuentos").

            Acaba de editar un CD, "En el reino de la alegoría" (título bien significativo), dedicado a una selección admirable de su música de cámara que abarca un extenso período de su vida, ya que su obra más lejana es de 1978, que lo revelan a los 22 años ya teniendo una notable madurez de oficio y de intenciones: los "Sonetos de Petrarca" para soprano, tres tipos de flauta tocados por la misma artista (como sucede en su Concierto para flauta), percusión y piano. Como bien dicen los excelentes comentarios de Federico Monjeau, la obra es "serial en su base, no en su estilo, y la parte vocal está guiada por un auténtico sentimiento lírico". Las citas de Liszt son breves y están totalmente integradas, y las pìezas están unidas por un leitmotiv variado. Muy buena la versión de Susana Caligaris, Patricia Da Dalt y un grupo de instrumentistas dirigidos por F. Bermann.

            Cronológicamente sigue el "Impromptu in memoriam Berg" (1985),  señalado como "bonus track", nuevamente para tres tipos de flauta, más celesta y clave, una combinación sonora inherentemente frágil y misteriosa, un "sortilegio", como dice Monjeau. Varios fragmentos bergianos son citados con sutileza. En la bella versión grabada en el Festival de Brasilia en enero l998 intervienen Wendy Rolfe (flautas), Beatriz Balzi en celesta y  en clave la esposa de Mucillo, Maria de Lourdes Cutolo. Es dudoso el agregado al final mismo de un fragmento hablado de Baudelaire.

            Luego, un monólogo para flauta sola (Da Dalt) cuyo título lo describe: "Ponderación misteriosa" (1989). Pero procede de Baltasar Gracián (siglo de oro español) y también del ensayo de Walter Benjamin "sobre la alegoría y el origen del drama barroco alemán". Nuevamente la simbiosis de mundos aparentemente opuestos pero que se entrelazan en la cultura europea y son trasmutados por un creador argentino.  Da Dalt impresiona como una flautista de capacidad poco frecuente.

            Un salto considerable en el tiempo nos lleva a 2004 en una obra dedicada al Trío Luminar: "Sortilegio de otoño" para flauta (nuevamente Da Dalt), viola (Marcela Magin) y arpa (Lucrecia Jancsa), esa textura imaginada por Debussy en su prodigiosa sonata tardía, y con un título raveliano ("El niño y los sortilegios"). Sin embargo y pese a estas alusiones al impresionismo, el título procede del relato de un gran romántico alemán, Joseph von Eichendorff. Dice Mucillo: "el trío está tratado a la manera de una diminuta orquesta sinfónica…Cada instrumento parece mimetizarse en otro". Las tres damas ejecutan con refinado gusto este verdadero sortilegio sonoro.

            Las obras restantes datan de 2006 e incluyen la voz. "Otros gatos" son tres canciones con textos del propio Mucillo y Padeletti, cantadas con el encanto y dominio asociadas al arte de Virginia Correa Dupuy y del propio Mucillo como pianista. Las piezas son muy simpáticas y gratas, fruto de una evidente atracción por estos felinos de tan especial misterio. Es notable el dato que proporciona Monjeau: los textos de Mucillo sustituyen al que pensaba utilizar de Borges ("A un gato"), descartado por problemas de copyright. Y Mucillo sabe inventar textos finos y alusivos.

            Finalmente, lo que para mí es la cumbre del disco, tanto en la calidad de la obra como en la interpretación: "…denn wo die Lieb´ erwachet…", para barítono (Víctor Torres) y piano (el compositor). Se trata de cuatro Lieder: dos sobre autores del siglo XIX (Heine y Novalis), dos del siglo XX (Hoffmannsthal  y Rilke): el mundo germánico tratado con una sutileza y aptitud para pensar en términos vocales que lo convierten en un compositor de especial talento para el género. Son canciones de amor  de muy distinto carácter: la de Heine melancólica, la de Rilke extrema en sus sentimientos exacerbados, la de Hoffmannsthal sobre una salida ecuestre de los enamorados, y la cuarta muy distinta, un Cántico espiritual de Novalis sobre la Virgen (amor sacro). Torres está en su mejor nivel, con una musicalidad perfecta y un bello timbre, y el compositor acompaña con su límpido toque y captación exacta de los matices tímbricos y armónicos.

            El CD está bien grabado en el Estudio Cosentino (2005-8) interviniendo Fabiola Russo y Javier Cosentino, y el folleto no tiene erratas. Incluye traducciones bien hechas del propio Mucillo, Jaime Botana y Claudia Rojas de los textos de Monjeau y de los Lieder. En suma, un verdadero aporte que merece ser ampliamente conocido.

1 comentario:

Fernando dijo...

Qué bueno que se edite un disco de música contemporánea,cosa no muy frecuente en nuestro medio,y más aún con obras de un compositor tan interesante.